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~

ElFinanciero

Fecha

~Sección

,

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~------------------------------~~~

Decadencia panista

o de

la

precampaña.

Acusó

a

esos cinco

-entre

los que obvia–

mente debe contarse a Anaya,

Zepeda y Creel- de actuar como

si ya estuvieran en el poder, y

advirtió que todavía estaban a

ocho puntos (eso según ellos)

del líder, por lo que deberían

cuidar

la

imagen del partido.

Anunció que denunciaba el pro–

ceso porque no pensaba formar

parte de una simulación.

Zepeda llegaron a la répartidón

de puestos, culturas diferentes

que generan actitudes diferen–

tes a la hora de hacer política y

eso es lo que ha desencadenado

la decadencia oanista.

E

1zafarrancho protago–

nizado por Javier Corral

el sábado pasado en el

Consejo Nacional del PAN, no

fue, en absoluto, un asunto de–

mocrático. En ese partido hace

muchosañosquenosetienen

debates internos de altura, fue–

ron cambiados por aplanado–

ras institucionales, selección de

personas con escasa capacidad

para argumentar ymucha

flexi–

bilidad para votar.

El gobernador de Chihuahua

dio la nota el sábado al denun–

ciar un fraude en la elaboración

de las

listas

de candidatos a

senadores. Corral la emprendió

contra la directiva de su partido

-una de sus especialidades- y

señaló que un grupo de no

más

de cinco personas toman deci–

siones cupulares pasando por

encima del partido. Dijo clara–

mente que las decisiones se to–

maban en la oficina de Santiago

Cree!, del presidente del partido

~UTONOMIA

RELATIVA

1

Juan Ignacio

Zavala

o Opineusted:

[email protected]

@juanaavala

Fue un duro golpe, sin duda.

Más allá del ya conocido pro–

tagonismo del golfista Corral,

el evento fue revelador de lo

que se vive al interior del PA.N.

Fue un partido que por déca–

das se ufanó de tener debates

democráticos internos -tuve

la fortuna de presenciar varios

de ellos- de los cuales siempre

salía más fortalecido. En oca–

siones eranmás apasionantes

e interesantes los debates por

ciertos temas en el consejo del

partido, que lo que pasaba en

la Cámara de Diputados. Eso

se acabó. Levantar la mano,

votaciones a mano alzada,

brincarse los

debate~,

agachar

la cabeza ante la directiva, no

poner freno a los apetitos de na–

die se ha vuelto la norma. Que

nadie se atreviera a cuestionar

el procedimiento en una sesión

de consejo es una vergüenza

para quienes vivieron los otros

tiempos del panismo. Incluso

el video que sefiltró con la in–

tervención de Corral, parece

ser tomado clandestinamente.

En esas sesiones suceden cosas

que pasaban en los regúnenes

comunistas: se vigila a los con–

sejeros, en las votaciones se les

dan

tintas

diferentes para saber

- si el voto es secreto- quiénes

votaron qué. El chihuahuense

denunció que se les impidió con

amenazas sesionar a los comités

estatales para nombrar candida–

tos. Esos son los nuevos modos

y las nuevas formas del PAN y

nadie parece estar dispuesto a

reverti.rlos. Una diferencia es–

triba en que Corral sí creció en

esa cultura del debate yAnaya

y

No me cuento entre los que

creen que Corral fue ahora muy

congruente y que hay que re–

conocerle o cosas por el estilo.

En absoluto. Javier Corral es la

misma basura de persona de

siempre y ha hecho lo mismo de

siempre: quemar su casa, gol–

pear a los suyos para sobresalir

él. Por más que digan que no

se pelearon Anaya y Corral, el

golpe está dado. Yfue un golpe

seco a Ricardo un día antes de

tomar protesta como candidato.

Alas acusaciones públicas de

Corral contra Anaya llamándolo

conupto y de actuar igual que el

PRI, hay que sumar la de simu–

lador. Ninguno de los candida–

tos contrarios ha golpeado tanro

a Anaya como su correligionario

Corral. Pero eso le pasa a Ri–

cardo por confiar en ese sujeto.

Hace años escribí que bastaba

darle la mano a Corral, tenerle

un gesto de afecto, incluso al–

gún aprecio, para en cualquier

momento sentir la marca de la

casa: un cuchillo en la espalda.

Anaya lo abrazó y Corral le pagó

como sabe hacerlo: con una

puñalada.