El Pleno del Senado de la República guardó un minuto de silencio en memoria del senador Alonso Lujambio Irazábal, a un año de su fallecimiento.
La senadora panista Mariana Gómez del Campo Gurza rememoró el momento en que Alonso Lujambio tomó protesta en “este salón con un cuerpo quebrantado por la enfermedad, pero con un espíritu más fortalecido e hinchado que nunca por el amor profundo que le tenía a México”.
Fue parte del Instituto Federal Electoral en maduración que abrió brecha para que hoy cada voto cuente y se cuente, “de ese Instituto que era necesario para la ruptura con el México del autoritarismo y la construcción del México plural y de consenso”, expresó.
Alonso Lujambio –abundó Gómez del Campo- participó en el Instituto que mostró a los mexicanos que por primera vez en la historia era posible tener una democracia duradera y sin vuelta a atrás; “Alonso fue capaz de ser protagonista de la misma crónica democrática que escribió”.
De la misma forma y consciente de que lo conquistado en las urnas debía traducirse en un estandarte en el Gobierno, formó parte del Instituto Federal de Acceso a la Información demostrando que era un hombre visionario y un constructor de instituciones.
Alonso Lujambio, precisó, puso la primera piedra para que México tuviera la Reforma Educativa más trascendente de las últimas décadas, pues consideraba que para elevar la calidad en la educación se tenía que evaluar a los docentes y que consiguió en su paso por la Secretaría de Educación Pública.
“Que irónica fue la vida que no le permitió ver culminada y convertida en ley, una de sus grandes aspiraciones”, añadió.
La legisladora citó a Enrique Krauze, quien, dijo lo describió perfectamente “Alonso era un alma hermosa y extrañamente cándida”. Era un apasionado de México y de sus instituciones, creyente fiel de la democracia, tremendamente exigente consigo mismo y ferviente defensor del cambio institucional, finalizó.
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