BOLETÍN-1254 Impostergable, diseñar política de seguridad nacional: Sedena.
El general Carlos Demetrio Gaytán consideró “impostergable el diseño de una política de seguridad nacional”.
El general Carlos Demetrio Gaytán, subsecretario de la Defensa Nacional, consideró “impostergable el diseño de una política de seguridad nacional, que sirva de guía, base y sustento para cualquier acción que tenga que ver con este ámbito”.
“Lamentablemente --reconoció-- a la fecha no tenemos una política formal de seguridad nacional” y esto dificulta el trabajo para construir una agenda y establecer la respuesta del Estado.
En la mesa Conceptualización moderna de la seguridad nacional, sus riesgos y amenazas, dentro del foro “Importancia de la seguridad nacional en el marco de una sociedad democrática”, en el Senado de la República, el funcionario expuso los lineamientos del Plan Estratégico para la Seguridad Nacional de México y sus objetivos.
La definición de la seguridad nacional, subrayó, no tiene que empatar con la de otros países, pues se trata de un tema relativo al sistema político de cada Estado y sus propios objetivos nacionales establecidos en la Constitución.
En este sentido, subrayó que la estructura de la seguridad nacional para el Estado mexicano se sustenta en la independencia, la soberanía y en la integridad territorial.
El general Gaytán enfatizó que seguridad nacional y desarrollo “son variables interdependientes”, por lo que “cuando logremos establecer esa política y tomar las acciones del Estado que equilibren el desarrollo con la seguridad, entonces estaremos avanzando sustantivamente”.
En México, añadió, la Seguridad Nacional es un fin, no un medio o una serie de acciones, ya que esta función no es exclusiva de las Fuerzas Armadas sino del Estado en su conjunto y es de carácter integral.
Los obstáculos que limitan los objetivos nacionales, agregó, son los riesgos que tienen que ver con la estabilidad y el desarrollo, así como las amenazas que ponen la existencia del Estado en un predicamento.
Advirtió que si no se realiza un ejercicio permanente de estimación y diagnóstico de la situación para identificar, con nombre y apellido, cuáles son los antagonismos que el Estado enfrenta, “difícilmente podríamos tomar las acciones que le corresponden al Estado”.
Por su parte, Rubén Alfonso Fernández Aceves, subsecretario de Enlace Legislativo de la Secretaría de Gobernación, afirmó que aunque las Fuerzas Armadas no fueron creadas para participar en la seguridad interior, sí se justifica su intervención cuando el crimen organizado debilite a la autoridad civil.
Explicó que cuando la autoridad, que debería de resolver los problemas, no lo hace entonces hay un “conflicto institucional”, donde las instancias militares deben intervenir de manera subsidiaria y transitoria.
Añadió que en el supuesto en que las Fuerzas Armadas deban salir a las calles, surge la oportunidad de discutir sobre los límites que éstas tengan cuando haya afectaciones a la seguridad interior.
De ahí, dijo, la urgencia de contar con un catálogo explícito en la ley que deje atrás interpretaciones de actos tendientes que signifiquen un riesgo para la seguridad.
La seguridad interior, agregó, no es igual a la seguridad nacional; la primera, se presenta cuando la autoridad civil se ve rebasada y es incapaz de frenar los delitos que se tienen en las calles, mientras que la segunda tiene que ver con la integridad del país respecto de amenazas del exterior.
Sin embargo --aclaró-- “no puede ni debe autorizarse la posibilidad de que se emita una declaratoria de afectación a la seguridad interior cuando la afectación tenga que ver con movimientos o conflictos políticos electorales o sociales”.
En tanto, Emilio Álvarez Icaza, expresidente de la CDHDF, reconoció al Congreso por consolidar una nueva dogmática a través de las reformas constitucionales en materia de derechos humanos, justicia, amparo y acciones colectivas.
Recalcó que el país atraviesa una de sus más claras amenazas en términos de su democracia, ya que el crimen organizado y la incapacidad de las instituciones del Estado, lleva a un riesgo grave en la transición.
Asimismo, destacó que no se ha dado una discusión de Estado para la construcción de una política de seguridad nacional; “no hay política de Estado en la materia, lo que significa que se debe discutir el papel de las Fuerzas Armadas”.
Llamó a no generar una normativa que abra la puerta a la discrecionalidad como respuesta a una situación urgente; “es momento de establecer reglas democráticas en la relación de los poderes, incluidas las Fuerzas Armadas”.
El problema al discutir el esbozo de la ley de seguridad nacional –-dijo-- es contestar ¿seguridad para quién? “Porque del borrador entregado me quedó la sensación que se está más preocupado por la seguridad de las instituciones que por la de las personas”.
Se debe conformar, además, un equilibrio entre poderes en el uso discrecional de la fuerza, y hacer “las normas pertinentes y congruentes para proteger a las Fuerzas Armadas”.
En opinión de Álvarez Icaza “las Fuerzas Armadas no estaban ni logística, ni táctica, ni doctrinariamente preparadas para la función que están desempeñando”.
A su vez, Javier Oliva Posada, de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, señaló que las Fuerzas Armadas y la seguridad nacional en México representan la corrección y contención de la degradación de los problemas sociales donde la expresión de la criminalidad es un asunto de primer orden.
Al respecto, precisó que para que existan condiciones de seguridad y estabilidad es indispensable mejorar los niveles de vida de la población.
En ese sentido, señaló que la ley no se puede aplicar en general y muestra de ello son los altos niveles de corrupción e impunidad en la administración o la desconfianza en la función elemental de la policía, mismos que se han repetido por décadas en el país y han llevado al fracaso policial.
Oliva Posada recalcó que la intervención de las instituciones en ese ambiente, es compleja, limitada y con resultados exitosos de acuerdo a las tareas que saben hacer.
Comentó que dentro de las nuevas tareas no asignadas a las dependencias por el proceso de formación del Estado con o sin seguridad nacional de por medio, está la de contener la expresión de la criminalidad y en “no pocas ocasiones la ley vive la expresiones de inconformidad social”,
Para ello, la formación de cuerpos policiales regionales ha evitado el desgaste de las Fuerzas Armadas, cuya prioridad es garantizar la seguridad antes que la democracia y la paz.
--oo0oo--
