Especialistas y académicos se pronunciaron a favor de llevar a cabo una reforma urbana que esté encaminada a fomentar ciudades más ordenadas.
Hilda Martínez, gerente de Calidad de Aire y Cambio Climático, enfocada al sector transporte, subrayó que la ciudad no es el problema sino la solución.
Por ello, “para una reforma urbana proponemos una estructura dirigida a otorgarle al país un marco institucional, técnico y financiero que ayude a orientar el potencial que tienen las ciudades en temas económico y social para que podamos mejorar la calidad de vida en ellas.
Durante la mesa La reforma urbana y sus efectos ante el cambio climático, destacó que debemos seguir un modelo de tres c, es decir, ciudades conectadas, compactas y contínuas para aprovechar el suelo urbano y pasar a ser ciudades completas.
Gabriel Quadri de la Torre, director general de SIGEN Carbón, se pronunció a favor de imponer un “fuerte” impuesto a las gasolinas para llevar a cabo la construcción de viviendas y transporte sustentable.
Estimó importante que el gobierno recupere la soberanía territorial sobre los municipios e indicó que ya es hora que los habitantes de las urbes pensemos en las políticas nacionales, pues la población rural de México es una fracción minoritaria que debe reducirse más y esto es “una precondición de desarrollo”.
Por su parte, Alfonso Iracheta Cenecorta, del Colegio de México, enfatizó que en el país existe un grave problema que es el crecimiento urbano desordenado que debe componerse a través de políticas públicas urbanas, asunto del cual deben tomar parte las autoridades locales.
La clave de la reforma urbana está en comprender que reformar la ciudad es reformar la forma de producir, de moverse en la ciudad, de consumir y eso tiene que ver con una buena legislación.
Roberto Remes Tello, especialista en Movilidad y Medio Ambiente, subrayó que la ciudad está viva, y no es que la hayamos hecho mal, todavía tenemos oportunidad de corregir errores, pero deben fijarse políticas de largo plazo aunque tengan un costo alto.
En tanto que en la mesa Estrategias urbanas para mitigar el cambio climático, Ania Mendoza Cantú, del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, se pronunció a favor de impulsar el reciclaje de residuos, fortalecer el uso del agua y las áreas naturales protegidas.
Mientras que Martha Delgado, directora General del Secretariado del Pacto Climático Global de Ciudades, destacó que se pueden ayudar a las ciudades acercándoles instrumentos regulatorios, de incentivos, de planeación.
El gobierno federal es un actor que puede desarrollar este incentivo a través de la Sedatu y para eso, dijo, se debe crear un fondo que sea un poco menos político y sí más democrático que no dependa de partidos políticos.
En su oportunidad, Jorge Craft, de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), destacó la importancia de no caer en la intención de querer, de nueva cuenta, centralizar las acciones, y sí por fortalecer a los municipios en materia de urbanización.
El especialista se pronunció a favor de fortalecer al campo y a los núcleos rurales, toda vez que son en estos, dijo, lo que tienen que ver con la producción de alimentos.
José Ramón Ardavín, director general de la Comisión de Estudios del Sector Privado, comentó que una reforma urbana requiere de cambios fundamentales y de largo plazo, pero también de inversión y gobernanza.
Sobre todo, añadió, se requiere tomadores de decisiones de mediano y largo plazo y para esto se necesitan reformas estructurales institucionales como la reelección de alcaldes para que las obras y proyectos tengan continuidad.
Sandra Herrera, ex subsecretaria de la Semarnat, señaló que el crecimiento del país tiene que cambiar y eso se soluciona por medio de proyectos integrales donde se establezcan mínimos de adaptación, de logros y compromisos.
Además, hizo notar la importancia de impulsar una economía verde y “hacerlo de una forma distinta, en donde los desarrolladores de vivienda tendrán que reinventarse para no invadir o abarcar más espacio territorial.
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