Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

* Texto de la intervención del coordinador de los senadores del PAN, Fernando Herrera Ávila, al inaugurar el Seminario “Una reforma política de la Ciudad de México, ¿una reforma para los ciudadanos? Derechos, gobierno y servicios”.

Muy buenos días a todos y a todas.

Hoy estamos de fiesta. Es un verdadero orgullo, una satisfacción, poder compartir con ustedes estos momentos tan especiales para el Distrito Federal, la Ciudad de México, y desde luego para todo el país.

Permítanme darle la bienvenida nuevamente al senador que hoy nos visita de Argentina, que viene a constatar este avance tan importante que hemos tenido, el senador Juan Manuel Aval Medina, senador de Argentina y conferencista para estas pláticas que vamos a tener el día de hoy. Bienvenido, gracias por estar con nosotros el día de hoy aquí.

Desde luego también, ya lo ha expresado de una manera muy puntual Alejandro Encinas y Mariana Gómez, la presencia del presidente del Instituto Electoral del Distrito Federal, que nos llena de gran satisfacción.

Estamos iniciando, venimos a un debate de ideas, a confrontar diversas percepciones y creo que eso es lo que va a enriquecer la discusión que tendremos en este tipo de pláticas y de conferencias.

Miren: yo hoy voy a decirles lo mismo que le dijo Enrique Séptimo a cada una de sus ocho esposas de manera consecutiva: no los voy a entretener mucho, va a ser rápido.

El día de ayer estuvimos discutiendo ampliamente, con detalle observamos las diferentes posturas que con pasión se decían por las diferentes fracciones parlamentarias.

El PRD, el PT, el PRI, Acción Nacional, el Partido Verde, cada quien expuso sus puntos de vista. Algunos apasionadamente defendían su visión de independencia, de autonomía. Y bueno, yo en este momento sí le debo decir a Mariana que no comparto su expresión de hace un momento, cuando ella decía que la Ciudad de México era una ciudad de segunda, y yo les voy a decir que sí, y déjenme decirle por qué: yo vengo de una ciudad de primera y lo digo en términos automovilísticos, le metes la segunda y ya te saliste de la ciudad; aquí le metes la segunda, la tercera y la cuarta y sigues todavía dentro de la ciudad.

Hay una realidad: la Ciudad de México requiere cambios, requiere ir a la vanguardia, siempre ha sido puntal, siempre ha sido ejemplo y no podía permanecer en el rezago. Va a contar con una Constitución propia que le permita atender los problemas de manera cercana y desde luego también participar generosamente, como ha sido la historia del Distrito Federal, con las otras entidades federativas.

Ahora el compromiso es claro: se ha dado el primer paso en el Senado de la República y lo que sigue ahora es ver el comportamiento en la Cámara de Diputados. Sin simulaciones nosotros le exigimos a todos los partidos políticos que sin demora, el día de mañana, aprueben la reforma que le dé Constitución al Distrito Federal y lo convierta en la Ciudad de México.

No se trata de hacer una cosa en la Cámara de Senadores y otra en simulación pactar en la Cámara de Diputados. Se tiene que avanzar, se tiene que concretar. La ciudadanía exige, la ciudadanía obliga y creo que los gobernantes, los legisladores, no pueden hacer oídos sordos a una demanda como la que se está presentando.

Felicidades a todos. Con este tipo de reuniones y pláticas estoy seguro que empezaremos a discutir la nueva visión, la nueva cara de la Ciudad de México. Hay diversas aristas; Alejandro ya ha dado a conocer las bondades, los avances, las materias en las cuales el Distrito Federal es pionero.

También hay que oír lo que dicen otros senadores acerca de la nueva Ley de Coordinación Fiscal, pero ahí es precisamente donde el debate va a enriquecer, donde la postura de apoyo que siempre ha tenido el Distrito Federal hacia las otras entidades debe seguir siendo ejemplo. Y quizás aclarar muchas de las dudas que se han presentado será tarea.

Por eso, hoy que estamos aquí, a nosotros nos da la oportunidad de iniciar, de no soltar este tema hasta en tanto no podamos levantar la bandera blanca y decir: ya tenemos una Constitución en el Distrito Federal.

Por eso en este día me permito declarar formalmente inaugurados los trabajos de estas pláticas, de estos encuentros que habrán de servir para dotar al Distrito Federal, a la Ciudad de México, de una nueva Constitución.

Felicidades a todos.


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