Número-692
- La reforma aprobada por el Senado de la República otorga autonomía a la Ciudad de México y subsana la insuficiencia de derechos políticos que tienen los capitalinos.
- Representa una oportunidad para fortalecer la relación entre ciudadanía e instituciones.
Durante el Seminario “La reforma política de la Ciudad de México ¿una reforma para los ciudadanos? Derechos, gobierno y servicios” senadores, investigadores y catedráticos, coincidieron en que la Constitución para la Ciudad de México debe construirse bajo una visión integral y metropolitana.
En este sentido, el presidente de la Comisión del Distrito Federal, Mario Delgado Carrillo, dijo que la base constitucional será importante para crear leyes que regulen la coordinación metropolitana, en aras de tener mayor eficiencia en los servicios públicos.
Dijo que la reforma política para el Distrito Federal, aprobada por el Senado, le otorga autonomía a la Ciudad de México, subsana la insuficiencia de derechos políticos que tienen los capitalinos, e integra al D.F. al pacto federal.
Somos un país urbano, el 80 por ciento de la población vive en ciudades y de esas ciudades la gran mayoría son zonas metropolitanas por ello, dijo el senador, la Constitución para la ciudad debe tener una visión que impulse esta región, expresó en el seminario que se llevó a cabo en el Auditorio Sebastián Lerdo de Tejada.
Advirtió que la Constitución, además de ser elaborada por diputados constituyentes, elegidos de manera directa por la población, se integrará por designaciones hechas de parte del Senado, la Cámara de Diputados, el Presidente de la República y del Jefe de Gobierno, “lo cual distorsiona la distribución de fuerzas y resta a la esencia del constituyente”.
La senadora del Partido Acción Nacional, Mariana Gómez del Campo Gurza, dijo que la visión de la nueva Constitución para la Ciudad de México debe ser integral y metropolitana, ya que es necesario que estas zonas del país comiencen a coordinarse de mejor manera para ser más eficientes.
Dijo que la reforma contiene acuerdos mínimos, por lo que se debe pensar en la creación de la Constitución y de un Congreso local que le den autonomía a la Ciudad y permitan hacer más eficientes los servicios.
La investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Patricia Ramírez Kuri, dijo que la reforma política de la Ciudad de México representa una oportunidad para fortalecer la relación entre ciudadanía e instituciones, tanto en lo que se refiere a las formas participativas en decisiones públicas, como en lo relativo a condiciones que definen el ejercicio pleno o limitado de derechos.
La reforma sintetiza tres décadas de grandes transformaciones urbanas, políticas y expectativas ciudadanas que se han expresado a través de una pluralidad de voces y de prácticas sociales que toman parte en la vida pública y demandan reivindicación de derechos urbanos, expresó
El catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, Víctor Alarcón Olguín, aseguró que es una reforma insuficiente que no permite profundizar la transición efectiva a una entidad federativa.
Aseguró que el impacto de esta reforma no lleva a una mejoría sustancial pero, sin lugar a dudas, podemos cambiar su noción en su Constitución, a fin de resolver las insuficiencias de una ciudad desigual, para reintegrar a los citadinos cultural, emocional y políticamente con el resto del país.
El consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), Yuri Gabriel Beltrán Miranda, dijo que es necesario hacer un articulado en la eventual Constitución de la Ciudad de México que proteja el carácter autónomo de los órganos electorales.
No es suficiente mencionar que habrá organismos públicos autónomos, se debe hacer un andamiaje institucional para que esa atribución se mantenga, garantizando que la nueva Constitución haga más vigorosos los derechos de la Ciudad de México y genere un orden institucional más democrático y eficaz.
En la Ciudad de México ya hay un piso mínimo de derechos político-electorales de los ciudadanos que deben mantenerse, porque el elemento fundamental de la democracia participativa es sistema electoral, concluyó.
El catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económica, Ignacio Marván expresó que es fundamental que el Distrito Federal tenga su propia Constitución, a fin de que obtenga una libertad en el desarrollo institucional, “el cual actualmente no tiene”.
Dijo que es necesario integrar un Consejo Urbano General del Valle de México, el cual debe ser un organismo para que el Jefe de Gobierno y los gobernadores comprendidos en la zona metropolitana puedan coordinar políticas en temas que afectan a toda la región.
José Hernández Bonivento, investigador de la Universidad Autónoma de Chile, aseguró que no existe un “mejor” modelo de ciudad, ya que hay una diversidad compleja y todas presentan ventajas y desventajas, por lo que la construcción de las instituciones debe establecerse bajo reglas claras y consensuadas, que vayan de acuerdo al contexto e identidad particular de cada región.
El magistrado del Tribunal Electoral del Distrito Federal, Armando Hernández Cruz, indicó que la reforma política del D.F. sólo debió darle el mismo estatus y régimen de autonomía al Distrito Federal que a las demás entidades federativas, y establecer normas de excepción para que los poderes federales actúen en el caso de que así se requiera.
“Sin embargo, la reforma aprobada por el Senado tendrá beneficios concretos a la ciudadanía en mejor prestación de servicios y obtención de bienes de carácter público”.
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