El grave problema de la corrupción en los gobiernos es que es solapada por los partidos y viceversa, con el afán de conseguir permanencia en posiciones de poder, aseveró el senador panista Ricardo García Cervantes.
La corrupción amenaza el proceso de transición democrática y la consolidación democrática de los países, subrayó.
El vicepresidente del Senado presidió la sesión de la Asamblea de Parlamentarios Latinoamericanos Contra la Corrupción (PLACC), donde se abordó el tema del Combate a la corrupción en la consolidación democrática de América Latina.
Por su parte, Jorge Malem Seña, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Cataluña, afirmó que la corrupción es un mecanismo para alcanzar determinados objetivos.
“Corromper es una herramienta que permite alcanzar con éxito los fines económicos políticos y sociales perseguidos por corruptores y corrompidos, es una herramienta para el éxito social”, expresó.
Agregó que para luchar contra la corrupción se debe tener voluntad política, así como identificar y atacar al fenómeno con una batería de medidas y no con acciones aisladas.
Estimó que los parlamentarios deben tomar acciones preventivas, contribuir a la dignificación de la política, mediante la educación; impulsar medidas que desincentiven prácticas corruptas, y tratar de alejar el dinero de la política creando marcos institucionales que permitan el financiamiento adecuado y suficiente para éstos.
Adicionalmente deben adoptar medidas represivas, tales como ejercer mayor control de Gobierno a través del debate parlamentario y de las comisiones de investigación, o crear una Fiscalía Anticorrupción con jueces especializados en delitos económicos, lavado de dinero y lucha contra el crimen organizado.
En tanto, Diego Antoni, director del Programa de Gobernabilidad del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentó el resultado de un análisis realizado sobre la gobernabilidad en Latinoamérica,
Destacó que cada país tiene elementos propios y problemáticas únicas que no se reproducen en el resto.
Sin embargo, dijo, una generalización de los desafíos actuales revela que tienen menos que ver con el retorno al pasado militar en la región, que con las grandes dificultades de expandir los derechos de ciudadanía y la proliferación de grandes concentraciones de poder político opuestas al objetivo democrático.
Añadió que existen tres déficits que impiden el mejor ejercicio democrático del poder en América Latina: articular nuevas formas de participación política para contrarrestar la crisis de representación, fortalecer la organización republicana del Estado, es decir, la independencia de los poderes, su control mutuo y las instancias de rendición de cuentas.
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