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Con el objetivo de no comprometer en el corto plazo el abasto y las condiciones del precio del mercado nacional, el senador Francisco Domínguez Servién consideró necesario que se supriman de inmediato las importaciones de pierna y de espaldillas de cerdo al mercado estadounidense, mientras México no logre acceso en igualdad de condiciones.
Para ello, propuso que la Secretaría de Economía establezca un arancel-cupo para las fracciones arancelarias 020312 y 020322 así como a las piernas en su presentación de refrigeradas y congeladas respectivamente, en donde se importe sin arancel la misma cantidad de compra del mercado nacional.
Asimismo, solicitó que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, en conjunto con la de Economía, implemente en la frontera los mismos requerimientos del mercado estadounidense, es decir que no ingrese carne de cerdo ni de ninguna especie que no sea autorizada para su propio mercado.
En este sentido, destacó que “las pruebas de residuos tóxicos deberán ser completas y no aleatorias como hasta ahora ha venido ocurriendo”.
En otro resolutivo, pidió aplicar un mecanismo de revisión permanente por parte de las autoridades competentes, orientar a los productores nacionales para apoyar la competitividad del sector y evitar prácticas desleales de comercio internacional.
Al presentar el punto de acuerdo, aprobado de urgente resolución, el legislador panista explicó que el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio de Norte América (TLCAN) y en particular con Estados Unidos, se hizo bajo la premisa de que se daría un comercio en ambas vías.
Reconoció los avances de campaña la sanitaria, a cargo de las autoridades mexicanas al inicio de Enero de 1994, fecha en que se implementó el TLCAN, con relación al establecimiento del compromiso de reconocimiento de región libre de enfermedad que para el caso del sector porcícola consignaba la Fiebre Porcina Clásica.
No obstante, advirtió el legislador, los trámites sistémicos y realizados por la Sagarpa y los esfuerzos coordinados con los porcicultores nacionales, las autoridades sanitarias de Estados Unidos no han cumplido su parte, ya que han bloqueado el ingreso de productos porcinos con origen nacional.
Sin embargo, apuntó que desde el primer día del Acuerdo, México abrió su mercado a las importaciones, con lo que se fue copando gradualmente el desarrollo del sector y alentando severamente una dependencia de importación de carne que ingresa al país a valores residuales por tratarse de cortes de menor valor en su país de origen.
Al respecto, indicó que en 1995 México importaba 14 mil 32 toneladas de carne de cerdo al año, donde las piernas de cerdo representaban 21 por ciento y para 2012 las importaciones de carne habían aumentado alarmantemente hasta llegar a 429 mil 826 toneladas por año y con un costo para el mercado nacional de 938 mil 800 millones de dólares; monto del cual 74 por ciento fue representado por las importaciones de pierna de cerdo.
La razón sustantiva de este aumento indiscriminado en la importación de paletas y piernas de cerdo es que el mercado estadounidense prefiere y paga un precio mayor por los lomos y el tocino del cerdo, exportando a un valor residual las demás piezas, finalizó.
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