EL UNIVERSAL
lL C&At\ OIAAIO llf .\ltAICO
ll'edl•l9.02.201
8
lhcc:l6n
Voto
del
odio
vs. voto
del
miedo
Por
JOSÉ ANTONIO CRESPO
E
n .la
teorla
demoaáiica
se
busca.
y
mu–
~
vea!S
se
asume,
QUe
los electores
emitan
su
preferencia.
a
partir
delanálisis
de los
candidatos,
sus
ttayeCtodas
personales
y
profesionales, los
objetM:ls
que ofrecenencaso.
de
llegar
al
poder
y,
sobre
todo,
los
proyectos
y
medios
para
realizarlos.
De
todo
eso
puede
sur–
gir
un
vtto
racional que
vinculamedios
con
fi–
nes.
En
la
realidad.
pocos
electores
seconducen
así.
ynosóloenMéxico,sinoen
elrestodelnnm–
do.
Induso
el votante
DO
alineado,
que tendifa
más
proclividad
a razonar
su
voto
(a
diferencia
del
vtto
duro,
quees
iDrondidonal),
tiendeaba–
cerloporiilOI:ivosemocionales;susituacióneoo–
nómica.
social
o
profesional
puede
generarlere–
sentimieniD
con
el
establisltmenL
Y
también
la
esperanza
de un
cambio radical
mueve
el
voto.
En
otros
puede
babermiedoal
cambiocxmcan–
didato
en
particular.
De
ahí
que
el análisis ra–
dona!
de los
proye:::tos
en concreto
quede
en
segundo plano.
-
Eso
parece
ocunir.
El
odio,
el resentimiento
y
el~
por
un
lado,
fonalea:n
la
candida–
rura
de López
Obradot
además
de
la
esperanza
deque
lleYe
a
cabo
una
regeneración
radical
del
¡::ms:
crecimiento
económico
de
6%,
~y
tra–
bajo
para
millonesde
jóvenes,
7millonesdeem–
pleos,
eliminar
alcien
la
conupción.
tenninar
la
violencia
en
tres
años,~
Cómologratáta–
les
objetM:ls
no es cosaque
interese
o preocupe
al grueso
del
electorado;
mejor aferrarse a esas
promesas
sin
pregumarcómoydesaOOgarelre–
sentimientocontralos aaores del
establishment
(la
mafia del
podeñ.
Pero
del otro lado
también
hay
emociones:
la
demnfianza
hacia la
perso–
nalidad
de
L6pez
Obrador
y
el
temor
de
que
la
economía.
1e;os
de
c:reret
pueda sufrir nuevos
embates
a
partir
de
un
modelo
que a
muchos
parece
an::aico
y
poco
viable genera una
buena
dosis
de
emotividad
electoral.
Igualmente,
el
he–
cho
de
ser
los
electores~
desde
el
ban–
do
op.JeStO
como
"enemigos
del
pueblo
o
de
México'"
pornocoincidircon
las
propuestas
pro–
pias
o ¡x>r
no
confiar
en
algún
candidato
y
su
discurso
(en
lugar
de
simplemenre
considerarse
que
tales
apreciaciones son divergencias naru–
rales)tambiéngeneraanjxoosidad
De
ahí
elam–
biente
de
aedente polarización polftica.
Los
blogs
po1ftioos
raramente
reflejan
un
debate
ra–
donal.
con
infonnación
y
axgumentos;
cxm ex–
éepciones,
se
tratade
tm
diálogo de
SOldas
que
sólodestilaodioeinsultosalpor
mayor.
Los
elec–
tores
en
general
no
buscan
análisis;
buscan
pro–
paganda a
fi:lvor
de
su
opción
favorita
Los
candidata;
saben
de
esta
anirilosidad.
y
de
ahí
que
pong;m
más
érl12sis
en
descalificar
Y
acusarasus
adversarios
(mensaje
dirigido
al
bí–
gado}
que en
explicar
sus
propuestas
(mensaje
ctirigldo
al
~ro).
Los
debates
entre
presiden–
tes
de
partido
y
coordinadores
de
campañason
más
una
guerra
de
lodo
y
desc:ali1iariones
per–
sonales que
debate razonado
de
propuestas.
Lo
que
mira
por
ver
es
si
prevalece
el
voto del
odio
o
el del
miedo.
El
vtto
del
odio se
congregará
~enlacandidantradeMorena.
si
bienseaeequealgunosdeesos'JIXOSpodrian
ir
a
dar
a
algún
independiente
(aunque
en
tal
caso
sería
un
voto
antiúti1.
si
ninguno
de
ellos
temlina
porsercompetitM>, como
todo
indica).
En
cambio,
el
voto del
miedo
y
de
recelo
an–
t:iobracl.otm.
que
quizá
siga
siendomayoritmio,
podrla
fácilmente
fragmentarse.
orlent.ánda;e
algunos al
PRI.
otros
al
Frente
y
otros
más
a los
independientes.
Esodebido
auna
combinación
de
amiobradorismo cxm
otro · anti-· (anti-PRl
anti-PAN o,
~mente,
anti-PRIAN).
De
fiagmentarse
el
voto del
miedo,
el
camino
que–
dará
despejado
para
López
Obradot:
Solamente
si
una
parte
mayorltaria
deese
voto
se
congrega
en
quien
sea el
puntero
frente
a
Amlo, podrla
haberotrodesenlare En
todo
caso,
prevalece
la
emotividad
(justificada o
no)
¡x>r
encima
de
las
p1'0JU!StaS.
Eso
decidirá
esta
elección.
Ya
des–
pués
vendiá el
análisis
de
las
propuestas
delga–
nadar...
y
swgirán las
SOtpreSaS.
e
Analista poUttco. @JACrespol
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