La Cámara de Senadores llamó a comparecer a Héctor González Weeks, director general de Aeronáutica Civil, a fin de que explique las razones por las que el 28 de julio de este año suscribió una “minuta de convenio” entre México y Canadá en relación al acuerdo sobre Transportes Aéreos celebrado por ambos países en 1961.
En el dictamen avalado se explica que en el punto número 10 de dicho tratado “se obligó” a que a partir de la firma del mismo, “las autoridades aéreas de ambas naciones permitirían a las aerolíneas operar los servicios aéreos inmediatamente y prever la emisión de licencias de explotación”.
Lo anterior, se subraya, sin que el Senado haya aprobado las modificaciones del convenio suscrito entre los dos países.
Se expone que una delegación mexicana encabezada por González Weeks “negoció” un nuevo convenio con el gobierno de Canadá, en el que se resolvió abrogar el Tratado bilateral de 1961, y establecer que el nuevo acuerdo surtirá efectos “provisionales” de manera inmediata.
Ello significa que los derechos y obligaciones consignados en el nuevo acuerdo bilateral surtirán efectos jurídicos, sin esperar a que se cumplan las formalidades y requerimientos que la Constitución prescribe respecto a los tratados internacionales y convenciones diplomáticas que el Ejecutivo federal suscriba, señalaron los legisladores.
Manifestaron que el nuevo Tratado amplía y liberaliza de manera significativa el intercambio aéreo entre ambos países, ya que no existen limitaciones en cuanto al número de aerolíneas designadas por cada país.
Las aerolíneas --agregaron-- podrán, a su elección, operar comercialmente en uno o más puntos intermedios y hacia otros puntos de terceros países diferentes a su origen.
En este sentido, los senadores consideraron que dicho tratado permite una apertura “cuasi-total” del comercio aéreo entre México y Canadá que se conoce como “cielos abiertos” y favorece “de jure” a ambos países, pero “de facto” el beneficio mayor es para la parte canadiense.
Las aerolíneas canadienses --advirtieron-- además de los tráficos turísticos podrán penetrar en mercados tradicionalmente reservados a nacionales y que los cielos abiertos han sido aspiración natural de canadienses, norteamericanos y de otros países con los cuales México se encuentra en condición de evidente desventaja.
Lamentablemente, ahora los canadienses se han encontrado con una situación coyuntural que favorece sus intereses, puntualizaron.
Al respecto, el senador priista Fernando Castro Trenti dijo que existe “preocupación” entre los legisladores por este tema.
Cuestionó que cómo es posible que se firme un convenio y se autorice el inicio y entrada en vigor de un documento de esta naturaleza, “sin siquiera haber sido aprobado por esta soberanía”.
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