Senado de la República

Posicionamiento de la Senadora Blanca Alcalá Ruiz, a nombre de los legisladores del PRI, en la Sesión de Congreso General para la apertura del Primer Periodo de Sesiones Ordinarias.
Con su venia, señor Presidente
Señoras y señores legisladores
Quienes formamos parte del Grupo Parlamentario del PRI en el Congreso de la Unión, hemos escuchado las voces de las distintas fuerzas políticas representadas en esta Soberanía, que me han antecedido en el uso de la palabra.
Lo hemos hecho con atención, convencidos de la pluralidad que vive México y que cada expresión política tiene la responsabilidad de expresar la opinión y las inquietudes de cientos de ciudadanos que están en sus hogares, en sus centros de trabajo, en los recintos educativos, inclusive en las calles.
Que hoy, al escucharlos también exigimos que sean escuchadas las voces que nosotros representamos y que reflejan la voluntad expresada en las urnas, en el marco de un congreso plural que nos obliga a construir mayorías para cumplir con nuestra responsabilidad política de cara a la Nación.
Pero más aún,  nuestra expresión parte de la convicción de que nuestro conducir habrá de reflejar la  capacidad y la  responsabilidad de entablar un diálogo sereno y constructivo, que dé respuestas a las inquietudes de los ciudadanos,  que permita plantear soluciones concretas a sus demandas, en un marco de respeto, a ellos, al país y a las instituciones.
Habremos de hacerlo respondiendo con argumentos en el debate, seguros de que las diferencias habrán, como siempre, de expresarse; conscientes de que la población demanda de nosotros la capacidad suficiente, el esmero necesario para que las propuestas se contrasten y que nos atrevamos  a decirle –SÍ A MÉXICO y a sus habitantes-.
Al apreciar y reconocer lo que representa hablar en nombre de las bancadas del PRI en el Senado y la Cámara de Diputados advierto lo que Edmundo Burke refería: “que el Parlamento no es un congreso de embajadores de intereses diferentes y hostiles, en donde cada uno de sus miembros sostienen como agente y abogados contra otros agentes y abogados, sino por el contrario, el Parlamento es una asamblea deliberante de una nación con un interés común, el de la totalidad”, así lo entiendo y así lo comparto.
Nos encontramos en un momento en el que por encima de antagonismos o lealtades partidistas, la democracia exige que las cámaras despleguemos a plenitud nuestra responsabilidad constitucional de ser un poder vigoroso y actuante.
Esa ha sido la premisa que ha guiado las tareas del primer año de actividades de la LXII (sexagésima segunda) Legislatura y que estoy segura continuará en las actividades a realizar.
El periodo que hoy inicia y que marca el segundo año de este ejercicio legislativo, habrá de recibir el informe de los primeros 9 meses de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, entre nuestras obligaciones radica realizar la glosa correspondiente, análisis crítico pero también objetivo el que habremos de hacer los legisladores,  y al  mismo tiempo  oportunidad de encuentro para la reflexión detallada, poner en perspectiva lo alcanzado al inicio de este mandato. Y  subrayar los temas en los que se debe avanzar en los meses por venir.
Desde el primer día de su gobierno, el Presidente de la República propuso la construcción de un espacio público común para el diálogo el Pacto por México, el cual se instaló con los protagonistas de los principales partidos  políticos y ha funcionado como un instrumento para organizar los temas y posibilitar acuerdos.
A partir de él, se han  canalizado iniciativas que en nuestro propio quehacer legislativo han sido motivo de análisis, discusión, aportación y aprobación de reformas de carácter constitucional en materia educativa, de telecomunicaciones y competencia económica, de disciplina financiera de estados y municipios, entre otras.
En todos los casos, la opinión de las y los diputados, senadoras y senadores  ha estado presente en las discusiones en la cámara de origen o en la cámara revisora.
Nuestra decisión ha sido escuchar a todos, expertos, líderes de opinión y ciudadanos. Así ha sido y así habrá de continuar.
En el  balance, lo logrado arroja resultados y al mismo tiempo asoma la necesidad de acelerar  el paso.
No somos ajenos a las voces que difieren sobre los indicadores de medición de la violencia, tampoco somos ingenuos para pensar que un fenómeno radicalmente expandido durante los últimos años, que lacera a nuestra gente, desaparecerá por decreto o con más violencia.
Los factores como la pobreza, la desigualdad de oportunidades y la ausencia de rumbo distorsionan el camino de la libertad.
Este desafío demanda acciones concretas con la construcción de leyes que coadyuven a recuperar uno de los bienes públicos más preciados y mandatados, la paz y el orden en estricto apego a los derechos humanos.
Hay suficientes datos duros y evidencias para advertir con claridad que es tiempo de replantear el enfoque en diversos sectores del país, ahí radica la esencia de las reformas que hemos aprobado y que tendremos que discutir.
Sin duda, la educación es el eje fundamental para transformar a México. Es la respuesta transversal a los problemas que enfrenta el país.
Lograr una educación de calidad no es solamente una cuestión de ofrecer más años de escolaridad a nuestros niños, niñas y jóvenes, se requiere que además adquieran competencias y habilidades en su desarrollo integral que les permita insertarse en el mercado laboral y en la sociedad del conocimiento.
Las y los maestros de México, son parte de la solución, nosotros estamos obligados a caminar con ellos, cientos de miles de docentes así lo entienden, los menos disienten, pero también tenemos la exigencia de la sociedad de construir un mejor sistema educativo.
Las Leyes que hemos aprobado en materia de educación en este Congreso no tienen reversa y la que está pendiente por los niños , por los jóvenes, por México, estamos obligados a analizarla, discutirla y aprobarla.
En los próximos días llevaremos a cabo el análisis sobre el contenido de las diferentes propuestas para actualizar nuestro marco jurídico en sectores estratégicos como el energético, el financiero y el hacendario; así como los relativos a la transparencia y la rendición de cuentas.
Tengan la certeza que habremos de revisar con puntualidad las iniciativas presentadas por el Ejecutivo y los diferentes grupos parlamentarios.
Rechazamos caer en la denuncia sin alternativa. Como fuerzas políticas no podemos darnos el lujo de ser intolerantes, intransigentes y reactivos; de renunciar a nuestro papel de debatir, de legislar y más aún en la responsabilidad de construir.
Hay alertas claras en el sector energético, las reservas se están agotando, hoy se produce menos y más caro, las importaciones aumentan, el gas y la electricidad no deja de subir, invertimos muy poco en energías limpias y existe rezago tecnológico.
La modernización del sector, requiere de una visión de largo plazo, del aprovechamiento eficiente del petróleo y sus derivados, del incremento de la competitividad en la producción de electricidad y la captación de nuevas inversiones.
Es necesario revisar el régimen fiscal de PEMEX y garantizar una administración eficiente, una operación inteligente y un desempeño  transparente.
Nuestro interés en la reforma energética se basa en lograr beneficios claros y tangibles para las familias mexicanas con tarifas más bajas en la luz y el gas, facilitar a las empresas recursos energéticos accesibles que les permitan competir y que para México representen un motor de crecimiento.
Que quede claro, PEMEX y CFE son y seguirán siendo de todos los mexicanos.
En el mismo sentido, si queremos que nuestras pequeñas y medianas empresas crezcan y generen empleos, será necesario consolidar un sistema crediticio más dinámico, incluyente y más barato.
Conocemos el sentir de la ciudadanía, de nuestros productores, de los empresarios ante la escasez de oportunidades para facilitar el emprendimiento y la innovación, así como la falta de control en el cobro de cuotas y comisiones.
La Reforma Financiera, motivo de análisis en el Congreso, deberá promover medidas que permitan fomentar el crédito a través de la Banca de Desarrollo, incentivar la competencia y ampliar el financiamiento otorgado por las instituciones privadas con un sistema sólido y prudente.
Conocer las debilidades del sistema tributario mexicano, nos lleva a ponderar la necesidad de realizar una reforma hacendaria integral, que fortalezca la capacidad financiera de los tres órdenes de gobierno, que incremente la progresividad del sistema impositivo, simplifique los procedimientos, promueva la competitividad de las empresas y combata la informalidad.
Para las y los legisladores del PRI, el interés se centra en que se incentive la generación de empleos dignos y mejor remunerados, que se diseñe un esquema de seguridad social universal y se fortalezca el desarrollo de la infraestructura.
En lo relativo a la reforma política, no podemos confundir los instrumentos con los fines, en nuestro grupo parlamentario tenemos presente el camino que ha llevado la consolidación de nuestra democracia.
Estamos conscientes de la necesidad de transitar de la democracia procedimental planteada por Sartori, hacia una democracia con calidad como lo plantean Morlino y Przeworski que promueva un orden institucional estable, que aliente la progresividad de los derechos políticos en un marco de libertad e igualdad de los ciudadanos en un Estado de Derecho, con rendición de cuentas.
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS LEGISLADORES:
Nos encontramos en un gran momento histórico para guiar a México por la ruta de la gobernanza democrática, en la pluralidad, donde todas las voces cuentan, pero también, en la tolerancia, donde todas las voces se respetan.
En las democracias se responde a las demandas de las mayorías y se protegen los derechos de las minorías. La ciudadanía exige, como bien lo ha expresado el Presidente Peña Nieto, una democracia de resultados.
La democracia con resultados que anhelamos exige reformas, es tiempo de que las abordemos y las aprobemos, habremos de hacerlo teniendo disposición de apertura, atentos al sentir de la gente.
En el PRI, mantenemos vigencia con los contenidos de la historia,  pero más aún, tenemos claro el compromiso real con el presente y el futuro de la República.
Sabemos que las leyes a discutir son de hondo calado, pero invariablemente lo que se formule y se apruebe habrá de hacerse desde una estrategia responsable y realista, que recupere la esperanza de los ciudadanos, que supere las adversidades, que promueva la cohesión social y la solidaridad.
La transformación de México es una responsabilidad compartida que los legisladores no podemos eludir.  En el PRI sostenemos que es la oportunidad de construir una nueva ruta, una opción que mueva a México.
Respaldaremos las y los Diputados y Senadores del PRI la visión y el liderazgo del Presidente de la República Enrique Peña Nieto, es el momento de sentar las bases para tener un país en paz, incluyente, próspero y con presencia global.
Es la responsabilidad de todos.
Es la oportunidad de México.
Es cuanto Señor Presidente
Gracias.