· El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República participó en el foro La Justicia que México Necesita: Mitos y Realidades del Nuevo Sistema Acusatorio.
La entrada en vigor del nuevo Sistema de Justicia Penal ha generado dudas y rechazo que, en algunos casos, se explican por mala fe o por ignorancia, afirmó el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República, Fernando Herrera Ávila, durante la inauguración del foro La Justicia que México Necesita: Mitos y Realidades del Nuevo Sistema Acusatorio.
El también coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) acotó que la crítica no debe ser menospreciada, y expuso que el Poder Legislativo tiene ante sí la obligación de perfeccionar, unificar y homologar los instrumentos legislativos para que en materia de justicia nuestro país alcance mejores y mayores estadios de convivencia y civilización.
“No debemos menospreciar la crítica; estamos obligados al análisis dialéctico, la confrontación de ideas, el justipreciar la crítica, valorar los hechos y precisar las necesidades. La crítica que más llama la atención es la que señala que el nuevo sistema contiene debilidades que permiten que haya presuntos delincuentes que pueden evitar la privación de su libertad, vulnerando los derechos de las víctimas y poniendo en peligro a la comunidad”, dijo.
Herrera Ávila señaló que la esencia del nuevo Sistema de Justicia Penal consiste en evitar la impunidad, proteger al inocente y reparar efectivamente los daños producidos por el delito, desde luego, respetando en todo momento los derechos humanos y el debido proceso legal.
Implementar este nuevo sistema no sólo es capacitar para un nuevo procedimiento, sino crear una nueva cultura o forma de conseguir la acción punitiva del Estado, dejando atrás al tradicional sistema inquisitivo, cuyas desventajas han sido ampliamente reconocidas en todos los países democráticos, observó.
El legislador por Aguascalientes aseguró que el saldo que arroja el breve lapso del nuevo sistema acusatorio indica que se debe trabajar para mejorar sensiblemente la prevención, la investigación y la sanción del delito, dentro del marco de una justicia pronta, proporcional, transparente, expedita, eficaz y respetuosa de los derechos humanos.
“Enfrentamos el reto de argumentar sólidamente la necesidad imperiosa de contar con un Sistema Penal moderno, en pro de la sociedad y del respeto de los derechos humanos. También tenemos el reto de continuar con los esfuerzos para que los operadores del mismo lo implementen cada vez con mayor eficiencia”, destacó.
El senador panista propuso trabajar para mejorar la prevención, la investigación y la sanción del delito.
“Es obligado aumentar la necesidad de contar con un sistema penal moderno; es necesario lograr que los operadores del mismo implementen cada vez con mayor eficiencia, por eso las ponencias habrán de presentarse las conclusiones que surjan de este debate, de este análisis, serán un instrumento valiosísimo para dotar al Estado mexicano de mejores instrumentos para garantizar y darle a cada quien lo que le corresponde”, sostuvo.
El foro fue organizado por el Instituto Belisario Domínguez y participaron su presidente, el senador Miguel Barbosa Huerta; el ministro Luis María Aguilar Morales, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el subprocurador de Control Regional, Gilberto Higuera Bernal, en representación del Procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade, y Jan Jařab, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
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(Se anexa versión)
10 de agosto de 2017
Versión de la intervención del presidente de la Junta de Coordinación Política, Fernando Herrera Ávila, durante la inauguración del Foro Sobre Justicia Penal, la Justicia que México necesita: mitos y realidades del nuevo sistema acusatorio, del Instituto Belisario Domínguez
Muy buenos días.
Gracias por su asistencia el día de hoy, permítanme agradecer de una manera muy especial al senador Luis Miguel Barbosa Huerta, presidente del Instituto Belisario Domínguez, de quien me atrevería a decir que ha hecho un extraordinario trabajo al frente de este Instituto del Senado de la República, me atrevería a decir que casi mejor que el anterior.
Bienvenido, señor ministro, Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es su casa, sabe que aquí es bien recibido y que siempre encontrará un lugar en el cual pueda hablar con fraternidad y, desde luego, con el profesionalismo que le caracteriza.
Agradecemos la presencia también de don Gilberto Higuera, en esta ocasión acude con la representación del procurador general de la República, a quien le expresamos nuestro reconocimiento y, desde luego, le mandamos, a través de su conducto, nuestro saludo.
Señor Jan Jařab, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, sea usted muy bienvenido al Senado de la República; y desde luego también agradecemos la presencia de la licenciada Mara Gómez y de don Gerardo Esquivel, director del Instituto Belisario Domínguez, por haber organizado este evento, que será un instrumento más, que servirá para la reflexión de los legisladores en esta nueva etapa de discusión.
El Constituyente Permanente, hace nueve años, en 2008, al aprobar la reforma al Sistema Judicial Penal llevó a cabo un acto de gran responsabilidad histórica, porque su decisión obedeció a la necesidad de cumplir con una de las obligaciones esenciales del Estado, como es la de garantizar el acceso a la justicia de todas las personas bajo su jurisdicción.
El antiguo sistema penal mexicano había sufrido grandes desfases y ya se requería la función de un nuevo Sistema de Justicia Penal; el legislador trazó una ruta de ocho años para que en el ámbito nacional se conociera, implementara, analizara y capacitara en los nuevos principios y mecanismos, el Estado mexicano utilizaría para impartir justicia, buscando llegar a mejores niveles de calidad en la convivencia social.
No se pecó de ingenuidad ni de ligereza, hubo conciencia de que se está realizando un gran viraje en la manera en que la sociedad mexicana atendería la necesidad de sancionar la conducta delictiva.
La esencia del nuevo Sistema de Justicia Penal consiste en evitar la impunidad, proteger al inocente y reparar efectivamente los daños producidos por el delito, desde luego, respetando en todo momento los derechos humanos y el debido proceso legal.
El debate actual se explica por la profundidad de la reforma, expresa dudas, y el rechazo sólo se explica a veces por su ignorancia.
No debemos menospreciar la crítica, estamos obligados al análisis dialéctico, confrontar ideas, justipreciar la crítica, valorar los hechos y precisar las necesidades. La crítica que más llama la atención es la que señala que el nuevo sistema contiene debilidades que permiten que haya presuntos delincuentes que pueden evitar la privación de su libertad, vulnerando los derechos de las víctimas y poniendo en peligro a la comunidad.
Implementar este nuevo sistema no sólo es capacitar para un nuevo procedimiento, sino crear una nueva cultura o forma de conseguir la acción punitiva del Estado, dejando atrás al tradicional sistema inquisitivo, cuyas desventajas han sido ampliamente reconocidas en todos los países democráticos.
El saldo que nos arroja el breve lapso del nuevo sistema acusatorio nos indica que se debe trabajar para mejorar sensiblemente la prevención, la investigación y la sanción del delito, dentro del marco de una justicia pronta, proporcional, transparente, expedita, eficaz y respetuosa de los derechos humanos.
Enfrentamos el reto de argumentar sólidamente la necesidad imperiosa de contar con un Sistema Penal moderno, en pro de la sociedad y del respeto de los derechos humanos. También tenemos el reto de continuar con los esfuerzos para que los operadores del mismo lo implementen cada vez con mayor eficiencia.
El Poder Legislativo tiene ante sí la obligación de perfeccionar, unificar y homologar los instrumentos legislativos para que en materia de justicia nuestro país alcance mejores y mayores estadios de convivencia y civilización.
Reconozcamos en la reforma en justicia penal de 2008 un acto de gran responsabilidad histórica. Significó un viraje en la manera de combatir el delito. La esencia del nuevo sistema consiste en evitar la impunidad, proteger al inocente y reparar los daños, respetar los derechos humanos y el debido proceso legal.
El debate actual se explica por la profundidad de la reforma. Existen dudas, el rechazo, lo repito, en algunas ocasiones se explica por mala fe o por ignorancia; no debemos menospreciar la crítica.
Se debe trabajar para mejorar la prevención, la investigación y la sanción del delito. Es obligado aumentar la necesidad de contar con un sistema penal moderno; necesario lograr que los operadores del mismo implementen cada vez con mayor eficiencia, por eso las ponencias habrán de presentarse las conclusiones que surjan de este debate, de este análisis, serán un instrumento valiosísimo para dotar al Estado mexicano de mejores instrumentos para garantizar y darle a cada quien lo que le corresponde.
Señor Presidente del Instituto Belisario Domínguez, señores invitados, muchísimas gracias por su presencia.
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