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¡s.cclón
l
13.02.2018
o
Reingenieri9 constitucional:
responsabilidades públicas
Por
JOSÉ RAMÓN
cossto
DíAz
L
a
narrativa
de la corrupción
cubretodos los espacios na–
cionales.
Día
a
día
se
habla
del
tema
para denunciar
sus
pre–
senciasyalcances.
su
perenneyto–
tal
sistemidad.
En
·ese
modo de
contar
las
cosas,
prácticamente
ninguna
conducta de los servido–
res públicos queda
excluida
Esta–
mos
tan
acosrumbrados a
escu–
char
sobre lo corruptoque somos y
hemos sido,
que
ya no analizamos .
el
discurso
ni
sus
componentes.
De
. a
poco.
se
ba
llegado
a
admitir
que·
lacorrupción
está
presenteentodo
lo públioo, que es
reaUnda
porto–
dos, que tiene pocas posibilidades
de
ser
superada
y que,
ahí
donde
esto
sea
posible. lo será por medio
de
castigos ejemplarizantes. Esta
manera
de
contar
las
cosas
tiene
varias
omlsiones: el
papel
corrup–
tor de los privados, la no participa–
dónde todosenel
saqueo
y
sus
po–
sibilldadesdesuperaciónycontroL
En
este
sentido p051oilitador
está
construido el boro de
Ana
Elena
Fierro
Responsabilidad
de
los
servi–
dores
públicos.
Del
castigo
a
la
con–
fianza
(Fondo de
Cultura
Econó–
mica.
2017).
En
el
borode la profesora Fierro
se
analiza
lo que debe tenerse por
oorrupción,loque
hasta
ahora he–
mos hechoparaoombatirla, los es–
casosresultadosobtenidosyloque
habríaque comenzara realizarpa–
ra combatirla El hilo conductor
está
constiruido por la distinción
entre responsabilidad
pasiva
y ac–
tiva
(Bovens). Más allá de
si
las de–
nominaciones satisfacen o no la
pureza conceprual de los
juristas,
con la primera expresión alude al
conjuntode instituciones que
per–
miten
castigar
a un servidorpúbli–
co por
apan.arse
de lo que
las
nor–
mas jurídicasleobligana hacer.
En
este
subconjunto
están
compren–
didos los tipos penales y
adminis-
trativos que definen los ilícitos, los
procedimientos para determinar–
losy
las
penas a aplicar. La respon–
sabilidad
activase
caracteriza,
a su
vez,
por la manera de hacerse car–
go de las consecuencias de todos
los
actos
que oonlleva el ejercicio
de la función pública. Aquí no
se
aludeal modocomodebe
actuarse
para evitar
ser
sancionado, sino a
cómo realizar
las
tareas
encomen–
dadas
del modo
más
amplio y
efi–
dente poSl"ble.
Con
esta
distinción quiere po–
nerse de
manifiesto
la necesidad
de ooncebir el fenómeno de la co–
rrupciónysucombate entérminos
más amplios al mero castigo,
ahí
donde llegue a haberlo.
Lo
que el
lloro pone de manifiesto es la ne–
cesidad de transformar el entendi–
mientode lo público paraque deje
de perctoirse como una plaza a
oonquistar para sólo beneficiarse
de
ella
Se
plantea la necesidad de
que quienes
ejerzan
funciones pú–
blicas
se
oonaban a
sí
mismos co–
mo agentes dignos de cambio, de
ordenación
social
y de acción efi–
caz.
No, desde luego, oomo depre–
dadores de lo público,
sea
esto
oo–
mo ladrones directos
de
las
cosas,
francos extorsionadores o socios
mercantiles de los agentes priva–
dos,
sean
estos
delincuentes orga–
nizados o no.
Con un insistente
e
ideológica–
mente bien estructurado
discurso,
llevamos años escuchando
de
las
ventajas
de
la
iniciativa
privadafren–
te a las
desventajas
de las
burocra–
das
y los servidores públicos.
Desa–
fortunadamente, enelmundodelas
cosas los e;emplos diarios y
graves
de
acciones corruptas
parecen
con–
fumar tales
teorías.
Sin embargo, es
importante
hacer
distinciones en el
planoconceptual
para
desde
ahí
in–
cidir en el
práctico.
Insistir
soloen el
castigo
a losqueacníenenoontrade
losinteresesybienespúblicosesne–
cesario,
pero
no suficiente.
Es
pre–
cisoentenderquelagestióndetodos
los elementos oon los que
tratamos
EL UNIVERSAL
11. ClAN
lllo\ltiO Ul
~¡t tXtlO
de ordenar nuestta oompleja y di–
versa
sociedad.
tiene que
pasar
por
la reconfiguración del servido
pú–
blioo,
de
su
entendimientopor quie–
nes
lo
ejercen
y por la recuperación
deunorgullo,porcursique a
más
de
uno
pueda
parecer
esta
expresión.
de lo que
se
ha decidido
ejercer.
La
incorporación
de
un buen republi–
canismo
para
enfrentar a la depre–
dación de quienes
trabajan
como
servidores públicos y de quienes
así
interactúan
oon ellos.
En
los
graves
y
decisivos
momentos por los que
anavesamos, el lloro
de
la profesora
Fierro
esunbuenrecordatorioy
una
buena
hoja de
ruta
de
lo que ya de–
biéramos
estar
haciendo. •
Ministro de la Suprema Corte de Jus·
tlcla. M iembro de El Colegio Nacional
@JRCosslo
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2. C