Número-669
- Senadores respaldaron el dictamen, a pesar de manifestar dudas sobre el proyecto.
- Partido del Trabajo advierte que el Constituyente es “un regalo entre legisladores”.
Como parte de la discusión del dictamen que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Constitución Política, en materia de reforma política del Distrito Federal, los grupos parlamentarios representados en el Senado de la República presentaron en tribuna sus posicionamientos sobre esta modificación legal.
En el posicionamiento del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, en contra del dictamen, el senador Manuel Bartlett Díaz, dijo no tener conocimiento del dictamen. “No puede haber democracia cuando a una de las fracciones se le oculta todo. Eso es una violación absoluta al sistema democrático”, aseguró.
El problema que tiene la derecha, añadió, es que en el Distrito Federal ha gobernado por muchos años la izquierda, y la preocupación del presidente Peña Nieto y del PAN es cómo hacer que esto ya no ocurra. Se tiene un Constituyente, pero es un regalo descarado entre legisladores, pues se repartieron, a espaldas de la ciudadanía su integración, agregó.
En su postura a favor, el senador Pablo Escudero Morales, del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista, advirtió que la reforma llega tarde y que no se lograron los consensos necesarios para pueda, de verdad, servir a la gente. No podemos permitir que los ciudadanos del Distrito Federal tengan una esperanza diferente de lo que se aprueba hoy, añadió.
Apoyaremos el dictamen, dijo, a pesar de que no nos gusta y está incompleto, porque no combate a la corrupción, no tiene elementos de transparencia, ni de fiscalización, ni de control interno, que son de los problemas más delicados que viven los ciudadanos en el gobierno del Distrito Federal.
Por el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, la senadora Alejandra Barrales Magdaleno dijo que, con todo y las dudas o escepticismos, se debe reconocer que con la aprobación de esta reforma se logra un avance importante para la ciudad y sus habitantes.
No obstante, se dijo preocupada por la figura que se pretende establecer para conformar la asamblea constituyente. Lo que se tiene que realizar, subrayó, es buscar legitimidad y la participación de la sociedad para la construcción de la nueva constitución de la ciudad.
También del PRD, el senador Armando Ríos Piter dijo que, a través de este dictamen, los ciudadanos elegirán un poder constituyente y, por ende, tendrán la capacidad de definir los retos de sus derechos económicos, la visión profunda de sus derechos sociales y, sobre todo, ser parte de los derechos políticos.
Es un dictamen de avanzada para los capitalinos, porque logra modificaciones trascendentes que han sido negadas a sus ciudadanos, y abre una nueva etapa para que, a través de ese poder constituyente y las fuerzas representadas de la izquierda, sigamos haciendo que el país avance, puntualizó.
La senadora Mariana Gómez del Campo Gurza, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, indicó que esta reforma no cumple con el propósito de cambiar radicalmente la situación del Distrito Federal, como se hubiera deseado, “pero es un paso más hacia su democratización y los acuerdos alcanzados son mejor que no haber hecho nada”.
Se trata de hacer del Distrito Federal una auténtica parte del Estado, capaz de participar como todas las demás entidades en las reformas a la Constitución, rompiendo las inercias que han provocado que la Ciudad de México ocupe, entre 54 municipios y 16 delegaciones, el lugar 33 por la calidad de vida, 41 en la satisfacción de servicios, 38 por el desempeño de los alcaldes, expresó.
Su compañera de bancada, la senadora Gabriela Cuevas Barron, adelantó que dará su respaldo al dictamen, aun cuando sostuvo que a la reforma “le falta federalismo y le urge ciudadanía. Es una reforma de políticos para políticos” porque no existe ningún beneficio para los ciudadanos, pues no se crea el estado 32, no se constituyen municipios y tampoco se otorga personalidad jurídica a las alcaldías.
Consideró que con la integración del fondo de capitalidad en la reforma no se dota a la ciudad de más recursos, sino que deja en la Constitución una negociación que obligará al Jefe de Gobierno a pactar, año con año, con el presidente en turno; mientras, la figura de concejales representa un riesgo institucional en las alcaldías.
Al fijar la posición del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, la senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo indicó que la reforma política sienta las bases para preservar su funcionalidad como sede de los Poderes de la Unión. En ésta se conforma un consejo de desarrollo metropolitano, encargado de acordar acciones en materia de asentamientos humanos, preservación del ambiente y equilibrio ecológico, seguridad pública.
Destacó que la integración de la Asamblea Constituyente se dará mediante un proceso plural y absolutamente transparente, en el que se guardan los equilibrios de la presentación y se cierra el paso a los excesos. Los 100 integrantes desempeñarán su función de manera honoraria y sesionarán en la antigua sede del Senado, en Xicoténcatl, señaló.
La senadora Blanca Alcalá Ruiz, también del PRI, agregó: “estamos perfilando la reforma política del Distrito Federal, como uno de los logros democráticos más importantes de la actual legislatura”, a fin de superar la “situación intermedia en la que se encuentra el gobierno de la Ciudad de México”.
Sin embargo, acotó, “no se trata de votar un cheque en blanco”, pues existen varios desafíos para establecer pesos y contrapesos que mejoren el desempeño gubernamental de la capital del país, por lo que cada alcaldía tendrá que velar por los intereses de los ciudadanos en todos los actos de la autoridad.
Al concluir los posicionamientos, el presidente de la Mesa Directiva, Miguel Barbosa Huerta, dio paso a los oradores inscritos para el debate de la reforma en lo general, a favor y en contra.
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