Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión estenográfica del debate legislativo sobre la visita del candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, a México, durante la sesión de hoy del Senado de la República.

(Primera parte)

 

SENADORA LAYDA SANSORES SAN ROMÁN: Presidente, compañeras, compañeros.

 

Duelo de epítetos: abusivos, traficantes, corruptos, problemáticos, mentirosos, estafadores, criminales, violadores, asesinos, flojos. Así insulta Trump a los mexicanos y a nuestros hermanos migrantes.

 

Incapaz, incompetente, indigno, temeroso, cobarde, candoroso, tibio, ignorante, inconsciente, estúpido, traidor. Así califican a Peña Nieto artistas, intelectuales, políticos de todas las cataduras, diferentes medios nacionales e internacionales.

 

Nunca habíamos llegado los mexicanos a tal unanimidad en nuestros criterios.

 

Quemamos en leña verde a John Foster Dulles, secretario de Estado en la época de la postguerra, por una sola frase desafortunada: cuando dijo que los Estados Unidos no tienen amigos, sino intereses. Y el discurso xenofóbico de Trump no es un hecho aislado, es sistemático, lo ha convertido en el eje de su propaganda política en sus aspiraciones presidenciales.

 

Seguramente pensó el del copete seductor, que era un golpe de audacia. Bien dice el viejo adagio, que no hay tonto más peligroso que un tonto con iniciativa. Y si aún viviera el autor de Picardías Mexicanas, en la que hace una descripción de los diferentes tipos de tontos, por decirlo de una manera que no lastime los castos oídos de mis compañeros, pues Peña quedaría clasificado en esos que padecen pendejez eseica.

 

La Constitución protege al Presidente como en ningún otro país del mundo y dados los poderes metaconstitucionales, los especialistas habían llegado a la conclusión de que sólo por vender un pedazo del territorio, se le podía juzgar por traición a la patria.

 

En esta nueva realidad internacional, sí se le debe juzgar a Peña Nieto por el delito de traición. Ningún extranjero había insultado y amenazado al país de tal manera y Peña abrió la puerta de la casa oficial, y todavía le dice que es un honor invitarlo a la casa de los mexicanos; y así como dicen los locutores futboleros, lo recibió con alfombra roja y caravanas; helicóptero, escudo oficial y bandera mexicana. En charola de plata sirvió los intereses de quienes nos agravia y podría poner en riesgo la seguridad del país.

 

A Trump no se le puede considerar un adversario, su campaña de odio contra los mexicanos es propia de un enemigo y Peña, por lo tanto, debería ser juzgado como traidor a la patria, que pague la afrenta y la traición del pueblo de México. Pero miren, aquí ya hay una denuncia que interpuso Andrés Manuel López Obrador hace tres años y la tienen congelada.

 

A ver si con estos hechos podemos revivirla y finalmente dar el merecido que debe tener Peña Nieto, que se ha burlado de los mexicanos.

 

Peña rompió también con una tradicional diplomacia que había practicado nuestro país, al inmiscuirse en la campaña política de Estados Unidos y abrir la puerta para que también otros países se sientan con derecho a intervenir en asuntos internos de nuestro país.

 

¡Qué necesidad tenía de confrontarse con Hillary, con Obama! ¡Qué necesidad tenía de irse a entrometer en casa ajena, cuando no ve que se le está incendiando el rancho! ¡Por favor!

 

Dicen los especialistas, que es una verdad de oro: una buena política exterior está avalada por una buena política interior. La casa blanca, la corrupción, la entrega del petróleo, la guerra contra los maestros, los presos políticos, Atenco, Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanguato, Nochixtlán, que su informe es una vergüenza; nos muestran al verdadero Peña y al Trump que lleva dentro.

 

Dios los hace y ellos se juntan.

 

A Peña no le importa que Trump construya un muro, ¡no! Lo único que le preocupa es no pagarlo. Y yo tengo mis diferencias con mi compañero Ríos Piter, que hay que poner en la ley que no podemos dar un centavo para pagar el muro; ¡por favor! El problema no es pagar el muro: el problema es el muro.

 

Que haya esta afrenta que va contra los derechos humanos, que es la ignominia; lo que se debe hacer es construir una nueva política migratoria de respeto y sin subordinación.

 

Para terminar, pues cómo esperar que Peña defienda a los connacionales, si él promueve, igualito que lo hizo Calderón y que hoy no venga a persignarse y a querer promover un nuevo calderonato con mirada de mujer, como lo han denunciado varias organizaciones, él promovió una política de exterminio contra los migrantes de Centroamérica, contra hombres, mujeres y niños, que dejan sus países huyendo de la miseria, de la muerte o simplemente persiguiendo un sueño.

 

No hay diferencia entre Trump y Peña, y mientras Trump grita que levantará un gran muro; Peña calladito cava miles de fosas a lo largo y ancho de este país.

 

En conclusión, Trump y Peña son lo mismo, de qué nos espantamos. Nos quedan dos años de pesadilla. De Peña no puede esperarse ya nada, está muerto, está bien frío y haga lo que haga y diga lo que diga, nadie podrá resucitarlo; perdió la confianza y el respeto de los mexicanos. Entregó la plaza; hizo el ridículo y traicionó a los mexicanos.

 

Y en política, sépanlo bien, del ridículo y de la traición nadie se levanta.

 

Gracias.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias, senadora Layda Sansores.

 

Senador Armando Ríos Piter, ¿con qué objeto?

 

SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Por alusiones personales, presidente.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: La verdad de las cosas es que en posicionamientos no suele haber, pero lo aludió directamente.

 

Tiene el uso de la palabra, señor Armando Ríos Piter.

 

SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Muchas gracias, señor presidente.

 

Senadora Layda, nosotros hemos sido muy claros, estamos en contra del muro. Me parece que es pertinente subrayarlo cuantas veces sea necesario.

 

Es una idea absurda, es una locura, es un planteamiento que está basado en el odio y en el desentendimiento de lo que significa nuestra frontera en nuestra historia, la relación que tenemos con los Estados Unidos.

 

Comparto plenamente el rechazo a una imagen de algo que en su absurdo tiene todo el contenido, repito, de odio y de ignorancia. Esa es la posición que hemos dejado clara.

 

Y rechazamos, por cierto, que el presidente Peña Nieto continúe en su discurso diciendo en todo momento que no se va a pagar el muro pero que reconoce el derecho soberano de los Estados Unidos de hacerlo.

 

Eso es un error. Es un error la manera en la que el Presidente está atendiendo este tema.

 

Pero sí le quiero decir algo, y sí se lo quiero decir a mis compañeros y compañeras: la sensación de dolor como mexicano que yo tuve el pasado miércoles, estoy convencido que aquí no hay un solo mexicano o mexicana que no lo haya sentido.

 

Y por eso creo que es importante atender este tema bajo una perspectiva distinta.

 

El presidente Peña cometió un error garrafal. Es un error histórico, y no podemos quedarnos callados ante eso, pero lo peor es que nos quedáramos de brazos cruzados solamente criticando.

 

Esto es un problema ya para el Estado mexicano, hay que entenderlo.

 

Si no entendemos la condición crítica en la que queda el país frente a los mexicanos, frente al desamparo que le dio esa imagen a los paisanos mexicanos frente al mundo entero y nos quedamos viendo lo chiquito, sí es la reflexión que quiero hacer, chiquito menor. Una discusión como si fuera una discusión partidista de oposición, esa no la comparto.

 

No la comparto por una razón: en este momento se requiere reencontrar el cauce de la visión del Estado mexicano, y ahí es donde es importante que los compañeros de todas las bancadas, usted y los compañeros de todas las bancadas entendamos que hay que tomar cartas en este asunto.

 

Por eso la iniciativa que yo he presentado les pido que la revisen, sí les pido que la revisen. Les pido que no la obvien, que no piensen que es un asunto más. Que no la descalifiquen por pensar que es un asunto más de la izquierda.

 

No, compañeros, no se trata de eso. Se trata de que hoy le digamos al mundo entero lo que es México. Que México no es un país que da la bienvenida a quien le agrede. Que México no es un país que agacha la cara cuando alguien lo insulta, pero que México es un país que frente al discurso del odio tiene un discurso de amor entre los pueblos y de amistad entre los pueblos. Esa es la coyuntura que hoy tenemos.

 

Es una coyuntura histórica y sería profundamente equivocado, compañeros y compañeras, que el PRI se quedara en una visión oficialista; que el PAN se quedara simplemente pensando en cómo va a capitalizar esto políticamente hacia alguna elección futura; que la izquierda se quedara en la condición de solamente criticar.

 

Los invito, compañeros y compañeras, a que rechacemos la idea del muro –termino, señor Presidente– sin duda, por lo que significa esa afectación a la visión del derecho de los pueblos. Pero sobre todo, compañeros y compañeras, que hoy enfrentemos el reto de lo que significa regresarle la dignidad al pueblo mexicano y a nuestro gran país.

 

Es cuanto, señor presidente.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias, senador Armando Ríos Piter.

 

Senador Jorge Aréchiga Ávila.

 

SENADOR JORGE ARÉCHIGA ÁVILA: Con la venia de la presidencia, compañeras, compañeros senadores, buenas tardes.

 

Hoy más que nunca, México y lo que representa para los Estados Unidos de América está presente en los discursos de los candidatos de los partidos demócrata y republicano.

 

Lamentablemente, en el caso de este último, es sostenible la ignorancia con la que se refiere a la importancia que tiene en México y los mexicanos para la sociedad estadounidense.

 

El proceso electoral que se vive en los Estados Unidos de América, influye de manera particular en México, pues compartimos la frontera más larga y dinámica del mundo, además de mantener fuertes relaciones políticas y económicas sin perder de vista los constantes flujos migratorios.

 

Como ya dije, a lo largo de las precampañas y campañas electorales, el aspirante y ahora candidato republicano Donald Trump, ha hecho declaraciones desafortunadas sobre los mexicanos, que no reflejan más que su profundo desconocimiento sobre nuestro país.

 

Por ello, los legisladores del Partido Verde coincidimos en la necesidad de no caer en provocaciones sino establecer acercamientos con actores que, como Donald Trump, inciden en el contexto político y económico global para dejar en claro lo que México jamás aceptará y los riesgos para los Estados Unidos de cancelar la relación económica de los últimos años, el Tratado de Libre Comercio para América del Norte.

 

No es una sorpresa que con gran visión de Estado el presidente Enrique Peña Nieto dialogue con los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos para conocer de primera mano sus propuestas con su ánimo de respeto hacia nuestro país.

 

Con esta interlocución, el Gobierno de la República da muestra de su voluntad para tener puentes en lugar de construir muros, como ha sido propuesto en la plataforma electoral de Donald Trump.

 

Congruente con los principios que rigen la política exterior de nuestro país, el presidente peña apuesta por el diálogo y la cooperación con quienes pueden llegar a la presidencia de los Estados Unidos, como una forma de anticiparse al intercambio diplomático, para que tarde o temprano ocurrirá.

 

Se equivocan quienes pretenden que el jefe del Estado Mexicano entre en una dinámica de insultos o descalificaciones sobre los que se basan en la emoción.

 

Las descalificaciones expresadas por Donald Trump hacia nuestro país han indignado a los mexicanos, pero sería ingenuo ofendernos por mentiras.


A nadie le debe quedar la menor duda de que una relación diplomática de casi dos siglos de tradición, un intercambio comercial de un millón de dólares por minuto y un tránsito de un millón de personas diariamente, pero sobre todo los profundos lazos de amistad y respeto entre México y los Estados Unidos, son mucho más fuertes que cualquier candidato.


Demos oportunidad a que el gobierno de la República dialogue con los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, pues tenemos plena confianza en que en este acercamiento redituará el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre ambas naciones.


No podemos darnos el lujo de pasar por alto que los candidatos Clinton y Trump mantienen una cerrada pelea por la Presidencia de los estados Unidos. La diferencia en las encuestas entre ambos es muy reducida. El riego para México que Trump gane ésta, está ahí. No podemos cerrar los ojos a esta perspectiva.

 

Por ello, en el Partido verde estamos convencidos de que si bien puede ser controvertido ante este panorama, el presidente Peña tomó la decisión correcta, el tiempo nos lo dirá.

 

Es cuanto, senador presidente.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias senador Aréchiga.

 

Senadora Dolores Padierna, tiene el uso de la palabra.

 

SENADORA DOLORES PADIERNA LUNA: Con su venia, presidente.


Peña Nieto invitó al enemigo de México, lo recibió cuando él quiso, lo dejó tomar la batuta de la conferencia de prensa conjunta. El desastre perfecto.

 

La recepción de Peña Nieto al candidato republicano Donald Trump ofendió a las y los mexicanos; ofendió a nuestros connacionales en Estados Unidos, pero también ofendió a la embajada norteamericana en México, comprometió al gobierno federal a una posible intervención de Washington en nuestra propia política interior y denigró la investidura de la Presidencia de la República.

 

Por donde se le vea, fue una pésima decisión. Lo peor no sólo fue la decisión del gobierno de Peña Nieto de intervenir en la contienda presidencial interna de Estados Unidos, sino la humillación de Donald Trump a los mexicanos, quien no modificó un ápice su posición antiinmigrante, xenófoba y represiva en contra de los mexicanos y de nuestra nación.


En su discurso de Phoenix, Arizona, horas después de su encuentro en Los Pinos con Peña Nieto, Trump reiteró que México pagará por el muro al cien por ciento, aunque, entrecomillo, “los mexicanos no lo saben todavía”.

 

Esta declaración fue una bofetada, una burla abierta, una humillación y un menosprecio al presidente de México. Trump dio a conocer su decálogo para una política antiinmigrante.

 

En ningún punto modificó, matizó o suavizó sus posiciones insultantes para los mexicanos y para los centroamericanos. Por el contrario, reiteró que aplicará una política de cero tolerancia a los inmigrantes, sin importarle la violación de los derechos humanos.


Presumió que construirá un precioso muro y reiteró su oposición al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el mensaje de odio y polarización de Trump simplemente se agravó tras el encuentro de Peña en Nieto en México.

 

Lo peor fue que el primer mandatario mexicano siguió en su discurso autocomplaciente. Peña Nieto fue incapaz de desmentir a Donald Trump en público y ante el pueblo de México, que nosotros no vamos a pagar un sólo centavo de ese delirante muro, que tampoco fue capaz de exigirle al magnate que se disculpara por los insultos que ha emitido desde el inicio de su carrera a la Casa Blanca.

 

En entrevista televisiva, Peña Nieto ofendió una vez más la inteligencia de todos los mexicanos, al señalar que sí apreció un cambio en el tono de Donald Trump y que el diálogo es la ruta para encontrar acuerdos.

 

Cuál diálogo, cuál acuerdo; Trump simplemente utilizó la foto con Peña Nieto para endurecer su discurso, fortalecer su campaña y no se puede dialogar con quien niega la dignidad del pueblo mexicano.

 

Dos exembajadores recientes de México en Estados Unidos criticaron duramente la decisión de recibir al candidato republicano en Los Pinos. Miguel Basáñez escribió en su cuenta de Twitter. “Nadie como Trump ha puesto tal nivel de peligro en la relación México-Estados Unidos en los últimos 50 años. Lamento profundamente la invitación.”

 

Alejandro Sarukhán redactó: “La invitación legítima a Trump y su xenofobia legitima a Trump y su xenofobia y envía un mensaje de que no hay costo de atacar a México y a los migrantes mexicanos.

 

Lo peor es que el gobierno de Peña ni siquiera fue capaz de escuchar a sus propios exembajadores.

 

Ante esta situación, que consideramos de suma gravedad y debo de mencionar que Peña Nieto está también violando los principios normativos de nuestra Constitución, la autodeterminación de los pueblos, porque permiten ligericismo, la solución pacífica de las controversias, no andar a las trumpadas, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales cuando Donald Trump se la pasa amenaza tras amenaza, la igualdad jurídica entre los estados, este Estado Mexicano está en igualdad de condiciones que el estado norteamericano.

 

Por ello nosotros decimos que el Senado de la República debe de hacer un extrañamiento al Titular del Ejecutivo Federal por la nula defensa del país ante los ataques de Donald Trump, al tiempo de exigirle a él mismo, a Enrique Peña Nieto, una disculpa al pueblo de México del mismo por haber recibido y por respaldar implícitamente a un antimexicano y la postura contra México de ese personaje.

 

El Senado de la República también se debe de deslindar de la decisión del Ejecutivo Federal de inmiscuir al país en la contienda interna de los Estados Unidos de América y también pedir la comparecencia inmediata de la Canciller Claudia Ruiz Massieu ante el Pleno de esta Soberanía para que nos explique la decisión, los acuerdos privados que discutieron el Ejecutivo Federal y el candidato republicano antimexicano a la presidencia de Estados Unidos.

 

Me están mocionando en tiempo. Quería mencionar 4 cosas más pero ojala estos 3 pedidos se haga eco por dignidad del propio Senado de la República y en la defensa del pueblo de México se hagan caso de estos 3 pedimentos que hace el PRD.

 

Es cuánto. Gracias.

 

SENADOR PRESIDENTE PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias senadora Dolores Padierna y le agradecemos el respeto al acuerdo pactado.

 

Senadora Gabriela Cuevas Barrón.

 

SENADORA GABRIELA CUEVAS BARRÓN: Con su venia Presidente.

 

Compañeras y compañeros senadores:

 

El miércoles pasado nuestro país sufrió una de las más grandes ofensas de las que tengamos registro: la visita a la Residencia Oficial de Los Pinos por parte del xenófobo y discriminador que tanto ha etiquetado a los mexicanos de violadores y criminales.

 

Pero sí, fue ese al que el gobierno de nuestro país le puso la alfombra roja, al que le puso a México como tapete electoral.

 

Las consecuencias no son menores.

 

Hay consecuencias políticas y hay consecuencias económicas.

 

En esa reunión, el Jefe del Ejecutivo dijo sí a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

 

Olvidan que nada más de ahí dependen el 80 por ciento de las exportaciones de nuestro país.

 

Pero también hay consecuencias de índole política y una de ellas la relación diplomática más importante que tiene nuestro país, que es la de Estados Unidos, ahora la ponen en riesgo, le abren nuevos frentes

 

Lejos de ayudar, con esa visita, de ganar Hillary Clinton se abre un agravio. Pero de ganar Donald Trump, México no ganó absolutamente nada, no existió beneficio alguno.

 

Y, tercero, existe también un agravio a todos los mexicanos.

 

El sólo hecho de que Donald Trump viniera a suelo mexicano a hablar de la construcción de un muro ofende, indigna y por supuesto merece el total rechazo por parte de este Senado de la República.

 

Tan equivocada la estrategia que siguió el Ejecutivo, que ahí tenemos la negativa de Hillary Clinton para visitar nuestro país.

 

Hoy la política exterior de México es inconsistente, errática, carente de contenido.

 

Y es por ello que la bancada de Acción Nacional nos pronunciamos por invitar al Presidente de la República a un diálogo abierto, franco, constructivo con este Senado de la República.

 

La política exterior es corresponsabilidad del Senado de la República.

 

El Senado quiere ser corresponsable, no cómplice, no vamos a avalar jamás este tipo de invitaciones.

 

El tema sustantivo aquí es la dignidad de México: nuestra soberanía. Lo urgente es la defensa de los mexicanos, dentro y fuera de nuestras fronteras.

 

Es por ello que presentamos un punto de acuerdo:

 

En primer lugar, porque consideramos necesario un extrañamiento al Presidente de la República.

 

En segundo lugar, porque reprobamos la postura pública asumida por el Presidente contraria a la defensa de la dignidad de las y los mexicanos.

 

En tercer lugar, invitamos al Presidente de la República a un diálogo directo con este Senado. Queremos un diálogo republicano.

 

Ya vimos muchos diálogos en la televisión, ya vimos muchos informes, pero lo que no vemos es la verdadera construcción de una República, una República que haga honor a nuestros preceptos constitucionales y sobre todo también a nuestras convicciones.

 

Cuarto. Al no ser una interlocutora válida ni para su jefe, pero tampoco para los Estados Unidos, pedimos al Titular del Ejecutivo Federal la renuncia inmediata de la Secretaria de Relaciones Exteriores.

 

Y por supuesto nos pronunciamos en contra de cualquier intento de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

 

En Acción Nacional sí valoramos nuestras exportaciones, sí valoramos nuestros empleos, sí valoramos las inversiones y esas no son piñata electoral de Donald Trump ni mucho menos está a merced de los caprichos de un gobierno.

 

Exhortamos a todas las fuerzas políticas pero también muy importante a las y los ciudadanos a formar un frente a favor de la defensa de los mexicanos radicados en el extranjero y a la exigencia del respeto a sus derechos humanos.

 

Si el gobierno no los defiende, el Senado de la República está listo para su defensa moral y jurídica.

 

A pocos días de la celebración del Día de la Independencia debemos recordar que independencia es soberanía y esa se construye a través del respeto y de la dignidad.

 

El Gobierno de la República parece haber olvidado ambas.

 

Ni el pueblo de México ni el Estado Mexicano, deben permitir que se siga deteriorando la fortaleza y el buen nombre de esta gran Nación: nuestro querido México.

 

Es cuánto.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias senadora Gabriela Cuevas Barrón.

 

Senadora Marcela Guerra Castillo, tiene el uso de la palabra.

 

SENADORA MARCELA GUERRA CASTILLO: Con el permiso de la Presidencia.

 

Compañeras y compañeros senadoras y senadores:

 

El señor Donald Trump es el candidato más antimexicano de la historia de los procesos electorales en Estados Unidos. Su visita generó malestar en los mexicanos.

 

El presidente Enrique Peña Nieto tomó la valiente decisión de tener un puente de comunicación con el señor Trump para sensibilizarlo sobre las recurrentes y peyorativas expresiones empleadas, y para referirse al sentir de los mexicanos en cuanto a la posición migratoria y hacerle saber que no aceptamos ni aceptaremos un muro en la frontera, y mucho menos pagaremos por eso.

 

La esencia de la política mexicana, compañeras y compañeros, es el diálogo; y quien se opone al diálogo con cualquier pretexto que sea, está exhibiendo al intolerante que lleva dentro.

 

El Gobierno de la República, por ello, siempre ha elegido el diálogo como la mejor forma para dirimir controversias; además el diálogo es la vía adecuada para sensibilizar a las personas como Donald Trump, que tienen una percepción errónea del fenómeno de la migración y de los mexicanos.

 

No ha sido, pues, esta la primera vez que un mandatario mexicano se reúne con candidatos presidenciales. En este caso, recordemos que en julio del 2008 el entonces candidato John McCain también se reunió con el presidente Felipe Calderón.

 

Qué fácil hubiera sido evadir el diálogo con el señor Trump, pero se eligió la única opción que responde por los intereses de México y los mexicanos, cuanto más grandes sean las diferencias y son las diferencias, más se necesita el diálogo político.

 

¿Cuál es el logro de Donald Trump?

 

Donald Trumpo logró unificar a los mexicanos y a los México-americanos en su contra; a estudiantes, a trabajadores, a empresarios, a organizaciones civiles, a hombres de finanzas y a los más de 35 millones de migrantes de origen mexicano que radican en Estados Unidos.

 

Debemos de insistir en fomentar que la difusión de la sana e intensa relación bilateral con Estados Unidos garantiza, primeramente, la seguridad de ambos países; que los mexicanos trabajamos esforzadamente para generar oportunidades en nuestro país; que no aceptamos un muro fronterizo y que los mecanismos bilaterales existentes que cada día adquieren mayor certeza, gracias a los avances en su institucionalización, han demostrado ser eficaces para generar prosperidad compartida.

 

México ha entendido que el señor Trump es un riesgo para nosotros, es un riesgo para su país y es un riesgo para el mundo, porque no es confiable ni consistente. Durante la conferencia de prensa del miércoles pasado, reconoció en México las consecuencias negativas que implica el tráfico de armas y aceptó la necesidad de contar con un enfoque integral para combatir ese trasiego, en el caso de llegar a la presidencia de su país.

 

Pero a pocas horas después, en Arizona, recomendó a su auditorio: “compañeros americanos, cuando voten no olviden la segunda enmienda de nuestra Constitución”, deslizando con ellos a los grandes intereses que lo deben unir a la asociación nacional del rifle.

 

Como nación, reprobamos toda expresión xenófoba e insultos hacia cualquier pueblo del mundo. En el concierto internacional el respeto, la tolerancia y el diálogo deben de ser las directrices que rijan las relaciones entre las naciones.

 

Es cuanto.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias, senadora Marcela Guerra Castillo.

 

Pasamos a la ronda de intervenciones.

 

Tiene el uso de la palabra el senador Manuel Cárdenas Fonseca.

 

SENADOR MANUEL CÁRDENAS FONSECA: Con el permiso de la Presidencia.

 

Queremos orden y respeto. Queremos certeza y certidumbre jurídicas. Queremos ver la viga en el ojo ajeno, creyendo que nosotros en el propio estamos impolutos.

 

Que una persona les ponga la agenda, yo respeto pero no comparto.

 

¿Qué pudiéramos decir nosotros de la forma tan desastrosa de nuestra frontera sur?

 

¿Qué pudiéramos decir nosotros de que ahora acusamos los criterios no compartidos, aun en el esquema de las ofensas a la hora de traducir de su idioma al nuestro sus expresiones? Cuando que nosotros somos terriblemente iguales o peores con quienes transitan en nuestro territorio y que no nada más ingresan por la frontera sur.

 

¿Qué podemos hacer nosotros para asumirnos responsables de lo que no hemos hecho?

 

Es más, me imagino que la inmensa mayoría de mis compañeros han viajado a Estados Unidos, si no necesariamente han regresado por tierra. Pero cuando regresan por tierra, resulta que el Gobierno Mexicano, para efectos migratorios les da libre tránsito, al que sea, ¿eh?, siempre y cuando el vehículo traiga placas de nuestro país. No hay una manera de verificarlo.

 

Y entonces si acaso le llegase a tocar el semáforo en rojo en el sistema aleatorio, lo paran para revisar mercancías, pero no para autenticar la personalidad de la persona. Y ahí pudieran estar entrando a este país cualquier tipo de delincuentes, independientemente de que también personas muy positivas.

 

Pero en esta discusión, que una persona traiga de cabeza a tantos mexicanos, para mí es muy triste. Insisto, respeto no comparto. Y es evidente que no cabe duda que a la distancia y en lo impersonal de las redes, sucede que si no se decía, se hacía mal; y si se hacía, como se hizo, está peor.

 

Lo que queda claro, al menos para mí, es que ido el enemigo casi todos son valientes. Y muy probablemente, siendo respetuoso y en la libre autodeterminación de los pueblos, habría que advertir que yo no quiero fronteras como la frontera del sur de nuestro país.

 

Yo no sé si los Estados Unidos de América lo quieran en la propia con México; yo no la quiero así.

 

Tampoco quiero, como les decía, que allá nos traten o traten a los connacionales como nosotros tratamos a los que, violando disposiciones legales ingresan a nuestra patria.

 

Pero el tema migratorio en Estados Unidos es un tema no nada más contra los latinos. El tema migratorio en Estados Unidos es un tema que ha estado en la agenda de ellos desde hace varios años y décadas.

 

Y aquí me resultaba chistoso cuando el estado de Arizona legisló para cerrar su frontera en términos de libre trasiego, porque hay partes para ingresar con orden y respeto y respetando las reglas que les son propias y no por la brecha o la vereda, en México se rasgaron las vestiduras muchos, cuando lo que no entendían es que esa ley no era antiinmigrante, era un problema presupuestal.

 

Era un problema muy grave, porque siendo competencia del capitolio de la Casa Blanca la parte migratoria, cuando esta no hacia su chamba e ingresaron más de 700 mil extranjeros a Arizona el estado de Arizona se vio obligado, ahora por las leyes locales, a darles educación, servicios de salud, etcétera, y entonces la parte de la recaudación fiscal no les alcanzó y los impuestos locales de Arizona se incrementaron del 6 al 9 y fracción.

 

Para ellos era un tema de competencias de distintos órdenes de gobierno, de omisión en el cumplimiento de las obligaciones. Y claro, aquí nos arrojamos en la bandera y quisimos interpretar como mediáticamente podríamos haber hecho un escándalo.

 

Pero, hombre, ahí tienen al sheriff de Maricopa, esa sí es autoridad presente. De ella sí se conocen actos. Este es un ciudadano común, experto en la comunicación mediática.

 

Y si el Presidente de la República lo enfrenta sin lastimar su investidura e invitando a los dos, muy respetable que uno haya querido venir y la otra no haya querido asistir. Pero más respetable que lo haga no poniéndose en el nivel del ofensor.

 

Compañeros legisladores, tenemos grandes temas qué atender, y el día de mañana muchos mexicanos, varios por lo menos, aspirarán a ser presidente de este país.

 

Ya lo vimos en la elección pasada, ahí andaban viendo cómo se entrevistaban y cómo viajaban a cada rato a Estados Unidos de América para que les conocieran y les escucharan.

 

Creo que este debate no tiene mayor futuro que seguir siendo una discusión bizantina cuando realmente no nos asumimos responsables de lo irresponsables que hemos sido como nación.

 

Muchas gracias.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias, senador Manuel Cárdenas.

 

Senadora Martha Tagle Martínez, tiene el uso de la palabra.

 

SENADORA MARTHA TAGLE MARTÍNEZ: Compañeras y compañeros senadores: Indignación, rechazo, enojo, mal humor social generalizado es lo que se vive estos días a partir de la visita fallida de Donald Trump.

 

Y me pongo en el papel de los legisladores de los compañeros que han querido venir a justificar esta tonta decisión, por decir lo menos, aduciendo una serie de argumentos para tratar de defender lo que a todas luces es indefendible, porque cada uno de ustedes sabe perfectamente que este se suma a la larga lista de errores que ha cometido el Ejecutivo Federal y, sin embargo, tienen que tratar de defenderlo el día de hoy.

 

No nos equivoquemos, compañeros. No estamos aquí hablando de la política exterior de Estados Unidos; no. Aquí estamos hablando de la política exterior mexicana que ha argumentado una y otra vez, con base en el artículo 89, fracción X, que los principios que sigue esta política exterior es de no intervención, y que por eso no podríamos estar invitando a hablar públicamente a los candidatos presidenciales.

 

No nos equivoquemos, no venimos aquí a hablar del señor Trump ni de su xenofobia, racismo, misoginia, ni del desprecio que ha mostrado por mexicanos y latinos que han hecho posible que en ese país existan servicios, producción y economía.

 

No, no estamos hablando aquí de Donald Trump; estamos hablando aquí de la ocurrencia que tuvieron en la Presidencia de la República de invitarlo a hablar con el Presidente.

 

Estamos hablando aquí porque todo mundo se hace esa pregunta: ¿En qué diablos estaba pensando el Presidente al prestarle al peor enemigo de su país la casa presidencial para beneficio de su campaña?

 

¿O qué acaso no se dieron cuenta que solamente lo usó como un acto más de campaña? Él quería venirse a tomar la foto con la bandera mexicana detrás, eso es lo único que le interesaba y la Presidencia se prestó a ese juego.

 

Hoy estamos hablando aquí de uno de esos errores garrafales, uno de tantos que ha cometido el presidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, me parece que, después del de Casa Blanca, este se ha constituido en uno de los que más están lastimando a los mexicanos.

 

No sé si ya leyeron a Jesús Silva Herzog, él dice: “El presidente agredió al país, excusó el racismo de Trump sugiriendo en la conferencia de prensa que su discurso había sido en realidad un malentendido y que confiaba en que querría una buena relación con México.

 

“El presidente ofendió particularmente a los mexicanos que viven en los Estados Unidos y que no solamente escucha la violencia verbal de Trump, sino que encaran el odio que su campaña ha levantado en su contra.”

 

Y continúa: “dañó irreversiblemente la relación del presidente de México con la candidata puntera de los Estados Unidos y si no lo entendemos así, vean la respuesta de ayer de Hilary Clinton de no aceptar tal invitación.”


Me parece, compañeros legisladores, que si nos asumiéramos realmente como un poder legislativo autónomo, no estaríamos buscando hoy justificar al presidente por una decisión errónea.

 

Estaríamos sumándonos a las voces que exigen una explicación y no sólo eso, estaríamos exigiendo lo que dice la Constitución, porque Enrique Peña Nieto traicionó a los mexicanos.

 

Les leo algo más que me parece muy importante mencionarlo acá, para tratar de entender cuál es la lógica que siguen allá, en Los Pinos:

 

Si Peña Nieto quería usar a Donald Trump ara proyectarse como un estadista capaz de dialogar, fracasó. Si buscaba cambiar la narrativa y la conversación sobre su gobierno, fracasó. Si intentaba limpiar su imagen, fracasó.

 

Si pensó que podía ponerle un alto a la xenofobia de Trump y convencerlo sobre la inviabilidad del muro, fracasó. En lugar de usar, fue usado; en vez de crecer, se encogió, con el daño colateral a la relación bilateral a la credibilidad de la Cancillería, a la dignidad de los mexicanos y a su posición en el mundo.


Por eso, compañeros, lo mínimo que esperaría de este Senado es hacer un extrañamiento al Senado de la República, al Presidente de la República.

 

Es lo mínimo que se merecería por esta decisión que además, como se ha dicho, ni siquiera pasó por Cancillería y concluyo diciendo: hay que seguir la ruta del interés que movió esta reunión; quien promovió esta reunión de Enrique Peña Nieto con Trump entiende perfectamente que entre las naciones no hay amigos sino intereses y eso es lo que hay que buscar, cuál es el interés que guió a Luis Videgaray a concretar esta reunión de Trump con Enrique Peña Nieto.


Es cuanto.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias senadora Martha Tagle Martínez.

 

Tiene el uso de la palabra don Manuel Bartlett Díaz.

 

SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ: Con su venia, señor presidente.

 

Quiero decir, para empezar, que suscribo todas y cada una de las palabras de mi compañera y admirada Layda Sansores, para tocar otros temas, aunque ella ya lo mencionó.

 

Independientemente de la enanización de Peña Nieto y su imposible recuperación, que les afecta a todos ustedes, sin duda, independientemente de esa grotesca actitud que lo dejó en presidentito, hay que subrayar otras cosas.

 

El haber invitado a los dos candidatos es una violación constitucional, porque la Constitución, en su artículo 89, fracción décima romana, establece los principios de la política exterior mexicana y ahí está la no intervención.

 

Es un acto absurdo de intervención en la política electoral norteamericana y de ahí deriva, ya lo dijo Andrés Manuel López Obrador cuando lo comentaron, la posibilidad, la puerta abierta para que se meta en nuestra política exterior, que ya bastante están metidos.


O sea, es, primero que nada, una violación constitucional.

 

En segundo lugar, es una brutal ignorancia, su tesis no fue de política exterior, no hay ninguna demostración que haya tenido alguna atención a la política exterior quien es presidente de México.

 

La política exterior norteamericana, compañeras senadoras y senadores, es una política bipartidista. Pensar que nosotros podemos empujar a un presidente demócrata o a un presidente republicano, es el error de los ignorantes.

 

Estados Unidos es un poder mundial y su política exterior obedece a principios que están por encima de los partidos y por tanto es una política bipartidista.

 

Además de ser un absurdo violar el principio de la no intervención y meterse, como lo hizo, es una ignorancia supina. No, los Estados Unidos van a aplicar su política de intereses en donde sea, la aplican aquí, en México y van a ver ustedes cómo es idéntica.

 

¿Qué hace Bush hacia México? Pues empieza a presionar a través de imponernos la política migratoria, a través de hablar de una lucha en contra del narcotráfico, la guerra y se mete en México y la política antinarco, es de Estados Unidos, la que aplicamos aquí, fue Bush.

 

Establecen una serie de mecanismos habilidosos para penetrar en México para meterse aquí con la connivencia de los presidentes últimos, todos, que es la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, el ASPAN, sino una pérdida de soberanía en México. Es una pérdida de soberanía el ASPAN.

 

¿Qué es la Iniciativa Mérida? Pues una imposición de los Estados Unidos la Iniciativa Mérida, que además ustedes dicen senadores, nunca han querido tomar cartas en el asunto, la Iniciativa Mérida es inconstitucional, pasa por encima de las facultades de este Senado y se quedan calladitos porque la aprueban presidentes.

 

Todos los últimos presidentes han estado sometidos a esas políticas que eran republicanas y son demócratas. Hay que estudiar un poquito en el Senado que es donde se lleva la participación de la política exterior de México. Es una ignorancia brutal.

 

¿Entonces hay algún cambio de Bush a Barack Obama? ¡Ninguno! ¡Ninguno! ¿Verdad?

 

La política migratoria que nos exige aquí, que la tienen dominada en los Estados Unidos, son los que controlan la política migratoria mexicana, es la misma. Barack Obama, el Partido Demócrata y su Hillary Clinton han expulsado más mexicanos de los Estados Unidos que ningún otro Presidente. ¿Hay una diferencia entre una y otra?

 

Han aceptado la presencia de agencias exteriores aquí los ex presidentes, el PAN y el PRI, de manera que han venido entregando la soberanía y ahora claro, están en esta gran estupidez, tan pública, bueno, pues vamos a lanzarnos contra el empequeñecido Presidente, ¿no?, vamos a revisar la política exterior, ¿eh?

 

Aquí se aprobó para completar el control que ejerce Estados Unidos sobre la política migratoria mexicana en México, ¿verdad?, aquí se aprobó que los agentes migratorios norteamericanos y los de Hacienda estén en nuestro territorio armados, aquí se aprobó.

 

Aquí se ha aprobado la presencia de la Homeland Security de los Estados Unidos para decirnos que la seguridad de México depende de ellos también porque somos lo mismo: América del Norte en esa absurda integración que Peña Nieto y ustedes aceptan: América del Norte.

 

No, nosotros somos México, nosotros tenemos una frontera, nosotros tenemos intereses, nosotros no somos parte de América del Norte, habrá contratos, convenios económicos, comerciales, pero hay intereses que son nuestros, no los de Estados Unidos.

 

Y la política exterior es eso: aprender, estudiar, prepararse para saber que la política exterior norteamericana es, ¿verdad?, es la misma.

 

Cuántas cosas hemos hecho entregando la soberanía nacional y aquí nos alarmamos de la estupidez del señorcito, ¿verdad? ¡No! Se les olvida que, ¿verdad?, hemos hecho un régimen especial para que entren las trasnacionales.

 

Se les olvida que aprobaron aquí que las empresas trasnacionales puedan ocupar el territorio nacional y el gobierno está obligado a dar ese territorio nacional. Se les olvida todo eso.

 

Qué es lo que estamos pensando cuando hablamos de política exterior, cuando se está entregando todos los días la soberanía nacional.

 

Los presidentes panistas, los dos, ya se les olvido el "comes y te vas."

 

La instrucción de Bush para que se fuera Castro, ¿verdad?, y que no estorbara a su Alteza Imperial, Bush: “comes y te vas”, dijo ese su Fox, que ahora no lo quieren mucho.

 

Ese Fox tan bravero hoy, un servil de Bush, hombre, servil. Calderón igual; Peña Nieto igual.

 

Esa es la política de México, violando los principios que establecen para el Presidente de la República en el Artículo 89 Fracción 10.

 

Entonces sí, estuvo espantoso el desfiguro que van a pagar. Es irrecuperable su Peña Nieto; da pena los esfuerzos que hacen aquí. Bueno, es hasta cómico defender lo que no se puede defender. ¡No!

 

Vamos a defender al país, vamos a defender la soberanía nacional, vamos a impedir que nos estén manejando aquí y que estén metidos aquí.

 

Vamos a impedir que nos conviertan en una colonia norteamericana, eso es lo que tienen que hacer, eso es lo que hay que hacer, y es lo que no se hace.

 

La política exterior de México es la defensa de los mexicanos, del territorio mexicano, de nuestros intereses, la política exterior de los Estados Unidos es defender sus intereses.

 

Es una violación a la soberanía estar entregando una y otra cosas, más y más y más, ¿verdad?, para que se metan aquí y dominen con los instrumentos, con toda la infraestructura petrolera y eléctrica ya está definida en el Congreso de los Estados Unidos para que entren las empresas norteamericanas a apoderarse del territorio nacional, ya no es llevarse el petróleo, ¿eh?, a apoderarse del territorio nacional utilizando toda la infraestructura petrolera.

 

Lo acaba de arreglar el Vicepresidente de los Estados Unidos con Peña Nieto y eso nadie lo notó, nadie se fijó. Eso es lo importante.

 

Ya este hombre ya se enanizó, ya no tiene remedio, oigamos los últimos estertores aquí de una vergonzosa defensa, pero mejor vamos a revisar nuestra política, la de aquí de este Senado, entreguista, frente a los Estados Unidos.

 

Muchas gracias señor Presidente.

 

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Gracias don Manuel.

 

Senador Gerardo Flores.

 

 

******  (SIGUE SEGUNDA PARTE)  ******

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