Número-420
- La anorexia y la bulimia se han incrementado en un 700 por ciento, advierte Araceli Aizpuru, de la Fundación Ellen West.
- Presiones socioculturales precipitan y perpetúan el trastorno de conducta alimentaria, señala Juan Luis Vázquez, de la Asociación Mexicana de Psiquiatría.
La senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género del Senado de la República, destacó la urgencia de atender los trastornos de la conducta alimenticia --como la anorexia y la bulimia-- y señaló que no basta la realización de foros y pláticas, también el marco legislativo debe ser adecuado, a fin de enfrentar adecuadamente este problema de salud en el país.
Al inaugurar el foro “Trastornos de la conducta alimentaria”, la legisladora recordó que el pasado 20 de mayo presentó una iniciativa directamente relacionada con los trastornos de la conducta alimenticia, y que adiciona una fracción 5ª al artículo 73 de la Ley General de Salud.
La propuesta busca que todos los responsables de la salud en el país volteen su mirada hacia este problema, que se etiqueten recursos, se realicen programas y campañas para la prevención de los trastornos de la conducta alimenticia.
Gastélum Bajo expresó su confianza en que el resultado de este foro pueda incidir en políticas públicas para atender esta problemática y, si es posible, se etiqueten recursos para realizar campañas de información, sensibilización y atención de vida a estos trastornos alimenticios.
Araceli Aizpuru de la Portilla, directora de la Fundación Mexicana Contra la Anorexia y Bulimia Ellen West, alertó que la anorexia y la bulimia se han incrementado 700 por ciento y, en la actualidad, hay entre dos y tres millones de personas afectadas, de las cuales 80 por ciento son mujeres; de ese porcentaje, 20 por ciento fallecerán a consecuencia de alguno de estos trastornos.
Aseveró que la anorexia registra la más alta mortandad dentro de las enfermedades mentales, e indicó que una mujer con este mal tiene más del seis por ciento de posibilidad de fallecer a corto plazo.
Propuso instaurar el Día Nacional de la Lucha Contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, el 30 de noviembre de cada año, y fijar una semana de prevención que obligue a las escuelas, universidades y hospitales a efectuar campañas de información para los estudiantes sobre estas enfermedades.
Para contrarrestar este problema propuso concertar con empresas, agentes económicos y sociales, de los sectores de la moda y la publicidad, el cumplimiento o la elaboración, en su caso, de principios y códigos comerciales publicitarios que eviten la presión social que las actuales tendencias de la moda suponen para las mujeres jóvenes.
Juan Luis Vázquez, presidente de la Asociación Mexicana de Psiquiatría, señaló que los trastornos de la conducta alimentaria son un problema de salud pública y en México, como en muchas partes del mundo, estos trastornos ocupan con mayor frecuencia los servicios médicos y de salud mental de las instituciones públicas.
Expuso que las presiones socioculturales precipitan y perpetúan el trastorno de conducta alimentaria, e indicó que los factores que influyen en este problema son diversos, como el desarrollo puberal, las experiencias traumáticas, el peso corporal y la apariencia física.
Alberto Levi, subdirector de la Fundación Ellen West, aseguró que la enfermedad está en el pensamiento de los afectados y en el manejo de sus sentimientos, pero también está presente, añadió, en los depredadores de las tiendas de moda y en el patrón estético que presentan los medios de comunicación.
Dijo que la presión social para que los cuerpos sean perfectos es enorme, por lo que se debe de luchar contra esta enfermedad, no sólo con criterios médicos sino también revisando los valores humanos y personales de nuestra sociedad.
En la inauguración de este foro también estuvieron presentes la periodista María Fernanda de la Torre y María Fernanda Núñez, coordinadora de relaciones Interinstitucionales de la delegación Cuajimalpa.
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