Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Morfin AUDIO

Palabras del presidente del Senado, José González Morfín, durante la celebración del Día Internacional de la Democracia, en la residencia oficial de Los Pinos.

-Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos;

-Ministro Juan N. Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación;

-Diputado Emilio Chuayffet Chemor, Presidente de la Mesa Directiva de la H. Cámara de Diputados;

-Dr. Leonardo Valdez Zurita, Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral;

-Señora Helen Clark, Administradora General del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo;

-Señor Vidar Helgesen, Secretario General del International Institute for Democracy and Assistance;

-Distinguidos miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país;

-Señor Consejero del Consejo General del IFE;

-Señora y señores magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación;

-Señor Secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora;

-Embajadora Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones Exteriores;

-Distinguidos invitados especiales;

-Señoras y señores:

Es un honor participar en esta celebración del Día Internacional de la Democracia, con los representantes de los poderes en México y con la Señora Helen Clark, y con el Señor Vidar Helgesen, en una fecha tan significativa para nuestro país.

Muchas décadas ha llevado a México alcanzar la democracia. Son muchos los hombres y mujeres valientes que lucharon a capa y espada para que este sistema político fuera una realidad para los mexicanos. Sin duda, el camino hacia la democracia no ha sido fácil.

México vivió su primera ola democratizadora cuando conquistó la democracia político-electoral: las libertades de expresión y de prensa; la autonomía del Instituto Federal Electoral; la emisión de la credencial de elector con fotografía y, por supuesto, la certeza de que cada voto cuenta por igual. Así es como se hace efectiva la voluntad de los ciudadanos al elegir a sus gobiernos.

Vinieron también después instituciones importantísimas para nuestra democracia como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.

Hoy, la alternancia en el poder, la pluralidad, la libre manifestación de ideas y el respeto al voto ciudadano son una realidad. Hoy, los jóvenes y los mayores tienen un lenguaje común; hablan de participación, hablan de competencia y sobretodo, hablan de libertad para elegir a los candidatos que mejor representen sus intereses.

El reto ahora es hacer que México viva una segunda ola democratizadora; una segunda victoria cultural que nos permita avanzar en la construcción de una democracia de calidad. Una democracia que garantice plenamente la protección de las libertades, la supremacía del Estado de derecho y el goce de derechos sociales básicos. Una democracia en la que todos los órganos de gobierno rindan cuentas de manera efectiva ante los ciudadanos. Una democracia en la que los gobernantes y representantes respondan de manera más efectiva a la voluntad de la ciudadanía.

La experiencia nos ha demostrado que las democracias que no evolucionan sostenidamente, tarde o temprano se pone en riesgo su viabilidad.

Creo firmemente que México requiere seguir en ese camino de renovación institucional, para así poder construir una democracia de calidad en los tres órdenes de gobierno y en los tres Poderes de la Unión. La nuestra debe ser una democracia capaz de revisarse a sí misma.

Una de las vías para lograr una democracia de mayor calidad es, en mi opinión, la aprobación de la Reforma Política, la cual tiene un objetivo primordial: poner al ciudadano en el centro de la vida pública.

Hoy, los ciudadanos exigen más y mejores vías de participación en la política. Demandan gobernantes que les cumplan, que rindan verdaderamente cuentas de su proceder. Quieren también representantes que respondan a sus legítimas exigencias, y no simplemente a intereses de partido o de grupo. Y, sobre todo, quieren que la política deje de ser sinónimo de parálisis y división, de encono y lucha estéril por el poder y se convierta en un instrumento al servicio del interés general, y el bien común.

En la Reforma Política se proponen medidas innovadoras que buscan atender estas legítimas demandas. Está contemplada la elección consecutiva de legisladores, lo que permitiría a los ciudadanos premiar a los que sí resulten y castigar a los que no hagan bien su trabajo.

Incluye también, entre otras muy importantes reformas, la posibilidad de presentar candidaturas independientes, de manera que los ciudadanos sin partido puedan participar de manera directa en la política. También contempla medidas como la iniciativa preferente, que nos ayudará a agilizar los procesos legislativos en los grandes temas nacionales, las llamadas reformas estructurales.

En suma, es una reforma que, sin duda, nos permitirá dar el siguiente paso hacia una democracia de mayor calidad.

A partir de una iniciativa del Presidente de la República y de otras propuestas por senadores de todos los partidos en la Cámara de Senadores se lograron los consensos para que esta reforma fuera aprobada.

Estoy seguro de que habrá en mis compañeros Diputados Federales la generosidad y la altura de miras para que esta importante reforma sea una realidad en poco tiempo.

México requiere de más consensos y de menos pretextos. Los mexicanos hemos dicho que sí a una democracia de mayor calidad. Queremos mejores reglas y más mecanismos de participación en la política. Queremos instituciones más transparentes, representativas y sensibles ante las demandas de la sociedad. Y esta reforma sería un paso decisivo en la dirección correcta.

Sólo en democracia veremos el verdadero rostro del progreso y el crecimiento nacional. Sólo en democracia encontraremos la herencia que queremos dejarle a nuestros hijos.

Ya que sin duda es el único sistema político que le asegura a cada ser humano la libertad y la dignidad necesarias para vivir una vida plena.

Dotemos de un mejor sistema político a los ciudadanos para que decidan sobre su futuro. Nadie sabe mejor que ellos lo que más le conviene a México.

Quienes tenemos alguna responsabilidad en el servicio público estamos obligados a emprender con verdadero ánimo las acciones necesarias para hacer de este, nuestro querido México, el lugar que todos deseamos.

Amigas y amigos:

Carlos Castillo Peraza, quien sin duda ha sido uno de los teórico-prácticos más importantes de la transición mexicana a la democracia, dijo alguna vez: “la democracia es el único sistema que tolera su propia crítica y a través de ella su propia mejoría. Es el único sistema que asegura el respeto y vigencia de las libertades”.

Los mexicanos de hoy tenemos que participar activamente en la mejoría de nuestra democracia. Tenemos el reto de consolidar los logros que hemos alcanzado y trabajar unidos para hacer de la nuestra una democracia de calidad, que realmente asegure los derechos y las libertades de todos de manera efectiva.

Esta misión debe trascender líneas partidistas e ideológicas. Es una misión que nos obliga a la suma de esfuerzos y voluntades, porque lo que está en juego es el futuro de la República y el futuro de nuestros hijos.

Como Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, como Senador y como mexicano, me sumo a los esfuerzos para que esta segunda ola democratizadora sea una realidad en nuestro país. Por encima de los intereses partidistas y de grupo, siempre estará el interés nacional. Así lo asumimos en el Senado y así lo seguiremos haciendo.

Muchísimas gracias.

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