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¡Fecha
12.01.2018
ISecdón
nidadas
de hecho
las campañas electorales
empiezan a surgir propuestas sobre la
materi~
por el momento sólo de parte de candidatos a .
la Presidencia de la República, pero siendo un
asunto de grave sensibilidad social, pronto será
parte del catálogo de propuestas
por
parte de presuntos
funcionarios de todo nivel.
La
seguridad pública, como deber de Estado ha
sido .~
de segundo orden en la preocupaclón
pública nactonaL fuera en el sector público o en el
p~vado.
Es hasta
hace
10 años, que, a
raíz
del
creci–
Ollento de la criminalidad relacionada .con los delitos
contra la salud.
~así
llama la ley penal al narcotráfico),
se tomaron acctones categóricas que resultaron con–
trarias a la efectividad deseada: la guerra de Calderón.
Increíblemente se dio careciendo de cualquier base
que sustentara tan grave decisión: conocimiento del
"enemigo" y de los propios recursos legales humanos
y
materiales.
'
Ninguno de losmiembros del gabinete de Seguridad
Naci?naL
S~gob, S~.
Sedena. Semar, SHCP y PGR,
opusteron nmguna tdea preventiva del desastre, sen–
cillamente acataron la decisión formulada semanas
atrás por personas sin experiencia en el tema
ni
en
actos de gobierno.
Esa
decisión fue el inicio de una
cadena
de medidas de alto nivel que, estando bien
pres~ntadas
en d?Cumentos oficiales de
gran
impor–
tancta, nunca tuVleron un reflejo en la realidad.
Durante
el gobierno federall977-1983, muchas
ins–
tituciones
~
Estad?·
cuyo
debec
era
ofrecec
seguridad
a
la
~um~
nactonal se
~bieron
en su ineptitud.
corru~ón.Y
alianz:a con el cnmen.
La
sociedad que
ha–
bía
V1Vldo
inadvettida suficientemente de
tal
corrosión.
empezó a demandar un cambio, el que con intensidad
se inició en
la
siguiente
administración.
Lamentablemente no se
ha
contado con una con–
cepción de seguridad de· visión amplia, que guíe a
los esfuerzos del país en ese orden. Naturalmente, el
empuje social de una población dinámica, de comple–
jidad creciente, propia de su crecimiento,
ha
llevado
las
cosas a niveles peores que en los tiempos antes
vividos. Hoy la comunidad nacional está dolida por
vivir en un ambiente de sangre y corrupción.
La
vio–
lencia que la azota no es causa, es resultado de una
concepción del deber de Estado que fue deficiente,
indiferente e irresponsable, a la que el conflicto le
reventó en las manos y no supo reaccionar.
Hoy es posible decir que hemos pasado ya
más
.de dos
d6cadas
de un vacío en la formulación y apli–
cación de una política pública de amplio espectro en
tomo al tema. En sustitución de ello se han generado
solamente ideas riesgosfsimas, como la mencionada
"guerra de Calderón" que, a 11 años de iniciada,
ninguna voz la defiende. Han sido decisiones siempre
coyunturales, parciales, fantasiosas, buscando luci–
mientos políticos, consecuentemente descuidando la
efectividad a largo plazo para beneficio de la estabili–
dad del Estado nacional.
En este texto se sintetizan ideas que basadas en
(tujomada
Algo más sobre
seguridad pública
JORGE (ARRIUO
OLEA*
vasta experiencia y enriquecidas_por ideas univer–
salmente aceptadas, plantea una aproximación a un
planteamiento de visión panorámica y profunda, con
capacidad de generar satisfacciones en un corto tér–
mino, pero encadenadas con soluciones razonables en
el medio y el largo plazos y rescatar a la nación del
estado de ilegalidad y angustia en que se encuentra.
Una idea como la significada atiende razonablemente
al mayor problema social; la comunidad está preocu–
pada, dolida, enojada por ver a su vida y patrimonio
indefensos y desesperanzados sobre su destino.
Para asegurar su viabilidad como instrumento de
política pública, se abordan los temas medulares a
atender, subrayando, que, siendo el problema de
gran
magnitud. cada especie debe ser desagregada y resuelta
en sus múltiples facetas.
Las
ideas centrales que llega–
ran a conformar la política pública mencionada son:
l . Dar claridad a criterios doctrinales, 2. Prevención,
3. Resttucturación y desarrollo del sistema de segu–
ridad. 4. Profesionalización,
5.
Recomposición del
sistema penitenciario, 6. Abatimiento de la corrupción
policial, 7. Aprovechamiento de las relaciones interna–
cionales y 8. Programación y presupuesto. A partir de
cada
planteamiento, deben generarse múltiples frentes
de atención a líneas de acción a corto, mediano y largo
plazos que aseguren el rumbo deseado al país.
El ensayo se produjo con un acopio de medita–
ciones serenas e informadas sobre la modernidad de
una policía del nivel que nuestro país merece. No es
un planteamiento pretencioso, su alcance es sólo el
reflejo de la complejidad ineludible de la visión para
enfrentar este monumental desafio. Afirma con certeza
que sólo una visión transformadora, de
gran
aliento,
librará al país de retroceder en sus caminos, como está
sucediendo. •
·en colaboración con el maestro Julio Bustamante
carrilloleajorge@gmail.com"'gina -
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