echa
13.02.2018
Maestros, reforma
educativa
y
elecciones
LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO
ISecclón
E
1
sexenio que
termina
ha
sido
fatal
para los
maestros
de enseñanza
básica
del
sistema
de educación pllblica.
En
nombre de
la
reforma
educativa,
han
sido vilipendiados y humillados
por
grandes empresario$y funcionarios; sus
salarios
y prestaciones
no
han
tenido incrementos sustanciales; perdieron
conquistas laborales históricas; su trabajo se desprofesionaliz6 de la
mano
de
la precariedad y
la
inestabilidad;
recibieron
programas
de capacitación
parito;
sus
cargas de trabajo aumentaron, y muchos
han
optado porjubilarse adelantadamente.
La campaña de estigmatización contra el magisterio promovida por la organi–
zación empresarial Mexicanos Primero, intensificada a partir de la proyección en
2011 del panfleto filmico
¡De paliQllo!,
no
ha
cesado. Pocos sectores sociales
han
sufrido una arremetida
tan
virulenta y
cínica
desde el poder. Políticos, hombres de
empresa y sus plumas los han calumniado a mansalva. No les perdonan la digna
defensa que hacen de
la
educación p6blica y de su profesión.
Hace más de cuatro años se aprobó la reforma educativa. Desde entonces, los
salarios y prestaciones docentes no han tenido incrementos significativos.
~omo
demostró Laura Poy, el aumento anual directo al salario durante este sexenio se
ha
mantenido por debajo de
4
por ciento.
Y
el incremento a sus prestaciones no supera
dos puntos porcentuales
(hnps://goo.gUYgpaJS). Lejos de
recuperarSe,
el salario
magisterial muesua una tendencia a
la
baja.
La reforma educativa modificó el sistema de estímulos, recompensas e incen–
tivos, atándolos en su mayoría a la evaluación del desempeño.
El
escalafón fue
prácticamente abrogado y carrera magisterial (en el que participan alrededor de·
medio millón de maestros) fue congelado.
Lo
que
se les quitó con una mano no se les compensó con la
otra
A
pesar
de
las
grandielocuentes declaraciones de los funcionarios, sólo se
evaluó
una
parte
del
millón
200
mil
trabajadores de
la
enseñanza:
no
más
de 334
mil
profesores,
de
acuerdo con
la vorágine
de
cifras
(algunas contradictorias) que ofrecen las autoridades sobre el n6-
mero
de
maestros
evaluados en los
tres
ciclos. La combinación
de
protestas, desercio–
nes, suspensión del
proceso,
sismos, improvisación e incapacidad administrativa
de
los
funcionarios descarrilaron en los hechos la evaluación del desempeño y concentraron
los incentivos económicos ascciados a ella en una
pequella
porción
de
los
docentes.
Simultáneamente, como
ha
señalado Lev M. Velázquez, mientraS
más
se discu–
tía nacionalmente la evaluación educativa,
más
reducía
!a
SEP la nómina megiste–
rial. Seglln el investigador Alberto Amaut, cerca de 200 mil maestros se jubilaron
(ILajornada
anticipadamente. Tan sólo en la antesala de la primere evaluación, intimidades
por una evaluación del desempeño que no distingue experiencia, antigüedad,
edad
ni condiciones socioeconómicas de los alumnos, el retiro anti..:ipado de mentores
creció 60.6 pcr ciento
(hnps://goo.gl/afxKzC).
Muchas de
esas
plazas no han sido cubiertas, de
manera
que, la atención a los
esrudiantes se ha cargado sobre los hombros de quienes siguen en servicio gue ya
de por sf tienen
una
sobrecarga de trabajo.
En
estados como Tabasco, los padres
de
familia
han
tomado
las
calles para exigir que se contrate nuevos mtestros.
Para
acabarla
de
amolar, cuando sf se han cubieno las vacantes, no es infrecuente que
entren al servicio profesionistas que no esrudiaron para ser docentes, y
que
están en
el aula sin compromiso con los esrudiantes, en tanto consiguen otro empleo.
Las
escuelas normales, teóricamente las principales instiruciones follll.&do–
ras
docentes, han sufrido - séglln el Instiruto Nacional para la Evaluación de la
Educacióo-
una
restructuración en que se les arrebató su autonomía y se debili–
taro.n sus
traye~os
formativos y cuerpos
acad~micos.
Carentes de recursos, con
una planta docente con menos de
50
por ciento menos de profesores de tiempo
completo, en dos d6cadas su matrícula
se
redujo en 100 mil alumnos.
En
ese panorama
transcurre la
campaña presidencial y actos político-sindicales
de
las distintas comentes que acll1an eu, el SNTE.
El
punto de la reforma educa–
tiva se ha vuelto un asunto medular en la agenda electoral. Los candidatos buscan
ganar la adhesión
de
los maestros, y los profesores se organizan para incidir en la
coyunrura electoral y cobrane
las
afrentas sufridas.
Sin insistir mucho en el punto, cantinfleando, el candidato de la coalición Todos
por
M~xico, Jos~
AntonioMeade, afirmó que en las elecciones está en juegola edu–
cación
de
los niños, y que con "la reforma educativa vamos para adelante, vamos
para construir y con la reforma educativa vamos juntos a ganar".
Al
menos en dos
ocasiones ha ofrecido incrementar el salario de los maestros, si gana las elecciones.
Tiene en su contra la
pesada
losa de la reforma, y del coordinador de su C2lllpaña,
Aurelio Nullo, probablemente el hombre
más
aborrecido (junto al empresario
dis–
frazado de
activista
Claudio
X
González) por los profesores mexicanos.
Consciente
de
la impopularidad de la norma que
a
aprobó, Ricardo Anaya,
aspirante
de
Por México, al Frente, trató de desmarcarse
de
ella haciendo malaba–
rismos. La reforma educativa -<leclaró en Oaxaca- no
ha
sido bien
implementt.da,
y es inaceptable que se haya puesto todo el acento en la evaluación,
sin
que se baya
hecho un esfuerzo serio que se refleje en el presupuesto en materia de capacitación.
Buscando capitalizar el enorme descontento en
las
filas magisteriales, el
ettdi–
dllto de Juntos Haremos Historia,
An~
Manuel López Obrador, firmó un com–
promiso con
las
Redes Sociales Progresistas, el brazo gremial-electoral de Elba
Esther Gordillo, en el que se compromete a
dar
marcha atrás a la reforma eeuct–
tiva, envir.ndo al Congreso un nuevo proyecto de
la
Ley del Servicio Profesicll!!
Docente, eliminando lll evaluación punitiva.
Por lo pronto, de cara a los comicios, ia resistencia magis!crial !e nnoló
;:;¡
punto:
el supuesto consenso existente en tomo a la reforma tducativa se es:'limó
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