PALABRAS DE LA REPRESENTANTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE LAS MUJERES, PAULA SOTO, DURANTE EL HOMENAJE A LA DEPORTISTA SORAYA JIMÉNEZ MENDÍVIL, EN LAS INSTALACIONES DEL SENADO DE LA REPÚBLICA
Buenos días a todos. Un honor para mí conocerlos, de verdad.
A nombre de la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Lorena Cruz, saludo a las senadoras Diva Gastélum, Mariana Gómez del Campo y Guadalupe Merodio; a los senadores Miguel Barbosa y Carlos Alberto Puente; a Gilberto Hernández y Carlos Padilla, pero muy especialmente a la familia y amigos de quien hoy nos reúne aquí: Soraya Jiménez Mendívil.
Imposible para mí olvidar aquel sentimiento que me produjo ver a la primera mujer mexicana en lo alto del podio ese 18 de septiembre del año 2000 rompiendo todos los estereotipos posibles y convirtiéndose no sólo en razón d e festejo de todo nuestro país sino en motivo viviente para continuar, a pesar de lo pesado que fuera el reto que se tuviera por delante. Soraya triunfó sobre prejuicios de género.
Hasta el día de hoy, las mujeres realizamos un doble esfuerzo para posicionarnos en sitios destacados de cualquier área. ¿Por qué digo esto? Porque además de la preparación específica que necesitamos comprobar, debemos vencer una corriente cultural muy poderosa: la discriminación de género, el prejuicio por el hecho de ser mujeres.
El ámbito deportivo no está exento de estereotipos de género, por el contrario; pero nuestra homenajeada es un ejemplo de éxito a pesar de la adversidad. Soraya es un buen ejemplo de cómo muchas mujeres recorren caminos difíciles y triunfan con un avance constante, dándole valor al paso a paso y sin perder de vista la meta.
Año tras año, Soraya cosechó una buena cantidad de premios y reconocimientos en México y en el extranjero, hasta llegar a los Juegos Olímpicos de Sydney. La fuerza cultural contraria a la igualdad de las mujeres llenó de obstáculos el recorrido de Soraya, pero como miles y miles de mujeres, ese desafío la hizo aferrarse a su sueño, haciendo valer en la práctica su derecho a la igualdad y echando por tierra los prejuicios.
Hoy es un hecho, las mujeres destacan en el deporte. La constancia y dedicación de las mujeres están rindiendo frutos. Las mujeres constituyeron el 45 por ciento de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004. De 2000 a 2012, las atletas mexicanas obtuvieron el 55 por ciento de las medallas ganadas en Juegos Olímpicos y hace dos años, durante los Juegos Panamericanos en Guadalajara, Jalisco, nuestras atletas obtuvieron el mayor número de medallas para el país. En todos estos resultados, sin duda, influyó Soraya.
Su ejemplo de esfuerzo, sus éxitos, su manera de encarar los retos, todo eso dejó una huella en la historia del deporte y en la historia de la lucha por la igualdad de las mujeres. Soraya marcó ruta en el deporte de alto rendimiento. Hoy, más mujeres incursionan en la halterofilia, el boxeo y el fútbol.
Existen estudios que refieren que las mujeres que se activan por media hora durante cinco días a la semana, reducen la mitad de sus probabilidades de sufrir cáncer de mama.
Debemos apoyar el desarrollo de muchas más jóvenes en actividades deportivas. Ellas pueden llegar a ser lo que desean y alcanzar los más altos logros profesionales. Desde las instituciones, desde el Gobierno Federal, estamos tendiendo puentes y apoyándolas para que así ocurra.
El Instituto Nacional de las Mujeres ha venido impulsando la presencia de más mujeres en las actividades deportivas de su elección. Junto con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte instauramos el Reconocimiento Nacional a las Mujeres en el Deporte. En el presupuesto etiquetado de este año, existen 48 millones de pesos para becar a mujeres deportistas. Sabemos que el monto aún es muy pequeño para tantas necesidades, pero estamos buscando establecer sinergias con otras instituciones con el fin de potenciar el esfuerzo de las jóvenes en el mundo del deporte.
Imposible para mí olvidar la incredulidad al leer la noticia aquel 28 de marzo pasado y el dolor de saber que una mujer quien, tal vez sin habérselo propuesto, se convirtió en ejemplo no sólo de muchas sino también de muchos, se nos había adelantado.
Soraya Jiménez Mendívil, gracias porque has ayudado enormemente en la lucha de las mujeres que día a día superan, recordándote, el enorme peso de la discriminación y estereotipos de género.
Muchas gracias.
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