Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

* Versión de la intervención en tribuna del senador Juan Carlos Romero Hicks, con motivo de la conclusión de actividades del Segundo Receso del Tercer Año del Ejercicio de la LXII Legislatura

Con el permiso de la Presidencia.

Distinguidos legisladores:

México es un país que lleva prisa, que tiene luces y sombras y grandes contrastes.

Llegamos a esta Legislatura con una gran cantidad de expectativas, algunas probablemente se cumplieron en el camino y otras quedan pendientes.

En democracia nunca hay punto final, hay punto y seguido; hay punto y aparte y hay que construir, hay que dialogar, hay que correr el riesgo de aprender de todas las personas.

Avanzamos en algunos aspectos: la reforma laboral, la educativa, la energética, telecomunicaciones, la político-electoral, la financiera, anticorrupción. Sin embargo, el contraste es inmenso.

Cuando uno asiste a los 2 mil 457 municipios del país, encontramos un México que tiene una gran necesidad de resultados, resultados y más resultados. En algunas reformas, el Grupo Parlamentario de Acción Nacional no acompañó al resto de los grupos; es el caso por ejemplo, de la reforma fiscal, tóxica y aspectos que tienen que ver con temas pendientes, particularmente en la economía y las finanzas.

Hay que huir en el balance de la leyenda rosa y de la leyenda negra, porque siempre hay maneras de evaluar de manera alternativa y complementaria.

Quiero referirme y agradezco la generosidad de los diputados y los senadores de Acción Nacional, al momento que vive actualmente el país. Vivimos una crisis de credibilidad, cuando un político habla, ¿quién le cree?

Cuando una autoridad emite alguna comunicación, ¿se habla con verdad? ¿Se busca la justicia? ¿Se hace dentro el marco del Estado de Derecho?
Indiscutiblemente que hay una crisis de credibilidad de las instituciones mexicanas, particularmente por dos razones: La primera, la corrupción y su hermana gemela, la impunidad. Y la segunda, la falta de resultados.

El día de hoy los grupos legislativos de Acción Nacional, tanto de la Cámara de Diputados como del Senado, hemos introducido dos proyectos de legislación: una para la Ley General del Sistema Nacional de Anticorrupción, y la otra para la Ley General para el Combate a la Corrupción; particularmente en tres momentos: la prevención, la investigación y la sanción.

¿Qué es lo que requerimos para combatir la corrupción? La transparencia. Y en eso queremos avanzar en las declaraciones personal, patrimonial, fiscal y de intereses por parte de todos los intereses públicos; que estén en línea la evolución de toda la información, los sistemas de compras, los concursos y toda la información de los servidores públicos y también la participación de la sociedad a través de la ciudadanía.

Nosotros creemos en este principio de tanta sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario. En la parte de la investigación, queremos consolidar la Auditoría Superior de la Federación y la Fiscalía Especializada contra la Corrupción.

Nunca más una ocasión en que un subordinado revise a su jefe, donde evidentemente hay un conflicto de intereses, en donde se puede argumentar la parte legal, sin embargo no hay duda que se falló a la ética. Lo más claro es lo más decente, cuentas claras, amistades y sociedad consolidada.

Y por otra parte, en lo que tiene que ver con el marco de las sanciones, nunca más un subordinado exonerando a su jefe, independientemente que sea en el municipio, el estado o la Federación; y para eso queremos una mayor consolidación del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y del propio Poder Judicial, y en esto queremos el acompañamiento de la sociedad civil organizada.

México está al fervor del dolor y está acumulando más pobreza, más falta de confianza, más desigualdad y, sobre todo, como se ha referido por diferentes actores públicos, el problema de la confianza.

La palabra confianza viene de dar mi fe, deviene de dar mi aval sobre lo que se está diciendo.

¿Cuánto vale la verdad en este país? ¿Cuánto vale la libertad? ¿Cuánto vale la justicia? ¿Cuánto vale el Estado de Derecho? ¿Y cuánto vale la credibilidad de unos y de otros?

Este momento crítico nos involucra a todos, a los partidos políticos, al municipio, al estado, a la Federación, a todas las personas que en la sociedad quieran contribuir y tenemos que entender de una vez por todas que la probabilidad es una divisa y no es un mal tolerado; y que, en política, debatir no es reñir y discrepar no es reprimir.

Quiero extender la mano y abrir el corazón a todas las fuerzas políticas. La cadena es tan fuerte como el eslabón más débil. Nadie es el dueño exclusivo de la verdad. Todos somos necesarios; si alguien no está, estamos en falta.

Y, en particular, desde luego que quiero agradecer a los diputados que hoy terminan, o en los próximos días, su trabajo; y, en especial al Grupo Parlamentario de Acción Nacional, que está concluyendo y que me ha confiado el día de hoy el poder compartir este mensaje: Para los que llevamos a México en la piel. Para los que desde la Mesa Directiva, las juntas directivas, las dirigencias de los partidos políticos, tenemos que mirar al futuro. Ese futuro es nuestro y es de todos.

La diferencia entre lo que somos y lo que queremos ser, es el tamaño de los ideales. Si las ideas nos hacen fuertes, los ideales nos harán invencibles.
Enhorabuena por todos. Felicidades.

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