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El Senado de la República se sumó a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y reconoció la lucha incansable de millones de ellas para hacer de México un país más igualitario y con futuro.
A nombre de la Mesa Directiva, el senador José González Morfín aseguró que “la lucha incansable de millones de mujeres es inspiración y ejemplo para todos nosotros y a lo largo de los años hemos conseguido que sean reconocidos los espacios que por derecho le corresponden a todas las mexicanas”.
Sin embargo, admitió, todavía “falta mucho camino por recorrer”, pero con voluntad y esfuerzo es como construiremos un ambiente de libertad y reconocimiento para las mujeres.
En la sesión de este jueves, el Senado abrió un espacio para posicionamientos de los grupos parlamentarios con motivo de dicha celebración.
Por Acción Nacional, la senadora Beatriz Zavala Peniche destacó que pese a que desempeñan roles prioritarios en actividades económicas y de gobierno, “todavía muchas mujeres permanecen sometidas a los esquemas patriarcales”, sobre todo en las comunidades marginadas.
Reconoció que existen avances en materia de salud y educativa, pero aún no se ha cumplido con las cuotas de género para equilibrar la representación popular, pues no hemos logrado que cuando menos el 30 por ciento de los espacios de los congresos esté ocupado por una mujer y en esta falta “ninguna organización política se salva”.
Por ello, hizo llamado a todas las legisladoras para que no se siga presentando el fenómeno de las “juanitas”, que aparentan “que se está cubriendo la participación de la mujer” en el Congreso, pero después dejan su lugar a un hombre, y hay aspectos fundamentales en las que se necesita la perspectiva de género para poder legislar.
En su oportunidad, la senadora del PRI, Margarita Villaescusa Rojo, manifestó que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer no debe ser usada como bandera política.
Expresó que para acceder a la modernidad política es necesaria la participación igualitaria en los asuntos públicos, por lo que “las mujeres de este país aspiramos ha convertirnos en actoras decisivas en la construcción de una nación más vigorosa sin miedo y en paz”.
Empero, resaltó, en pleno siglo XXI las mujeres siguen siendo más pobres que los hombres y tienen menos oportunidades para satisfacer sus necesidades básicas, desplegar sus capacidades y ejercer sus derechos, en tanto el tránsito hacia la vida democrática sólo será posible si se amplían los espacios de participación.
Por ello, consideró que el avance de las mujeres es irreversible y “nuestra participación de es indispensable” en este cambio a la democracia, porque alienta y motiva un pensamiento de libertad y nos compromete a encontrar nuevas definiciones.
Por su parte, la senadora perredista Dolores del Carmen Gutiérrez Zurita reconoció que en los últimos años han habido logros y conquistas, empero “aún existen deudas pendientes que como nación urge saldar”.
Ejemplificó que en diversos estados de la República hay leyes anacrónicas que discriminan y violentan a la mujer, como la legislación penal sobre el “feminicidio por honor”, como una atenuante a la punibilidad, mientras que en otras se justifica que la violencia familiar alcance las más graves consecuencias.
Otro aspecto en el que nuestra legislación es injusta con la mujer --agregó-- es el del aborto, ya que el derecho de ésta a decidir sobre su cuerpo sigue siendo no sólo negado, sino incluso penado en la gran mayoría de las entidades federativas.
“Como legisladora me preocupa sobremanera que en varios estados aun existan leyes que si no promueven cuando menos toleran la violencia hacia las mujeres, más aún considerando que el INEGI informó que entre 2007 y 2010 la tasa de feminicidios pasó de 2 a 4.4 por cada cien mil habitantes”, enfatizó.
A su vez, la senadora Ludivina Menchaca Castellanos, del PVEM, dijo que desafortunadamente las mujeres siguen siendo parte importante de las estadísticas de víctimas de violencia doméstica, discriminación, abuso psicológico y acoso “por parte del sexo masculino, y en otras ocasiones por el mismo sexo”.
Señaló que en la actualidad la violación fundamental a sus derechos por medio de la violencia persiste de manera generalizada y afecta a todos los países, por lo que se necesitan leyes firmes que sean respaldadas con presupuestos transversales, así como por servicios de protección y prevención.
Mencionó que las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en las economías tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados, “pues contribuyen al progreso agrícola, mejoran la seguridad alimentaria y ayudan a reducir los niveles de pobreza en sus comunidades”.
Sin embargo, subrayó, la desigualdad entre géneros y el acceso limitado al crédito, la salud y la educación, son las principales dificultades que afrontan las mujeres rurales, ya que se calcula, que el 60 por ciento de las personas con hambre crónica son mujeres y niñas.
En tanto, el senador Ericel Gómez Nucamendi, del Movimiento Ciudadano, coincidió en que aún permanecen patrones y prácticas arcaicas que discrimina e impiden el pleno goce de los derechos de la mujer.
Argumentó que ellas ganan en promedio entre cuatro y 12 por ciento menos de sueldo que los varones por trabajo equivalente y para que exista igualdad entre los sexos en puestos directivos privados y públicos las mujeres tienen que tener un aumento en su representación del 24.9 por ciento.
La equidad de género en el ámbito laboral, el acceso a los cargos públicos y una vida libre de violencia son deuda que se tienen que saldar en favor de las mujeres.
Luego del debate, el legislador González Morfín cedió su lugar a la senadora Ludivina Menchaca Castellanos para que por primera vez la presidencia de la Mesa Directiva fuera dirigida por una mujer.
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