¡Fecha
13.02.2018
1Seccl6n
La amenaza de Meade
i hubiera una diferencia
real
y de
fondo entre los intereses que re–
presenta Ricardo Anaya y los
que están detrás de José Antonio
Meade, ambos tendrían que estar
en una reñida lucha por consolidarse en
el segundo lugar de las preferencias elec-
, torales para, desde
allí,
intentar alcanzar
al lejano puntero en los sondeos, Andrés
Manuel López Obrador. Pero no: ambos,
el
panrtdisra
y el priísta-verde, enfocan
su violencia verbal en contra del tabas–
queí'io y sólo de manera muy secundaria
intercambian entre ellos alusiones casi
corteses . Los dos aseguran, como espejos
enfrentados, que se encuentran en situa–
ción de "empate ticnico" con el ex jefe
de Gobierno del Distrito Federal, en un
afán por atraer para sus respectivas can–
didaturas el apoyo de sus representaQos,
que son los mismos. En este punto lo im–
portante no es que propongan algo con–
creto para conducir al país los próximos
seis afios y para solucionar la gravísima
crisis en que se encuentra, sino que algu–
na
gente
crea
en uno de ellos como un
político capaz
de
derrotar en las
urnas
a
López Obrador.
Es
claro que
para
ambos
el enemigo a vencer es el que representa–
rá a Morena en la elección presidencial
1
del primero de julio próximo
y
que
am–
bos están dispuestos a seda comparsa
del otro con tal de impedir
el
inicio de un
verdadero viraje en la conducción de la
política nacional, una democratización
real
y una limpieza de la administración
ptl.blica que afectaría a la oligarquía polí–
tico-empresarial a la que sirven.
Por si cupiera alguna duda, el domin–
go pasado, en el cierre de su precampa–
ña, efectuado en Tialnepantla, Meade
amenazó con ganar la Presidencia en la
misma forma en que Alfredo del Mazo
se hizo con el poder en el estado de
M~xico. "Fuerte y con todo", dijo. Y todo
mundo sabe que los comicios realizados
en tierras mexiquenses en julio del afio
pasado fueron una de las elecciones más
PEDRo
MIGuEL
inmundas de los tiempos recientes, con
árbitros electorales abiertamente favora–
bles al partido oficial, compra masiva de
votos, impunidad garantizada para los
delincuentes electorales y una implidica
utilización de las estructuras y presu–
puestos institucionales a fin de garanti–
zar
que el primo del presidente quedara
· en el cargo, así fuera a contrapelo de la
voluntad popular.
Lo anunciado por Meade es, pues, el
anuncio de un nuevo fraude electoral a
escala !lacional para las elecciones de
ju–
lio, algo que exaspera por el cinismo
pero que difícilmente sorprende y que
tiene un claro propósito disuasorio para
los votantes irritados con el
~gimen:
"bagan lo que hagan, impondremos la
continuidad".
Pero no debiera escapar que en su mo–
mento la imposición de Del Mazo contó
c'!n dos respaldos implícitos fundamen–
tales: el de la panista Josefina Vázquez
Mota -la cual ya había desempeñado
ese
papel
hace
seis afios, cuando abanderó a
la posición domesticada que volteó hacia
otro lado ante la magna adulteración de–
mocrática que resultó en la colocación de
Peña en Los Pinos- y el del perredista
Juan
Zepeda,
quien se prestó para operar
como distractor de votos en contra de la
maestra
Delfina G6mez para minimizar
la ventaja de
~ta
sobre Del Mazo y faci–
litar, así, la realización del fraude.
De cara a la elección próxima Ricardo
Anaya es una encamación de ambos: de
Vázquez Mota y de
Zepeda,
cuyos parti–
dos van en coalición. Pero es tan inocul–
table la debilidad de Meade que dentro
(tLajornada
de cinco meses los papeles serán inter–
cambiables y el priísimo
podrá
resignar–
se a respaldar bajo la mesa a la fórmula
panrtdista.
El
aspirante priísta no puede
ni soí'iar con ser el Peña Nieto de 2018,
así que tal vez deba conformarse con
emular al Madrazo de 2006. Anaya quie–
re ser el Calderón de este afio, pero tal
vez -en el caso de que el
rricolor
logre
sacar fuerzas de su propia pudrición y co–
locar a Meade en un segundo lugar con–
sistente- deba desempeñar el papel que
correspondió a Vázquez Mota en 2012.
En julio habrá un comicio con carác–
ter de referendo y la pregunta central a
responder en la boleta será: cambiar el
rumbo j:lel país o seguir por el mismo ca–
mino de desastre impuesto a partir de
1988 y que, a lo largo de las subsecuen–
tes administraciones priístas y panistas,
~
ha trad.ucido en emigración, postra–
Ción agrana, destrucción de la industria
nacional, envilecimiento de las institu–
ciones, desempleo, desintegración, ham–
bre, opresión, represión y muerte. Tal es
la propuesta de las candidaturas
tricolor
y
blanquiazul,
aunque la primera se es–
fuerce en justificar y minimizar
la
catás–
trofe y la segunda jure que no tiene
nin–
guna
responsabilidad en ella.
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