Número-038
- Es necesario que México deje de estar al final de la tabla de los países de la OCDE en este rubro.
- Los medios de comunicación no colaboran en la promoción de la investigación científica y tecnológica.
Es necesario que el sector empresarial participe con 60 por ciento de la inversión en ciencia y tecnología, a fin de que México salga de los últimos lugares en promoción de la investigación científica y tecnología, entre los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Así lo señalan los investigadores que realizaron la encuesta “Ciencia y tecnología, una mirada ciudadana”, sobre estos temas, como parte de la serie “Los mexicanos vistos por sí mismos”.
El asesor en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, Erwin Rodríguez, destacó que en México el Gasto en Investigación y Desarrollo Experimental (GIDE) ha registrado un importante avance, al pasar de 0.43 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2012, a 0.57 por ciento del PIB en 2015.
Consideró viable que en el año 2016 esta inversión alcance 0.60 por ciento; sin embargo, reconoció que el compromiso establecido en la Ley de Ciencia y Tecnología, para alcanzar uno por ciento del PIB, “obviamente no será posible”.
Agrega que México “está lejos del promedio de inversión en estos rubros que hacen los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la cual es de 2.36 por ciento del PIB”.
En la medición del esfuerzo nacional en ciencia y tecnología de 2012, abundó, México se encuentra al final de la tabla de la OCDE, apenas por arriba de Chile. Además, sólo cuenta con un científico por cada mil integrantes de la Población Económicamente Activa (PEA), en tanto que en otras naciones el promedio de es de 12, o mínimo seis científicos.
Destacó que uno de los principales problemas es que la inversión recae en el gobierno federal, con 60 por ciento, en tanto que la industria sólo destina el 40 por ciento, muy poco para un país como México, que ocupa el lugar 14 entre las economías del mundo.
“Para que haya mayor incremento en el GIDE, es necesario que el sector empresarial aumente su inversión en innovación, pues en países como Israel o Corea más del 75 por ciento del presupuesto del GIDE proviene de la industria”, enfatizó Erwin Rodríguez.
En cuanto a difusión y promoción de la investigación científica y tecnológica, Rosalba Nahamira Guerrero, académica en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó el rol que deben adoptar los medios de comunicación para despertar y atender el interés de la población.
De acuerdo con la encuesta, 70.5 por ciento de la población no ha adquirido información científica fuera de la escuela; y poco más del 25 por ciento ha logrado tener contacto con esta materia por otras vías. Los encuestados obtienen información a través de la televisión, con 69.1 por ciento; seguida de Internet, con 33.6 por ciento, y la radio con 23.6 por ciento.
Lo anterior debe considerarse seriamente, agregó la académica, pues 86 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años de edad otorgan más importancia al conocimiento científico; sin embargo, 47.2 por ciento de las personas de 65 años le conceden menor nivel.
Por otra parte, en lo relativo a la encuesta “Religión, secularización y laicidad: Estado laico en un país religioso”, la investigadora Paulina Barrera Rosales refirió que cerca de 65 por ciento de la población mexicana se identifica como católica practicante y no practicante; mientras que aproximadamente 15 por ciento se manifiesta como atea, no creyente o similares.
En la zona centro del país se concentra el mayor porcentaje de personas identificadas como católicas, en tanto que en la Ciudad de México y Estado de México se ubica el mayor porcentaje de población que se describe como atea o no creyente.
Destacó que la proporción de población que se identifica a sí misma como atea o no creyente es mayor entre las personas con mayor escolaridad.
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