Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

SESIÓN ORDINARIA DE LA H. CÁMARA DE SENADORES, CELEBRADA EL MIÉRCOLES 28 DE MARZO DE 2012.

PRESIDENCIA DEL CIUDADANO SENADOR JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN

 -EL C. PRESIDENTE JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN: (11:19 horas) Solicito a la Secretaría informe a la Asamblea, el resultado del cómputo de asistencia de las señoras y señores senadores.

 -EL C. SECRETARIO RENÁN CLEOMINIO ZOREDA NOVELO: Señor presidente, compañeras senadoras, compañeros senadores, de acuerdo al registro electrónico, se han acreditado para estar en esta sesión un total de 68 senadoras y senadores.

 En tal virtud, hay quórum, señor presidente.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Muchas gracias.


 Se abre la sesión del miércoles 28 de marzo de 2012, correspondiente al Segundo Período Ordinario de Sesiones del Tercer Año de Ejercicio.

 El orden del día está disponible en el monitor de sus escaños; con lo cual se informa de los asuntos que corresponden a la agenda de hoy.
 
 El acta de la sesión anterior se encuentra publicada en la gaceta del Senado.
 
 En consecuencia, consulte la Secretaría a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba.

 -EL C. SECRETARIO ZOREDA NOVELO: Consulto a la Asamblea, en votación económica, si el acta de la sesión anterior es de aprobarse.

 Las senadoras y los senadores que estén porque se apruebe el acta, favor de manifestarlo levantando la mano. (La Asamblea asiente)

 Las senadoras y senadores que estén porque no se apruebe el acta, favor de manifestarlo levantando la mano. (La Asamblea no asiente)
 
 Aprobada el acta, senador presidente.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Muchas gracias.
 
 Pasamos al siguiente asunto.

 -EL C. SECRETARIO ZOREDA NOVELO: Se recibió del Instituto Belisario Domínguez, el Acta de acuerdos de la sesión del Consejo Consultivo, de dicho Instituto, celebrada el 7 de marzo del año de 2012.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Esta Asamblea ha quedado debidamente enterada.
 
 Pasamos al siguiente asunto.

 -EL C. SECRETARIO ZOREDA NOVELO: Se recibió del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, su Memoria Anual de funcionamiento, correspondiente al ejercicio fiscal del año 2011.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Remítase dicho documentación al Archivo Histórico del Senado.
 
 Pasamos al siguiente asunto.

 -EL C. SECRETARIO ZOREDA NOVELO: Se recibió de la Cámara de Diputados, un proyecto de decreto que expide la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos; y abroga la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas; y que también reforma diversas disposiciones de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada; del Código Federal de Procedimientos Penales; del Código  Penal Federal; de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; de la Ley de la Policía Federal y de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Túrnese a las comisiones unidas de Justicia; y de Estudios Legislativos, Primera, para su análisis y dictamen correspondiente.
 
 Pasamos al siguiente asunto.

 -EL C. SECRETARIO ZOREDA NOVELO: También de la Honorable Cámara de Diputados, se recibieron dos proyectos de decreto que conceden permisos para prestar servicios en representaciones diplomáticas en México.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Túrnense ambos expedientes a la comisión de Gobernación, para sus efectos correspondientes.

 Continúe la Secretaría.

 -EL C. SECRETARIO ZOREDA NOVELO: Se recibió una invitación del Gobierno del Distrito Federal, para asistir a la ceremonia conmemorativa del 93 aniversario luctuoso del General Emiliano Zapata Salazar, a realizarse el martes 10 de abril del año de 2012.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Para asistir a esa ceremonia, en representación del Senado, se designa en comisión a la senadora Martha Patricia Jiménez Oropeza.

 En otro apartado del orden del día, tenemos la primera lectura a cinco dictámenes de la comisión de Gobernación, con proyectos de decreto que conceden permisos para aceptar y usar condecoraciones que otorgan gobiernos extranjeros.

 Debido a que se encuentran publicados en la gaceta, y con fundamento en lo dispuesto por el artículo 193 del Reglamento, quedan de primera lectura.

 Ahora tenemos la segunda lectura, a un dictamen de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales; y de Estudios Legislativos, con proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 40 constitucional, para adicionar el  término laico a la forma de Estado.
 
 Debido a que el dictamen se encuentra publicado en la gaceta de este día, consulte la Secretaría a la Asamblea, en votación económica, si se omite su lectura.

 -EL C. SECRETARIO ZOREDA NOVELO: Consulto a la Asamblea, en votación económica, si autoriza se dispense la lectura del dictamen.

 Las senadoras y senadores que estén porque se dispense la lectura del dictamen, sírvanse manifestarlo levantando la mano. (La Asamblea asiente)
 
 Las senadoras y senadores que estén porque no se dispense la lectura, sírvanse manifestarlo levantando la mano. (La Asamblea no asiente)
 Se autoriza se dispense la lectura, senador presidente.

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFÍN: Muchas gracias.
 
 Informo a la Asamblea que el dictamen que nos ocupa, consta de un solo artículo, por lo que está a discusión en lo general y en lo particular, en un solo acto.
 
 Se concede el uso de la tribuna al senador Melquíades Morales Flores, presidente de la comisión de Puntos Constitucionales, para presentar el dictamen, a nombre de las comisiones, en los términos de lo que dispone el 198 de nuestro Reglamento.

 -EL C. SENADOR MELQUÍADES MORALES FLORES: Señor presidente; señoras y señores senadores.

 El Estado o república laica, fue definido en la Constitución de 1857, y posteriormente en las Leyes de Reforma, que dieron motivo a una sangrienta guerra, de tres años, de 1857 a 1860; después a la intervención francesa y al efímero imperio de Maximiliano de Habsburgo.

 Esta definición constituye un parteaguas en la historia nacional, al establecer claramente la separación de la Iglesia y el Estado y la supremacía de las instituciones civiles.

 Laicidad no significa, de ninguna manera, confrontación o negación de una religión; significa tolerancia y libertad amplia de creer y de pensar; significa que todas las Iglesias, sea cual fuere el número de fieles, tienen las mismas consideraciones y todas son iguales, frente a la ley y al Estado.

 Significa que el Estado laico se caracteriza por la neutralidad…


(SIGUE  2ª. PARTE)
… iguales frente a la ley y al Estado.

 Significa que el Estado laico se caracteriza por la neutralidad del poder político con relación a la profesión de cultos religiosos y a las ideas, convicciones y principios de orden ético que cada persona profese en su ámbito interno.

 El Estado sólo sanciona conductas contrarias a los ordenamientos legales y no a formas de pensar.

 Como lo señala el dictamen, el laicismo parece la idea más adecuada para proporcionar una base común a todos los ciudadanos, sea cual fuere su fe religiosa y permite unirlos a todos entorno a una serie de valores: los de la democracia, los derechos humanos y Estado de derecho.

 El principio de laicidad determina la prohibición del Estado de establecer alguna religión oficial, pues el gobierno debe ser neutral y no debe favorecer a ninguna.

 Laicidad es tolerancia y pluralidad, de ninguna manera es cerrazón o antirreligión. Es respeto entre los individuos, independientemente de sus creencias o maneras de pensar. Es, en suma, coexistencia de todos los credos.

 Es la expresión clara de la democracia y sin duda alguna de las libertades en su más amplia acepción.

 Por su parte, Guido Cloguero define al laicismo no como una filosofía o ideología particular, sino como un método de convivencia de todas las filosofías e ideologías posibles donde el principio laico se basa en no poseer más la verdad de lo que cualquiera otro pueda o pretender poseer. El laicismo sigue diciendo, el autor, representa la armonía de los principios esenciales.

 Primero, respeto a la libertad de creencias y su práctica individual y colectiva.

 Segundo, autonomía de los políticos y de la sociedad civil frente a las normas religiosas y filosóficas.

 Tercero, igualdad ante la ley y no discriminación directa o indirecta hacia las personas.

 Hay muchas voces que rechazan se hable de república laica porque según ellos en escrito sentido debe referirse al Estado laico.

 Estas Comisiones Unidas consideran, de acuerdo a opiniones autorizadas, que estos conceptos se utilizan de manera indistinta en diversos artículos de la Constitución. Y así tenemos el concepto de República es sinónimo de país o territorio nacional, tal y como se observa en los artículos tercero, fracciones tercera y octava, 11,18, 27, párrafo 5°, así como en el 73 en diversas fracciones.

 Es sinónimo de Estado cuando se refiere al Presidente de la República en los artículos 8°, 9°, 26, 29,30, 34,35,73, en varias fracciones, 74, fracción 4° y 76, fracciones segunda, cuarta y quinta. Es sinónimo de gobierno en el artículo 40, precisamente que hoy discutimos.

 Como se observa, existen diversos artículos en lo que se hace referencia al término de laicidad, que son el artículo 3° y el 130 de la Constitución.

 De manera que este concepto viene desde el Siglo XIX y no es nuevo en nuestro esquema constitucional. De tal manera que al abordarlo con esta reforma pretendemos confirmar una tradición y un sistema de derecho que ha permitido la convivencia civilizada entre los mexicanos que tenemos muy presente que los conflictos religiosos del pasado nos han enfrentado y nos han dividido.

 No debemos repetir la historia y sí clarificar lo que ha servido y permitido que México viva en paz en plenitud de las libertades de pensamiento y de creencias. Así lo exigen los tiempos y la realidad.

 Al presentar este dictamen lo hacemos conscientes de nuestra responsabilidad legislativa y que de ninguna manera pretendemos trastocar el sistema constitucional al aprobar esta adición al artículo 40 de nuestra Carta Magna. Por el contrario, creemos que consolidamos la estructura jurídica del Estado con el… y puntal de la laicidad.

 En una República laica, como la nuestra, seguiremos transitando hacia el futuro con la certeza de que atrás quedan la intolerancia, la discriminación, las luchas fraticidas; y sí en cambio vamos por camino seguro por la convivencia pacífica, la concordia, la pluralidad de ideas y creencias, con el único límite que es el respeto a la ley y el derecho de los demás.

 En esa virtud, ruego a ustedes si así lo consideran, señores legisladores, aprobar este dictamen por el que se adiciona al artículo 40 el concepto de laicidad en su definición de República Representativa Democrática Federal, tal y como es la voluntad del pueblo mexicano, según el propio artículo 40.

 Muchas gracias. (Aplausos)

 -EL C. PRESIDENTE GONZÁLEZ MORFIN: Muchas gracias senador Melquiades Morales.

 Informo a la asamblea que para la discusión del dictamen se han inscrito en contra el senador Dante Delgado y a favor los senadores Pablo Gómez, la senadora María de los Ángeles Moreno y el senador Alejandro Zapata Perogordo.

 En consecuencia, tiene la palabra, para hablar en contra del dictamen, el senador Dante Delgado, del Grupo Parlamentario Movimiento Ciudadano.

 -EL C. SENADOR DANTE DELGADO: Señor presidente; compañeras y compañeros senadores.

 Hago uso de la palabra para levantar la voz en el sentido de que si alguno de ustedes tiene alguna duda de que vivimos en un Estado laico, lo manifieste. Y estoy dispuesto a cualquier interpelación. Somos un Estado laico porque expresamente la Constitución establece que debe haber un profundo respeto a la libertad religiosa y además porque la Constitución establece precisamente en el artículo 24, párrafo segundo, que no puede el Congreso legislar en materia religiosa, porque no hay inclinación del Estado mexicano en preferencia por alguna religión.

 Y también somos un Estado laico por la conceptualización de nuestra estructura de gobierno que a nivel municipal ni estatal ni en los órganos de instalación de nuestras instancias de gobierno federal, se obliga como norma establecida en nuestra Constitución que se celebre al margen del texto de la ley ningún tedeum, ningún acto de inclinación religiosa. Precisamente allí radica la laicidad del Estado mexicano a diferencia de otras constituciones que expresamente señalan la celebración de rituales religiosos o el juramento sobre biblias.

 Y resulta que en medio de un debate por el artículo 24, que como bien lo dijo un compañero senador del Partido Acción Nacional, la reforma al 40 y la reforma al 24, son las dos caras de la misma moneda.

 Y precisamente porque de manera arbitraria y violando el procedimiento reglamentario en la última sesión en la Cámara de Diputados se aprobó la reforma al artículo 24, en la que en su Exposición de Motivos se habla de la necesidad de hacer reformas posteriores al artículo 3°, al 5°, al 27, al 130 constitucional, es precisamente por ello por lo que se rescata de la congeladora después de dos años el artículo 40…


(Sigue 3ª parte)
....  por lo que se rescata de la congeladora después de dos años, el artículo 40, en nuestra Constitución, que de buena fe, y prácticamente por unanimidad, los diputados habían aprobado para que se incluyera la palabra laica dentro del 40 constitucional, aun cuando no es necesario que explícitamente nuestro texto constitucional lo establezca, porque somos un país, somos una república laica, porque así lo establece la Constitución al no preceptuar que somos un Estado  “ni idiocrático”,  ni que tiene que cumplir con formalidades  y rituales religiosas, por eso somos un país que tiene una norma constitucional, social, abierta y respetuosa de todas las creencias. 

Precisamente por ello se hizo la reforma al artículo 130 constitucional, para permitir la libertad religiosa, para permitir que los órganos del estado tuvieran el control, el registro de todos los pastores y de todas las iglesias en el país, y así se ha hecho, y esto nos permitió restablecer relaciones con el Estado Vaticano, y adicionalmente mantener un clima de respeto y de apertura total en nuestro país, porque aun cuando la Constitución establecía con precisión que no se podían realizar actos religiosos públicos, era más fuerte la voluntad de  ánimo de nuestro pueblo, que teniendo respeto y veneración el 12 de diciembre, por la Virgen de Guadalupe, yo les pregunto a ustedes: ¿qué gobierno nacional, regional o municipal se hubiese podido atrever a limitar la manifestación de los devotos mexicanos que peregrinan en homenaje a la Virgen de Guadalupe?, y no porque quisieran incumplir con una norma constitucional, sino porque no puede una norma estar contra las costumbres y contra la idiosincrasia de un pueblo, y por eso en este país siempre se han celebrado con peregrinaciones  por todo el territorio nacional, la celebración del 12 de diciembre.

El haber regularizado con la reforma del 130 el respeto a las iglesias, el respeto al libre pensamiento de los ciudadanos en su manifestación más profunda, como está contemplado en el 24 constitucional, nos ha demostrado que podemos ser un país que supere las profundas diferencias que vienen desde el siglo XIX, y que generaron  a principios del siglo pasado una cruenta disputa por la religiosidad  en  nuestro país, y que se conoce como la Guerra Cristera.

Yo pregunto, ¿por qué queremos abrir viejas heridas entre la sociedad nacional?  Yo pregunto, ¿por qué si el texto 24 constitucional permite la libertad de creencias, el respeto a la individualidad?  Queremos de forma apresurada realizar una reforma, que por cierto ya está considerada en el respeto  a los derechos humanos, en la libertad de conciencia, y adicionalmente incluir un término de libertad de convicciones éticas, que genera una discrecionalidad y que llevará al Estado Mexicano a convertirse en árbitro de éticas, ¿cuál ética?, la ética pública, el respeto a la norma, o el respeto a la conceptualización individual que pueda tener cada uno de los ciudadanos. 

¿Por qué compañeros legisladores con una reforma arbitraria, insensible, absurda, queremos dejar que las futuras legislaturas reglamenten ese concepto que va a lastimar sensiblemente a libres pensadores y a personas que profesan diferentes religiones? 

Este es el motivo por el que a nombre de Movimiento Ciudadano he subido a externa mi inconformidad con la reforma, no al 40 constitucional, que más da que le podamos agregar, como aquí lo ha explicado el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, nuestro compañero y amigo el senador Melquíades Morales, el hecho de que en lugar de que fuera república laica, tendría que ser el estado laico, en nada afectaría, coincido plenamente con sus argumentos, el problema es que la reforma al 40 significa, para legitimar una aparente laicidad del Estado, cuando con el artículo 24 estamos dando una puñalada a la reforma que pretendemos realizar, precisamente porque vamos a dejar en manos de quienes quieren interpretar nuestra reforma, que pueden hacer de la Ley Reglamentaria lo que quieran, a grado tal de que cuando se presente la reforma del 24, verán que solamente se ha maquillado el concepto de la exposición de motivos, al retirar los artículos que adicionalmente en la propuesta que planteaban como reformables, el tercero, el quinto, el 27 y el 130 constitucionales.

Compañeras y compañeros senadores, respetuosamente les solicito que valoren la responsabilidad que tenemos, si no hemos estado a la altura de las demandas de la sociedad nacional, porque hoy hay más pobreza, porque hoy hay desempleo, porque no hay vida digna para millones de familias mexicanas, si nuestra generación en el campo de la administración pública y de la política no ha estado a la altura de las necesidades y demandas de nuestro pueblo, repito, respetuosamente les solicito que no agravemos las diferencias entre nuestra sociedad.

Respetuosamente les solicito que separemos la reforma del 40 en relación al 24, y que dejemos el texto del 24 en los términos en que actualmente lo contempla nuestra Constitución, y que no genera ningún debate.

Amigas y amigos legisladores, confío en que antes de los intereses fácticos de este país, antes de las decisiones que se han tomado fuera de este Senado, ustedes reflexionen en el compromiso que tienen con el pueblo que los eligió; no permitamos que por absurdas acciones de docilidad, profundicemos las diferencias que han sido superadas por el tiempo en la historia. 

Amigas y amigos, recuerden que en otras latitudes del mundo los problemas tienen que ver precisamente con la religiosidad, dejemos que el problema de la religión sea un problema de conciencia de cada uno de los mexicanos, y no una acción de intervención de las esferas gubernamentales, esa es la petición respetuosa que formula desde aquí, Movimiento Ciudadano a todo el pleno de este Senado. Por su comprensión, muchas gracias. (Aplausos).

-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN:  Gracias, senador. Tiene la palabra para hablar en pro del dictamen, el senador Pablo Gómez, del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.


(Sigue 4ª. Parte)
. . . del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.

 -EL C. SENADOR PABLO GOMEZ ALVAREZ: Senador Presidente, manifiesto mi protesta por las restricciones al ingreso de personas a las galerías del Senado. Creo que carece de justificación.

 Señoras y señores senadores, se consulta  un proyecto originado hace varios años en la Cámara de Diputados para agregar en el artículo 40  de la Constitución la palabra laica y definir de esa manera la  República que en ese artículo está expresado como forma de gobierno, y que evidentemente tiene relación con el funcionamiento de los Poderes Públicos que, debe llevar a cabo sus atribuciones y en general sus funciones al margen  de las creencias de carácter religioso o de las convicciones contrarias a la religión.

 Cada país tiene su propia laicidad como producto histórico, no hay una laicidad como patrón internacional, mucho menos universal, el laicismo como corriente de pensamiento que tiene que ver con el funcionamiento y el carácter del estado fue implantado o fue reconocido en distintos países, en situaciones históricas  particulares.

 En México las acciones en contra de funciones de la iglesia  que deberían corresponder  a las autoridades y el extraordinario enriquecimiento material de la Iglesia Católica durante los años de la Colonia que fueron  300, generó una respuesta  de esa corriente laicista singular, la Reforma se dirigió como algunos actos anteriores que fueron mediatizados en contra  de una iglesia que era una limitante estructural del desarrollo socioeconómico del país, propietaria de grandes extensiones de tierra de labor, propietaria  de grandes cantidades de inmuebles para alquiler, concentradora de una parte del ingreso nacional  pro días extraeconómicas constituía un valladar para el desarrollo del capitalismo en México.

 La respuesta de la Iglesia  fue virulenta, fue una guerra  y como consecuencia de esa guerra quienes obtuvieron la victoria aplicaron otras restricciones e iban más allá de las originales y que tenían como propósito limitar la actividad  pública  de los sacerdotes e impedir que éstos tuvieran  que ver con la educación pública.

 Se dice con razón, que la laicidad mexicana siempre fue muy radical y mucho más después de la Revolución de 1910, 17 con la promulgación de la Constitución de ese año, en donde se establecieron  restricciones muy fuertes al clero y se prohibió en la Constitución lo que ya estaba prohibido en la Ley  era el culto externo y se negó a los sacerdotes su calidad de ciudadanos y a las corporaciones eclesiales toda personalidad jurídica.

 Que también fue una respuesta inusitada extraordinaria, producto de la posición de la iglesia en los acontecimientos  anteriores a ese momento.

 Las persecuciones religiosas de la época  callista  que no debieron haberse llevado a cabo en mi opinión, también provocaron una respuesta virulenta y una guerra en una parte del país.

 Sí ha habido excesos de laicismo mexicano, porque no todo país  tuvo la iglesia católica que nosotros tuvimos, una que nunca defendió las causas nacionales y populares,  a diferencia de otras iglesias católicas que en muchos países, incluso como en Polonia se convirtieron en el principal frente de resistencia, en al reivindicación de la independencia nacional.  No fue así en México.

 No debemos anclarnos en la historia, pero no debemos ignorarla,  poner en el artículo 40 el carácter laico de la República es Congruente con la Constitución, pero no nos da más laicidad al Estado Mexicano, con mucha  sabiduría los liderales triunfantes del siglo XIX resolvieron el problema eliminando de la Constitución la religión oficial con instrucción de cualquier otra y estableciendo la libertad de expresión y estableciendo la libertad de imprenta.

 Y esto puso a la iglesia en tales materias en una dimensión completamente diferente despojada además de la mayor parte de sus riquezas materiales.

 Creo que  introducir en el artículo 40 cuya discusión yo separo del debate sobre la reforma del artículo 24 y mi grupo parlamentario lo separa totalmente, son dos asuntos diferentes, no están vinculados entre sí, ni en el tiempo en que fueron aprobados en la Cámara ni en el debate del día de hoy.

 Esta congruencia al declarar la República como una República Laica, la República entendía como forma de gobierno, no como territorio, no como sociedad de ciudadanos, sino como forma de gobierno, así es como está redactado el artículo 40 de la Constitución es totalmente congruente con el principio histórico  de la separación entre la Iglesia y el Estado señalado en el artículo 130 a partir de la reforma de 1992.

 Señoras y señores, el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática va a votar a favor de la reforma del artículo 40  y entrará en el debate del siguiente proyecto de reforma del artículo 24, lamentando enormemente que el proyecto enviado por la Cámara de Diputados, de reforma del artículo 40 haya sido congelado hasta . . .


(Sigue 5ª parte). . . . . . . . . . . ……..por la Cámara de Diputados, de reforma del Artículo 40 haya sido congelado hasta hoy que se presentará la reforma del Artículo 24, de la Constitución, como si se tratara de una especie de cambalache en materia constitucional que es inadmisible en un Estado Laico, justamente. Ya entraremos en el debate del contenido del proyecto de reforma del Artículo 24, pero lamentamos mucho que Acción Nacional haya postergado durante años el examen en el pleno del Senado del proyecto de reforma del Artículo 40, y que sólo haya admitido su dictamen y discusión en el pleno a partir del arribo procedente de la Cámara de Diputados de las reformas del Artículo 24 de la Constitución.

Este no es el método parlamentario más adecuado en un diálogo dentro del sistema bicameral.

Muchas gracias por su atención.

(A P L A U S O S)

- EL C. PRESIDENTE SENADOR JOSE GONZALEZ MORFIN: Gracias, Senador Pablo Gómez.

Tiene la palabra para hablar en pro del dictamen, la Senadora María de los Angeles Moreno, del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.

- LA C. SENADORA MARIA DE LOS ANGELES MORENO URIEGAS: Con su permiso, Presidente, compañeras y compañeros:

Estamos en este día debatiendo sobre un asunto que sigue siendo vigente y de crucial importancia para la libertad, para la democracia, para una correcta relación entre una sociedad diversa y plural.

La construcción de nuestro Estado Constitucional Laico corresponde a un proceso político, jurídico y cultural por virtud del cual los integrantes de nuestra sociedad ejercieron su libertad y adoptaron los instrumentos de cohesión que les permiten convivir en un ambiente de pluralismo cultural, político, ideológico y religioso.

Este proceso incluye el respeto por las diferencias que no es una actitud pasiva, por el contrario; es una forma de entender que la libertad ajena es tan amplia como la propia, y que el diálogo enriquece la vida colectiva.

En el pasado los mexicanos experimentamos los efectos de la intolerancia, de la exacerbación de ánimos y de la lucha fratricida.

Alcanzar el nivel de un estado constitucional nos llevó mucho tiempo y nos exigió sacrificios.

Por diversas circunstancias en nuestro tiempo están resurgiendo algunas tensiones y presiones que pueden afectar valiosos avances. La responsabilidad cívica indica que debemos de promover soluciones para preservar la armonía en la pluralidad.

En 1857, cuando casi la totalidad de la población mexicana era católica, sus representantes  -los del pueblo- resolvieron que el Estado no debía profesar una religión y que ningún credo podía ser obligatorio. Con excepciones los liberales mexicanos eran creyentes y eran católicos.

Las discrepancias de opinión y el ánimo de algunos que detentaban el poder religioso, también el económico llevaron a una guerra de tres años, entre 1858 y 1861, la lección fue dura, pero fructificó, y en sucesivas etapas de nuestra vida constitucional se fueron dando pasos encaminados a la consolidación del Estado Laico.

Las Leyes de Reforma fueron incorporadas a la Norma Suprema en 1873, y en 1917 se estableció la laicidad en la educación impartida por el Estado.

Una modificación introducida en este Artículo Tercero en 1934 produjo una sensación de exclusión para el catolicismo, pero el Estado encontró una solución satisfactoria en 1946, cuando el Artículo Tercero volvió a ser reformado, en esta ocasión para asociar los conceptos de laicidad y democracia.

El proceso, sin embargo, no ha concluido, el sentimiento dominante entre los mexicanos es favorable a la tolerancia propia de un estado secular. Para que la convivencia basada en el respeto se vea fortalecida y para evitar el resurgimiento de una polarización que de nueva cuenta nos escinda, es conveniente recorrer el tramo que falta y extender el principio de la laicidad a todos los ámbitos de la vida institucional, la pública, la que compartimos.

En esta coyuntura ha sido necesario hacer explícita la estructura laica del Estado Mexicano y adicionar el Artículo 40, como ya se ha señalado.

Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república representativa, democrática, laica y federal, y continúa, por supuesto, el artículo.

Es importante aclarar en qué sentido se utiliza el concepto laico.

El concepto que nosotros sustentamos sobre la laicidad corresponde a la neutralidad del Estado en materia de confesiones religiosas y de convicciones éticas, filosóficas e ideológicas de las personas.

El Estado no debe imponer el cumplimiento coactivo de una norma moral o de una forma de pensar. Esto sólo lo han hecho los estados confesionales y los estados totalitarios.

El Estado tampoco debe sancionar o disuadir a nadie en cuanto a ese tipo de creencias y de convicciones. En tanto que el laico, el Estado debe garantizar la libertad irrestricta en cuanto hace a las diferencias convicciones y a las creencias personales; pero su neutralidad, por ella, el Estado Laico es una garantía para que las relaciones entre las personas se desenvuelvan de manera respetuosa, tolerante, responsable y libre.

En una sociedad democrática rige el criterio mayoritario para la elección de representantes y para la adopción de decisiones. Pero la acción de esos representantes y el contenido de esas decisiones no puede ni debe implicar situaciones de desventaja, discriminación o exclusión para las minorías ni para persona alguna en particular.

La homogeneidad coactiva de criterios, de creencias y de convicciones es incompatible con una sociedad democrática.

Pero, no podemos seguir refiriéndonos a las leyes que establecieron y mantienen el laicismo en México como paradigmas que se acatan en la legislación o en la propia Constitución sin cumplirlas, como sucede con tantas otras; ejemplos recientes de este incumplimiento es la recepción que se da al señor Joseph Ratzinger, quien viene  -se dijo- en misión pastoral, pero al final se le dio recepción de Jefe de Estado, porque convivió con él y se hizo un acto público multitudinario que simplemente está expresando al estar ahí el Presidente de la República y tomar públicamente frente de los medios de comunicación la, el pan, que es para la comunión, está infringiendo una ley secundaria a estos preceptos constitucionales.

La laicidad afirma la unidad del pueblo basándose en la libertad e igualdad de derechos de las personas que componen la sociedad, la libertad en juego, es esencialmente la libertad de conciencia, de pensamiento, de filosofía, la cual no está sometida ni puede estarlo a credo alguno obligado. La igualdad reconocida a los credos es la que corresponde al ámbito de las preferencias personales.

En con secuencia, la laicidad tiene  como referencia y como fundamento la cosa común, el Laos en una de sus acepciones etimológicas.

Más allá de las definiciones o diferenciaciones espirituales o de creencias. Es sin lugar a dudas un fenómeno sociopolítico que caracteriza los inicios de la era moderna a partir del individuo y la libertad de conciencia, pensamiento y decisión.

Lo más interesante es que ni hoy ni ayer al pugnar por un Estado Laico y una laicidad…..


(Sigue 6ª. Parte)
...lo más interesante es que, ni hoy, ni ayer, al pugnar por un estado laico y una laicidad social el objetivo ha sido contraponerse a las creencias, a las prácticas religiosas o a las iglesias mismas. Fueron hombres creyentes, católicos en su mayoría, quienes dieron la lucha por la libertad de pensamiento y la clara separación de los ámbitos de acción del Estado y las iglesias.

Hoy se reafirma que sólo un estado laico puede garantizar la posibilidad real de que todas las formas de pensar sean respetadas y, por tanto, de avanzar en la democracia. Las afirmaciones laicas logradas tienen repercusiones tan importantes, como la libertad de cátedra y de investigación científica. Esto básicamente en las universidades, pero no sólo en ellas.

Sin estas libertades de cátedra y de investigación el rezago del país sería irremediable. Los embates conservadores, al paso de los siguientes años y hasta el presente, han continuado, y en diferentes formas han pretendido dar a la educación general un tono por el que la iglesia, especialmente la mayoritaria, pretende volver por sus prebendas y privilegios y olvidar el papel que la ley le ha conferido.

Las modificaciones subsecuentes, y especialmente las realizadas en los años 90, abrieron el reconocimiento de personalidad jurídica a las organizaciones denominadas iglesias, que han significado mayor apertura a sus actividades, pero no un mejor cumplimiento de las disposiciones sobre sus alcances y obligaciones.

Las discusiones hoy parecieran entrar en asuntos que interpretando el concepto de libertades religiosas va más allá de lo que dice el artículo 24 constitucional vigente. Pretenderían la difusión pública de doctrinas y actos de culto religioso a través de medios masivos de comunicación, así como la aceptación de que se impartiera instrucción religiosa en las escuelas públicas, cuestión por demás rechazable.

Las condiciones actuales, la realidad que vivimos, podrían hacernos suponer que el estado laico peligra. Para ello hay que preguntarnos, ¿dónde comienza y dónde termina el estado laico? Porque una cosa es entender el laicismo como doctrina que defiende la libertad de pensamiento, de conciencia y de expresión de los seres humanos respecto de cualquier doctrina o ideología, y, otra, su aplicación en la vida concreta y en la política práctica, es ahí donde surgen las dificultades.

Por ello, retomar la historia, los alcances, las limitaciones y el futuro de la laicidad en México, llevó a plantear, a través de un grupo de legisladores, asociaciones civiles, agrupaciones, y otros mexicanos laicos, como tarea legislativa la de precisar en el artículo 40 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos que somos una república representativa, democrática, laica y federal.

Esto entendido como un asunto de importancia política, social y jurídica, pues varios artículos constitucionales dejan clara la laicidad del Estado, y la experiencia muestra la actitud laica de la mayoría de la sociedad mexicana. Con dicha visión, quienes estamos convencidos de la pertinencia de la laicidad, queremos ratificar y recordar que sólo dentro de una organización política y jurídica laica se pueden asegurar las libertades fundamentales de adoptar un credo religioso o no, de expresarse y discrepar, y de adoptar la filosofía que a cada cual convenza.

El Estado laico no necesitaría legitimación externa para justificar su existencia, su fuerza real es la adhesión de los ciudadanos quienes lo entienden como la concreción de su propia soberanía. Con todo es imperioso hacer explícito un hecho que la historia de México, y en ella el largo bregar de la inteligencia de nuestro pueblo, han querido y asumido como realidad.

En consecuencia, la laicidad no se puede disociar de la actividad del pensamiento crítico, se trata de promover, de manera activa y permanente, lo que distancia al poder público de los diversos grupos de presión, y lo que emancipa a la razón potencial de los seres humanos, de todas las conceptualizaciones o trabas de las que puede ser objeto.

Ello implica desprenderse tanto de cargas antirreligiosas, como de fanatismos, a fin de mantener una convicción firme en la defensa del conocimiento científico y del respeto a quienes no profesan religión alguna. Los debates laicos que han tenido lugar recientemente dan cuenta de un atraso significativo en el planteamiento de argumentos actuales, que den coherencia al discurso, a fin de que las nuevas generaciones enfrenten y defiendan, con las mejores armas intelectuales y morales, la libertad de conciencia y la libertad de pensamiento. Que aseguren que la laicidad permanezca, permee y se fortalezca como un sustento indispensable de la verdadera democracia.

Sin laicidad no puede haber democracia. El valor de la democracia reside precisamente en que en ella caben valores, ideas, creencias y convicciones de signos diversos; que la diversidad la enriquece y la pluralidad la legitima.

Termino, señor presidente, subrayando lo que ya dijo también el senador Gómez, en el sentido de que este es un asunto que le interesa profundamente a la sociedad, y a muy diversos grupos de ella que se han expresado y se siguen expresando a este respecto.

Afuera, como todos sabemos, hay quines están señalando lo que quieren en cuanto a la laicidad, y no les hemos permitido pasar. Yo volvería a proponer que se seleccionara a algunos representantes de esos grupos que están afuera y que se les permita estar en las galerías y escuchar un debate que, sin duda, no sólo nos interesa a los legisladores, le interesa al pueblo en general, le interesa a las agrupaciones y asociaciones que están defendiendo el Estado laico.

Muchas gracias. (Aplausos)

-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN: Gracias, senadora María de los Angeles Moreno.

Tiene ahora el uso de la tribuna, para hablar a favor del dictamen, el senador Alejandro Zapata Perogordo, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.

-EL C. SENADOR ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO: Con su venia, señor presidente.

Honorable Asamblea:

El día de hoy nos hemos dado cita para tratar lo del artículo 40 Constitucional en relación a la laicidad, sin duda alguna entraremos también, poco tiempo, ha hablar sobre el artículo 24 que se refiere también a las libertades. Mucho lo que han señalado, quienes me antecedieron en el uso de la palabra, pues son puntos coincidentes, aunque tampoco podemos desvincular lo relativo al artículo 24, porque lo que se ha señalado aquí, que la parte laica implica forzosa y necesariamente libertades. Y es el artículo 24 el que habla de las libertades, pero entraremos en su momento.

Señala aquí también el compañero senador Pablo Gómez, y decía: “No podemos olvidar la historia de México”, en relación, por supuesto, en lo que existía entre lo que era el Estado y las iglesias. ¿Y las luchas que se han dado? Nada más que también existe otra cuestión, y esto lo hemos aprendido de Sun Tzu en su libro ese de “El arte de la guerra”. Que con mucha sabiduría establece: “Cuidado de aquel que vive en el pasado, porque puede no tener presente”. Pero también “cuidado con aquel que olvida su pasado, porque entonces no tendría futuro”.
No podemos ni estancarnos en las luchas fraticidas, pero tampoco podemos dejar de avanzar y superar esos resabios y esas diferencias. ¿Qué significa la inclusión de la palabra laico en el artículo 40?

Bien dice el compañero Dante Delgado: “No habría necesidad porque en México somos un país laico”. Pero se está refrendando en lo que a uno no afecta, lo ratificamos. No sabrá qué entender entonces, los conceptos y las cargas ideológicas que en ocasiones trae cada palabra. Y la parte de Estado laico, aunque se ponga, efectivamente como bien dicen en lo que se refiere al sistema de gobierno, un sistema de gobierno republicano, representativo, democrático, federal, laico, pues implica entonces el respeto que debe tener el Estado frente a las libertades de conciencia, de pensamiento, de creencia, de religión.

Como veríamos…

(SIGUE 7ª PARTE)
…de creencia, de religión.

 Como veíamos en nuestra historia, de una imposición, de una religión oficial, pues evidentemente no éramos un Estado laico.

 Esa herencia, después que se subsana, se la debemos al Constituyente del 57, y esos debates fueron por demás interesantes, desde Francisco Zarco, Ponciano Arriaga y muchos otros que participaron en ese sentido.

 Había quedado la justa dimensión, lo que significa el Estado, es su relación con la iglesia o con las iglesias.

 Se terminó de superar esa parte en la reforma de 1992, con el artículo 130. Desde el punto de vista institucional, se reconoce la existencia de las iglesias, y entonces ahí se va estableciendo ya cuál debe ser la relación entre el Estado y la iglesia, o el Estado y las iglesias para estar en términos formales y legales, y tener, en ese sentido, una autonomía entre lo que es lo político y lo religioso, y estar en el plano de igualdad frente a la ley, y yo creo que ahí se ha avanzado enormemente.

 Ahora, dentro de lo que significa la parte laica, pues es la igualdad de los individuos creyentes o no y sus asociaciones frente a la ley.

 Adicionalmente, en este sentido, cuando se está incorporando la palabra “Laica” en el artículo 40, viene a terminar con otro debate, que aquí se ha señalado, porque luego podemos entrar al terreno de la especulación.

 Cuando se habla de lo laico, es porque el Estado no puede privilegiar religión alguna. Pero también debe de ser tolerante en relación a las libertades, y se empezó a correr el rumor porque aquí vino de la Cámara de Diputados, lamentablemente, cuestión en la que no estamos nosotros de acuerdo, que se iba a cambiar la redacción del artículo 3º Constitucional, que se refiere a la educación, y que establece muy claramente: “Que la educación que imparte el Estado no puede ser más que pública, gratuita, laica y ajena a cualquier doctrina religiosa”.
 Al refrendar en el 40 esta palabra, refuerza la posición que establece el artículo 3º Constitucional, de que así debe continuar y así debe seguir.

 Cuando se habla de lo laico, el Estado no puede privilegiar ninguna religión. Pero debe ser tolerante para abrir las puertas, y obviamente respetar las religiones y las libertades.

 Y cuando hablamos de tolerancia, es porque también hablamos de la no discriminación, que afortunadamente ya lo establecimos también en el artículo 1º de nuestra Carta Magna, no discriminación por la forma en que pueda pensar uno, por sus convicciones, por sus creencias, pero estar todos en el mismo plano.

 Se señalaba también aquí, decía: ¿Por qué tenemos que dictaminar la reforma al artículo 40? Y es una cuestión de formalidad, no es una Iniciativa que haya surgido de esta Cámara, sino es una minuta que nos manda la Cámara de Diputados, y estamos obligados también a estarla dictaminando.

 -EL C. SENADOR PABLO GOMEZ ALVAREZ (Desde su escaño): ¡Desde hace años!

 -EL C. SENADOR ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO: Puede ser que tenga tiempo, eso no lo dudo, pero es nuestra obligación dictaminarlo.

 Y hasta donde yo pude observar, todos estamos de acuerdo. Sí, habremos de confrontar ideas en el siguiente artículo, sin duda alguna, y además eso enriquece la vida política de México, si para eso estamos, para que cada quien pueda da sus puntos de vista. Pero aquí, cuando hablamos de lo laico, también implica tolerancia, implica respeto, es lo que nos estamos imponiendo.

 Y yo coincido con un concepto que señaló también quien me antecedió en el uso de la palabra, lo laico implica también un Estado democrático, y a los estados democráticos, de acuerdo a nuestras formas, a nuestras reglas, son las mayorías las que prevalecen en sus decisiones.

 Yo preguntaría a esta Asamblea ¿Estamos de acuerdo nosotros en respetar las decisiones conforme a nuestras reglas, o no?

 ¿Estamos de dispuestos a ser tolerantes para darle al pueblo de México libertades conforme a derecho, o no? porque son puntos fundamentales y torales para poder decir que somos en realidad, como lo estamos estableciendo, una república representativa, democrática, laica y federal.

 Es cuanto, señor Presidente. (Aplausos).

 -EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN: Gracias, Senador.

 Ha solicitado la palabra para hablar a favor del dictamen, el Senador René Arce, tiene el uso de la tribuna, del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista.

 -EL C. SENADOR RENE ARCE: Gracias.

 Compañeras y compañeros Senadores:

 Vengo a nombre del Partido Verde en el Senado, a manifestar nuestra posición a favor de esta reforma. Particularmente me interesa decir algunas causas por las cuales, que me parece importante este día, el aprobar esta reforma.
 
  Hemos hecho muchas reformas a nuestra Constitución en los últimos años, quizás sea la Constitución más reformada del mundo, la Constitución Mexicana.

 Pero, particularmente este artículo no se ha tocado desde hace 155 años, no se tocó en la Constitución anterior, ni tampoco se ha tocado en la de 1917 para acá, no ha sufrido ninguna reforma, y no se ha reformado porque el tema es un tema que va a lo profundo de las discusiones.

Que también estamos por cumplir, prácticamente, medio milenio en que un católico se atrevió a ir a fijar una discusión acerca de lo que debería de ser el comportamiento de la iglesia mayoritaria en el Occidente, y eso inició la discusión sobre la tolerancia, efectivamente, que después provocó que algunos estados, incluso, se independizaran de la iglesia mayoritaria y adoptaran doctrinas, que también eran bajo el esquema del evangelio, pero ya no bajo la dirección de la iglesia mayoritaria.

Este fue un debate que provocó guerras, enfrentamiento entres estados, enfrentamiento entre monarquías, enfrentamiento, prácticamente en todo el mundo occidental, pero también fue algo que nos afectó a nosotros, porque tuvo que ver también con la Constitución de Cádiz y con los resultados en México a partir de la insurgencia para lograr la autonomía, la independencia y soberanía de nuestro país.

Tuvo tantas consecuencias lo que pasó allá en Alemania, que hoy estamos entrando a un debate y vamos a entrar a un debate, que fue un debate que se dio también hace medio milenio acerca de lo que es la tolerancia, acerca de lo que es el respeto a la oportunidad que deben tener todos los seres humanos de profesar la religión que consideren, que es la que a ellos les conviene, o en la que crean.

 Y por eso en nuestro país, durante 155 años no modificamos este texto, ni en la anterior Constitución, ni en la actual. Y hoy se va a modificar con una sola palabra.

 No se modifica por el capricho de alguien, porque hoy ya no existen aquellos que en alguna época se paraban en una iglesia y le decían: “Dios, te doy 3 minutos para que salves esta iglesia, porque si no lo haces, la voy a quemar”. Y la quemaban, todavía eso sucedió hace, no más de 70, 80 años, en algunos estados de este…


(Sigue 8ª. Parte)
…no más de 70 ó 80 años, en algunos estados de este país, todavía había quienes negaban esta actitud, a provocar a quienes profesaban una fe.

 Pero también había del otro lado, quienes imponían en un pueblo, todos deberían de profesar una fe, y los que no pertenecían a esa fe, se tenían que ir de ese pueblo, porque si no eran echados violentamente.

 Y todas esas cosas, aún sucedían no hace mucho en nuestro país.
 
 ¿Por qué hoy se discute este asunto?  Porque indudablemente que ha existido, en fechas recientes, quienes han intentado de alguna manera, empezar a generar  nuevamente el debate, en relación a esta separación que se logró; primero, en la ley, y después culturalmente, que es un asunto más lento.

 A veces las cosas se pueden poner en ley, pero su realización práctica tarda mucho, porque la cultura es un proceso sucesivo, no es de la noche a la mañana.

 Pero no hace muchos años, hay quienes han empezado a plantear la posibilidad, de que en este país se revisen algunas cosas.

 Entre ellos, hay quienes han planteado revisar el artículo tercero constitucional. Hay quienes han planteado a revisar esa relación entre el Estado y las Iglesias.

 Y por supuesto que esto alerta, a muchos a decir: no nos metamos en terrenos, que de alguna manera ya le costaron demasiado a este país.

 Y quizá hoy sea el momento, de plantearnos la necesidad de dejar perfectamente claro, que la cosa pública es un asunto de carácter laico; y que el asunto privado, le corresponde a cada persona, el poder plantear sus creencias o su fe.

 Pero tenemos un debate, no tan sólo del pasado, sino también un debate que va hacia el futuro.  Porque hay quienes han intentado entrometerse en discusiones que deberían de ser del mundo de lo laico.

Porque tenemos asuntos pendientes que discutir. Hay asuntos, hay tema, que las sociedades modernas, hoy las democracias modernas están en esta discusión, y que lo tenemos que hacer desde un espíritu laico, basado en evidencias científicas.
 
Y este es un asunto no menor, que viene hacia el futuro, si queremos que este país avance y camine hacia el futuro.

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