Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

·   Hasta qué punto una aerolínea comercial está cooperando con ICE: Ana Laura García

·   Toda la red consular debe quedar instalada como una red de defensoría

Este día el Senador Armando Ríos Piter, anunció en conferencia de prensa la reunión con un grupo de abogados, con bufetes jurídicos, (Illinois, Coalition, for Inmigrant Refugee Rights), para abordar la situación que se vive en Estados Unidos, en materia de deportaciones, ya que la realidad que viven las personas que han sido separadas de sus familias, es bastante compleja.

En este sentido, deben analizar el comportamiento del  Immigration and Customs Enforcement (ICE) en cuanto al retorno de mexicanos. Debe existir claridad y brindar información para saber qué hacer cuando se considera que la deportación ha sido injusta, o se presume de violaciones de derechos. Citó el ejemplo de Guadalupe García, quien fue un sonado caso de deportación.

Ríos Piter mencionó que debe revisarse la forma en que el Consulado de Chicago, y en general toda la red consular, pueda quedar instalada como una red de defensoría, “que realmente se convierta en un elemento que garantice la protección de las familias para evitar su separación y poder reunificar a padres y madres que hoy, están alejados”

Como ejemplo de lo que padecen las familias deportadas, enlazada vía internet con su familia, desde la Ciudad de México, Ana Laura López, retornada después de 16 años de vivir en Chicago, aún durante el mandato de Barack Obama, argumentó que nunca cometió delito alguno durante su estadía.

Ana Laura, activista por derechos laborales, por una reforma migratoria, relató que pretendía viajar a la Ciudad de México para regularizar su situación migratoria, sin embargo a punto de abordar el avión, agentes del ICE le pidieron sus documentos, (solamente a ella) y en 20 minutos la sacaron del país, en el mismo vuelo que había comprado (de la línea Volaris) con una sanción de 20 años para poder regresar a Estados Unidos legalmente.

Ana Laura mencionó que queda la interrogante de que si la aerolínea estaba compartiendo información, ya que fueron los únicos que tuvieron acceso a ella desde el momento en que se compró el boleto. “Un agente de migración le dio el pasaporte a una sobrecargo, la cual nunca le regresó el pasaporte y la retuvo durante media hora, al final le entregó el documento a otro trabajador del aeropuerto, quien a la vez, se lo dio a otro agente de migración, hasta que verificaron su nacionalidad mexicana”.

La mujer deportada cuestionó sobre hasta qué punto una aerolínea comercial está cooperando con ICE, hasta qué punto el trabajador de un aeropuerto y una sobrecargo, tienen la autoridad legal para actuar como agentes de migración.

Ana Laura precisó que hasta el momento no ha encontrado ninguna respuesta del gobierno mexicano, salvo la Secretaría del Trabajo de la Ciudad de México, quien los ha orientado sobre autoempleo.

Señaló el caso de Diego, quien fue deportado, y dejó a un niño que podría ser dado en custodia del Estado de Estados Unidos, sin embargo, aún no recibe ni apoyo ni asesoría. Comentó que entre las dificultades que tienen para conseguir trabajo es que ante los dichos de Trump -que se van a deportar criminales- los empleadores cuestionan sobre sus acciones, dando por hecho que han cometido alguna ilegalidad.

Desde Chicago, Miguel Flores (acompañado por sus hijos), esposo de Ana Laura, mencionó que por la rapidez con que se llevó la deportación de su esposa no tuvo oportunidad de comunicarse con el consulado.

Ríos Piter reiteró que hace falto mucho por hacer para garantizar la protección de los migrantes y sus familias, y la realidad está alejada del discurso burocrático de que todo está bien.

 

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