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El senador priista Jesús Casillas Romero pidió que quede estrictamente prohibido el ingreso de cualquier persona armada a los salones de sesiones de ambas cámaras del Congreso, salvo que una causa grave lo amerite y se trate de fuerza pública o lo haya ordenado el presidente de la Mesa Directiva respectiva.
Al presentar una iniciativa para reformar la Ley Orgánica del Congreso, dijo que su propuesta atiende los principios de orden, seguridad y salvaguarda a la integridad de las personas, a la autonomía y a la inviolabilidad del parlamento.
Ello --agregó-- obedece a una medida preventiva para evitar alguna alteración al orden, incluso daño a las personas “con motivo de la posibilidad de acaloramiento en los debates”.
“El parlamento no puede dejar de sufrir discusiones acaloradas, arrebatos o desatamiento de pasiones, pues la política, las cuestiones de gobierno y debates ideológicos de repente así lo exigen, pero lo que no es dable es el desbordamiento de los causes y perder el orden que a su vez impida las resoluciones colegiadas”, apuntó.
Por lo tanto --manifestó-- en tal inercia no sólo los diputados y senadores deben estar desarmados en el salón de sesiones sino cualquier persona en su interior.
Hizo notar que los recintos de sesiones son los lugares “más sensibles y significativos” de las cámaras, por lo que debe estar garantizada su inviolabilidad y debido orden porque repercute en la libertad de los propios legisladores.
“De tal suerte que el salón de sesiones debe estar totalmente a salvo de toda intromisión o situación que implique cualquier posibilidad de sometimiento a un orden que no sea el dado por la propia asamblea o su presidencia”, enfatizó.
La iniciativa se turnó a las comisiones de Reglamento y Prácticas Parlamentarias y de Estudios Legislativos.
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