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1

~•

IS.O:Ión

19.02.2018 .

No estuvo tan peor

A

1finalizar la precampaña

presidencial,

la

Repú–

blica

de

las

Opiniones

alcanzó un consenso: el

rival

que tiene enfrente Andrés Ma–

nuel LópezObrador es Ricardo

Anaya,

porque JoséAntonio

Meade se desplomó. Pero se

podría hacer un alegato distinto

sobre el candidato del partido

enel poder: con una desapro–

bación del presidente Enrique

Peña Nieto de 8 de cada

10

mexicanos, que además piensan

en la

misma

proporción que

el país va

mal

por culpa de

él,

gasolinazos, ajustes al

alza

en

las

tarifas

eléctricas, violencia

sin precedentes, y doblegados a

gritos y sombrerazos por el beli–

coso gobernadorJavier Corral,

lo sorprendente es que Meade

no haya desaparecido del esce–

nario electoral.

Es

decir, si las

cosas le pintan mal, podrían ha–

ber sido peor.

Esto no quiere decir que en

estos momentos sea una candi–

datura competitiva. La precam–

paña de Meade fue diseñada por

personas que,

si

bien participa–

ron en otras elecciones presiden–

ciales, no eran el cerebro que

las movía. Lo hacían colocando

ladrillos y ejecutaban las instruc–

ciones dadas. Su novatez quedó

al desnudo con errores notables.

El primero fue el arrancar la pre–

campaña,dondetodosibancon

Meade a todas partes, como una

cone,

pero

olvidando que lo

im–

portante era construir una cam–

paña.Lasolidaridadrnuégano

no

gana

votos.

o.Opíneusted:

~tral.am

O @rMila

"Lo sorprendente

es queMead

e

no

haya desaparecido

del escenario

electoral"

"Romper con

Peña Nieto seria

el equiva lente

a

Josefina Vázquez

Mota en2012"

~

ElFinanciero

El segundo, por

la

inexperien–

cia del coordinador de la cam–

paña, Aurelio Nuño, fue hacer

una precampaña presidencial

separada de las precampañas

del PRI en los estados y entre

semana. Si

la

desvinculación

de las campañas locales era un

error al no generar una masa

electoral poderosa -¿recuerdan

las fotografías de Meade casi sin

gente en eventos exteriores?- ,

realizar viajes entre semana

impidió, por el temor de violar

la ley electoral, que los gober–

nadores priistas, con sus apa–

ratos locales, lo acompañaran

en los eventos para vestirlos de

energía.

La precariedad de esos even–

tos contribuyó a la percepción

de que su campaña no prendía.

Al fallar su equipo, ni siquiera

le dieron la oportunidad, ha–

blando en el extremo, de

fracasar por

él

mismo. Se

equivocaron también en el

diseño de esta etapa que

era, como lo hizo bienAnaya

-López Obrador no tenía esta

necesidad- que lo conocieran.

Lo desgastaron con pronun–

ciamientos para demostrar

que era el mejor preparado de

todos, sin obtener beneficios

tangibles. El objetivo de que el

electorado lo conociera fue un

éxito, pero bañado en fracaso.

Su conocimiento se elevó de

20

a

80%,

pero a diferencia

de lo que pregonaba el líder

del PRI, Enrique Ochoa, que

entre más lo conocían más se

inclinaban a votar por él, los

negativos de Peña Nieto se le

transfirieron dramáticamente.

Tanto lo impactó, que en las

últimas

encuestas Meade re–

gistró más negativos que López

Obrador. Paralelamente, en

distintas pláticas con empresa–

rios, su principal base electo–

ral, lamentan con tristeza que

sea candidato del PRI y no de

cualquier otro partido. El lastre

del PRI -alrededor del

90%

de

los mexicanos dice en las en–

cuestas, nunca votaría por él- ,

junto con los negativos del Pre–

sidente, tienen a su candidato

en una encrucijada.

¿Cómo cambiar

la

percep–

ción? Lo primero que habría

que tomar en cuenta es lo que

no puede hacer, deslindarse del

Presidente como se ha llegado

a plantear, resumido en una

pregunta clave que le hicieron

durante una entrevista reciente:

¿meterla a la cárcel a Peña

Nieto? El reduccionismo de la

pregunta fue una trampa que, a

la vez, lo definió, al responder

con evasivas a

la

pregunta ce–

rrada, corno candidato del PRI,

no como ciudadano. Los nega–

tivos del PRI y el enojo racional

y emocional contra Peña Nieto

tienen una compensación, los

poco más de

15

millones de

votos priistas registrados al

terminar

2017;

es decir, votos

logrados con todos los negati–

vos que arrastra el partido en el

poder.

Romper con Peña Nieto sería

el equivalente a JosefinaVáz–

quez Mota en

2012

que hizo

una campaña como panista "di–

ferente" a Calderón, que no le

quitó los negativos del expresi–

dente

ni

tampoco le dio positi–

vos. Meade no lo hará. Corno lo

anticipó en su cierre de precarn-