Número-1005
- Se debe impulsar el rediseño de ingresos y egresos públicos para mejorar programas que beneficien en materia económica y social, señalan senadores.
- El economista Gabriel Farfán propuso que el Senado tenga facultades para integrar programas fiscales de presupuesto y gasto.
La Comisión Especial para el Análisis y Seguimiento de la Finanzas Públicas, del Senado de la República, y especialistas del ramo analizaron los alcances y propuestas sobre la necesidad de una reingeniería de la hacienda pública, para aumentar la recaudación en estados y municipios, y elevar a rango de ley el presupuesto para incluir la participación del Senado en su diseño.
Al analizar “La reingeniería de la Hacienda Pública en 2016 y el Impacto de la Reforma Fiscal y Presupuesto Base Cero”, el presidente de la instancia legislativa, senador Manuel Cavazos Lerma, dijo que se requiere hacer un estudio del costo-beneficio de los programas, detectar los duplicados o fantasmas, su funcionalidad y lo que se puede eliminar de aquellos que no reditúen en beneficio económico, financiero y social.
Los programas que se queden en el diseño del presupuesto serán aquellos que más beneficio le rinden a la sociedad, y que ayuden a cumplir los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, precisó el senador del Partido Revolucionario Institucional.
Del Partido de la Revolución Democrática, el senador Armando Ríos Piter consideró que la Cámara de Senadores tiene facultades limitadas en la revisión y diseño de ingresos y egresos públicos. Del Presupuesto se encarga la Cámara de Diputados, pero la participación del Senado en la Ley de Ingresos “es bastante limitada”.
Manifestó que el objetivo de la Comisión Especial para el Análisis y Seguimiento de la Finanzas Públicas, entre otros, es sentar precedentes que permitan remontar la coyuntura y que el Senado tenga participación en las evaluaciones del gasto.
El senador del Partido Acción Nacional, Héctor Larios Córdova, consideró que, más allá de una ley, se requiere dar un enfoque al impacto real que puede generar el gasto en la economía del país, y a la procuración de bienestar social que genera, además de eliminar los intereses políticos que conllevan a temas sin prospectiva.
Gabriel Farfán Mares, especialista de la London School of Economics, estableció como medida urgente que el Senado tenga facultades para integrar programas fiscales de presupuesto y gasto de mediano plazo, es decir, alzar la mira más allá de un año fiscal, a fin de fijar con claridad metas a futuro.
Refirió también la necesidad de adoptar medidas estructurales y de fondo, como elevar a rango de ley el Presupuesto de Egresos de la Federación, a fin de darle al Senado la posibilidad de ejercer decisiones de gasto, como ocurre en alrededor de 80 países que tienen sistemas federales y son democracias industrializadas.
“Una reingeniería de la hacienda pública implica pensar desde el Senado la visión conjunta entre el ingreso y el gasto, sería un paso importante para estar en la práctica internacional. Hay muchos elementos que vinculan ingresos y egresos, y que no se utilizan adecuadamente”, puntualizó.
Consideró importante que el Congreso regule las facultades del Ejecutivo respecto a incrementos presupuestarios, pues el ejercicio del gasto cambia de forma importante, lo que disminuye la labor del Congreso. No se trata de imponer un sistema rígido, sino de que la Cuenta Pública coincida con lo aprobado en el presupuesto para el cumplimiento de metas, explicó.
Otra medida es la reestructuración de las instituciones asesoras del Congreso en materia de finanzas públicas, a fin de que tengan la capacidad de hacer evaluaciones independencias del Ejecutivo. En países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) han fortalecido los cuerpos asesores de congresos, lo que les ha ayudado a tener un mejor manejo de sus recursos, aseveró.
Propuso eliminar 78 gastos fiscales, equivalentes a 532 mil millones de pesos --3 por ciento del PIB-- o conservar sólo aquellos que aseguren la progresividad o impacto positivo significativo en la productividad sectorial en que se aplica. “Es decir eliminar los impuestos especiales (IEPS) a refrescos y chatarra, o bien etiquetarlos a un gasto en educación y salud, con un enfoque de hacienda pública”.
El experto consideró que es necesario emprender una evaluación del presupuesto con enfoque de calidad, en el que se incluyan todos los recursos. Tales propuestas, refrendó, parten de que no será posible la recuperación de los precios de la mezcla mexicana del petróleo en, por lo menos, cuatro años, aun cuando sea posible alcanzar los objetivos de producción de Pemex o productores privados.
En cuanto a medidas fiscales urgentes, Farfán Mares planteó mantener en 16 por ciento el nivel de dependencia petrolera de los ingresos presupuestarios, para evitar que la hacienda pública siga sujeta los ingresos petroleros.
Es indispensable, subrayó, impulsar una recaudación estable y progresiva pues actualmente, a nivel municipal, México registra una recaudación de apenas 0.2 por ciento del PIB, en tanto que en Argentina y Brasil se ubica por encima de uno por ciento; a nivel estatal la distancia es mayor, en México es de 0.3 por ciento del PIB, en tanto que en Brasil alcanza el 8.5 por ciento y en Argentina el 4.4 por ciento.
Refirió que la Secretaría de Hacienda debe asumir prácticas internacionales, como acuerdos entre países con organismos multilaterales, para darle credibilidad al presupuesto; en tanto se debe fortalecer la participación del Servicio de Administración Tributaria (SAT) en la ley de ingresos petroleros, porque estos recursos no deben estar circunscritos únicamente al Banco de México y a la Secretaría de Hacienda.
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