Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

altLa volatilidad en los precios de los productos básicos pone en peligro la seguridad alimentaria de los segmentos más vulnerables de la población mundial y en este sentido urge establecer medidas para asegurar la sustentabilidad de la producción agrícola y estabilizar los costos de los commodities.
Así se advirtió en la segunda jornada de trabajos del IV Foro de Presidentes de Parlamentos de Países Miembros del G20, donde se destacó que pese a los avances, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) apunta que aún existen 870 millones de personas que padecen hambre en el mundo, por lo que es necesario regular el mercado a nivel mundial, a fin de sentar equidad en beneficio de las naciones más pobres.
En este contexto, la senadora María Lucero Saldaña propuso que, a favor del impulso de la productividad alimentaria en las diversas naciones, se incluya dentro del ordenamiento de los Legisladores del G20 el capítulo de gastronomía con perspectiva de fomento económico, y no sólo cultural.
Esto, argumentó, porque la  seguridad alimentaria tiene que mover la conciencia de los legisladores para reflexionar que si bien esta es un derecho en el papel,  debe darse en la realidad, "la hemos visto con un aspecto sólo social,  cuando tiene que ver con producción, economía, con fomento económico, generación de empleos y la disminución de desigualdades".
Lucero Saldaña refirió que en México se han dado ya los primeros pasos en este sentido, a partir de la Cruzada Contra el Hambre, que en su primera fase se  ha incluido el concepto transversal de "democratizar la productividad, para que ésta que no esté en unos cuantos -productores-, y que se corte la brecha de las desigualdades"; además de impulsarse la banca de desarrollo para dar acceso a proyectos productivos.
En uso de la palabra, el presidente de la Cámara de Representantes de  Indonesia,  Mohamad Sohibul, coincidió  en que la alteración de la oferta alimentaria puede  afectar los esfuerzos globales  para lograr la primera de las Metas del  Milenio,  que es aliviar la pobreza y el hambre en el mundo
"El incremento de precios aumenta el riesgo de hambruna entre los pobres, y por lo tanto la volatilidad de los precios alimentarios deben de ser adecuados para evitar la inestabilidad", apuntó.
Ante ello, enfatizó, el G20 debe tomar medidas concretas, "diferentes asociaciones entre países desarrollados y en desarrollado deben fortalecerse,  en especial en términos de mecanismos de financiamiento y para el desarrollo de los sectores agrícolas", enfatizó.
En ello coincidió Norma Amanda Abdala de Matarazzo, diputada de Argentina refrendó que una de las principales causas del hambre en el mundo es la existencia de un sistema de comercio internacional injusto y fuertemente distorsionado por políticas agrícolas proteccionistas, a partir de la cual los países desarrollados se benefician con la transferencia de recursos provenientes de las naciones de menor desarrollo.
Bajo este argumento, estableció que para combatir la inseguridad alimentaria es necesario que las naciones emprendan la regulación de mercados de capitales,  junto con mayor inversión en tecnología y programas sociales que mejoren la productividad agrícola en las naciones.
En su turno, el  senador canadiense Noël A. Kinsella advirtió que la producción global de alimentos se tendrá que incrementar 70 por cierto para el 2050, a fin de alimentar a lo que entonces será una población de más de nueve mil millones de personas en toda la tierra.
Además, subrayó, los pequeños agricultores en países en vías de desarrollo tendrán que lidiar con la inestabilidad de los costos de los llamados commodities.
El presidente Interino de la Gran Asamblea Nacional Turca,  Mehmet Sağlam,  recordó que los costos de los productos básicos aumentaron drásticamente en 2007 y los primeros seis meses de 2008, “creando una crisis mundial que ha causado inestabilidad social y política, así como disturbios en países desarrollados y en desarrollo”.
Destacó este problema y los altos índices de desempleo “han hecho que se padezca la volatilidad en la materias primas y eso también ha puesto gran presión al comercio”.
En tanto, Jean Marc Pastor, titular de la Cámara de Senadores de Francia, cuestionó la ambigüedad de mantener un mercado libre, con competencia y especulación, de productos básicos, porque ¿cómo aceptar que se realicen negocios con la alimentación base de los más pobres, al mismo tiempo que se cotizan en las bolsas de valores?
La seguridad alimentaria, enfatizó, es un derecho de todos los ciudadanos y un deber para quienes los representan.
---o0o---