' 1Fedla13.02.2018
Norberto Rivera entrega malas
cu~ntas
y
deja grandes retos a Carlos Agwar.
Adiós, Norberto
D
espués de 22 años de arzobispado,
51
años de sacerdocio
y
múltiples
denuncias de encubrimiento de
casos de abusos sexuales por parte de re–
ligiosos católicos, Norberto
Rivera
se fue
al
retiro
y
a su
lugar
llega el cardenal
Car–
los Aguiar
Retes,
un cercano colaborador
del
papa
Francisco al que
Rivera
le entrega
malas
cuentas.
Norberto
Rivera
nos acostumbró a es–
cuchar a un religioso que no
tenía
decoro al
hablar de la función del ano, de prácticas
se–
xuales, amenazas a
:Políticos,
entre
otros.
Tal
vez
por
esta
actitud
el número
de
católicos
ha
caído
y
se
espera
que la próxima
vez
que el
INEGI
realice un
censo,
enel2020, el
avance
de las iglesias evangélicas
sea
considerable
y
elnúmero
de
no
creyentes
también
aumente.
A
Norberto lo relacionamos con una
vida de lujos
y
excesos.
En
el libro
Norber–
to
Rivera:
el pastor del
poder,
coordinado
por BernardoBarranco, Guadalupe Loaeza
escnbe sobre el religioso que "con los años
se convirtió en el líder espiritual de los
mi–
llonarios, de las señoras de sociedad, de los
hombres con mucho poder
y
de los prüstas
más
prestigiosos".
Tal
vez
por ello, el papa
Francisco no extendió el arzobispado de
Rivera.
como
sí
hizo con
otros
cardenales
que llegaron a la edad de
retiro.
Más
allá
del
gusto
por los bienes
ma–
teriales, a Norberto lo recordamos por su
férrea
luchaen contra de las personas
gays,
lesbianas, bisexuales,
trans.
Norberto
Rivera
y
el cardenal
Juan
Sandoval vociferaron en
contra de legisladores que aprobaron las so–
ciedades de convivencia
y
los matrimonios
igualitarios
y
hasta
llegarona
responsabilizar
a la comunidad
LGBT
por los
terremotos
y
por la violencia del narcotráfico.
En
lugar de hacer llamados a la
apertura
de la iglesiacatólicaparatodas las personas,
en lugar de cobijar a
una
chica
trans
que
busca la
fe
en
Cristo
y
que es violentada por
sucomunidad, Norberto
y
Juan
cerraron las
puertas
de
sus
templos aladiversidadsexual
y
esparcieron un lenguaje de odio, ajeno al
amor del profeta
que
fundó su iglesia
Pero la razón
más
importante
por la
que
Rivera
será
recordado
será
porla
impunidad
por el encubrimiento
de
casos
de abusos se
xuales.
El más
sonadoel de Marcial Maciel,
pero
junto
aése los
cientos
de
casos
que
han
sido documentados desde la década de los
noventa.
En
uno
de
sus
últimos actos con
medios,
Rivera
reconoció la
existencia
de
15
casos
de
abusos en la Ciudad de México,
pero
Joaquín
Aguilar,
de
la Red
de
Sobre–
vivientes
de
Abuso
Sexual
por Sacerdotes,
ha
documentado
más
de
540
y
tiene
incluso
demandado a
Rivera
en una corte
de
Cali–
fornia por el presuntoencubrimiento de un
sacerdote abusador
y
que presuntamente
Rivera
encubrió.
Durante
su
reciente
visita
a
Chile
y
a
Perú
el papa Francisco se enfrentó a una
sociedad
molesta por los
abusos
sexuales
de sacerdotes
y
por la falta de
justicia
Asu
paso por esos países,
tres
iglesias católicas
fueron incendiadas (vacías)
y
familiares
de
víctimasde abusos criticaron que Francisco
se presentaraenun evento con
un
presunto
encubridor.
A esto
se enfrenta Carlos Aguiar
Retes,
el sucesor de
Rivera.
A
iglesias cada vez
más
vacías,
a
una
distanciaenormeentre los
cardenales
y
sus
lujos de
sus
fieles, al enojo
de miles de familias que no
han
reabido
justicia
por parte de la iglesia en la que
alguna
vez
confiaron
y
creyeron
Aguiar empezó su reinado siguiendo
la huella de
Rivera,
como
un
cardenal
ena–
morado del poder, al invitar a la candidata
presidencial Margarita Zavala, a su
espo–
so el
ex
presidente Calderón
y
al líder de
Morena Martí Batres a la ceremonia en la
que asumió el arzobispado.
Ojalá
que el nuevo arzobispo no viole el
Estado laico, se acerque a las víctimas de los
abusos sexuales
y
escuche a
voces
como el
obispo
Raúl
Vera, el padreDavidFernández
Dávalos o del padre Miguel Concha Malo
para construir
una
iglesia más incluyente,
más
amorosa
y
que ayude a pacificar al
país
tan
violento en el que vivimos
y
eso
pasa por enterrar el funesto legado del
cardenal
Rivera