* Versión del discurso de la presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático, senadora Silvia Garza Galván, en el foro "Reforma Urbana y Cambio Climático
Muchísimas gracias, es un placer estar aquí conviviendo con ustedes. Quiero darle las gracias a todos los ponentes por estar aquí, a mi compañero y amigo, el senador Búrquez, a mi amiga María Elena, muchas gracias por acompañarnos, pero sobre todo a ustedes, que a pesar de las dificultades para ingresar aquí, al Senado, están aquí, y que también les doy la bienvenida a todas las personas que están llegando.
Este es un tema muy importante. Lamento muchísimo lo que estamos viviendo, porque son cada uno de ustedes los que van a reproducir lo que vamos a escuchar, de los expertos, que vamos a platicar los ellos para llevarlo más allá, en la sociedad.
Y bueno, pues decirles lo que sabemos, que en los últimos 100 años el hombre ha causado más daños al ambiente, a los recursos naturales y a los ecosistemas que en toda su historia. Ahora debe prepararse para enfrentar las consecuencias: el cambio climático.
El incremento de la temperatura provocará diversos fenómenos climáticos extremos en todo el planeta y ningún país será inmune a estos impactos. Como los principales se registran el aumento en la intensidad de los ciclones tropicales, un buen ejemplo de esto es Ingrid, que lamentablemente ha dejado más de 100 muertes en nuestro país y más de 200 mil damnificados.
La aridez y la sequía cambiarán nuestra agricultura; el aumento de CO2, de 278 partículas por millón a más de 391 partículas por millón, la (inaudible) de los ozonos, el aumento del nivel del mar, las inundaciones, la pérdida de las zonas costeras, la crisis alimentaria, entre otros.
Los asentamientos humanos, la ampliación de zonas urbanas, también tienen un impacto negativo en el medio ambiente, por eso es tiempo de hablar de una verdadera reforma urbana, de una reordenación territorial.
En las últimas décadas perdimos 18 millones de hectáreas de bosques, una superficie equivalente al estado de Sonora; diversas autoridades autorizaron cambios de uso de suelo, y donde había árboles y matorrales, ahora se levantan casas o bien, zonas agropecuarias.
A este ritmo, sólo en siete años más habremos acumulado pérdidas enormes de bosques. Los bosques templados, tropicales y matorrales cubrían el 75% del territorio nacional, antes de 1950. En el año 2000, el 60%, y para el 2020 disminuirán al 50%, una pérdida enorme por donde quiera que se le vea.
El 70% de los mexicanos vivimos en las ciudades, donde el principal aporte en emisiones las generan las fuentes móviles, es decir, el transporte, pero no tenemos una conciencia de ello.
Es fundamental tomar conciencia del cambio climático. Nos regimos por costumbres que no ayudan a detener mucho, y menos a revertir los efectos del cambio climático, y doy tres ejemplos muy sencillos: estamos acostumbrados a pagar por la extracción del agua, por la conducción y por la potabilización más, sin embargo, no pagamos por el agua en sí.
Otro ejemplo es que estamos acostumbrados también a pagar por un litro de gasolina más, sin embargo, nos olvidamos del oxígeno necesario para que se lleve a cabo la combustión.
También, cualquier coche, en este caso hablar de un coche nuevo, nos olvidamos de lo que cuesta en un solo (inaudible) lo que estamos hablando, más de 245 mil litros de agua para su fabricación.
Al mismo tiempo somos el país que ocupa el cuarto lugar en biodiversidad, por eso lo que afecte la biodiversidad de México afecta al mundo.
El aumento de temperatura es un síntoma de que el planeta está enfermo, una de las múltiples causas se encuentra en el caótico desarrollo urbano.
Este es un contexto mínimo para el foro que hoy inicia: “La reforma urbana y sus efectos ante el cambio climático”. Es un ejercicio de reflexión que busca generar políticas públicas con los beneficios a todos.
Bienvenidos y muchas gracias.
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