Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

* Versión del discurso de la senadora Mariana Gómez del Campo Gurza durante la inauguración del foro “Mujeres al poder: ¿Empoderamiento o apoderamiento?”, en el patio central de Xicoténcatl

Muchas Gracias.

Es un honor recibirlas y recibirlos en este encuentro en el Senado de la República.

Nuestro primer encuentro lo tuvimos hace un par de meses en el Tribunal Electoral del Distrito Federal y la idea es poder tener este tipo de encuentros por lo menos una vez al mes, para que discutamos los temas que tienen que ver con las mujeres.

Agradezco la presencia de cada uno de ustedes, de la doctora María del Carmen Alanís Figueroa, magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; de la doctora Yasmín Esquivel, presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal; del maestro Yuri Gabriel Beltrán Miranda, consejero presidente del Instituto Electoral del Distrito Federal; de la doctora Patricia Galeana, directora general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y por supuesto, de la magistrada Carmen Carrión, con quien hemos estado coordinando de manera muy entusiasta estos encuentros.

Y también el que esté aquí presente la senadora Alejandra Barrales; habla también del interés por parte de la senadora, desde siempre, con los temas de género. Siempre tratamos de que desde el Senado de la República efectivamente levantar la voz y en las propuestas de género sí encontramos el consenso de las mujeres.

A veces nos cuesta un poquito de trabajo, los hombres, curiosamente, el convencerlos de que se requiere equidad en diversas iniciativas de ley, en diversas reformas que hemos impulsado, pero poco a poco hemos ido logrando ganar estos espacios.

También la presencia aquí de la diputada María de los Ángeles Moreno, bienvenida, y de cada una de ustedes y el que pueda haber hombres escuchando estas intervenciones me parece de lo más elemental.

Y yo quisiera hacer segunda a lo mencionado aquí por la magistrada María del Carmen Alanís: tenemos que alzar la voz y decir no a la violencia contra las mujeres.

Lo ocurrido en Guerrero, este asesinato a una precandidata a alcaldesa, no importa del partido que sea; no podemos quedarnos calladas ni callados.

Tenemos que alzar la voz. No podemos permitir que esto siga ocurriendo en diferentes estados de la República. Hoy le toca a Guerrero, hace unos días le tocó a Tamaulipas; afortunadamente no hubo consecuencias graves en este segundo caso, pero las mujeres tenemos que hacer lo necesario para ser escuchadas y no guardar silencio, porque si nos quedamos calladas nos convertimos en cómplices.

Las mujeres hoy en día ―y lo compartía junto con la senadora Alejandra Barrales, que tenemos un espacio en un periódico del Distrito Federal y de Nuevo León―, las mujeres no queremos privilegios, las mujeres estamos buscando que el terreno sea parejo.

Vivimos en una sociedad con profundas contradicciones. Mientras que por un lado a la madre se le erige públicamente como uno de los pilares del hogar y de la comunidad, a quien se le debe el mayor de los respetos; por otro, estadísticas del INEGI confirman que dos de cada tres mujeres han sufrido violencia de género, cuyo principal agresor es precisamente la pareja.

Laboralmente ha habido avances importantes; los retos siguen siendo enormes. Podemos encontrar que en el sector de la construcción apenas 11 de cada 100 plazas son ocupadas por mujeres; en la industria manufacturera esa cifra alcanza las 34 por cada 100 plazas, y en el sector servicios, pues muy similar al sector comercio, nos ubicamos por encima del 45 por ciento de participación.

Esto quiere decir que en los ámbitos de trabajo remunerado todavía existe una brecha muy amplia entre mujeres y hombres; una brecha que se hace aún mayor si hablamos de discriminación salarial, que es un fenómeno que provoca que las mujeres perciban entre un 2.5 a un 30.5 por ciento menos que los hombres por el mismo trabajo, incluso a veces muchas más horas dedicadas para hacer este trabajo.

Si hablamos de educación, podemos encontrar que tenemos el reto de garantizar que las mujeres logren continuar en el nivel educativo inmediato superior; es decir, sigue siendo un reto que las mujeres se queden en la escuela o en la universidad conforme aumenta su edad.

La diferencia comienza a hacerse más amplia en la educación media superior, donde el 4 por ciento de las mujeres abandonan la escuela, pero esta cifra se eleva al 28 por ciento en educación superior, y este fenómeno pues no ocurre tan marcadamente en los hombres.

Si hablamos de la política, pues poco a poco hemos ido ganando terreno. En 2005 ocupábamos el 23.6 por ciento de los espacios en el Congreso, hoy ya alcanzamos el 36.8 por ciento; es decir, que en menos de una década pues avanzamos 13 puntos porcentuales, lo cual pues sí es de reconocerse.

Pero esto contrasta con que apenas ocupamos el 6.8 por ciento de las alcaldías, el 16 por ciento del gabinete presidencial. Si hablamos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hay representación en 18.1 por ciento de mujeres.

Por segunda vez podemos tener Procuradora General de la República, esta última sale del Senado de la República, lo cual es un orgullo.

Y también en el Senado podemos ver a varias candidatas gobernadoras; afortunadamente, espero que podamos contar con gobernadoras mujeres a partir del año 2015. Hay competencia en San Luis Potosí, en Sonora, en Nuevo León, en Michoacán y espero que así sigamos sumando más esfuerzos para que no digamos la terrible cifra de cero gobernadoras en este país.

Y quiero compartirles, por último, que en esta Legislatura pusimos nuestro granito de arena: aprobamos que en el Código Penal tengamos un capítulo específico que sancione el acoso laboral, del que siete de cada 10 víctimas son mujeres.

Es una acción pequeña pero poco a poco vamos modificando leyes y haciendo lo necesario para que nuestras mujeres no sufran de acoso laboral, que es muy distinto al acoso sexual. Es cuando se le maltrata a la mujer: “Te sales de esta oficina; te pongo en el pasillo”. “Tienes que salir más tarde” o “Me esperas hasta que yo llegue” o “Te vas conmigo; me tienes que acompañar al coche”, “Tienes que desayunar conmigo, sino te corro” y, bueno, yo creo que todas hemos escuchado muchas de estas historias. Afortunadamente logramos que en el Código Penal Federal pues tengamos un capítulo específico que sancione el acoso laboral, como ya ocurre en muchos otros países del mundo.

Bueno, pues no me queda más que agradecer; hoy será un día muy intenso, con diferentes charlas que tendremos con excelentes mujeres, con mujeres talentosas que han abierto el camino a muchas más mujeres que quieren entrar en el mundo de la política, afortunadamente. Yo espero que cada vez seamos muchas más.

Y siendo las… yo les pediría que nos pusiéramos de pie para poder hacer la inauguración formal.

Bueno, pues siendo las 10:40 de la mañana, damos por inaugurado esta serie de conferencias “Mujeres al poder”.

Muchas gracias y bienvenidas y bienvenidos al Senado de la República.

 


ooOoo