Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

 

* Conferencia de prensa ofrecida por el senador del Partido Revolucionario Institucional, Patricio Martínez García, a los representantes de los medios de comunicación que cubren la fuente del Senado de la República, el miércoles 14 de diciembre de 2016.

Quiero agradecer a todas y a todos ustedes, a los medios de comunicación, que están aquí en la fuente, en el Senado, y a los que han llegado por alguna otra circunstancia, que me honra mucho la presencia tan numerosa de los medios, para explicar una serie de circunstancias que se han dado con los Estados Unidos, dando una base de lo que ocurrió hace siglos en nuestra vecindad, cómo ha venido evolucionando y en donde es importante hacer una acotación.

Rechazar la descalificación que se hace con desconocimiento de lo que es nuestra antigua vecindad; la descalificación que se hace de los mexicanos, tanto de los mexicanos en Estados Unidos, como de los que seguimos residiendo en México.

Hemos sido un ejemplo no solamente de buena vecindad, sino de una gran tolerancia y estoicismo.

Señalo que las fronteras de México se inician con la llegada de Cristóbal Colón, al territorio de América; pero, sobre todo, en 1521, cuando Hernán Cortés, en nombre de su Majestad, el Rey de España, y de Dios, toma posesión de los territorios que entonces se les denomina Nueva España, y que van agregándose conforme van avanzando las brigadas de exploración y misioneras, al septentrión de la América entonces conocida, a partir de la Gran  Tenochtitlán.

Quiero señalar que la primera gran pérdida de territorio no fue con Antonio López de Santa Anna, en el año de 1847-48.

La primera gran pérdida se dio en el tratado de don Luis de Onís, caballero enviado, plenipotenciario de su Majestad el Rey de España, a los Estados Unidos.

Ahí, en un imperio, en una severa crisis, don Luis se ve forzado a firmar un Tratado de Límites y de Diferencias y Amistad, con un naciente Estados Unidos, y es ahí en donde se fija una primera línea divisoria de lo que es el Virreino de la Nueva España, con los Estados Unidos.

Hago la aclaración que el territorio de Estados Unidos original era este de las 13 colonias, que se encuentra en este plano en color café; pero, ya para 1819 se hace esta línea divisoria de una manera que nos quita muchos cientos de miles de kilómetros cuadrados del territorio de la Nueva España.

Es así, pues, como les pido aquí, que me hagan el favor de pasar ese plano número dos, que muestra cómo queda este territorio de la Nueva España, distribuido al interior.

Podemos ver el gigantesco territorio de las Californias, el enorme territorio de Nuevo México que fue descubierto y tomaba posesión de este territorio en 1601 el adelantado Oñate.

Y lo que es el verdadero Texas, lo que era la provincia de Coahuila y obviamente el estado de Chihuahua y Sonora.

Este enorme territorio estuvo en posesión de México, de 1821 en su independencia, hasta 1836, en donde se hace una declaración de independencia del territorio de Texas.

Es así como pasamos al siguiente plano, en donde vamos viendo cómo va evolucionando el territorio nacional y cómo fuimos los mexicanos de ayer y por lo tanto sus herederos, los de hoy, cediendo enormes porciones de nuestro territorio, para que se fuera haciendo la conformación de los Estados Unidos.

Estas cesiones consistieron en lo siguiente:

Estas son las 13 colonias originales. Para el año de 1803, se hace por los Estados Unidos la compra de  Luisiana, que es todo este territorio que se marca aquí en blanco y se hace esa compra a Francia; Francia lo había obtenido del decrépito imperio español, solamente tres años antes. Lo obtuvo sin ningún pago y solamente con base en una serie de promesas de tipo político en la distribución de Europa, que no se cumplieron.

Este territorio lo adquiere Estados Unidos por 15 millones de dólares y es clasificado como uno de los manejos inmobiliarios más exitosos y extraordinarios en la historia de los inmuebles en el mundo.

Esto tiene un extraordinario valor, porque esta línea es el Río Misisipi. Con este Río Misisipi, sobre el cual ya tenían obtenidos algunos derechos de navegación, las colonias empiezan a sacar todos sus productos en buques por esta vía navegable, llegan al Golfo de México y de ahí se conectan al mundo, lo cual les da una fuerza comercial a los Estados Unidos, además de la que ya tenían con sus puertos sobre el Atlántico.

De Luisiana, en 1803, se va teniendo con agregados en 1810 y en 1812, lo que es la Florida Occidental.

En 1819 se agrega esta parte de la Florida. Y la Florida, península completa, sobre la base de una compra de 5 millones de dólares, que le hacen también a España; 5 millones de dólares que no se pagan, lo hacen simplemente a cambio de reclamaciones que habían fincado colonos en los Estados Unidos en la misma Florida, a España y por lo tanto es un pago bastante simbólico.

Es así, pues, como ya Estados Unidos tiene todos estos territorios. Y en 1819 llega a este territorio de Texas, posesión de México, el señor Moses Austin, con 300 colonos, que tienen un permiso para hacer la colonización de estos territorios.

Esos 300 colonos, para 1830, ya eran 20 mil. Y presentaban una actitud de rebeldía tal, que el Gobierno de México empezó a exigir el respeto a su autoridad; esto trae por consecuencia que en 1836 se rebelan, se hace la guerra, se tienen batallas históricas, como la del Álamo, en donde triunfan las fuerzas santanistas y luego la de San Jacinto, en donde se da la gran derrota, se pierde la Guerra de  Texas y acaba por entregarse este territorio a la República de Texas, con un tratado en donde México se compromete a nunca levantar las armas en contra de esta República.

Pasan los años y para 1845, esta República se incorpora como estado de la Unión Americana, a los Estados Unidos, pero con una circunstancia, ya para entonces los texanos dijeron “Texas no es esto, Texas es desde el Río Bravo”, no en el Río Nueces, que es esta línea roja, Texas es todo esto que está en verde y que va desde el Río Bravo en su desembocadura, hasta Wyoming, con fracciones de Oklahoma, Kansas, Colorado y una gran porción de Nuevo México.

Es así como México sufre aquí un gran despojo. Obviamente se inconforma México en 1845 y se hace la guerra; con motivo de esa guerra, no solamente tenemos como nación que hacer entrega de estos territorios, sino además en la pérdida de la guerra, que tiene su última batalla en el Castillo de Chapultepec, el 13 de septiembre de 1847, se da la firma de un tratado, el Tratado de Guadalupe Hidalgo, aquí en la Ciudad de México y en donde se tiene que entregar toda esta porción de Nuevo México, lo que es esta porción de Colorado, esta porción de Wyoming, Utah, Nevada y toda la alta California, y por supuesto Arizona.

Esto es 1848. Ahí se firma el Tratado de Guadalupe Hidalgo y se fijan los límites de la frontera de Estados Unidos con México, a partir de la desembocadura del Río Bravo, subiendo todo hasta el paralelo 31 grados 47 minutos; y de ahí sube por el Río Gila, que es esta línea, hasta la desembocadura del Río Colorado, y esta línea ya se había trazado a partir de la Bahía de San Diego, hacia el Río Colorado.

Este es el México de 1848, se designan dos comisiones, la de Estados Unidos y la de México para hacer la delimitación; pasan cinco años, y para antes de que terminen los cinco años se encuentra Estados Unidos con que necesita hacer un ferrocarril de Houston a San Diego, y se encuentra con que en esta parte tiene una serie de montañas que impiden el paso del ferrocarril.

Entonces, mandan a un señor Gadden, que manejaba inmuebles en Carolina, que venga y hable con el Gobierno de México y lo haga con la fuerza de la fuerza -no con la fuerza de la razón- y que con una serie de propuestas que incluía la serie de territorios que están actualmente en el norte de México: Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua y Sonora, incluida toda la Baja California, que se haga una venta forzada.

Afortunadamente hubo un poco más de aplomo que en los años anteriores y se logra que se entregue únicamente esta fracción y es como se da el Tratado de la Mesilla, que fija los nuevos límites a partir de este punto en el Río Bravo hacia el oeste, y en vez de subir por el Río Gila, baja aquí a este paralelo y se va por Sonora hasta encontrar las viejas mojoneras que se habían fijado en el Río Colorado.

Es así, pues, como tenemos esta frontera, que es el punto medular de esta reunión.

Hago estas explicaciones, primero porque me parece que es muy conveniente ahora y siempre recordarles a las nuevas generaciones de mexicanos cómo se dio la conformación de nuestro país originalmente y cómo fuimos teniendo unas gigantescas y enormes pérdidas de territorio, de una manera que no  honra de ninguna manera a las tropas mexicanas que fueron sorprendidas una y otra vez; pero, si no honra a las mexicanas, menos honra las tropas invasoras que se ha dicho muchas veces, si hay una guerra para la que menos motivos hubo de hacerla, es no sólo la Guerra de Texas, sino la guerra del 47.

Es así como tenemos la nueva frontera y paso a explicarles en qué consiste.

En la desembocadura del Río Bravo, a cinco leguas de su desembocadura, se fija el límite de los dos países. Y por ahí sube, por en medio del Río Bravo, todo, hasta encontrar un punto en donde se cruza con el paralelo 31 grados 47 minutos.

De ese punto saldrá una línea rumbo al oeste, hasta concluir 100 millas. De ahí, de ese punto de 100 millas, bajará una línea rumbo sur, hasta encontrarse con la línea del paralelo 31 grados con 20 minutos que es esta.

Correrá esa línea en el paralelo 31 grados 20 minutos, hasta encontrarse con el meridiano 111. En el meridiano 111 se trazará una línea que correrá inclinada rumbo oeste-norte, hasta encontrarse con la mojonera que previamente se había establecido en el tratado de 1848.

Pero, ¿qué sucede? Y esto es un punto sumamente importante, que a la hora que se hace la verificación de las 100 millas que debe haber de este punto en donde se cruzan el río y el paralelo 31 grados 47 minutos, nos encontramos con que aquí no son 100, sino que son un poco menos de 99 millas, lo cual nos da un faltante de mil 668 metros, aquí en esta parte de la frontera.

Mil 668 metros, que si los multiplicamos por los 49.89 kilómetros de distancia que hay entre el paralelo 31.47 y el paralelo 31.20, nos da una diferencia de territorio nacional, propiedad de México, que se encuentra indebidamente segregado de lo que es el suelo patrio, por una cantidad de 8 mil 130 hectáreas, que pertenecen al estado de Chihuahua.

Con otra circunstancia, en el caso de levantar muros, alambradas, barricadas, bardas o cualquier cosa, tendría que levantarse sobre la frontera acordada y no sobre una frontera de facto.

Aquí, estos mil 668 metros, no pueden ser tocados porque esos son territorio nacional. El muro no puede bajar por este punto, debe bajar por este; y no debe correr al oeste por este punto, sino de aquí a acá, de tal forma que la frontera debe conformarse siguiendo el punto rojo, de aquí a aquí y entonces sí ir rumbo al oeste, y dejar esa fracción dentro del territorio nacional.

Eso implica que hay prácticamente 52 kilómetros de muro que no pueden ser en la frontera de facto, sino deben ser levantados en la frontera, como se puede ver no es fácilmente acá en la frontera legal y que está en el tratado.

De ahí, que vamos al siguiente punto, ya viendo que el punto correcto del vértice para ir al oeste, es éste, y no el 53, el B y no el E, debemos salir con esta línea oeste hasta el meridano 111, ¿pero qué pasó? que alguien, después de 1856, en que se hizo la medición y el establecimiento del monumento Mojonera, entre 56 y 90, alguien movió los monumentos y las mojoneras.

Cuando se hace una revisión, se encuentra que hay diferencias en la “monumentación”, y a la fecha nos encontramos con que esta esquina que debe estar en el meridiano 111, fue corrida la cantidad de siete mil 254 metros, 7.254 kilómetros hacia el oeste, que en vez de estar aquí, quedó acá, provocando que se corriera la línea divisoria por este punto, que acá la tenemos marcada en la línea roja corriendo esa línea del punto C hacia en donde está el 205, debiendo corregirse, pues la línea debe correr de donde está el punto F, a donde está el 205.

Esto nos da una diferencia, multiplicando los 378.7 kilómetros de la línea roja que es la frontera de facto, por los siete mil 254 metros que están acá, en la diferencia del meridiano 111, con el 111 grados, 4 minutos, 34.45 segundos, que es en donde está la mojonera, nos da una diferencia nada más y nada menos, que de 75 mil 636 hectáreas, propiedad de México, que corresponde al estado de Sonora y que deben ser reintegradas al territorio nacional.

No solamente tiene la trascendencia de una sumatoria equivalente a 854 mil 757 hectáreas, sino tiene también la trascendencia de que son más de 50 kilómetros de frontera que está aquí mal delimitada, más los 378 kilómetros que están acá en esta frontera mal delimitada, y que nos darían aproximadamente unos 440 kilómetros de frontera que debe ser reubicada.

Y si se pretendiera levantar muros sobre esta área, dejo en claro que los mexicanos tenemos el derecho, 120 millones de mexicanos, más de 120 millones de mexicanos tenemos todo el derecho de impedir que se levante un muro sobre territorio mexicano.

Si el vecino en su patio quiere levantar una barda, lo correcto es que se haga un  deslinde y cada quien con sus escrituras, que se hagan las mediciones y se defina en dónde está la línea que divide cada propiedad.

Esto llevado a niveles de las naciones, es lo mismo. No estamos pidiendo ninguna modificación a los tratados.

Esta línea que viene desde el Río Bravo hasta la frontera que se delimitó al sur de la bahía de San Diego, está firmada y acordada en el Tratado de Guadalupe Hidalgo, y en el Tratado de la Mesilla.

Pero los acuerdos que están ahí no están debidamente ejecutados, y se ha llegado el momento de que pidamos esa corrección.

Hago una acotación, estos estudios corresponden a los hechos por el señor ingeniero Jesús Heiras Arzolarza, extraordinario topógrafo chihuahuense y estudioso de la historia, que hizo un tratado al respecto.

Estos estudios también fueron hechos en la Convención de 1890, en los tiempos del Gobierno de Porfirio Díaz, en donde también ya ahí se habían determinado estas diferencias.

En 1897 el Gobierno del Presidente Porfirio Díaz envió una nota diplomática a través de su plenipotenciario Matías Romero, en Washington, haciendo el reclamo de estas diferencias.

Pasaron los años, por diferentes circunstancias aquello no prosperó, se ignoró, obtuvo respuestas tan ligeras y superficiales y ahí quedó.

Dadas las circunstancias actuales, en donde los mexicanos tenemos que unirnos en un credo por México, me parece que lejos de cualquier vestigio que pudiera correr en nuestra sangre de la sangre de Antonio López de Santa Anna, habremos de sacar lo mejor de nuestro civismo y de nuestra nacionalidad, para hacer la defensa, no solamente del territorio en el Siglo XXI, lejos, lejos de nuestras desgracias en el Siglo XIX, y hacer también la defensa de lo que es la línea divisoria exacta que fue acordada en los tratados entonces firmados y que los hemos respetado hasta la fecha.

Esto es básicamente lo que deseo plantearles, y señalar que necesitamos unirnos todos los mexicanos, que estoy planteando esto al Senado de la República en un punto de acuerdo, para que estas tesis que estoy presentando y documentando en el punto de acuerdo, se corroboren con levantamientos topográficos satelitales que tienen una gran rapidez con la modernidad de la tecnología.

Y que nos permite a la brevedad corroborar lo que es esta tesis y hacer las gestiones ante el Departamento de Estado, ante nuestros vecinos con todo el respeto, pero también con todo el derecho que nos asiste, para que siguiendo un principio de buena vecindad que hemos sostenido como divisa de las relaciones exteriores de México, del arreglo de nuestras diferencias a través de la vía pacífica y del diálogo.

Y sobre todo, buscando ante la comunidad internacional que se conozca cuál ha sido el papel que ha desempeñado México y los mexicanos en el desarrollo de los Estados Unidos, no solamente en el siglo XIX, sino inclusive en el siglo XX, en el siglo XXI, con una gran aportación de esfuerzo, en una frontera que es ejemplo internacional, y es envidia internacional, porque en nuestra frontera tenemos millones de transacciones diarias y de tránsito, de vehículos y de personas que lo envidiarían muchísimos países.

Aportamos a los Estados Unidos una importante fracción de lo que es su comercio y su economía, porque tenemos una relación que ha superado nuestras diferencias del siglo XIX, y que nos ha llevado a conformar un bloque económico que es también ejemplo de eficiencia y de eficacia en el mundo competido del Siglo XXI.

Muchas gracias y estoy a sus órdenes para lo que deseen preguntar.

Sesión de preguntas y respuestas.

PREGUNTA.- Senador, buenas tardes, preguntarle ¿si esta posición que usted promueve, que impulsa … también sería necesario …?

… lo extiende a la Canciller, al Ejecutivo federal para que se haga lo que usted está diciendo …

La segunda parte de mi pregunta, senador, en unos días más Donald Trump va a nombrar un embajador para que … ya la interlocución con México ¿llevarán ustedes este tema … el primer tema prioritario para  esa nueva relación con Trump o sería mejor hacerlo a través todavía ….?

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Bueno, en primer lugar quiero decirle que este país es una República democrática, representativa y que nuestra democracia ha ido mejorando con una gran presencia plural en el Senado.

Que el Senado tiene el carácter de concentrar en él todo el espíritu de la República.

Que este es un asunto toral para el Senado, pero no exclusivo. No es exclusivo del Poder Legislativo y ni siquiera del gobierno. Lo es del Estado mexicano, porque el Estado mexicano se conforma de pueblo, territorio y gobierno.

Como estamos hablando de asuntos graves de aspecto territorial, la intervención debe ser en defensa del Estado mexicano, de pueblo y gobierno. El gobierno en todas sus áreas responsables.

En primer lugar lo estoy planteando para el Poder Legislativo en el Senado, que es el que tiene la atribución, y luego para el Gobierno federal en el área del Jefe del Ejecutivo en lo que es Relaciones Exteriores.

Y este es un asunto en donde nadie debe ir solo. No es un asunto nada más del Senado, ni nada más del Poder Ejecutivo, es del Senado, del Poder Ejecutivo y del pueblo de México.

Por otra parte, lo que me decía referente al embajador. Creo que este es un asunto que lo estoy planteando de urgente resolución, siendo de urgente resolución debe irse haciendo el trámite y el estudio corroborando las tesis aquí plantadas, para que a la brevedad que las circunstancias permitan, se haga el planteamiento.


No, de ninguna manera va esto enfocado a una administración en el Gobierno de los Estados Unidos.

Esto va enfocado a una circunstancia de México, propia de la administración actual, y claro, con un catalizador, que acelera nuestra reacción como sucede con todos los catalizadores en química, acelera nuestra reacción porque hay una constante de que se va a levantar un muro y si llegara a levantarse ese muro que señalo, es un muro que tiene graves inconsistencias.

Por lo siguiente, punto muy importante y se los señalo, la frontera está conformada por tres mil 214 kilómetros. De los tres mil 214 kilómetros tenemos dos mil 101 del Río Bravo, y 37 de Río Colorado, o sea, tenemos dos mil 138 kilómetros que no son amurallables.

Estos kilómetros van en una vía fluvial, que corre por en medio de los dos ríos, aquí están los tratados, por lo tanto, ahí no se pueden levantar muros.

Me parece que el planteamiento de levantar un muro para separarse de una manera tan drástica del vecino, presenta un desconocimiento de la topografía, puesto que le digo, hay dos mil 138 kilómetros que no son amurallables.

Independientemente de la serie de dificultades que presenta el terreno en montaña o en desierto o en arroyos o en ríos que están en esta frontera, que no resulta fácil y que ya en varias ocasiones las empresas que han tenido los contratos para levantar estos muros en Estados Unidos han fracasado y han perdido muchos cientos de millones de dólares, y que no lo digo yo, está consignando en los estudios que se ha hecho al respecto de los últimos 15 años.

Por otra parte, a mí me parece que si el asunto se corrobora por los estudios técnicos, topográficos, satelitales, como lo estoy planteando, deben girarse las notas correspondientes al Gobierno de los Estados Unidos, independientemente de quién esté encabezando esa administración.

Y hago un recuerdo también, en el año de 1854, en este punto, aquí en El Paso, las grandes crecientes del Río Bravo, por lluvia, desde Colorado y Nuevo México en las rocallosas, donde nace el Río Bravo, tuvo una gran creciente que provocó una inundación segregando 240 hectáreas de territorio nacional.

El Presidente Benito Juárez envió las notas reclamando la devolución de esas 240 hectáreas, que es el llamado Conflicto del Chamizal. Pasaron 103 años de litigio internacional, en donde el Tribunal Internacional de La Haya, le dio la razón a México y al final se lograron recuperar por acuerdos que se hicieron en los tiempos de los presidentes López Mateos, Díaz Ordaz, Johnson y algo de Kennedy, se lograron recuperar 170 hectáreas de las 240.

Y yo hago votos para que no tengamos que esperar 103 años para que se reconozca el derecho que México tiene sobre estas fracciones del territorio nacional y sobre estos 450 kilómetros aproximadamente de línea que está mal trazada.

Espero haber contestado su pregunta.

PREGUNTA.- Estamos hablando de casi 84 mil hectáreas que serían de México. ¿Cuál sería el procedimiento diplomático?

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.-  Bueno, hay una acotación que debo hacer, ya se enviaron notas diplomáticas por el Gobierno del Presidente Porfirio Díaz a través de Matías Romero, a Washington, en el año de 1897.

El asunto no es nuevo, lo estamos desempolvando, a partir también de la confirmación por estudios recientes a finales del siglo XX, de tipo topográfico, que confirman que lo que entonces se reclamó es procedente, y con la tecnología actual satelital, no solamente es procedente, sino que puede hacerse preciso y al milímetro, para evitar que nos vuelva a ocurrir cualquier diferencia en los límites entre las dos naciones.

Lo que procede es, primero, aspiro a que el Senado acepte y vote favorablemente el punto de acuerdo que planteo, segundo, que lo haga de manera urgente, tercero, que la comisión que estoy solicitando se aboque a hacer los estudios, y confirmados estos estudios, que se siga la ruta que establecen los protocolos internacionales para este tipo de problemas, que serían obviamente la primera y sobre la base de arreglo pacífico de los conflictos de enviar la nota diplomática y de esa manera hacerle saber a nuestros vecinos que tenemos una diferencia.

Y que, si cuando se hizo el Tratado de Luis de Onís, con John Adams, Presidente de los Estados Unidos entonces, en 1819, se habló de diferencias, diferencias que en juicio histórico, luego a veces digo, no veo por qué puedan tener diferencias, si las diferencias fueron manejadas, inventadas o manipuladas, puesto que los que los colonos que llegaron de Inglaterra a las costas del Atlántico en los Estados Unidos, llegaron y quedaron con una conformación muy precisa de lo que es su territorio.

Entonces no veo por qué en aquellos tratados se hable de arreglo de diferencias, porque la conformación de los Estados Unidos era ésta, y nada más que ésta, no tenía por qué tener diferencias con México.

Luego, cuando se hace esta delimitación en el Tratado de Luis de Onís, se habla de diferencias, ¿cuáles diferencias? Si ellos estaban confinados a esto, y Hernán Cortés llegó en 1521 a la capital mexicana y años antes había tomado posesión de todos los territorios a los que estaba llegando denominado Nueva España, en el nombre del Rey de España. No veo cómo pudiera haber diferencias.

Pero ahora, ahora sí estamos planteando diferencias, porque estas diferencias son entre lo escrito y lo delimitado.

PREGUNTA.- (Inaudible)

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Sí, rescatar lo que hay, a la luz de la verificación que se haga de los estudios topográficos que estoy señalando.

PREGUNTA.- Buenas tardes. Se tiene en estos estudios, que desde ayer que leí el punto de acuerdo me parecieron fenomenales, muy buen estudio histórico y técnico.

¿Se tiene estimado si hay población en estos territorios, son desérticos, hay poblados, poblaciones, alguna ciudad importante?

La otra sería, ¿también se ha estudiado si hay, no sé, yacimiento de petróleo o de gas…?

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Quiero decirle que el 99 por ciento de estos territorios están deshabitados, primero.

Seguro, que lo que hubiera de zonas habitadas y básicamente es en el área de Nogales, Arizona, habría que hacer su revisión, llevar todo el tiempo que fuera necesario la plática para ver cómo se resuelve el problema de esas zonas habitadas.

Sí puedo decirle que en la zona entre Sonora con Arizona, hubo un grave litigio a mediados, a poco andar de que se firmaron los tratados, con una mina de oro blanco, en donde se estuvo manipulando la frontera, que si estaba en una parte, que si estaba en otra, para mover la frontera a que fuera explotada la mina por mineros norteamericanos.

En general desapareció, desaparecieron sus riquezas, sus vetas, y no ha tenido ya mayor trascendencia, pero sí, hubo ahí un conflicto por riqueza minera en la zona fronteriza.

PREGUNTA.- Buenas tardes, a mí me gustaría preguntar ¿cuál es su opinión acerca de la funcionalidad de las notas diplomáticas…? Ello, porque hemos visto que en diferentes eventos o incidentes, por ejemplo México-Egipto, se han enviado notas diplomáticas, pero realmente no han acelerado ni los procesos de investigación, ni han motivado mayores cambios.

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Las notas diplomáticas están implícitas en la doctrina de México de arreglo pacífico de todos los conflictos; entonces, debemos sostener que una piedra angular de la política exterior de México, es justamente una nota diplomática como inicio del diálogo para establecer en ese diálogo la solución de conflictos, desacuerdos o diferencias, primero.

Segundo, no es lo mismo una nota diplomática entre países remotos, que entre vecinos inmediatos. Y tampoco es lo mismo una nota diplomática que tiene características de urgente e indispensable, para que se pueda desarrollar una edificación a lo largo de nada más y nada menos, que de una frontera terrestre que implica mil 113 kilómetros. Y que si se va a levantar un muro a lo largo de esos mil 113 kilómetros, necesita hacer el apeo y deslinde, como lo hace cualquier vecino cuando va a levantar una barda.

Entonces, es el inicio válido.

PREGUNTA.- Muy interesante lo que nos presenta hoy. Quiero preguntarle, si Donald Trump  se atreve a levantar el muro así, además de contravenir estos tratados históricos de Guadalupe Hidalgo, de la Mesilla, ¿estaría incurriendo en una invasión al país? Por un lado.

Por otro lado, ¿el Presidente Enrique Peña Nieto, sabe de todo esto, de estos estudios, de estos análisis que se están haciendo respecto a la división fronteriza?

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Quiero expresarle que como senador de la República expreso total y absoluto respeto a nuestros vecinos, como los denominó Mario Gil, en un libro de los años 50s, 60s del siglo pasado.

Expreso nuestro respeto a nuestros buenos vecinos, porque además hay una circunstancia, la situación de tensión del siglo XIX con respecto a la situación de interrelación comercial, turística, fronteriza y familiar que por millones tenemos entre México y Estados Unidos, como con pocos pueblos en el mundo se puede dar esta relación si hacemos comparativos, nos lleva a expresar nuestro respeto en primer lugar.

En segundo lugar, quiero decirle que con el señor Trump no tenemos por qué pelear, ni siquiera discutir. Con el señor Trump lo que tenemos que hacer es presentar una posición firme, de gran dignidad y con los documentos que ellos firmaron, sus antecesores en la Casa Blanca, con los antecesores del Presidente Peña Nieto.

Respecto de si el Presidente Peña Nieto conoce de esto, no lo sé, pero debo decirle, no tendría  por qué saberlo necesariamente, porque es un asunto que está bastante empolvado, que no lo conoce el común de los mexicanos, sino solamente algunos estudiosos de la historia y de las circunstancias diplomáticas y de  los tratados, y que lo saco a colación por una afortunada circunstancia, de haber conocido personalmente al que hizo estos estudios y por haber tenido un trato personal con él, en mis tiempos de presidente municipal de Chihuahua y de gobernador del estado, además de la admiración y devoción verdaderamente que tenía para un hombre tan serio y de tanta calidad profesional, como el señor ingeniero Jesús Heiras.

Es con base en esos estudios, que además él me los entregó hace 20 años, para que los revisara y cómo en esta condición de senador, en noviembre del año 2012, preparé estos materiales.

Por la prioridad que tenían una serie de tareas en el Senado, se fueron posponiendo, y llegamos a esta legislatura y en este periodo, y se encuentra precisamente la posibilidad de presentarlos y es lo que estoy haciendo.

Obviamente me parece que los puntos de contacto que tenemos en el Senado con la Cancillería, son un conducto ideal para que se le haga saber, no necesariamente y en primera instancia al Presidente de la República, sino a las áreas responsables de relaciones exteriores, para que de la mano el Senado, el Poder Legislativo, con el Ejecutivo, en el área de relaciones exteriores, vayamos llevando este asunto en defensa de nuestros derechos y de nuestra condición de vecinos, a los que nos ampara el derecho y a los que estoy seguro que cualquier instancia internacional, la comunidad internacional, nos dará la razón.

La comunidad internacional debe saber y necesitamos hacerle saber, que de ninguna manera podemos aceptar la descalificación que se ha hecho de nuestros connacionales en Estados Unidos.

Una circunstancia de delincuencia de un individuo y de mala conducta de un individuo, o de unos pocos o de una docena o de unos cientos, de ninguna manera puede ser la regla general con la cual se califique y descalifique a millones de mexicanos honestos y trabajadores.

Esto, pues, me parece que no es un asunto de pelear ni con una persona y menos aún con el Jefe del Ejecutivo de los Estados Unidos. Es un asunto de plantear con dignidad y ante la comunidad internacional, y en primer lugar con nuestros vecinos, la circunstancia de diferencias que tenemos que arreglar.

PREGUNTA.- Senador, nada más, de proceso legislativo, ayer se publica en La Gaceta. ¿Mañana lo presenta en tribuna? ¿Va a la Junta de Coordinación Política, es cierto? ¿Este punto de acuerdo es para que la Junta de Coordinación Política vea la posibilidad de crear esta comisión, estoy en lo correcto?

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Se presenta al pleno del Senado mi punto de acuerdo con varias peticiones. Una, que sea de urgente resolución, lo cual debe ser acordado por las instancias correspondientes en los órganos del Senado.

Dos, que se estudie el caso asignando una comisión especial o asignándole el caso, con la urgencia que corresponde, a la comisión que el pleno estime conveniente.

Por otra parte, que se revise en dónde se han levantado muros de una frontera equivocada, para que se haga el señalamiento de que esos muros están mal puestos.

En el punto que sigue, que con la urgencia correspondiente se establezca cuál es la frontera que México, con base en la documentación que tiene de límites, firmada y signada no solamente por el Presidente de los Estados Unidos, sino ratificada por el Senado de los Estados Unidos, México tiene el derecho a exigir que se respete esa frontera, y por lo tanto al detener de una manera total, absoluta y tajante, cualquier avance que se pretenda hacer en el levantamiento de un muro en una frontera equivocada, porque lo estarían haciendo en territorio nacional y no sobre la frontera.

Estos son los puntos que estoy solicitando en el punto de acuerdo, como lo pueden verificar en el punto de acuerdo que fue publicado y que por razones de saturación y de circunstancias que han sobrevenido, como ocurre con frecuencia, no se presentó el día que estaba programada.

PREGUNTA.- Inaudible.

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- No. En los hechos es establecer y dejar asentado por el Senado,

 por el Gobierno federal y por todos los mexicanos, que no es admisible ninguna maniobra constructiva en territorio nacional.

Que si hay interés de nuestros vecinos de hacer cualquier edificación, bien, vamos a respetar el derecho que tienen de hacer las edificaciones, aunque no es una solución real al problema que se plantea.

¿Qué frontera más grande y más amurallada puede usted encontrar que el Mar Mediterráneo, como gran muro entre África y Europa, y sin embargo, la cantidad de indocumentados que logran pasar ese gran muro de agua es sin precedentes en el siglo XXI.

PREGUNTA.- (Inaudible)

-SEN. PATRICIO MARTÍNEZ GARCÍA.- Me parece que yo, con lo que conozco y que aspiro a que lo conozca la comisión y que lo conozcan los mexicanos, lo que puedo decirle es que no hay ningún derecho de que nadie levante muros fronterizos en donde no es frontera, y por lo tanto, con ese carácter urgente, estoy pidiendo la intervención de todas las instancias que para estos casos se requieren, y que de esa manera se impida el que se construya un muro en un área que no corresponde.

Muchas gracias.

 

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