Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

“ENCUENTRO A FAVOR DE UNA MIGRACIÓN CON ROSTRO HUMANO”.
 

PRESENTADOR: …esta caravana migrante, hermanos centroamericanos que asisten al Senado, es un gusto tenerlos esta mañana aquí.

Desde luego saludamos en esta ocasión aquí en el presídium a la senadora Mariana Gómez del Campo Gurza, ella es presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de América Latina y el Caribe del Senado de la República.

Desde luego también saludamos al padre Alejandro Solalinde, quien todos ustedes conocen, un activista a favor de los derechos humanos y, sobre todo, un comprometido con el trabajo a favor de los migrantes en México.

Saludamos también a Armando Vilchis, que nos acompaña esta mañana, por supuesto, que viene acompañando también esta caravana y es parte de este trabajo comprometido a favor de los migrantes.
Para dar inicio a este encuentro, le damos la palabra a la senadora Mariana Gómez del Campo, para que nos dirija su mensaje.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muy buenos días tengan todas y todos ustedes. Me gustaría que se acercaran hacia acá y ahora esperaremos a que se incorporen algunos senadores, que seguramente estarán en el transcurso de la reunión con nosotros.
 

Es para mí un honor tener nuevamente en este Senado de la República al Padre Alejandro Solalinde, poder recibir a cada uno de ustedes hermanos centroamericanos; es un honor tenerlos aquí nuevamente. Esta es la segunda reunión que llevamos a cabo en estas instalaciones y como se lo dije desde el día uno al Padre Solalinde, estas puertas están abiertas para el Padre, para todos ustedes y, por supuesto, para esta causa.
 

Primero, me da muchísimo gusto –Padre– el que hayan tenido la confianza de acercarse a nosotros para este encuentro; escucharlos ha sido una de las principales tareas porque, si no entendemos lo que viven, lo que sufren, difícilmente podremos construir soluciones coherentes para darle a la migración un rostro humano.

La prioridad esta mañana es escucharlos. No quiero dejar de mencionar brevemente, la importancia que tiene para nosotros el que los derechos de todos sean garantizados en este país.

Quiero compartirles que día a día hay una mayor sensibilidad por el tema en este Senado de la República, lo hemos convertido en un tema de primera línea en el Congreso; lo hemos llevado incluso a foros internacionales porque el tema migratorio no distingue fronteras; lo hemos llevado a reuniones interparlamentarias que hemos tenido con Guatemala.
 

Hemos presentado también diversas iniciativas de ley, de reformas a la Ley de Migración, buscamos que su tránsito no sea la pesadilla mexicana, como la llaman muchas y muchos de ustedes. Y lo más importante que buscamos es que la política migratoria deje de ser persecutoria, para convertirse en una política social comprensiva y humana.

Quiero decirles que hemos hecho visitas a diferentes estaciones migratorias del país, de hecho estuvimos en la estación migratoria Siglo XXI. Tenemos pendiente visitar también al Padre Solalinde, espero pronto poder estar con el Padre; ya me invitó, no crean que me estoy invitando en esta reunión, ya me invitó y estaremos ahí las veces que sea necesario.
 

Hemos presentado también, porque hay que hacer uso de las herramientas legislativas, un sinfín de exhortos al Gobierno Federal, al Instituto Nacional de Migración, para que rindan cuentas, para que garanticen el acceso a la salud, para que informen y expliquen cómo justifican acciones, por ejemplo, el reciente operativo implementado por el Instituto, la Policía Federal, autoridades estatales en Tabasco y del que estamos muy indignados porque se hizo uso de la fuerza pública y hubo violencia, además que bajo ninguna circunstancia podemos nosotros justificar.

Para todos estos casos, hemos estado en comunicación permanente con el Padre Solalinde; hemos también tocado puertas para que sean atendidas cada una de sus peticiones y recordar, además, que los migrantes no son criminales: los migrantes son personas que están buscando una mejor oportunidad; y así nos ocurre a nosotros, los mexicanos que quieren ir hacia los Estados Unidos, nosotros pedimos buen trato, por lo tanto queremos exactamente lo mismo para nuestros hermanos centroamericanos y estamos muy sensibles ante este tema.
 

Quiero compartirles también que presentamos una reforma para elevar a rango constitucional el derecho de las personas migrantes. Propusimos que el Estado le tienda la mano a las casas de asistencia, porque tenemos muy claro que no pueden seguir las casas de asistencia viviendo de limosnas y donaciones; y para ello están todas estas iniciativas presentadas, que las hemos construido de la mano con personas tan sensibles como el Padre Alejandro Solalinde.
 

Lo que menos deseamos desde este Senado de la República es que se endurezca la política migratoria; no queremos que autoridades prioricen el uso del tolete en lugar de hacer uso de la razón y del sentido común. El mismo día que ocurrieron las agresiones contra migrantes en Tabasco y que han dado origen a 21 denuncias frente a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; ese mismo día se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto mediante el cual el Presidente Enrique Peña Nieto expedía el Programa Especial de Migración 2014-2018.

No queremos más incongruencias como estas en territorio mexicano, que por un lado pase lo que ocurre en Tabasco; y por otro lado se emita un decreto por parte del Gobierno Federal, pidiendo exactamente lo contrario de lo que se está haciendo ya en los hechos.
 

Insistimos en que el tema de la migración debe ser atendido no con rudeza y lujo de violencia; queremos darle un rostro humano a la migración, insisto, el mismo trato que pedimos para nuestros hermanos mexicanos en los Estados Unidos; queremos que ese mismo buen trato que exigimos podérselos brindar a ustedes.

Hace unos días estuvo aquí en el Senado de la República el expresidente Lobo, de Honduras, y platicábamos del tema de los migrantes. Fue de hecho el tema abordado, y yo le decía al expresidente que nosotros hemos estado insistiendo después de haber hecho estas visitas a las estaciones migratorias, que haya una mayor atención por parte de las Embajadas y los Consulados, que cuando ustedes están en una estación, como es el caso de la Estación Siglo XXI, puedan salir lo más pronto posible; y para ello ustedes saben que se requiere de esa llamada de la Embajada, de esa gestión del Consulado.
 

Nosotros hemos estado insistiendo permanentemente que esto ocurra y que lo hagan con mayor eficacia, ¿Por qué?, porque ustedes entran en momentos de desesperación y hemos platicado con muchos de los hermanos migrantes.

Es un honor tenerlos aquí, esta es su casa. Le doy la bienvenida también a la senadora Dolores Padierna Luna, quien también ha sido una mujer muy sensible ante el tema migratorio; y aquí estamos, dos partidos políticos –PAN y PRD– que rebasan además los intereses que pueda haber en los partidos políticos. Para nosotros el tema migratorio rebasa a los partidos políticos, es un tema –insisto– en el que estamos tratando, juntas, y junto con algunos otros senadores, darle el rostro humano que requiere el tema de los migrantes.
 

Créanme que somos muy sensibles a esta causa y vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para perfeccionar la legislación y para seguir trabajando de la mano con personajes de la talla, de la calidad moral, como lo es el Padre Alejandro Solalinde, que para mí es un honor poder estar trabajando codo a codo, hombro con hombro con él hasta donde sea posible.
 

Muchas gracias, Padre Alejandro Solalinde y sean todas y todos ustedes bienvenidos.

Le doy la más cordial bienvenida al Senador Zoé Robledo, con quien he visitado esas estaciones migratorias, con quien he visitado esos albergues y también el Senador Zoé Robledo me ha sensibilizado ante la causa de muchas otras personas, mujeres y hombres que dedican su vida, todo su tiempo a atender estos albergues y estas casas.
Muchas gracias.

INTERVENCIÓN: Gracias, senadora. Saludamos, desde luego, a los medios de comunicación que nos acompañan y a quienes nos siguen a través del Canal del Congreso.
 

A continuación nos dirigirá un mensaje el Padre Alejandro Solalinde.

PADRE ALEJANDRO SOLALINDE: Muy buenos días a todas y a todos. Quiero decirles que los migrantes siguen haciendo historia. Este es un momento de gracia, un momento en que el Señor se vuelca sobre nosotras, sobre nosotros, para buscar un cambio en favor de sus hijas y de sus hijos más desprotegidos.
 

Nosotros lo hemos buscado de muchas maneras. Estas hermanas y hermanos que ven aquí son heroicos, son pioneros, son luchadores.

Hace muchos años yo les dije que algún día les van a hacer un monumento en Estados Unidos por ser los pioneros de una sociedad diferente, con un corazón humano.

Ellos han pasado y están buscando estos diálogos, por eso es esta Caravana-Peregrinación, que empezó pidiéndole a nuestra madre de Guadalupe que ablande los corazones y allane los caminos, porque se han cerrado los corazones y se han cerrado también los caminos.

Ellos han venido para pedir en esta casa, que ha sido para nosotros, para nosotras, ha sido como un espacio de libertad, como una esperanza, como un aliento para buscar nuevos caminos.
 

Permítanme decirles que el estar aquí significan diálogos, diálogos y más diálogos. Ese es el sentido de esta caravana. No tiene como sentido confrontaciones, no tiene sentido de desafiar a nadie, al contrario, tiene como un objetivo abrir corazones, abrir puertas para hacer muchos diálogos para que esto cambie.

La situación de nuestros hermanos y hermanas se ha vuelto totalmente desesperante, por eso es que hemos venido para abrir esos caminos.
Permítanme describirles el momento actual, retratar el momento actual que nos ha permitido hacer un análisis de lo que está sucediendo aquí. El Estado Mexicano como tal se encuentra realmente en una gran tensión.

Me voy a referir a dos poderes de la unión. El Poder Judicial casi no lo conozco, casi no se ha involucrado con los migrantes, es para nosotros un enigma, por eso no lo toco, pero el Poder Judicial ha sido solidario; y yo digo Poder Judicial no tanto de un partido, tengo que reconocer el cariño, la atención de todos los partidos para esta causa.
Si bien es cierto, ha habido personas de los partidos que han puesto más empeño. Gracias a Dios hemos encontrado eco en el Poder Legislativo.

Nos falta todavía mayor sensibilidad y mayor respuesta en el Poder Judicial, perdón, en el Poder Ejecutivo. Nos falta todavía mejor respuesta en el Poder Ejecutivo: Presidente de la República, Gobernación, etcétera.
 

Es aquí donde está la tensión, porque el gobierno actual y el sistema actual está hecho para políticas públicas de seguridad, todas totalmente. Migración misma es una instancia policiaca y las políticas de nuestro gobierno son así, son de la seguridad nacional, son de una respuesta inmediata policiaca, son de policialización y seguridad de las fronteras, etcétera, pero esto está en tensión con otras partes del mismo Estado Mexicano y del mismo Poder Ejecutivo que está teniendo otra visión.

En contraposición a esta visión de seguridad que privilegia la seguridad del Estado –pero también la seguridad de los intereses del neoliberalismo, el capitalismo, el capital financiero– está la otra visión de la seguridad humana, de los derechos humanos, de la protección de las personas migrantes, etcétera.
En la primera visión todo lo quieren arreglar desde el poder. De cúpula a cúpula, de mandatario a mandatario.

En la visión que estamos teniendo nosotros, estamos partiendo desde abajo, desde los pobres, desde los que están aquí, desde los más olvidados.
Ayer yo comentaba con la persona que hizo el favor de asistir representando a Honduras –que es el país más numeroso–, yo le dije esto, que es una lectura de lo que ha pasado con los migrantes:

El migrante centroamericano, el migrante hondureño en su país, en su estado de origen no existe, no cuenta, no es tomado en cuenta. Ahí es un pobre más. Cuando sale y empieza la ruta migratoria, definitivamente desaparece, desaparece en su tránsito; no importa si vive, si no vive, si existe o no existe, vuelve a aparecer y vuelve a ser tomado en cuenta cuando ya es remesero, cuando ya empieza a mandar dinero, entonces sí ya aparece, ya se ve quién es y empieza a ser tomado en cuenta por lo que tiene, no por lo que es ni mucho menos por lo que sufre en el camino.
 

Esto es doloroso, pero así es. Para los estados corresponsables de la región han hablado mucho –y, de hecho, el Presidente Enrique Peña Nieto en la última reunión que tuvo en Honduras– hablaron de seguridad, pero nunca hablaron de lo que les está pasando al tránsito migratorio, sobre todo a las mujeres y niños que ahora abundan, que ahora son más, que ahora son la quinta parte de la población migrante.

Permítanme decirles que dentro de esta dialéctica ésta tensión que hay entre esas dos partes de seguridad y seguridad humana, entre la actitud policiaca y los derechos humanos, hay también una esperanza, hay un rayo de esperanza aún dentro del mismo Ejecutivo.
Yo me quiero referir a este decreto que se llama: Programa Especial de migración, (PEM). Este PEM es un decreto, ya es ley, está mandatado y éste “vige” (sic) para 2014 a 2018. Fue decretado el 20 de mayo del 2013 y entra en vigor exactamente en su publicación, la publicación que es el 20 de mayo.

Este decreto está firmado en primer lugar por el Presidente de la República; está firmado por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, está la rúbrica; está firmado por el Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña; está el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso; el Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor; rubrica también el Secretaria de Salud María de las Mercedes Martha Juan López; Secretario del Trabajo y Previsión Social, Jesús López Navarrete Prida, etcétera.
 

Aquí hay algunas ausencias, pero vuelve a haber otras firmas de la Secretaría de la Función Pública y otras entidades más.
¿Qué dice este PEM?

Me voy a permitir leer solamente algunas partes entre líneas, porque debería de conocerse esto, debería de conocerse.
 

Aquí dice que entra una especie de democratizada producción, habla de un gobierno cercano y habla de perspectiva de género. Que la meta nacional, México, con responsabilidad global tiene como objetivo unas políticas públicas dirigidas a atender las particularidades del fenómeno migratorio en las múltiples dimensiones involucrando aspectos tales como: diversificación de interior del flujo, lugares de origen, destino, perfiles, derechos humanos, seguridad, humana repatriación.

En el capítulo cuarto, fíjense, dice: “La Secretaría de Gobernación con la participación que, conforme a sus atribuciones les corresponde a las Secretarías de Hacienda y Crédito Público y de la Función Pública, en los términos de las disposiciones jurídicas aplicables dará seguimiento a la implementación de las acciones y cumplimiento de los objetivos establecidos por el PEM, por el Programa Especial de Migración”.
Y yo quiero solamente leer algunas cositas que para mí son muy importantes:

Decirles que este tema es considerado como una migración internacional y que considera origen, tránsito, destino y retorno.
Una política migratoria de Estado tiene por objeto superior el bienestar del migrante, a través del ejercicio efectivo de la identidad, etcétera.

El enfoque pues, de la política migratoria, es centrado en el bienestar de las personas, en el resalte en los asuntos regionales y globales.
Tiene una perspectiva integral de Estado. Esta visión integral reconoce la función decisiva y generosa de la sociedad civil, proveedora de servicios de apoyo de la población migrante, especialmente de aquellos que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad.

La política migratoria –oigan esto, ¿eh?--; la política migratoria mexicana va hacia un esquema de tipo relacional que se basa en la interlocución, diálogos, coordinada entre los diversos actores involucrados de la región, origen, tránsito y destino.
 

La atención del fenómeno migratorio, con una perspectiva humana, capaz y moderna, es un desafío que a su vez requiere ser atendido con un enfoque de corresponsabilidad, en la que participarán los países de origen, Centroamérica y América del Norte. Es un resultado fundamental.
México debe también asumir esta postura de corresponsabilidad regional, con la sociedad civil, sector privado, academia, expertos, etcétera.

Quisiera nada más decir otra parte, que me parece importante: Dice aquí que la movilidad nacional internacional de personas son parte de los derechos fundamentales de la humanidad, por lo tanto se debe procurar y aspirar.
 

Para hacer frente a estos retos, es necesario un cambio de paradigma gubernamental sobre el fenómeno migratorio. Entiéndase, dejar la visión cuadrada de la seguridad para consolidar una política migratoria mexicana que incluya una visión integral de largo plazo, corresponsable, con todos los actores que suma la región, responsabilidad compartida, garante de los respetos de los derechos humanos, protección efectiva, etcétera.

Yo no voy a leer todo, pero quiero decirles que es una política pública centrada en la persona humana. Es el criterio pro persona. Sobre todo que se ponga como centro de la atención y el bienestar a las personas migrantes y a sus familiares.
Yo podría seguir leyendo muchísimo, pero si no qué les dejo a ustedes.

Yo creo que es importante que conozcamos esto. Mi pregunta, es: ojala que los que firmaron conozcan este documento. Ojala que lo hayan leído y ojala que se comprometan con él.

Y quiero públicamente hacer una solicitud, desde aquí mi llamado, para que nos reunamos con todos los que firmaron este documento, reunirnos. Ellos son los interlocutores, ellos saben de diálogo, ellos saben del mismo lenguaje que hablamos nosotros.
 

Nosotros no venimos a hacer algo contrario a lo que está haciendo el Gobierno. Si el gobierno es esto, queremos ayudarle al PEM. Si es todo eso queremos que lo ponga en vigencia y ayudarlo para que esto se aplique y no quede nada más en el papel.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO: Muchas gracias Padre Solalinde. Ahora cedería el uso de la palabra al senador Zoé Robledo. Adelante senador.

SENADOR ZOÉ ROBLEDO ABURTO: Muchas gracias senadora Mariana Gómez del Campo. Bienvenidos todos y todas al Senado de la República. Padre Solalinde, también de verdad agradezco la oportunidad de dirigirme a todos ustedes.

Sin duda, aquí ustedes son el rostro de muchos rostros de lo que está ocurriendo en nuestro país.
Son ustedes el ejemplo vivo de una realidad muy compleja, de una realidad sin duda de falta de oportunidades, de violencia, de pobreza, de inseguridad en sus propios países, pero también de una realidad de un Estado Mexicano que no ha estado a la altura en la protección de sus derechos humanos.
 

Y eso nosotros, en el Senado, sería irresponsable no decirlo, no reconocerlo y por lo menos desde nuestra posición pedirles una disculpa.

Creo que, así como el Padre Solalinde lo ha hecho y lo ha dicho, tenemos una enorme deuda con los defensores de los derechos humanos que como él, están sustituyendo las faltas, los vacíos en donde el Gobierno de México, los gobiernos de los Estados, y no vamos a omitir nuestra responsabilidad también: el Estado Mexicano en su conjunto, no ha alcanzado a establecer una protección, que es la misma que nosotros como mexicanos le exigimos al Gobierno de los Estados Unidos con nuestros propios connacionales.
 

Y en ese sentido nuestro reconocimiento, nuestro agradecimiento a personajes como el Padre Solalinde; también a la Madre Olguita; al padre Flor de María, a Heiman, que ya tuvo que salir de Arriaga y ahora se tuvo que ir a Huixtla por las amenazas que recibía constantemente por parte de la delincuencia organizada.
 

A Fray Tomás, en La 72, y a Rubén Figueroa; a muchos que seguramente algunos de ustedes conocieron, o han conocido en su peregrinar.

Estoy convencido y comparto esta posición de que este Programa Nacional de Migración, o se convierte en las partes que reclama protección a los derechos humanos en una guía que tenga incluso sanciones a quienes no lo cumplan, o buscamos un mecanismo diferente.
 

Yo, como senador por el Estado de Chiapas, que es la puerta de entrada de este viacrucis que viven los migrantes centroamericanos, tengo que reconocer con mucha vergüenza que nuestro país se ha vuelto una tierra hostil, que nuestro país se ha vuelto un duro obstáculo para sus aspiraciones, para sus sueños y para su derecho humano de migrar para buscar nuevas oportunidades.
 

La famosa “bestia” creo que no es solamente el nombre de un tren. Es una alegoría del trato y de lo que reciben ustedes por parte de México cuando solamente están ejerciendo un derecho: el derecho a la migración, que es un derecho internacional, que nosotros defendemos, repito, en Estados Unidos, pero que aquí no somos capaces de establecer mejores políticas.
 

Por eso, Padre Solalinde, se lo reitero: el Senado y el grupo de senadores que estamos aquí: la senadora Mariana Gómez del Campo, la senadora Dolores Padierna, la senadora Layda Sansores, la senadora Ana Gabriela Guevara, el senador Mayans.

En fin, hemos establecido un compromiso muy serio por sensibilizar al resto de los senadores para que nuestra voz sea escuchada, para que el tema sea sensible para todos.
Y este tipo de encuentros deben de ser de manera constante, cotidiana hasta que logremos que el tema de los migrantes centroamericanos y nuestra responsabilidad de su protección esté instalado de manera permanente en la agenda de las prioridades del Senado.

Sin duda son muchos los temas que nosotros tenemos que ver aquí, y muy importantes: las Telecomunicaciones, la Reforma Política, la Energética, lo Electoral.
Pero si no somos capaces de conmovernos de su realidad y de lo que están viviendo, entonces creo que no somos merecedores del cargo que ostentamos.
Por eso, bienvenidos nuevamente y sepa por favor que cuenta con nosotros. Gracias.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO: Se retira la senadora Dolores Padierna. Tiene una reunión. Tenemos aquí varios temas; estamos trabajando en varias pistas en este Senado.
Y ahora abrimos el espacio para escucharlos a ustedes. Díganme quién quiere hacer uso del micrófono. Solamente les pediría su nombre completo y el país, por favor.
Adelante.

GONZALO ALEJANDRO GONZÁLEZ SEGURA: Vengo de Guatemala y soy migrante.
Quiero pedir en nombre de todos los migrantes, los cuales somos bastante sufridos al intentar cruzar México hacia la frontera de Estados Unidos.
 

En nombre de Centroamérica quiero pedirles, por favor, seguridad humana. ¿Por qué les pido seguridad humana? Porque por venir huyendo de migración, huyendo de la Policía Federal, estatal, municipal, la cual a nosotros nos notan que somos migrantes y nos detienen y nos piden dinero a cambio de continuar y l poco dinero que traemos se nos termina en el transcurso del recorrido.

Luego tenemos que ir en tren, lo cual es un riesgo bastante grande, lo que hice, seme terminó el dinero y en ese camino, en el estado de Oaxaca, fui secuestrado por los maras.
 

Me hicieron mucho daño, del cual todavía no me recupero. Me dieron 26 machetazos y aquí ando por voluntad de Dios y ando compartiendo mi testimonio con ustedes.
 

Nosotros no somos malos, somos personas que venimos a luchar por un sueño y no ambiciamos demasiado, sólo queremos o necesario para poder ayudar a nuestras familias, lo cual, por favor les pedimos que nos apoyen con seguridad humana, atención médica, lo cual es triste y es lamentable saber que alguien estuvo conmigo en el hospital, una persona mexicana a la cual tengo mucho que agradecerle.

Esa persona me ayudó, me visitó en el hospital, me albergó, me cobijo, me dio de comer y esa persona se llama Solalinde Guerrero.

Quiero decirle que gracias. Mi consulado lamentablemente sólo me hizo una visita para preguntarme de dónde era, de qué departamento, quiénes eran mis padres, como me llamaba, me tomó unas fotografías y me dijo “espero te recuperes pronto” y no me dijo si necesitas algo, nada, se marchó. Luego llamó una vez al albergue para preguntar si ya había llegado y eso fue todo.

Quiero estar acá, le comenté al padre que no tengo apoyo para irme para Estados Unidos, quiero trabajar aquí, en México, quiero demostrarles que somos buenos para trabajar y quiero trabajar en México y quiero que me apoyen, porque se los voy a demostrar de que somos muy buenos para laborar y lo hacemos con una dignidad.

Hacemos las ordenes de los cuales nos van a mandar y el caso es que las maras cuando hacen daño no piensan que ellos creen que sólo a uno, sólo a mí me hicieron daño, no, no sólo a mí, le están haciendo daño a mis hijos, porque ellos dependen de mí.

Ahora no puedo trabajar, no voy a poder trabajar por seis meses, porque necesito rehabilitación y estos seis meses no tengo cómo luchar para poder ayudarles a ellos.
 

Los quiero mucho, están bien hermosos y por un poco me perdían, pero por favor apóyennos con la seguridad humana, porque así como me pasó a mí, puede pasarle a cualquier paisano que venga tras estos mismos pasos.
Gracias.

PADRE SOLALINDE GUERRERO: Esta es una buena oportunidad no para hablar nosotros, sino para que los migrantes, híjole, hay unas cosas muy dolorosas y ahorita les voy a dar un testimonio de ello.

EMERSON JAVIER ARIAS: Soy de Honduras, del departamento de Francisco Morazán, Tegucigalpa.
Quiero compartirles un poco de lo que sucedió en el tren, en el transcurso de Tenosique hasta Coatzacoalcos, Veracruz. De Tenosique, subiendo a Palenque, se suben muchos maleantes a robarle a las personas sus pertenencias y lo poco que llevan.

Y lo más impactante es que de Chontalpa a Juanza, donde se suben los pandilleros, antes de entrar al mero Coatzacoalcos, Veracruz, donde está la construcción, no sé qué están construyendo ahí, el tren se para, para también denunciar a los custodios que van en el tren, piden dinero a los migrantes.

Los maquinistas se prestan y se venden a los pandilleros.

Iba un niño de 12 años en el tren, luego los pandilleros lo agarraron, el tren se paró y lo mataron, le pegaron dos tiros en la cabeza, mientras el chico gritaba por sus padres, un chico de Honduras, yo estuve platicando con él, y no les bastó sólo matarlo, se bajaron, después de que lo tiraron del tren se bajaron y lo decapitaron y lo partieron, le abrieron todo su estómago.
Cómo eso es posible que eso esté pasando. Acaso el Presidente de Honduras qué está haciendo, sentado en un trono haciendo nada o cuidando sus millones para que no se los roben, cuidando sus intereses de sus familiares y de sus amigos.
No entiendo aún cómo es posible que todo esto esté pasando, que se hagan de la vista gorda, sabiendo todo lo que está sucediendo con los migrantes.

Es cierto, la mayoría somos de Honduras, pero no voy a hablar de Honduras tampoco, porque he visto cómo matan también a los de Guatemala, de El Salvador y hasta de Nicaragua y pienso que sí hay medidas y sí, las autoridades pueden hacerlo, no son ineficientes, cuando les conviene lo son.
Pero sí tienen el suficiente valor para hacerlo, así como también se prestan para muchas cosas, que se presten para lo bueno también y me molesta mucho que haya venido a México Porfirio Lobos Sosa, a qué vino si en su gobierno no hizo nada.

Para qué se presta a venir si no le interesó cuando estuvo en el poder, nunca tocó ningún tema de los migrantes, a qué vino. Ellos no son puestos porque ellos quieren, ellos son puestos por el pueblo, como el pueblo también los puede quitar a ellos.
Y me gustaría mucho que así como se llena la boca diciendo que el pueblo de Honduras, cuando con los militares también están oprimiendo al pueblo de Honduras, que es una de las razones por lo que muchos hondureños salen.

El Presidente Juan Orlando Hernández está oprimiendo al pueblo de Honduras con los policías, con los militares en la calle. No hay trabajo, hay mucho trabajo de infraestructura, para que lo vaya a ver Peña Nieto, cómo tiene la ciudad de linda y de hermosa, cosa que me fastidia, me enoja y me molesta mucho, porque mientras hacen grandes puentes, grandes estructuras el pueblo se está muriendo de hambre.
No hay medicamentos en el hospital de Tegucigalpa y ninguno de Honduras. No hay educación de calidad, no hay empleo.

¿Entonces qué está haciendo un Presidente, si no está haciendo nada por su pueblo? No está haciendo nada. Y me gustaría mucho que Juan Orlando Hernández, siendo Presidente de Honduras, tomara cartas en el asunto en el tema de los migrantes, porque son miles, miles de personas de Centroamérica y de Honduras que a diario están muriendo y están siendo secuestradas.

Y por ese motivo es que estamos aquí. No venimos aquí a molestar al Gobierno de México.

Eso es lo que yo exijo, que se respeten los derechos, los derechos de los migrantes. Somos seres humanos también, que no se les olvide; también tenemos derecho, como también muchos de aquí de México los tienen y de todo el mundo. Solamente.

WILSON ALEXI ESTÓRGANO MACHADO: Buenos días. Mi nombre es Wilson Alexi Estórgano Machado, vengo de la República de Honduras.
Tengo la condición de refugiado dentro del Territorio Nacional Mexicano. Sólo les quiero recordar que esta no es la primera vez ni la última que nos presentamos los migrantes al Senado.
 

Hace menos de un mes nos hemos presentado los migrantes al Senado, exigiendo, pidiendo a gritos que por favor nos den un poquito de seguridad. Y todavía hay personas en el Estado de Veracruz, que el Gobierno del Estado de Veracruz no está haciendo nada para brindarle seguridad a esta gente, que siguen en un atolladero, con el agua hasta el cuello, y los están viendo ahogarse y los dejan morir.

Que la delincuencia organizada está en contra de ellos y que el mismo Gobierno del Estado está coludido con la delincuencia, donde es uno de los estados que tiene el índice de mortalidad de migrantes más alto del Territorio Nacional Mexicano, y el gobierno se hace de la vista gorda, donde me duele también tener que venir a exponer estas quejas a un país que no es el mío por nacimiento, porque en el mío no contamos, como lo dijo el Padre Alejandro Solalinde: “eso lo vivimos en carne propia”.
 

Que en mi propia casa no me escuchen, duele. Y duele más aún tener que salir huyendo de mi propia casa y llegar a un territorio ajeno en el cual empiecen a pisotearme, en el que me estén maltratando, abusen sexualmente de mi pueblo, que abusen laboralmente de mi pueblo, que los secuestren, que los mutilen y que los miren como ganado.

Porque en México nosotros los migrantes somos vistos nada más como un medio para conseguir dinero, tanto para el gobierno como para la delincuencia organizada, porque si no el gobierno del Estado de Tlaxcala ya hubiese quitado esas barreras que tiene a la orilla de la vía, que son un atentado en contra de la vida, un atentado directo, que lo puso una empresa que tiene una licitación, que no es dueña del Territorio Mexicano, y que lo pone con el fin de agredir físicamente la integridad humana de nosotros los migrantes, no sólo en el estado de Tlaxcala.
 

Esto también está en Celaya y en Guadalajara. Hay varios estados que tienen vías, tienen durmientes posicionados a menos de dos metros de la vía, que son un atentado directo en contra de la vida de los migrantes.
Sabemos de que “La Bestia”, como le llamamos vulgarmente todos los migrantes, no es el medio adecuado para viajar para ningún ser humano. Éste es un medio para transportar químicos y materia prima para generar hierro, cemento y cualquier otro tipo de insumos que se utilizan. Es un tren de carga, de no de pasajeros.

Exponernos a las temperaturas extremadamente bajas y extremadamente altas dentro del territorio mexicano, porque la política migratoria de México es la más cerrada en toda Latinoamérica, es inaudito.
Que cuando nos detenga Migración, nos meta en una celda, no en una instancia migratoria, en una celda de contención donde tenemos que dormir en el suelo, donde nos alimentan cuando quieren, donde nos dan una llamada cuando quieren y cuando nos quejamos ante el gobierno no nos resuelven nada porque somos migrantes, porque no contamos para ellos como personas sino como números para llenar sus arcas de fondos que le manda Estados Unidos.
Nos duele; me duele a mí saber de que somos como ganado, que nos tratan como ganado; somos personas. Si ustedes nos ven a nosotros somos iguales a ustedes, con la diferencia que no andamos el mismo traje, con la diferencia que no tenemos la misma casa, con la diferencia que las cuentas bancarias de nosotros son cero y las de ustedes tienen números.

La única diferencia entre ustedes y yo, es que ustedes nacieron con un poquito más y yo no nací con nada. No porque me lo merezco, sino porque la vida me mandó ahí, para luchar por las demás personas que no tienen nada.
Y no es la primera vez que estamos aquí, como lo repito. Y creo que no va a ser la última tampoco.

Mientras mi gobierno no me escuche y tenga que seguir huyendo de él y seguir siendo un refugiado en el Territorio Mexicano y pueda seguir peleando por el derecho a la vida que tenemos todos los humanos por el simple hecho de venir a este mundo, porque no estoy peleando otra cosa a una vida, el derecho a una vida y una vida digna, o tan siquiera una vida, que no la tenemos dentro de nuestros países de origen.
Desde Honduras, pasando por El Salvador, ingresando a Guatemala y regresando a Nicaragua, se está dando un colapso social. Estamos en un estado de emergencia humanitario.

El gobierno está dándoles la oportunidad a las familias pudientes de que se vuelvan más pudientes, matando al pueblo. Un ejemplo simple y tangible que lo puede ver cualquier persona a nivel internacional lo que está pasando en el Valle del Aguán.
 

Una persona que tiene el dinero suficiente para gastárselo en cinco vidas más, sin trabajar un día, está matando a centenares y centenares de indígenas y campesinos, y el gobierno no hace nada; los organismos internacionales no hacen nada.
 

Porque a Estados Unidos lo que le interesa es el territorio, no las personas que viven dentro de él.

LUISA MARROQUÍN ROCA: Buenos días ante todo. Mi nombre es Luisa Marroquín Roca. Al igual que Wilson, cuento con refugio en el país.
En el año 2009 a mí me tocó prácticamente salir huyendo de Guatemala. Es doloroso que a 5 años de que yo no estoy en mi país, sigue la misma situación: robo, extorsión, Presidentes que suben al Poder simplemente para robar y engañar al pueblo, un pueblo en su mayoría indígena del cual me siento orgulloso porque también soy indígena.

El día de hoy venimos acá humildemente a platicar con el Senado, a pedirles de corazón a corazón que volteen su mirada hacia nosotros.
¿Cuál es la diferencia? Hablamos el mismo idioma, somos del mismo color. Por decirlo así, somos mexicanos, pero mexicanos pequeños porque nos dividieron.

Desde el norte de México hasta el sur de Nicaragua, esto era México. Era el Reino, la Nueva España. Después por la política internacional se fueron fraccionando hasta que quedamos en países, y quedaron fronteras, y quedaron unos cuantos millonarios.
Hoy en día las personas no migramos porque nos guste, porque muchos de los que aquí estamos presentes deseáramos, como en mi caso, estar en mi país de origen.

Estar en la Universidad estudiando, terminar mi licenciatura. Pero lamentablemente por oponerme a algunas cosas del gobierno, tuve que salir huyendo.
Hoy, quiero decirle al Senado que día a día miles de paisanos, miles de centroamericanos se están exponiendo a un tren, a una bestia donde son secuestrados, extorsionados, violados.

Yo sólo quiero hacerle una pregunta al Senado: ¿Qué está pasando? ¿Cómo es posible que en el Estado de Tlaxcala se esté atentando contra un derecho primordial, que es el derecho de la vida?
 

Durmientes parados a lo largo de la línea, atentando contra la vida del humano, contra la integridad. ¿A quién de ustedes le agradaría subirse por obligación y necesidad a una bestia para conducir sus sueños a un mundo de mejoría y esperanza y que no puede tirarse o que no puede agarrar el único recurso que tiene?

Me gustaría que hoy en día, algún día ustedes fueran a Tlaxcala y observen cómo esos durmientes están parados literalmente y que atentan contra la integridad humana, porque somos y seremos una nación emigrante forzada; porque hoy en día en Centroamérica existen familias dueñas y señoras del territorio, pero ¿qué pasa con el resto de pobladores que no tienen derecho a tres cosas vitales?: educación, vivienda y seguridad.
 

Hoy venimos ante ustedes a pedirles humildemente que por favor le tiendan la mano a sus hermanos centroamericanos; que se abran y que vean que somos una nación obligada a migrar. Que no estamos migrando porque lo queremos, que no estamos saliendo de nuestros hogares porque tenemos el deseo de hacerlo, sino estamos en la obligación de garantizarles a nuestras familias un pan, una botella de agua y un plato de frijoles, como lo que estamos acostumbrados los chapines a consumir.

Es por eso que le pido a la senadora, si fuera tan amable de podernos ayudar, de poder crear alternativas donde bien se proteja la integridad del ser humano.
Por favor, senadora, no se lo pido sólo por mi persona, se lo pido por miles y miles de centroamericanos que día a día están arriesgando su vida.
Muchas gracias.

TAMARA ELIZABETH: Muy buenos días a todos. Mi nombre es Tamara Elizabeth Castro, vengo del Salvador, hablo por lo cual todos los emigrantes, como ustedes pueden entender, cada uno emigra por su necesidad.
En nuestros países no hay trabajos, no hay fuentes que nos permitan desarrollarnos, tener alcances para ayudar a las personas, ayudar a los familiares que tenemos.

Como pueden entender, en nuestros países hay bastante discriminación; las autoridades están más a lado apoyando al crimen organizado. Allá, las personas que únicamente pueden trabajar, son aquellas que tienen un título, un bachillerato o tienen un estudio universitario.
 

Las personas que no han estudiado no pueden hacer nada, si no tienen un oficio del cual desempeñar una carrera están destinados a andar suplicando migajas a aquellas personas que tienen.

Les quería comentar mi experiencia y lo que he vivido en el tren. Cuando llegue a Ixtepec, bajando del tren fui víctima, me intentaron apuñalar con arma blanca; por la voluntad de Dios, Dios es muy poderoso, pude defenderme, quitarme el arma blanca. Si no hubiese sido por Dios, no sé qué hubiera sido de mí.
 

Hay bastantes madres que viajan con sus hijos y son las mismas condiciones, porque en nuestros países no hay seguridad. Hay muchas personas que allá sufren amenazas, no tienen un dinero para pagarle a los mareros rentas.
Toda persona que tiene un trabajo, está obligado a darles una cuota, una renta a los mareros; si no la pagan son obligados a morir, porque los matan, si no los matan es mejor que salgan huyendo, dejen lo que tienen y se muden para otro lugar, por lo cual estamos cansados todos y todas de andar huyendo de arriba para abajo.

Prácticamente entre todos los emigrantes exigimos es seguridad a nuestros países, fuentes de trabajo que nos permitan poder trabajar, poder tener una integridad social ante todas las personas y poder ser aceptados en la sociedad.
Yo soy trans de mi país, hablo por las trans, las cuales estamos aquí y las demás que están en contorno de Centroamérica. En nuestros países nosotras no somos aceptadas por lo que somos; hay bastante discriminación ante la sociedad, nos discriminan.

Muchas personas, así como nosotros, son llevados hasta el borde de la muerte por su misma mano por no ser aceptados por su familia, por la sociedad. Muchas personas son obligadas a quitarse la vida por no tener una suficiente autoestima para hacerse valorar a sí misma.
 

Exigimos seguridad en vías del tren, porque no es fácil para una madre venir cuidando a sus hijos. Allá está una muchacha que viene con sus tres hijos y creo que no es fácil para ella venir viajando en la bestia y saber si va a llegar hasta su destino con bien o si sus hijos van a llegar con bien, porque no es fácil venir cargando con tres vidas. Un niño es lo más sagrado que hay.

Es inevitable salir del país por algo. Si uno emigra es por la necesidad que hay.
Cada quién tiene su problema en su país y cada quién sale por algo; cada quién tiene sus propósitos y sus metas.

Aquí en México, uno cuando viene viajando en el transporte por ser emigrante uno tiene que venir pelando el ojo que no lo vaya a ver migración, rodeando migración. Cuando uno se sube a una combi, ¿qué le dice?, ¿qué le tiene que decir uno al motorista? “¿Por cuánto me llevas a tal parte? “Por tanto” le dice; le da uno un billete de 200 o de 500 y el pasaje costó 50 pesos se fue el billete de 500, porque uno no puede hablar por ser emigrante; no puede exigir su cambio, porque si uno exige cambio capas que le echan a migración y con migración le exigen hasta mil pesos para dejarlo libre.
Eso no tiene por qué estar así, porque ante Dios todos somos hermanos sin importar las diferencias ni sexualidad; todos somos hermanos ante Dios y no hay diferencias ante nadie.

Yo no entiendo por qué es que nosotros somos tan reprochados aquí en México. Nosotros lo único que venimos buscando es un paso libre.
Cuando venimos pasando no sabemos qué nos va a pasar. Salimos de nuestros países con una meta y no muchos la cumplen, porque al regresar al país muchos que son deportados, muchos llegan sin un pie, sin una mano; muchos se dan por desaparecidos por los secuestros de crímenes organizados.

Lo que exigimos aquí entre todos los emigrantes es una seguridad al emigrante, ya que creo que el paso libre para pasar México no lo pueden otorgar; pero como emigrante que soy, yo vengo de mi país huyendo porque no es hay vida digna allá, el 90 por ciento del Salvador está contaminado de puras maras. Allá hay muchos lugares que uno no puede cruzar, no puede meter el pie, porque si mete el pie no sabe si va a salir vivo de ahí.
 

Allá hay tres reglamentos que se escriben en las paredes y se leen: Ver, oír y callar.
Si aquella persona vio que algo le pasó a aquella, le conviene mejor que guarde silencio, porque si habló, hasta la muerte se lo lleva a él.

Aquí todos los hermanos emigrantes lo que estamos exigiendo es protección, que nos ayuden con fuentes de trabajos en nuestros países para que nosotros no migremos. Si a nosotros nos agarra migración nos deporta, vamos a las mismas, no tenemos una seguridad en nuestro país.
 

Hay muchas personas que estamos aquí que al llegar a nuestro país no se sabe si van a vivir, porque hay muchos que vienen amenazados a muerte ¿y qué es lo que hacen aquí?: los deportan sin importar los problemas que tiene cada uno.
 

Creo que como seres humanos tenemos derecho a ser escuchados, tenemos derecho a ser apoyados tanto como uno al otro y como hermanos en Cristo que somos, debemos tener un apoyo entre todos.

El pueblo unido jamás será vencido, en cambio, un pueblo que no habla no será escuchado tampoco.
Aquí estamos todos unidos esperando que nos puedan apoyar a cada uno de nosotros, son nuestras necesidades.
Muchas gracias.

INTERVENCIÓN: Buenos días. Primero, antes que todo, darle gracias a Dios por la oportunidad y gracias a todas las personas que se han dado el tiempo de podernos escuchar.

Mi nombre es Paola Melisa Quiñones Sánchez, soy hondureña y duele realmente que ahora tanta mujer tenga que migrar para tener una vida mejor, para tener algo que ofrecerle a nuestra familia. Tengo 21 años, soy madre soltera y me tocó migrar por la simple razón de no tener qué ofrecerle a mi hija, no tener nada que ofrecerle y, creo que como tantas mujeres lo hacemos, migrar por nuestros hijos, no tener qué darles de comer, darles qué vestir.

Antes que todo, esa es la gran necesidad, no tener un empleo digno, no ver en nuestro país organizaciones o proyectos para las madres solteras y sólo querernos engañar con un bono 10 mil, que no lo cubre para todas las mujeres. Es injusto de parte de nuestro gobierno, ser tan malo con nosotros los migrantes, porque hay que ser sinceros, que hay muchos migrantes aquí de Centroamérica, pero voy a hablar más por Honduras, que están siendo malos, no les interesamos en lo absoluto, porque miran tantas cosas que nos pasan y no hacen nada por cambiar, no hacen nada por construir nuevos proyectos de vida en nuestro país.
 

Somos madres y lo que más duele es tener que traer a nuestros bebés. Como ustedes pueden ver, hay muchos niños que tienen que sufrir al subirse a un tren que no está hecho para personas, así como lo dijo mi compañero, no es hecho para seres humanos; pero nos toca vivir esa triste experiencia por el simple hecho de ser migrantes, de no tener derechos en otro país.

Es triste, los niños y nosotras las mujeres, tener que aguantar hambre, frío, sol, tantas cosas que miramos en el camino; y todavía que vengamos aquí a México y que Migración nos quiera dar un permiso o una visa humanitaria, pero que tienes que ser violada o tiene que haberle pasado algo grave para uno poder optar por este papel. No es justo, señores.
No es justo que una mujer tenga que ser violada por tres, dos, cuatro hombres para que Migración pueda dar o adoptar una visa humanitaria. Esa visa humanitaria no va a pagar el dolor que esa mujer sintió en esa violación; es como darle un dulce para tapar el dolor de la otra persona, y no es justo, somos seres humanos.

Y quizá el único error de nosotros es migrar por el hambre, porque tenemos hambre; por eso venimos a sufrir tantas cosas. Es triste dejar a nuestra familia en nuestros países, pero lo más triste es ver que ellos tienen necesidades y no poder suplirlas.

Aquí hay muchas mujeres y yo hablo más por la mujer, porque si nosotras las mujeres no alzamos la voz, nadie nos va a escuchar; y hoy yo hablo por esa mujer que ha sido violada, que ha sido secuestrada, que ha perdido un hijo; incluso no sé si han escuchado, hace poco la señora que su hijo perdió un miembro de su cuerpo: ¡qué necesidad tenía esa criatura de perder un miembro de su cuerpo en ese tren!, sólo por la razón de ser migrantes, de no tener un papel para poder viajar en un autobús tranquilos.

Por qué nuestro Presidente, Juan Orlando, por qué es tan egoísta, por qué se porta tan egoísta; sólo le importamos nosotros los pobres cuando quieren un voto electoral, sólo para eso nos necesitan. Cuando dice el cónsul que no hay para poner más consulados aquí en México, que por eso no pueden con la situación de aquí, de los migrantes hondureños: dinero hay, lo que pasa es que ellos sólo ven para el beneficio de ellos mismos, no para el beneficio de nosotros.

Nuestro país Honduras es bello, un país rico, lo que pasa en nuestro país es que tenemos unos gobernantes que no sirven, no sirven; y me duele y me entristece y me apena tener que venir a otro país a exigir derechos que él como Presidente tiene que ver por nosotros, que otras organizaciones nos ayuden, cuando nuestros gobernantes no hacen nada por nosotros.
 

Y agradezco sinceramente a los albergues, al Padre, porque él nos ha acogido como familia y él nos ha ayudado a estar aquí, a vestirnos, a calzarnos, a darnos de comer; y otras organizaciones de aquí de México, que son los interesados por nosotros.

Me apena hablar de nuestro gobierno, de nuestro país, pero salimos por hambre, señores, no salimos por más cosas, salimos por hambre, porque no hay proyectos de vida; nuestros hijos necesitan educación, somos mujeres luchadoras con muchos sueños, somos mujeres que luchan por sus sueños, el sueño de tener un hogar, de tener un techo digno, de tener algo que ofrecerles, no sólo ofrecerles puro frijoles en el plato a nuestros hijos.
 

Aquí hay muchas mujeres que han dormido con hambre, que sus hijos tienen que acostarse sin comer una, dos noches; las madres aquí no andan con sus criaturas porque quieren o porque digan “¡Uy, qué madre!, cómo traen a sus hijos a sufrir”. No, sino porque salimos por el simple hecho de tener necesidades, necesidades por las que nuestro Presidente no hace nada, prefiere tener su bolsa llena de dinero y ser un egoísta con nosotros.

Cuando nos deporta Migración, ¿en la frontera qué hay?, sólo una Cruz Roja que nos ofrecen, unas cuantas cosas básicas y no hay nadie quien nos reciba, como que llegamos a estorbar otra vez. Y por eso está la gran necesidad de delincuencia, porque no hay empleo, porque las personas tienen hambre, tienen necesidades y eso los hace robar.
 

Muchas mujeres migran por los feminicidios, porque no tenemos seguridad, están matando muchas mujeres en nuestro país y eso nos hace también optar por migrar. Tenemos necesidades y nadie hace nada por nosotros, y por eso tenemos que venir aquí a otro país a exigir: somos seres humanos, tenemos derechos y creo que, ante todo lo bueno, lo malo que nosotros hacemos aquí en la vida, creo que sólo hay una persona, que se llama Dios, que es el que juzga.

Y creo que aquí cada persona, si tiene la necesidad de ayudarnos, lo va a hacer, y si no la tiene, no la va a hacer. Venimos a exigir derechos, no venimos a dar lástima a nadie; sólo a exigir nuestros derechos.
Gracias.

SEÑOR OSVALDO URBINA: Buenos días señora senadora, gracias por atendernos usted. También al Padre Alejandro Solalinde, gracias por acompañarnos, señor, gracias a todos los medios de comunicación.
Mi nombre es Osvaldo Urbina, yo soy de Honduras y voy a ser un poco breve en mi intervención. Ayer, cuando nosotros nos reunimos con la única persona que tuvo la dignidad de atendernos en nuestra reunión de ayer, el Vicecónsul de Honduras, me di cuenta que es obvio que ellos no se dan cuenta lo que nosotros los migrantes sufrimos en este camino, me di cuenta de que están ignorantes completamente del sufrimiento nuestro del tema de inmigración.

Entonces, ¿qué es lo que pasa?, yo le hice una pregunta a él y no me la pudo contestar; nosotros nos convertimos en nómadas no porque queremos, sino por como dice la compañera y por como lo decimos todos, por las necesidades que tenemos en nuestros países de trabajo, de falta de oportunidades por el crimen, que es el que está desangrando nuestros países en Centroamérica; por la corrupción gubernamental que hay, que es lo que más nos duele porque, esas autoridades que están ahí nosotros las ponemos porque confiamos en ellas.
 

¿Qué es lo que pasa?, que cuando llegan al poder se olvidan de nosotros: empiezan los engaños, empieza a darse cuenta uno de las promesas falsas que hicieron en su campaña; entonces tenemos que emigrar.
 

¿Qué pasa cuando emigramos?, emigramos con la venia de un Dios que tenemos en el cielo, con la bendición de un Dios que tenemos del cielo y cuando llegamos acá, nos damos cuenta que tenemos que acogernos a un ángel que tenemos en la tierra, que es el que nos guía, que es nuestro padrecito Alejandro Solalinde, él es el ángel que tenemos acá.

Okey, ¿qué quiero yo a ustedes, señora senadora, pedirle en esta oportunidad a nombre de todos mis compañeros que nos acompañan en este triste viacrucis?
Es abogar a sus sensibilidad humana, señora, que usted por su medio ayude en una ley que a nosotros nos dé una protección humana. El Servicio Nacional de Migración está basado en leyes policíacas. El gobierno de México ha convertido a la inmigración en un vigilante más, el Departamento de Inmigración es un vigilante más de sus fronteras.

Prácticamente nos tratan a nosotros como criminales. Ha criminalizado la inmigración y no debe ser así. Por eso yo siempre he estado en contra de esa ley, porque han sido unas leyes hipócritas, unas leyes de doble moral y no tiene que ser así.

Hace poco se reunión en mi país el Presidente Peña Nieto con el Presidente Juan Orlando, se reunieron en secreto Nosotros, los ciudadanos, teníamos una esperanza de que después de esa reunión hubiera cosas diferentes en nuestro camino y no ha pasado nada.
¿Qué quiere decir?

Que hablaron cosas que no les interesaba, que no nos beneficiaban en nada a nosotros, que les interesaba nada más a qué nivel. También algo en lo que nunca he estado de acuerdo, por qué los presidentes se tienen que reunir en secreto, porque el pueblo, que somos los que los ponemos ahí, no podemos darnos cuenta de lo que ellos hablan, los tratados que hacen.
 

Nosotros somos los primeros que debemos de darnos cuentas. Entonces, como decimos, no sabemos qué está pasando.

A donde quiero llegar es a este punto, lo que pedimos todos en común, el punto en común que tenemos es que queremos un trato justo a la migración.

Miren qué bonito el mensaje que tienen de fondo allá, “Encuentro a favor de una migración con rostro humano”, eso es lo que pedimos, ese mensaje que tiene ahí, por favor que lo pongan en práctica, nada cuesta ponerlo en práctica.

Nosotros tenemos el mismo color de piel, hablamos el mismo idioma, las leyes obviamente son diferentes, cada país tiene sus leyes, nosotros como inmigrantes tenemos que respetar las leyes del Estado Mexicano y tenemos que atenernos a las leyes del Estado Mexicano, pero ustedes, dentro de este hemiciclo, hacen las leyes, promulgan  las leyes y tienen la autoridad para hacer que se cumplan esas leyes.
Como la ley estúpida que vimos, algo estúpido que vimos en el estado de Tlaxcala, que muchos compañeros lo hemos hablado, de los durmientes al lado del ferrocarril.

Ese es un atentado criminal, no necesariamente, hubiera sido más fácil remover el policía, que le hubieran puesto una carabina ahí, es más fácil remover un policía que remover un poste de esos.

Entonces, no sé con qué autoridad la compañía ferroviaria qué autoridad tuvo para ir a implantar esos postes ahí, no sé hasta qué punto se dieron cuenta ustedes que estaba sucediendo eso o no, pero por favor, a través de ustedes, quiero que por favor se pongan la mano en el corazón y traten de cambiar esa ley criminal.

Para terminar mi intervención, solamente quiero dar abogar nuevamente a su sensibilidad humana y los demás senadores que nos acompañan, que por favor traten de emitir leyes diferentes, que nos den a nosotros, en nuestro camino, en nuestro viacrucis, un mejor trato.

Yo quería hacerle una pregunta, señora senadora: hace 20 años pasé por territorio mexicano dos veces para ir a Estados Unidos por tierra, no me costó casi nada obtener una visa mexicana en Honduras.

Ahora traté de hacer lo mismo y no pude ¿sabe por qué? Porque usted ahora va al consulado americano y va al consulado mexicano y tiene la misma política, de estar exigiendo las mismas cosas, que si tiene cuentas bancarias, que si es dueño de bienes raíces, que si tiene no sé qué, 20 mil cosas. O sea, la han puesto una barrera a uno, que para nosotros, los que estamos aquí, es imposible de cumplirla.
 

Entonces, por eso, si hubiera un poco más no de valor, pero si la Ley de Migración, a nivel consular en mi país fuera un poquito más leve, fuera más fácil para nosotros tener una visa y entrar legalmente a su país.
No tuviéramos que venir exponiéndonos a todo lo que nos exponemos en el camino, que no lo voy a repetir, porque ya todos los compañeros han dicho, viniéramos con el rostro levantado, con la frente en alto, como seres humanos, decentes, trabajadores que somos.

Pero no, la barrera comienza allá, comienza con la complicidad de nuestro gobierno, porque nuestro gobierno es el primero que debe de mediar ante sus ministerios de relaciones exteriores, para que esa política absurda, estúpida, no sea implementada.

Nosotros no venimos a causarle ningún daño a nuestro hermano país de México, no, nosotros solamente necesitamos cruzar su país, porque todos aquí, no nos engañemos, la mayoría sabemos que nuestro destino final es Norteamérica, porque tenemos tal vez ya parientes allá, porque vamos buscando mejores oportunidades y todo.

Entonces quisiera que el gobierno mexicano se sensibilizara más, se pusiera la mano en el corazón y nos dejara, al menos no estoy de acuerdo en que algún compañero inmigrante venga a romper las leyes, a delinquir, nada de eso, pero sí que sí crucemos dignamente y también, si queremos trabajar acá, que entonces nos lo permitan.

Yo creo que no es mucho pedir, señora senadora ¿verdad compañeros?
Gracias por escucharme y que Dios la bendiga.

DIETRICH JAVIER MADARIAGA: Soy de Honduras, soy de color y voy a contar un testimonio de lo que me pasó en el camino.

Yo lo único que pido aquí es seguridad. Les voy a contar la historia.

Yo venía en el tren por Tenosique, venía con una familia que traía dos niños, su madre y su padre, veníamos en un vagón. Eso eran como las once de la noche, lo agarramos como a las cinco de la tarde.
 

Quiero que todo esto salga en público, porque en esa hora, como a eso de las dos de la mañana, nos salieron los “zetas”, esas bandas y ¿qué hicieron?
 

No sé qué contacto tienen con los maquinistas que el tren se para en el transcurso del camino, luego se suben esos “maras”, esos “zetas” se subieron y ¿qué hicieron ahí, en el vagón?

Agarraron a la familia, hicieron una urda en el vagón, agarraron a su niña, que eran dos niñas que traían y se pusieron a violarlas, aprovecharse de ellas enfrente de sus padres. Primero violaron  a una, luego a la otra, el papá les aclamaba que lo que le estaban haciendo a ellas, mejor que se lo hicieran a él.

Después de eso, como el papá tanto y tanto luchaba y luchaba, vinieron y mataron al padre, sólo quedaba la madre y la madre aclamaba de todo corazón que se dejaran ya de tanta cosa y mataron a la madre también y después mataron a las niñas.

Y no bastaron de eso y desde arriba del tren los tiraron hasta abajo. Yo venía con otro primo, los tiraron abajo, no los dejaron ahí, se los llevaron.

Eso es lo que está pasando aquí, que esta gente mata y los desaparecen. Quiero que esto salga público, porque esa familia es de color, yo me encontré con ellos ahí y no sé de qué país son, de dónde son, sólo sé que eran de color.

Voy a contar qué pasa con esa seguridad. Esas familias ¿sabes qué pasó? Esa gente no puede venir en un  autobús, porque le vienen huyendo a la migra y por eso lo que pasa.

Luego, en el camino, cuando nosotros veníamos con mi primo, llegamos a Palenque y yo, no me pregunten por qué estoy con el padre, legamos ahí, compramos un boleto porque en Coatzacoalcos, no sé si estén enterados, el tren estuvo un tiempo que no salió por unas muertes que hubieron allí, que mataron hasta a un maquinista y de hecho a unos maquinistas, 12 maquinistas, 13, presos, porque mataron a 25 migrantes, sólo era familia negra. Los mataron y a los maquinistas los hallaron con cosas y entonces los migrantes culparon al maquinista.
 

En el transcurso mi primo y yo decidimos agarrar una ruta que es a Tuxtla y de Tuxtla a Arriaga. Veníamos con mi primo y a mi primo lo atropello un  carro sólo porque la migra nos venía siguiendo.

O sea, a nosotros nos creen como que somos unos animales, al dejar ese tren por lo que habíamos visto, a mi primo por venir huyendo conmigo lo atropella un carro, casi muestro quedó tirado ahí.

¿Qué hace la migra con seguirnos a nosotros? ¿Qué hace si nosotros no somos ladrones, no somos criminales?
Yo tengo 23 años. Yo creo que yo tengo la suficiente capacidad para trabajar mejor tal vez que ellos. De mi primo, ya me di cuenta que está en Honduras, lo agarró la migra, está en silla de ruedas en Honduras.

Qué le dice la familia: Qué fuiste hacer allá. En silla de ruedas; la columna creo que se la desvió, quedó inválido. Nosotros no somos animales para que de hecho la migra haga eso. Imagínate, nosotros huyendo y a él lo atropella un carro. No es justo que nosotros andemos huyendo como animales.

Y otra cosa. Qué le pasa al Gobierno de México que nosotros no tenemos necesidad de agarrar un tren, nosotros no somos animales, no somos objetos.

¿Qué es lo que carga un tren? Sólo tipo pesado. A la hora de agarrar un tren no vas a agarrar un asiento de un carro; es hierro y que va a velocidad. Estamos hartos ya de eso que dejemos de andar en estos trenes, no tenemos necesidad, no somos animales.

En verdad, yo creo que nosotros como migrantes invertimos más dinero que los que están aquí, porque yo a la hora de salir de mi casa, yo salí con 5 mil Lempiras, no me pregunten de dónde las agarré y cómo los agarré. Y todo ese dinero lo gasto y no sólo yo traigo esa cantidad.
Entonces qué le cuesta al gobierno decir “vamos a hacer esto y esto, vamos a cambiar eso” porque nosotros no somos animales. Gracias.

JEDRI JAVIER MARALDERAS: Me llamo Jedri Javier Maralderas, soy de Honduras.

BENJAMÍN CHAVARRÍA: Mi nombre es Benjamín Chavarría, soy salvadoreño. Como ustedes saben, en El Salvador tanto como en Centroamérica vivimos un problema común.
La delincuencia, juntamente con los gobiernos hoy en día ya no nos dejan vivir, sencillamente porque el crimen organizado se ha apoderado tanto de las familias que nos extorsionan para que ellos puedan llenar sus bolsillos.

Soy una persona que viene huyendo de El Salvador, una persona donde anteriormente tenía una fuente de trabajo, era comerciante, y por ser comerciante saben perfectamente que el dinero se gana a diario.
 

Juntamente con mis hermanos teníamos negocios y las pandillas se encargaron de extorsionarnos. Al principio llegaba semanalmente a pasar la famosa renta, del cual nosotros sentíamos un desbalance económico sumamente grande.
Sabemos que somos países, o en El Salvador somos un país pequeño y somos pobres y buscamos lo que es ese tipo de trabajo porque realmente el gobierno no se ha encargado de darnos esa seguridad, o esas fuentes de trabajo para podernos superar económicamente.

De esta manera las pandillas se han proliferado tanto, de que tienen tan atado al pueblo salvadoreño que no le permiten el desarrollo económico.

En mi caso, como decía, soy comerciante y por tener un pequeño negocio ellos nos exigían la famosa renta.
Una de mis hermanas no pudo cumplir con la cuota y la asesinaron. La asesinaron. Fueron los mismos pandilleros los cuales residían en la misma colonia donde nosotros vivíamos, personas con las que nosotros también nos crecimos.

Y hoy en día estas personas fueron capturadas, fueron procesadas y fueron condenadas. Ha sido uno de los primeros casos de feminicidio en El Salvador que se ha condenado pero eso no quedó ahí.

Hoy en día ya no puedo regresar a mi país. Los pandilleros me conocen, conocen a toda mi familia y tememos por nuestras vidas; tememos regresar.
Ya no hay ese espacio, nos cerraron, nos cerraron nuestros espacios, ya no hay libertad, no tenemos libertad en El Salvador. Amo a mi tierra, quisiera regresar pero no puedo. Me quitaron mi libertad.

Vengo a este país y me tratan como criminal, pasando por Huehuetán, caminando por la calzada, migración nos detectó, porque vengo con mi papá y dimos a corrernos, nos tiramos al monte. Pues como no pudieron agarrarnos, ¡qué creen! Nos echaron unos perros. Nos tuvimos que esconder.

Gracias a Dios los perros no nos detectaron, nos escondimos muy bien. Y así de esta manera hemos venido viviendo tantas cosas. Nunca nos imaginamos que nos íbamos a subir a la famosa “Bestia”, donde realmente sí es duro poder observar mujeres que vienen con sus hijos y muchas de ellas vienen desprotegidas; vienen hombres que de igual forma también los quitaron esa chanza de libertad.

Y eso venimos a pedir acá: libertad, libertad por todos los migrantes, libertad por nuestras familias.
Por eso le pedimos, senadora, en nombre de todos los migrantes, que nos den esa oportunidad de poder transitar por este país de una forma libre, porque ningún ser humano es ilegal, ninguno. Y nos merecemos la libertad. Gracias.

ALBEIRO FABRES: Buenos días. Mi nombre es Albeiro Fabres. Soy originario de la República de Nicaragua.
Nosotros tuvimos que emigrar de nuestro país porque es el primer país de Centroamérica más pobre. En nuestro país se está viviendo que si no perteneces a un grupo de partido político sandinista, no tienes ayuda de nada.

¿Por qué? Porque mucha gente dice en el mundo: Cuba es marginado porque es comunista; Venezuela, Rusia, pero se olvidan que existe Nicaragua, que Nicaragua es comunista y no tienes ni voz ni voto.
Y ayer se pudo ver cómo el gobierno de nuestro país, a través del representante de la Embajada y Consular, no se responsabilizó de nosotros al presentarse al diálogo. Fue una mesa vacía, porque no existimos para ellos.

A nosotros nos dicen “vende patrias” cada vez que salimos, según ellos al imperialismo yanqui. Y es triste ver cómo vienes huyendo y te encuentras con la feroz Patria de México que para la gente no eres nadie.

Y yo pregunto: ¿Cuánta sangre más quiere México? ¿Cuántos mutilados más quiere México? ¿Cuántos secuestros quiere más México, de hermanos centroamericanos?
Nos ponen trabas con los durmientes en las vías del tren, como dijeron los compañeros. El lunes intentaron cerrar una Casa del Migrante, ubicado en Celaya.
Cerraron la Casa del Migrante que estaba en Lechería, y nos cierran los espacios donde podemos llegar para descansar, para bañarnos, para sentirnos seguros, buscar medicamento, buscar sentirnos parte, ser humanos; nos cierran las puertas en muchas de las ventas donde venden comida.

Te oyen tu acento y te suben los precios porque eres emigrante. Vas a un hotel y no tienes cabida porque te dicen “eres emigrante y me pueden multar Te tengo que cobrar lo doble para poder yo resguardarte”. Y te tienes que ir al monte a dormir.
Caminamos desde Tapachula a Pijijiapan, ¿por qué? Porque a las combis les tienes que pagar con un billete grande para que te roben el cambio o si no te entreguen a migración. En migración te piden 100 dólares.

El pueblo de México puede viajar a Centroamérica con solamente un pasaporte, sin ocupar visa y nosotros no podemos pasar a México, porque no tenemos dinero, porque no somos nadie.
México es el hermano grande de Centroamérica y no vela por nuestros intereses al pasar por acá.
Yo oía que tránsito libre para el emigrante y no es cierto, porque nos persiguen como criminales.

Yo solamente pido al gobierno de México que nos den un libre tránsito, un permiso por 15 días, 30 días que, con gusto, yo pienso que muchos de mis hermanos centroamericanos lo pagaríamos y contribuiríamos a su inversión económica.
Otra cosa es que vieran que no cierren las casas del emigrante, porque es nuestra única morada que tenemos y que realmente esto no se quede en un hecho y olvidado, sino que trascienda realmente hacia más allá, porque yo escuché en Apizaco a un diputado que decía: “Es que esto es muy largo y se necesita permiso de la Cámara”; ahora espero que la Cámara de Diputados nos diga: “Necesitamos permiso del Presidente”.

Queremos soluciones y queremos respuestas, porque basta ya de madres en Centroamérica que nunca van a ver regresar a un hijo porque fue secuestrado o fue mutilado.

Con esto también le hago un llamado delante de ustedes a nuestros gobiernos, que se hagan responsables, porque es muy indignante que el gobierno de Nicaragua no se haya responsabilizado de nosotros y esperamos que a través de la senadora puedan ver por qué el nicaragüense está emigrando; y no nada más a México, es muy poco el nicaragüense que pasa por México, porque le tiene miedo a la inseguridad, per hacia todo Centroamérica.
Gracias.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: También nos acompaña Elizabeth Lara Rodríguez, Coordinadora de la Oficina de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Ixtepec, Oaxaca, y ha estado trabajando de la mano con el Padre Solalinde, con los albergues, con las casas.
A mí me gustaría darle el uso de la palabra y después continuamos con ustedes.
Gracias. Adelante.

ELIZABETH LARA RODRÍGUEZ: Gracias, senadora.
Sin duda alguna son historias muy desgarradoras y yo creo que todas las historias, si no nos toca las fibras de nuestro corazón, yo creo que no somos seres humanos.
Por eso yo quiero decirles, antes que todo, a nuestros hermanos migrantes aquí presentes que el derecho más importante que ustedes tienen es el derecho a la dignidad humana.

Yo les pido que levanten la cabeza, porque son dignos, porque también son hijos de Dios; porque ningún migrante por entrar sin documentos a México tiene que ser tratado como delincuente.
Ustedes son dignos, son seres humanos y el respeto que México tiene que darles en todo momento. México está comprometido con ustedes.

Por eso el Presidente Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la CNDH ha hecho un llamado siempre a las autoridades encargadas de la seguridad de ustedes. Ha hecho un llamado siempre a los tres niveles de gobierno para que protejan a los migrantes que van de tránsito por este país.

México está en deuda con ustedes y México también tiene el deber de resarcirles su daño, de repararles el daño.
Por eso, desde aquí nuevamente se hace un llamado a las corporaciones policiales que están encargadas de la seguridad de ustedes, que se pongan a trabajar y que se pongan a trabajar porque hay migrantes que cuidar, hay migrantes que proteger. El Estado Mexicano tiene el deber de protegerlos.

Yo quiero decirles que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos siempre apoyará y siempre estará del lado de ustedes, de acuerdo a las facultades constitucionales que tenemos.

Y decirles que ustedes son bienvenidos, que siempre contarán con el apoyo de la CNDH y que estamos aquí para poderlos acompañar hasta donde ustedes vayan. Estamos aquí para pedirle a la policía, a los encargados de la seguridad, que ustedes también son dignos, merecen respeto y que siempre contarán con nosotros.
Muchas gracias.

INTERVENCIÓN: Vamos a esperar a que venga la senadora, porque es importante que ella nos escuche.
Nosotros ya nos hemos escuchado y conocemos nuestro dolor, pero aquí queremos que esta casa, que es la casa donde se hace la política, nos escuche.

INTERVENCIÓN: Soy de la frontera de Baja California, trabajo desde Tijuana hasta…

INTERVENCIÓN: Vamos a esperar a que vengan los legisladores para no escucharnos sólo nosotros. Nosotros no tenemos jurisdicción para hacer cambios en las leyes. Esperamos, entonces.

Va a hablar primero la hermana y luego si quieres ahora hablas tú.

INTERVENCIÓN: Está bien. Muy bien.

INTERVENCIÓN: Bien. Hermana.

INTERVENCIÓN: Muy buenos días. Mi nombre es Scarlett Johansson Ramos, soy una chica transexual y vengo hablando de parte de todos los emigrantes de Centroamérica, que siempre se ha dado esta lucha por nuestros derechos humanos.

Yo no sé por qué son tan violados nuestros derechos, si todos somos iguales, todo es por la causa política, que siempre son propuestas, ilusiones y más ilusión es para el pueblo. Cuando uno ya los reelige, uno para ellos ya no existe, más que sólo el trono en el que están sentados.
Todo eso va a causa de la necesidad, ya no nos voltean a ver, no importa el género, porque he visto mujeres, hombres que andan en esta lucha; también sufren la discriminación, violencia, maltrato y hasta matanza que nos dan a todos, no sólo trans ni sólo mujer.

Mi punto de vista es, ¿por qué ayer si hicimos una reunión con los embajadores o cónsules, no asistió el de Guatemala ni Nicaragua? ¿Por qué nos dejó burlados, si tenemos derecho a ser escuchados porque somos el pueblo?

Mi pregunta es, ¿no tiene sentimientos él hacia las personas humildes, hacia los emigrantes? ¿Por qué nos tratan así? ¿No todos tenemos derecho a ser escuchados?

Yo soy una persona muy sentida y estoy sentida con la persona que representa Guatemala porque no asistió, nos dejó ahí solas, con los derechos que tenemos que exigirle a él para nosotros los emigrantes. Nosotros somos unas personas que emigramos por el escaso recurso de trabajo, discriminación, falta de estudio, pobreza extrema.
 

Todos aquí tenemos una historia qué contar muy triste, por tal motivo nosotros no podemos regresar al país, porque las mismas siguen: la pobreza, el maltrato, el abuso al trabajador, que los explotan. Todos tenemos un sueño por el cual queremos lograrlo y, sin embargo, venimos a otros países donde nos tratan peor, sufrimos hambre, dolor, angustia, sueño.

El sueño que nosotros siempre queremos realizar es: nosotros tenemos un castillo de ilusiones por el cual nos bajan todas las injusticias que nos hacen en el periodo de nuestro trayecto.
 

Yo soy una persona que he visto varios puntos sobre mujeres que vienen con niño: ¡Qué dolor ver a una mujer tapándose con un nylon!, ver un niño llorar con angustia porque quiere salir de ese pequeño vagón para ser libre; esa es una cosa muy horrible, ver a ese niño, como el niño que se quedó sin un miembro, nosotros veníamos en ese tren.

La mujer todavía platicó con nosotras, el niño jugando con un cartón, nosotras viendo jugar al niño porque era bien alegre; ¿y después qué pasó?, que nos enteramos que fue amputado, que fue mutilado por esa bestia y por eso nosotros ya no queremos montar.
Tenemos derechos y los derechos tienen que ser respetados, de cada persona, porque todos somos iguales.

Hay varias personas que sólo por no tener más dinero nos hacen menos, pero yo digo una cosa a todas las personas: recapaciten, tomen conciencia, somos humanos, nosotros sentimos también; no importa la preferencia sexual ni el género de personas, sino que si tú te pellizcas y a mí me pellizcan: todos somos iguales, sentimos, lloramos, todos tenemos un corazón que lastiman.
Hay varias personas que lo disimulan, pero también lloran, igual que nosotras. Gracias.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Bueno, yo quisiera agradecer a todos ustedes el que puedan estar aquí en el Senado de la República.
Para nosotros es muy importante escuchar sus testimonios y poderle dar seguimiento también a cada una de sus peticiones. Yo quiero decirles que tristemente, muchas de sus peticiones, de las angustias y de las tristezas por las que han pasado, nosotros también se las hemos hecho llegar a las autoridades, hemos abierto los espacios en este Senado de la República para escuchar las diversas voces.
Aquí no hay temor de escuchar a nadie, aquí todo lo contrario: queremos construir una mejor política migratoria, sobre todo con lo que le compete al Legislativo, que como decía el Padre Solalinde en su intervención, hemos logrado esa empatía a hacer revisión a las diferentes leyes y hemos impulsado juntos legislación al respecto, que yo espero que pronto podamos estar discutiendo en este Senado.

No sin antes mencionar que efectivamente, contamos con una Ley de Migración, que a mí cuando me dicen que es una Ley de Migración a la vanguardia digo que qué bueno; y muchos otros países recogen nuestra Ley de Migración: pero lo importante es hacer que la ley se cumpla, que haya reglamentos, que se le cuide a la gente.
Aquí no nos importa si se es centroamericano o mexicano, aquí hay que respetar la vida, hay que respetar los derechos humanos de cada uno de ustedes. Y este Senado es muy sensible ante esta causa.

Repito, en esta causa habemos legisladores de todos los partidos políticos, reuniéndonos con autoridades, haciendo las gestiones necesarias. Para mí es muy triste escuchar estos testimonios.
Decía al principio en su intervención el Padre Solalinde: lo importante aquí es abrir corazones, abrir puertas y eso es lo que hemos estado tratando de hacer.
A mí el Padre Solalinde también se convirtió en una de esas personas que abrió mi corazón, que aquí está. Siempre lo tengo presente, vigente y que además estamos trabajando de la mano hasta donde se pueda, tocando las puertas que sean necesarias y si él lo hace con esa vocación, pues yo también lo hago con ese mismo amor, con ese mismo dolor también, porque escuchar sus testimonios uno se pone en sus zapatos y es realmente inimaginable.

Escuché con mucha atención las diferentes intervenciones, de Wilson, de Luis, de Oswaldo, de Jefri, de Benjamín, de Albeiro, de cada una de las mujeres que aquí hablaron y que además nos conmueven con sus lágrimas pero lo importante es ver qué sigue.
Ver qué sigue, cómo vamos a lograr también que este Decreto del que hablaba el Padre Solalinde, Decreto por el que se aprueba el Programa de Migración 2014—2018, ver cómo logramos concretar, Padre, esa reunión con los firmantes de este Decreto.

e habla de un México con responsabilidad global, atender las particularidades del fenómeno migratorio, involucrando aspectos como la diversificación al interior del flujo, los lugares de origen y destino, los perfiles migratorios, las estrategias de cruza, internación, la repatriación, inseguridad, los derechos humanos.
Si ustedes se dan cuenta en gran medida lo que se dice en este Decreto es lo que hemos estado conversando en estos momentos.

Ahora lo importante es ver, porque además es un Decreto en el que firma el Presidente de México, diferentes Secretarios de Estado.
Yo espero que a partir de este Decreto, también, las cosas puedan cambiar. Y para que las cosas pasen es muy importante seguir sensibilizando a las autoridades.

Los migrantes no son delincuentes y es lo que tenemos que decir a lo largo y ancho de este país. No son delincuentes los migrantes.

Recojo aquí la inquietud de la seguridad humana. Mencionaba ya Wilson la parte de la atención médica. Él, al final del día es carpintero. Le gustaría a él hacer su trabajo de carpintería.
 

Entonces sí me parece importante, Gonzalo, que podamos nosotros hacer lo necesario para que sus sueños puedan hacerse realidad y que el camino por México deje de ser el calvario que es hoy en día.

El compromiso, y además hablo por los senadores que hemos estado involucrados en este tema migratorio, el compromiso de los senadores es buscar puntual seguimiento al Programa Especial de Migración 2014—2018.

Provocar una reunión con los diferentes actores para conocer también el estatus del mismo, en donde van a participar los albergues, las casas, porque yo insisto: hay una Iniciativa pendiente. No puede ser que nuestros albergues, que además hacen mucho de lo que el Gobierno deja de hacer, muchas de las tareas que debiera estar haciendo el Gobierno las hacen estos albergues, estas casas.
 

Ver de qué manera se les puede financiar y que dejen de estar viviendo de las limosnas, porque estar tocando puertas para que se cumpla con este Programa Especial de Migración, con las leyes en materia de migración, y además estar tocando puertas para poder tener fondos para mantener estos albergues, resulta sumamente complicado para personas como el Padre Solalinde, como el Padre Neimar, como Doña Olguita, y podemos aquí enlistar muchos albergues y casas que hemos visitado y que tristemente cuentan con muy pocos recursos, pero eso sí con un gran corazón. Pero de corazón pues no come la gente. Entonces sí es importante que nosotros insistamos en ello.

A mí me inquieta mucho también la parte, mencionaban aquí, las barras de concreto que están puestas, sobre todo en Tlaxcala, en Celaya, en Guadalajara, en Veracruz, que pareciera una política generalizada, no es una política aislada de un Estado de la República.
Cuando ustedes mencionan que estas barras de concreto, o durmientes de cemento, como me decía aquí el Padre Solalinde, son utilizados como si fueran armas para que ustedes cuando caigan se lastimen, en el mejor de los casos se lastimen y muchos otros migrantes han llegado a perder la vida. ¿Sí?

INTERVENCIÓN: Perdón. Es que en Veracruz es el muro; como el muro que ustedes han visto en el norte, muro de concreto, así es el muro de concreto en las vías del tren de Tierra Blanca. Esa es la política real.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO: Entonces entre muro y los durmientes de cemento, hay que hacer algo al respecto.
Nosotros no podemos ser y las autoridades no pueden ser las que pongan estos muros que los lastiman, que ponen en peligro su vida, la de sus hijos, la de sus niños.
 

Creo que es una acción, padre Solalinde, que podríamos impulsar desde este Senado de la República, para quitar esas barras de concreto que están en las diversas vías, esa sería una acción concreta, porque además sé que el padre Solalinde es muy ejecutivo y siempre le gusta que lleguemos a acuerdos tangibles, acuerdos medibles y pienso que este podría ser también, padre, uno de los acuerdos a los que lleguemos en esta reunión.

Qué triste que estos sean los acuerdos a los que tenemos que llegar y tengamos además que escuchar estos penosos, tristes, vergonzantes testimonios que nos causan mucho dolor y de verdad estamos muy sensibles ante su causa, estamos muy sensibles ante lo que les ocurre por su paso por México.
Insisto, debemos dar el mismo trato que exigimos a nuestros hermanos mexicanos, debemos darle el mismo trato y pensar en ese mismo trato, así como se los exigimos a los Estados Unidos de Norteamérica, exigimos exactamente lo mismo para nuestros hermanos centroamericanos.

Irma Soto, de “Ángeles sin Fronteras”.
Venga, Irma, adelante.

IRMA SOTO: Los felicito, sobre todo por su valentía y le doy también las gracias al padre Solalinde.
 

Tengo de conocer al padre Solalinde, que no s eme olvida, el día que lo conocí que le dije que la película me venía chica, por lo que he vivido en el trayecto de mi trabajo.
 

Trabajo todo el desierto, desde Tijuana, Baja California, y acabo de empezar hace como alrededor de 40 días en Juárez, porque a Juárez nadie quiere ir.

Soy ciudadana mexicana de Mexicali, Baja California, residente en los Estados Unidos, ciudadana norteamericana por 40 años y tengo 27 años al servicio de todo el migrante y el deportado.

Estoy viviendo la misma lucha que llevan ustedes, porque ustedes, yo le dije al padre Solalinde cuando vi la película, me viene chica para lo que yo miro.
Nosotros no tenemos durmientes ni tenemos nada, pero tenemos un clima que mata. Ustedes ya en este mes no deben de ir a Baja California, no deben de ir a Sonora, porque cualquier persona que intenta cruzar a Estados Unidos no recorre media milla cuando muere en el desierto.

Ahí se ven los muertos por miles, alrededor de toda la frontera de Estados Unidos. Trabajo con “Border Angels”, con “Ángeles sin Fronteras”, con todas las evangelizaciones.
Traigo medicamentos, comida, víveres de arroz, frijol, para todos los albergues que puedo, trabajo con un hospital que es la “Casa de Paco”, donde mandan a los enfermos terminales supuestamente, entre comillas.

Pero nosotros la única visita que he contactado de las personas de México, ha sido la señora Amalia García. La conocí en el consulado de México, en Los Ángeles, Estados Unidos. Esta señora me visitó en el Hotel del Migrante.

No puedo estar en todas partes, no sé cómo se maneja, si la gente lucra o no lucra con lo que yo llevo, lo que dan, pero ahorita el Hotel del Migrante supuestamente recibió una donación muy buena y sin embargo no tiene luz.
 

Llegué y están sufriendo las inclemencias del calor. Tijuana tiene un brote de tuberculosis, es una cosa fea Tijuana. Lo que es el bordo que le dicen, está lleno de mujeres y hombres infectados por adicciones, por infecciones, es una cosa fea.

Y sin embargo, me acaban de hacer un reclamo por teléfono, ahora que estuve en El Paso, me llamaron y me dijeron que había estado la señora Lorena Valle, Dolores Padierna, René Bejarano y que llevaban una comitiva muy grande, que quién había pagado todo eso, porque se había gastado mucho dinero.

Yo no sé qué tipo de evento seria, porque no me tocó estar ahí, en Los Ángeles, pero las personas que me conocen me reclaman y me dicen: “¿por qué, si vienen a gastar tanto dinero a Estados Unidos, qué tienen ellos que ver con la reforma migratoria? ¿Por qué hablan de los albergues cuando nunca se les ha visto en un albergue de Baja California?

Porque yo estoy en contacto con todos los albergues de Baja California y mi compañero Hugo Castro recibió una golpiza en Tijuana por parte de la policía municipal de Tijuana, Baja California.

Ustedes, yo sé que tienen un trayecto muy duro, pero ustedes no conocen, y algunos también son deportados de allá; pero yo tengo alrededor por semana en todos los albergues de Baja California a más de 800 personas por semana deportadas que son de todas las nacionalidades.

En mi centro de Sonorita, Sonora, yo tengo un hondureño 15 años viviendo ahí conmigo, y tengo de todas las nacionalidades y gracias a Dios vivimos de la donación de Estados Unidos, de la gente que nos da arroz, frijol, latas; yo colecto de todo, traigo de todo.
A mí me dicen en la aduana: “Esto no pasa” ¿por qué no pasa?, ¿y las segundas que están allá de dónde las surten?

¿Por qué no voy a traer yo tenis usados, si yo tengo gente que anda con los dedos de fuera en Baja California?

Yo le pido, senadora, que hagan una visita por esos albergues. El Padre, él me conoce y él sabe, él conoce a Sergio Tamayo, conoce a Hugo Castro; son personas que, así como a mí, no se nos paga. El de arriba es el que nos paga. Bendito Dios.

Yo les pido que así como están alzando la voz ustedes, porque hasta la palabra de Dios dice: “Levanta la voz por el que no sabe hablar” y tengan fe en Dios, porque ustedes aquí donde están, están bien, para los que están caminando por el desierto, porque el desierto no es una bestia, pero una persona que entra al desierto en este tiempo ya no sale viva.

Ya no sale viva, yo miro las osamentas. Si yo les cuento todo lo que he visto.
Conocí una vez allá en mi centro una niña que llegó con un brassierito rosa fuerte. A los tres días de que la conocí en el centro fui a tirar agua al desierto, ahí estaba la osamenta con el brassierito.

¿De dónde era? De Centroamérica.

Y así, senadora, yo le pido que hagan una visita por Baja California, por todas las fronteras.
Muchas gracias.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchas gracias, que así sea. Con mucho gusto iremos a Baja California.
Para cerrar, cedo el uso de la palabra a Alberto. Adelante, Alberto.

ALBERTO ADAMIS: Alberto Adamis, Coordinador del Albergue de Manos en el Camino en Ixtepec y Coordinador de la Caravana Peregrinación por el Diálogo.

Yo solamente quiero agradecer a la Senadora Mariana Gómez del Campo, a la Senadora Dolores Padierna y al Senador Zoé Robledo por abrirnos este espacio.
 

Aquí debió haber estado el senador o senadora que preside la Comisión de Asuntos Migratorios, Ana Gabriela Guevara, aquí debió haber estado ella; ella nos debió haber recibido también.
 

Muy agradecido con la Senadora Mariana Gómez del Campo, que siempre ha estado muy atenta con el tema de los migrantes. Siempre nos ha apoyado y yo creo que siempre nos seguirá abriendo espacios acá en el Senado para seguir reuniéndonos, para seguir buscando soluciones al problema de la migración.

Nos veremos muy pronto. Muchas gracias.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchísimas gracias. De verdad, muchas gracias. Esta es su casa y nuevamente es para nosotros un honor el poder tener aquí al Padre Alejando Solalinde que tiene el corazón más grande que he conocido y creo que a todos además nos regala un poco de ese amor todos los días.
 

Muchas gracias, Padre, y muchas gracias a nos siguieron a través del Canal del Congreso.


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