Versión Estenográfica del discurso del senador Pablo Escudero Morales, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la inauguración del XIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional.
SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Siempre, cuando uno es invitado a alguno de los eventos, va preparando qué quiere decir, cuáles son los mensajes, qué quiere que se quede la gente de esas intervenciones; pero es verdad que pocas veces, cuando uno asiste a uno de estos eventos públicos, tiene la oportunidad de aprender tanto.
Sin duda el tener la oportunidad de escuchar al doctor Pedro Salazar y a don Diego Valadés, se aprende mucho. De verdad es que qué envidia este Congreso, qué envidia para todos aquellos que van a tener la oportunidad de estar aquí; estudiantes con los mejores promedios, de aprender de estos grandes juristas.
Y me refiero nada más a ellos porque han hecho uso de la palabra, pero sin duda todos los demás que van a intervenir, sin decir los nombres, es un gran privilegio para todos aquellos y por lo menos para el Presidente del Senado, aprender de ellos. Grandes juristas mexicanos y sin duda también grandes juristas de otros países.
Con la representación del Senado de la República y para iniciar esta intervención, les comparto estas palabras contenidas en la exposición de motivos del proyecto de la Constitución del Congreso Constituyente del 1º de diciembre de 1916:
“La soberanía nacional que reside en el pueblo no expresa ni ha significado en México una realidad, sino en poquísimas ocasiones, pues si no siempre, si casi de una manera rara vez interrumpida; el poder público se ha ejercido no por el mandato libremente conferido por la voluntad de la nación, manifestando en la forma que la ley señala; sino por imposiciones de los que han tenido en sus manos la fuerza pública para investirse a sí mismos o investir a personas designadas para ello con el carácter de representantes del pueblo”. Venustiano Carranza, primer jefe encargado del Poder Ejecutivo de la Nación.
Saludo con respeto a quienes me antecedieron en el uso de la palabra y agradezco al Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional; y al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la invitación a participar con la representación del Senado de la República, en esta ceremonia inaugural del Décimo Tercer Congreso… iba a decir Iberoamericano en Derecho Constitucional; pero hace rato platicaba con mi amigo Pedro Salazar, y déjenme a mí tomarme la libertad de decir este Congreso Mundial.
Viene también gente de Europa, de Asia y de otros lados. Para mí, este es un Congreso Mundial, déjenme llamarlo así.
Para el Senado de la República como integrante de los Poderes de la Unión, es de suma importancia el resultado que arroje este Congreso Mundial de Derecho Constitucional, que tiene como objetivos, por un lado, reflexionar acerca del futuro del constitucionalismo en Iberoamérica, sobre las posibilidades de su desarrollo y las posibilidades de reformas institucionales en los años por venir con las distintas variantes; los derechos y los instrumentos para garantizarlos, las estructuras para el ejercicio del poder y la democracia.
Y por otro lado, rendir un homenaje a la Constitución del 17, a cien años de su vigencia.
Es verdad que existe un consenso, un consenso generalizado entre historiadores, investigadores y comunidad académica, que reconocen que la Constitución del 17 aportó a México y al mundo destacados y sólidos avances en el ámbito de los derechos humanos, de las garantías constitucionales, de derechos sociales y de derechos subjetivos públicos; garantías individuales, garantías procesales y garantías sociales.
Otra de las grandes aportaciones de la Constitución del 17 que cobra vigencia en la actualidad, es sin duda el concepto de democracia y la necesidad de garantizar el ejercicio de las libertades individuales.
Cito: “La democracia se reducía a no restringir el sufragio y que éste fuera libre y directo. La elección directa junto con la no reelección, eran parte del compromiso revolucionario”. Nuestra amiga que está el día de hoy aquí presente, la doctora Patricia Galeana.
A cien años de la promulgación de la Constitución del 17, en el Senado de la República, con el apoyo de diversos grupos parlamentarios, como de otras entidades públicas, nos hemos dado a la tarea de realizar diversas acciones en el ámbito de nuestras atribuciones y de nuestras facultades, destacando la consulta democrática nacional sobre la Constitución mexicana, convocado por el Senado como un espacio público, abierto a la sociedad, sobre la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con el fin de conocer la opinión de ciudadanos, de estudiantes, de académicos, de investigadores, de historiadores, de las universidades, de centros de investigaciones y del público en general.
En ese sentido, es que el Senado de la República, a través de la Comisión Especial para el Diagnóstico y Reflexión sobre el Texto que Conforma la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que actualmente preside el senador Roberto Gil, llevó a cabo la consulta democrática nacional sobre la Constitución mexicana, usando las nuevas tecnologías de la información, a través de una página web y aplicaciones descargables en disposiciones móviles, a fin de fomentar y facilitar a los participantes de la ciudadanía en la consulta con criterios de transparencia y austeridad siempre en el uso de los recursos.
El resultado de la consulta se hará público en los próximos días por parte de la comisión especial. Posteriormente, habremos de reflexionar sobre las acciones legislativas que tenemos que emprender para que nuestra Constitución responda a las necesidades e inquietudes de una sociedad que cada vez más está activa y participativa en la toma de decisiones fundamentales y de políticas públicas, siempre pensando en el bienestar y desarrollo del sentido social.
Déjenme comentarles alguno de los datos que obtuvimos: 39 mil 400 visitas en el sitio web; más de dos millones de impactos en Facebook; y más de 200 mil impactos en Twitter. Ese fue el gran interés que hubo.
A propósito de los 100 años de la promulgación de la Constitución del 17, me parece que habrá que replantearse o hacerse las siguientes preguntas o reflexiones.
¿La Constitución del 17 y sus principios fundamentales permanecen vigentes? ¿Es necesaria una nueva constitución? ¿Podemos hablar de una nueva Constitución a partir de los más de 229 decretos emitidos al 15 de agosto de 2016, de reformas y adiciones del texto original del 17?
¿Qué significa un nuevo constitucionalismo para México? ¿Qué retos y perspectivas tiene el Estado Mexicano frente al nuevo constitucionalismo, los derechos humanos, el combate a la corrupción, la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y la participación de la sociedad en los asuntos públicos?
Hoy más que nunca los mexicanos nos pronunciamos a favor de la unidad nacional, así como de la vigencia de los valores y postulados de nuestra Constitución, como un eje articulador que guíe nuestras decisiones y fortalezca los principios de política interior o exterior, para la defensa de nuestros intereses como nación y los de nuestros connacionales que residen en el exterior.
Esperamos que este Décimo Tercero Congreso Mundial de Derechos Constitucional logre sus objetivos y los participantes, ponentes invitados, panelistas, conferencistas, aporten nuevas ideas que nos permitan afrontar los retos de la sociedad y que al sociedad demanda en la construcción el constitucionalismo contemporáneo para el México que todos queremos.
No me queda más que agradecer nuevamente esta invitación, celebrarlo y, de verdad, hacer un reconocimiento nuevamente a estos grandes juristas mexicanos.
México los necesita; México requiere de sus reflexiones, de sus ideas; hoy más que nunca requerimos que ustedes acompañen las decisiones de este país, que acompañen las políticas públicas que acompañen inclusive la política única nacional en materia de política exterior requerimos que estén con el Senado de la República, requerimos que estén con el Ejecutivo.
Son grandes, son valiosos juristas mexicanos. Mi reconocimiento para ustedes y a todos aquellos que han tenido la oportunidad de estar en este congreso, a los jóvenes, a los estudiantes, que gracias a sus méritos académicos han logrado obtener un lugar para estar aquí aprendiendo de los mejores juristas.
Muchas gracias.
