PALABRAS DEL EL DOCTOR JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA, DIRECTOR GENERAL DEL INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL, EN LA CEREMONIA DE CLAUSURA DE LA SEMANA NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL.
Buenos días.
Senador Ernesto Cordero Arroyo,
Presidente de la Mesa Directiva.
Senador Fernando Enrique Mayans,
Presidente de la Comisión de Seguridad Social del Senado.
Senador Miguel Barbosa Huerta,
Presidente del Instituto Belisario Domínguez.
Senador Isaías González.
Diputado Javier Salinas Narváez,
Presidente de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados.
Licenciado Carlos Navarrete.
Diputado Miguel Alonso Raya.
Muchas gracias, antes que nada, por la invitación a dirigir unas palabras.
Es difícil, después de dos exposiciones tan completas, como las del diputado Javier Salinas y el senador Fernando Enrique Mayans, en torno a la conferencia y de ahí una exposición, pues perfectamente apropiada políticamente por el senador Miguel Barbosa. Pero bueno, seré breve. Esa es la ventaja.
Es para mí un honor que me hayan invitado a estar con ustedes, en representación del presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto, en el marco de este foro.
En México, la seguridad social moderna, llamémosla así, nació en 1943, con la fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social. Ya existía un sistema anterior, pero la arquitectura nacional nace en ese momento.
Fue un sistema de protección para el trabajador y su familia, y está intrínsecamente relacionada con el empleo, ya que de ahí proviene su cobertura y financiamiento.
La protección que brinda garantiza el derecho a la salud, a la asistencia médica, la protección de los servicios de subsistencia y lo servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo, así como para el otorgamiento de una pensión.
El senador Barbosa llamaba a esto el estado de bienestar. Yo creo que hay varias maneras de llamar esto.
Pero para estar a la altura de las necesidades de un México cambiante y la inconstante transformación, donde las instituciones de seguridad social continúen siendo pilar del bienestar social, es necesario plantear políticas públicas que actualicen y amplíen sus fundamentos.
De ahí que el Presidente de la República propusiera compromisos específicos, que conducen a la universalización de los servicios de salud y, con ello, garantizar el acceso y ejercicio pleno de los derechos humanos que están consagrados en la Constitución.
Dichos compromisos están enmarcados en los cinco Ejes Estratégicos y en las 13 decisiones del Gobierno y se trata de que los servicios de salud lleguen con calidad y calidez a todos los mexicanos.
Sin embargo, como en el resto del mundo, la seguridad social en México enfrenta importante retos relativos a su financiamiento, a la ampliación de su cobertura, a la prestación de servicios estandarizados.
Debemos cuidar que hagamos políticas que se orienten hacia el fomento de la equidad, no sólo de géneros y también económica y social para que sea una seguridad social incluyente y sea un pilar del desarrollo.
El objetivo de la Semana de Seguridad Social, fue el fomentar la cultura y la educación en materia de seguridad social y dar a conocer sus beneficios en los ámbitos de pensiones, de seguros de desempleo, de riesgo y de enfermedades a toda la sociedad mexicana.
Sin embargo, creo que se ha logrado algo más: a través de las actividades de esta Semana y la participación de los expertos nacionales e internacionales, se ha logrado entablar un diálogo que ha permitido que se expongan diversas propuestas que buscan fortalecer a la seguridad social mexicana y que servirán para enriquecer la formulación de políticas públicas que beneficien a la sociedad.
Todos los participantes han coincidido en un punto fundamental: la sociedad social mexicana debe fortalecerse y ampliarse para que continúe siendo puntal de desarrollo en México.
Salieron de esta Semana varias propuestas: La introducción de nuevos esquemas que permitan ampliar la cobertura, a garantizar y estabilizar las fuentes de financiamiento, a promover una mayor eficiencia en la administración de los recursos, a la promoción y fomento de estilos de vida saludables, como una necesidad para aprovechar mejor los recursos de la salud, a estandarizar la calidad y la supervisión en la prestación de los servicios y a promover una competitividad en el Sistema de Ahorro para el Retiro.
Todos esto son retos complejos, pero deseables y sin duda alcanzables. Se trata de construir un Sistema Nacional de Salud que brinde cobertura universal a los mexicanos, así como de ampliar el sistema de previsión para el retiro.
Una vez más, el Congreso de la Unión ha sido un espacio abierto al diálogo y al establecimiento de compromisos a favor del país y el tema de la seguridad social se inscribe ciertamente en este contexto.
No quisiera terminar sin antes agradecer a todos los organizadores de la Semana Nacional de Seguridad Social, en especial al Senado de la República, a la Cámara de Diputados, a las comisiones de Seguridad Social, a sus presidentes sobre todo que estuvieron trabajando intensamente en que esto se llevara a buen puerto y a buen éxito y, sin duda, se ha logrado.
Estoy seguro que éstos servirán para fortalecer a las instituciones y los servicios y las prestaciones que le dan a México.
Muchas gracias.
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