Versión estenográfica del mensaje de la senadora Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Ceremonia Conmemorativa del 103 Aniversario de la Constitución Política de 1917.
Muy buenas tardes.
Licenciado Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Diputada Laura Angélica Rojas Hernández, Presidenta de la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión.
Señor Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Señor Gobernador Francisco Domínguez Servién, gobernador de Querétaro y presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores.
Señora Secretaria de Gobernación, doña Olga Sánchez Cordero.
Señora Jefa de Gobierno, señoras gobernadoras, señores gobernadores.
Senadoras, senadores. Miembros del Gabinete. Autoridades:
Inicio, expresándoles el gran honor que significa para mí, como mujer, como mexicana y como Presidenta del Senado, dirigirme a ustedes en este acto conmemorativo del 103 Aniversario de nuestra Constitución.
Su celebración merece el mayor reconocimiento a todas las instituciones del Estado, pues gracias a ellas y a su amparo, México vive hoy en democracia y en libertad.
Todo aquello que nos une y da sentido como nación, está en la Constitución. Nuestro pasado, nuestras aspiraciones, luchas y conquistas históricas; todo se encuentra cifrado en la Constitución, que es al mismo tiempo, norma suprema, pacto político, síntesis ideológica y expresión material de la voluntad colectiva.
Como mexicanas y como mexicanos, nos afirmamos y reafirmamos en la Constitución.
Hoy, celebramos que hace 103 años México tuvo la visión y la capacidad de construir una sólida base jurídica, política y social para el desarrollo del país, luego de la Revolución Mexicana.
La Constitución de 1917, fue un excepcional pacto político que permitió pacificar al país y establecer los principios del poder público, en clave republicana, federal y democrática.
Fue también un pacto social que respondió a los principales y a las principales demandas del pueblo de México, y al elevar a rango constitucional los derechos sociales. Nuestra norma suprema se convirtió en uno de los baluartes del constitucionalismo social.
Esta Constitución, nos ha dado un proyecto de nación, una carta de navegación que se ha mantenido vigente a lo largo del tiempo, acompañando la evolución de la sociedad.
Esto se debe a que, desde sus orígenes, el texto constitucional estipuló un mecanismo de preservación y actualización, haciendo de la nuestra, una de las Constituciones más reformadas y adicionadas en todo el mundo.
En las últimas décadas, se pudieron concretar transformaciones de gran envergadura, como la democratización del país, la igualdad jurídica ante la ley, el reconocimiento del voto de las mujeres, la autodeterminación de los pueblos indígenas y el cambio de paradigma en materia de derechos humanos. Tan sólo por nombrar algunas.
Nuestra historia refleja una Constitución abierta, promotora y receptora del progreso social.
Con esta convicción, en la LXIV Legislatura, hemos aprobado 13 reformas constitucionales que buscan dar respuesta a las demandas del siglo XXI.
Entre ellas, destacan las medidas aprobadas para detener y combatir la corrupción.
Hemos legislado para aplicar la extinción de dominio a los bienes que sean producto de actividades ilícitas y que esos recursos puedan ser utilizados en beneficio de los grupos vulnerables.
Incluimos en el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, al uso indebido de programas sociales con fines electorales, a la corrupción y al feminicidio.
Reformamos el emblemático artículo 3º, devolviendo el sentido social a la educación y reconociendo la labor fundamental de las maestras y de los maestros, en beneficio del país.
Plasmamos en nuestra Constitución, el reconocimiento de la participación paritaria de las mujeres en la vida pública del país, para avanzar conjuntamente en la toma de decisiones políticas y administrativas.
La Legislatura de la paridad de género, atendió a su cita con la historia en la lucha por el empoderamiento de las mujeres.
Legislamos para que un grupo históricamente vulnerado, como el de las personas, pueblos y comunidades afromexicanas, les sean garantizados sus derechos y su identidad.
En materia de seguridad, establecimos las bases para la Guardia Nacional, institución policial honesta, destinada a salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas.
Con la reforma en materia de consulta popular y revocación de mandato, atendimos a un sentido reclamo social, y fortalecimos los mecanismos de participación ciudadana; y, en caso de que los gobernantes fallen, puedan ser removidos de su cargo cuando hayan perdido la confianza de su pueblo.
Ninguna de estas reformas hubiera sido posible sin el diálogo y acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas, representadas en las cámaras del Congreso de la Unión y en las legislaturas locales.
A todas y todos los legisladores, mi reconocimiento por anteponer los intereses de la nación, frente a las legítimas diferencias que nos distinguen en el marco de un México plural.
Señoras y señores:
Esta conmemoración, nos invita a pensar en las transformaciones que debemos seguir impulsando, con base en nuestro legado constitucional.
Hoy, como hace 103 años, México enfrenta numerosos desafíos, y estoy segura de que hoy, como en ese entonces, tendremos la capacidad de salir adelante.
Nuestra Carta Magna seguirá siendo esa brújula que nos orienta en las adversidades y el factor de unidad ante la discordia.
Es tiempo de fortalecer nuestra cultura constitucional, de entender y atender la importancia que tienen los derechos humanos, de valorar la democracia y de participar colectivamente en la construcción de un México mejor.
Honremos a la Constitución con nuestros actos de cada día.
Honremos a la Constitución impulsando las transformaciones que nuestro país necesita.
Muchas gracias.
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