Mensaje ante el Senado del Dr.Manuel Mondragón y Kalb
Senadoras y Senadores:
Para mi significa un honor presentarme ante esta Soberanía para que, si se juzga conveniente, me sea ratificado el cargo como Comisionado Nacional de Seguridad, con el que me ha honrado el señor Presidente de la Republica.
Combatir toda forma de violencia es responsabilidad del Estado mexicano y debe desarrollarse en sus tres poderes y sus tres órdenes de gobierno. Hacerlo desde la Secretaría de Gobernación, es un valor agregado al permitirnos trabajar transversalmente y de forma coordinada con todas las instituciones involucradas en la seguridad.
Desde hace muchos años, en nuestro país nadie está libre de la violencia criminal. El carácter universal y difuso de la inseguridad afecta a todos los segmentos sociales, independientemente de su nivel de riqueza, educación o género; aunque no todos los delitos se distribuyen equitativamente. Los más afluentes sufren en su patrimonio y la pérdida de su libertad; los más pobres los crímenes contra su persona, en especial los homicidios dolosos que flagelan mayoritariamente a nuestros jóvenes. Como la vida y la libertad son nuestros bienes más preciados, las actividades delictivas que los ciegan o conculcan son social y políticamente inaceptables.
Otra forma de violencia que encontramos es la impunidad, una manifestación lacerante de la insuficiencia de los sistemas de seguridad pública y de impartición de justicia. Es la impunidad en donde se tiene una de las causas más severas de la corrupción.
La descomposición del tejido social, la deficiente persecución del delito, la falta de coordinación entre instituciones, el sigilo en que se guardaban los resultados de los trabajos de inteligencia, en combinación con la falta de satisfactores y oportunidades entre la población más joven, derivó en la potencialización de la delincuencia, que ha lastimado tanto a nuestro país.
La nueva estrategia de Estado que ha planteado el Presidente Peña Nieto requiere de un trabajo coordinado, transversal e institucional que subsane lo que nuestro país requiere para vivir en Paz, para ser un México incluyente, para contar con una educación de calidad que permita a todos alcanzar la prosperidad, congruente con su función como actor con Responsabilidad Global. La seguridad pública se sustenta en los mismos fundamentos para generar un cambio de raíz, y contribuir al fortalecimiento del Estado de derecho que exige la sociedad.
La transformación institucional en materia de seguridad comienza con la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública, para dar paso a una estructura eficiente, austera, fundada en la transparencia, la planeación, el trabajo coordinado y el profundo respeto a los Derechos Humanos.
La creación de la Comisión Nacional de Seguridad, como parte del Sistema Nacional de Seguridad Pública es el resultado de un análisis a detalle sobre las causas del delito, de una reflexión meditada sobre las acciones requeridas para brindar resultados inmediatos y de una política de Estado consensuada que permite el trabajo a nivel interinstitucional bajo un mando civil.
En este contexto, desde el primer día de esta administración, bajo la coordinación de la Secretaría de Gobernación, hemos iniciado una cordial y eficaz colaboración con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina Armada de México, la Procuraduría General de la República y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional; unidad que ha permitido avances en el mismo frente y con un objetivo en común. La división de nuestro territorio en cinco regiones nos permite el trabajo eficiente y oportuno, sustentado en las características sociales, geográficas y delictivas de cada rincón de México.
Nuestro trabajo es congruente con los “Programas de Prevención del Delito y combate a la Inseguridad”, fomentando la creación y desarrollo de una cultura de la legalidad a todo lo largo y ancho del territorio nacional. A la par se realizan acciones para prevenir el delito en zonas diagnosticadas como de alto riesgo, donde habremos de revertir la tendencia actuando directamente y en conjunto con las policías únicas de las entidades federativas. Actuaremos contundentemente, sin duda, en combatir a los grupos delictivos detectados para evitar su propagación. Es decir, la Comisión Nacional de Seguridad participa a nivel preventivo, disuasivo y combativo.
Es necesaria una renovación dentro de la Policía Federal para acentuar su disciplina y eficiencia en estas tareas. Una Policía Federal que cumpla con sus responsabilidades: salvaguardar áreas estratégicas (como presas e hidroeléctricas, refinerías, puertos, aeropuertos, carreteras, aduanas, etcétera); así como restablecer como fuerza de respuesta inmediata el orden público, ante situaciones que desbordan a las capacidades locales. Se requiere de una sólida formación del cuerpo policíaco, de la implantación de férrea disciplina y la observancia de un código de conducta inobjetable. Nos comprometemos a que su actuación se desarrolle bajo un esquema de supervisión y control constantes. Y finalmente, tolerancia cero a la corrupción policial. Esto es un compromiso.
La Policía Federal debe evolucionar al siguiente nivel en su capacitación, especialización y profesionalización. Serán las Academias las encargadas de elevar el nivel en cuanto al conocimiento científico, jurídico y táctico para que el uso de la inteligencia supere paulatinamente al de la fuerza de combate. Las Academias serán también un centro de formación para las policías estatales y municipales, con la visión de coadyuvar en la gestión de mandos únicos en las entidades federativas, con capacitación de alta calidad. En cada Academia se desarrollarán unidades especializadas, con acceso a tecnología de vanguardia, capacitación internacional y formación científica para cada uno de los delitos que más lesionan a la sociedad.
Con la Policía Federal, responsable de la seguridad de diferentes tramos de circulación terrestre, iniciamos el programa de Cuadrantes Carreteros. Con atención, esmero y actitud de servicio se ofrecen los apoyos conducentes a quienes por ahí circulan. Con firmeza e inteligencia, se implantan las acciones para aminorar la comisión de delitos.
La construcción de la Gendarmería Nacional, como una fuerza de proximidad a la población a la que servirá, y cuya ubicación se realizará en coordinación con las autoridades locales, es una acción claramente disuasiva que previene de forma directa la comisión de delitos. Su disciplina está formada bajo un estricto sistema castrense, con el auxilio inicial del Ejército Mexicano y la Armada de México. Posteriormente, los elementos de la Gendarmería Nacional recibirán instrucción operativa y policiaca que complemente su formación con conceptos sobre la cultura de la legalidad, las habilidades de proximidad social y el desarrollo comunitario. Este nuevo desempeño de funciones, es necesario en muchas localidades de nuestro país, donde la presencia policiaca debe ser cercana, confiable y permanente.
Informo a Ustedes que el primer grupo de gendarmes estará compuesto por diez mil elementos que en estos momentos están siendo entrenados y calificados por sus mandos castrenses.
El impulso y reforzamiento del modelo penitenciario federal, sujeto hoy a una evaluación exhaustiva, debe servir también como experiencia positiva y de aprendizaje para los Centros de Readaptación Social de los Estados que en muchos casos presentan problemas evidentes de corrupción, sobrepoblación y nula visión sobre la reinserción social. El sistema penitenciario a nivel nacional requiere homologar su trabajo, revisar las condiciones de los inmuebles y la eficiencia operativa para la corrección inmediata de aquellas áreas que pudieran no cumplir con los objetivos claramente establecidos.
Informo a esta Soberanía que los trabajos en la construcción de seis Centros Penitenciarios Federales de alta tecnología avanzan según lo programado y serán habilitados antes de que termine el año, con una visión sobre readaptación social y no solo funciones de contención.
Finalmente estoy cierto de la capacidad tecnológica instalada en nuestras áreas de trabajo. Principalmente en lo referente a la obtención y procesos del sistema de información denominado Plataforma México. Es nuestra responsabilidad utilizar todas estas herramientas para dar servicio a los tres órdenes de Gobierno y lograr así mejores controles en diversos rubros, pero sin duda, que esta inversión sea aprovechada al máximo por todos. México cuenta con equipos, personal, sistemas e infraestructura, que lo coloca como uno de los más desarrollados en inteligencia a nivel internacional. Facilitaremos el acceso a los programas, a los millones de datos y las decenas de bases útiles, para promover el uso y la aplicación de la información inteligente, con la finalidad de compartir un bien de la Nación.
La vinculación ciudadana significa un imperativo en la comunicación e interrelación con la sociedad para evitar el uso inadecuado del poder o la violación de los Derechos Humanos garantizados por nuestra Constitución y los tratados internacionales de los que México es parte. La sociedad civil representada por las organizaciones no gubernamentales, las cámaras industriales, los grupos académicos, profesionales, sociales y la población en general, deben contar con un canal de comunicación directo para colaborar de manera activa en la solución de los problemas de inseguridad.
Informo a Ustedes que ya iniciamos la operación de un centro de vinculación ciudadana, que se denominará Centro de Atención del Comisionado, cuyos servicios se darán las 24 horas del día, los 365 días del año, para conocer las inquietudes, quejas, sugerencias o necesidades de las personas, a efecto de aplicar de inmediato las medidas inherentes a cada caso en particular, con su debido seguimiento y solución. Será un vehículo de comunicación a nivel nacional eficiente y suficiente, donde la sociedad encuentre respuestas y acciones sobre sus preocupaciones en materia de Seguridad Pública.
Senadoras y Senadores, en esta tarea deseo confirmar ante Ustedes mi disposición de acercarme a éste recinto cuantas veces sea necesario para comentar las circunstancias en torno a la seguridad pública del país, especialmente a los aspectos que se ubican en mi responsabilidad.
Empeño aquí mi palabra, como ya lo hice con el señor Presidente de la República, de dedicar mi mayor esfuerzo, al límite de mis capacidades, a fin de lograr los mejores resultados para quien deposita su confianza en mi experiencia, y el modesto prestigio adquirido a través de varias décadas de compromiso público.
Por su atención, muchas gracias.
Dr. Manuel Mondragón y Kalb.
