En México existe una “población callejera” conformada por tres generaciones de personas que, además de padecer discriminación social y el nulo ejercicio de sus derechos, enfrenta la “persecución de los agentes del Estado”, advirtió la senadora Angélica de la Peña Gómez.
En un encuentro con organizaciones sociales para revisar esta problemática, la legisladora perredista se pronunció por establecer mecanismos para que el Estado garantice los derechos de un sector que ha sido expulsado de los hogares.
Recordó que hace algunos años se hablaba todavía en México de niñas y niños en situación de calle, pero ya existen “poblaciones callejeras que, además de vivir en condiciones oprobiosas, carecen de derechos y sufren reacciones discriminatorias de la sociedad.
Juan María Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México, señaló que desde 1950, el problema de los niños en situación de calle ya era un tema de preocupación en nuestro país, pero a la fecha “seguimos sin contar con alguna institución u organismo que atienda a las personas que sobreviven en el espacio público”.
Destacó que esta omisión ha permitido que, por décadas, tres generaciones de mexicanos integren lo que ahora se denomina “población callejera”, pues las dos últimas generaciones “ya no nacieron ni se desarrollaron en áreas habitacionales tradicionales sino que la adversidad de la calle es su medio para sobrevivir”.
Además, dijo, una de las expresiones más marcadas de la discriminación y las agresiones contra estas personas es la “limpieza social”, ya que se registran “acciones institucionales, que de manera sistemática, buscan retirarlas del espacio público” para aparentar que no existe este problema.
En tanto, Danielle Strickland, presidenta de AHALA Children´s Rights Foundation, afirmó que no se cuenta con un conteo actualizado ni una sistematización de los diversos estudios que existen sobre este fenómeno y la falta de conocimiento también ha provocado “casos de limpieza social como en la visita del Papa a la Ciudad de México en los Juegos Panamericanos de Guadalajara”.
Este tipo de acciones, asentó, son consecuencia de la desesperación por no tener a la gente en la calle que “incomoda, nos recuerda la pobreza que hay en el país” y que representan “el 60 por ciento de la población que no cuenta con los beneficios de tener un empleo formal”.
Para Edwin De Boeve, de Dynamo Internacional, la pobreza es uno de los motivos que lleva a un gran número de personas a la calle y limita el acceso a la educación, el derecho y recursos para una vida digna.
Subrayó que éste es un fenómeno muy preocupante, pero que lo es aún más el problema de la estigmatización por condiciones sociales, orígenes, situación, idioma y religión.
Por su parte, Marie Claire Lavater, de la misma organización, indicó que en el contexto francés hay una pérdida de valores familiares y los jóvenes salen a buscarlos a la calle, donde crean redes para sobrevivir.
El joven “desocializado”, agregó, no tiene accesos o servicios y hay que explicarles que también tienen derechos, pero hay jóvenes que están decepcionados y se alejan del funcionamiento social, que muchas veces los excluye por su vestimenta y apariencia.
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