En el Seminario Permanente Independencia y Revolución en los estados de la República Mexicana, el senador priista Melquiades Morales Flores reconoció el aporte de Yucatán a la cultura mexicana y al desarrollo económico y político del país.
Explicó que en esa entidad hubo intentos de separación, “de convertirse en la República de Yucatán y declararse independiente”, en razón de la política centralista del gobierno federal a los intentos de desconocer la personalidad jurídica y política de las entidades federativas.
Ante esta situación “la lucha por el federalismo la encabezó Yucatán”, agregó el titular de la Comisión Especial Encargada de los Festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana.
En tanto, la doctora Patricia Galeana, secretaria técnica ad honores de la Comisión, enfatizó que el Bicentenario ha traído nuevos maniqueísmos, en los cuales tienen que ver intereses políticos y económicos.
“Hay que entender el sentido que se la da a la historia oficial, porque la tienen todos los estados del mundo, el calendario cívico no es otra cosa que la posición de ese estado frente a su historia”, puntualizó la historiadora.
Por su parte, el economista Raúl Vela, subrayó que el gobierno de Felipe Carrillo Puerto construyó un proyecto revolucionario local, en donde el poder del Estado era el medio para conducir los cambios económicos y sociales.
Dicho proyecto incluyó la promulgación de leyes de amplia cobertura social, el reparto de tierras a los pueblos, el reconocimiento legal a la fuerza política de la mujer, una estrategia basada en la formación educativa e intelectual, y una visión del futuro del sustento energético de la economía nacional.
Al reconocer el derecho de la mujer a ser votada para cargos de elección popular, Yucatán fue precursor de acciones jurídicas locales que tardarían tres décadas en ser adoptadas por el país, afirmó Vela.
Al hablar de la Revolución en Chiapas, el investigador Carlos Martínez Assad se refirió a las profesoras de la escuela racionalista, que fueron presencia fundamental y apoyo sustantivo de los gobiernos de Carrillo Puerto, Salvador Alvarado, Francisco J. Mújica, en Tabasco y Carlos Vidal, en Chiapas.
Ellas le dieron sentido al proyecto de educación racionalista impulsado en esos estados y que en 1933 en la Convención del Partido Nacional Revolucionario (PNR) se pugnó para reformar el Artículo 3º Constitucional, en donde los diputados y senadores del sureste proponen que la escuela fuese racionalista a nivel nacional.
“Tabasco es un estado más liberal, que hasta la fecha, tiene el índice más alto de no creyentes en todo el país”, señaló.
El antropólogo Melchor Campos García sostuvo que implantar la idea de independencia en Yucatán y posibilitar, en teoría, su realización surgió en el seno de la agrupación Sanjuanista.
Sin embargo, dijo, las coaliciones políticas de ciudadanos fueron determinantes en quebrar el poder colonial y acotar sus maniobras fidelistas e integristas en el seno de las Juntas Generales o espacios consultivos de las autoridades y jerarquías de la administración colonial.
Campos García añadió que la consumación de la Independencia en Yucatán contiene dos actos: la separación de España y la unión al México independiente bajo intensa presión social y debates sobre la forma y fines del Gobierno a consolidar.
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