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La Cámara de Senadores reformó la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, a fin de prohibir verter neumáticos usados en predios baldíos, barrancas, cañadas, ductos de drenaje y alcantarillado, así como en cuerpos de agua y cavidades subterráneas.
De esta manera, los fabricantes, importadores y distribuidores estarán obligados a hacerse cargo de la gestión de los neumáticos usados y garantizar su recolección de acuerdo con la norma oficial mexicana correspondiente y sus planes de manejo.
Para ello, se clasifica a los neumáticos usados como “residuos de manejo especial”.
Los senadores también modificaron la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal con el propósito de que en las concesiones que se otorguen para construir, conservar y mantener las carreteras se pueda solicitar que se emplee el caucho reciclado proveniente de las llantas.
En el dictamen se advierte que la inadecuada disposición final de estos residuos provoca “graves impactos” ambientales, ya que ocupan grandes espacios naturales, no se degradan fácilmente, constituyen un riesgo potencial de incendios y son un peligro para la salud porque alojan a fauna nociva que propaga enfermedades como el dengue.
Se menciona que el deshecho de neumáticos usados “ha crecido exponencialmente” por el aumento del parque vehicular, su elevada importación y su uso en industrias como la cementera.
La senadora priista Margarita Villaescusa Rojo resaltó que de los 28.5 millones de llantas que se desechan anualmente en México, el 91 por ciento termina en lotes baldíos, ríos, carreteras y otros espacios porque no existe capacidad de reciclaje dada la escasa conciencia ambiental.
Esta situación, enfatizó, no sólo arruina nuestro paisaje, sino que se convierte en un factor generador de incendios “y una sola llanta quemada puede contaminar lo mismo que el uso promedio de un automóvil durante todo un año de vida”.
Lo anterior, con el consecuente riesgo de que las personas que se encuentren alrededor puedan padecer enfermedades respiratorias y de la piel por la emisión de gases tóxicos.
Dijo que la quema de llantas es el problema más serio, pues “libera sustancias de máxima peligrosidad para el ser humano” como monóxido de carbono, tolueno, benceno y óxido de plomo y los efectos dañinos que estos compuestos ocasionan “son irreversibles.
Por ello, la reforma planteada también contribuirá a la disminución de contaminantes emitidos por los neumáticos que han concluido su vida útil.
El dictamen se aprobó con 75 votos a favor y se turnó a la Cámara de Diputados para sus efectos constitucionales.
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