* Senadores de los grupos parlamentarios representados en la Cámara de Senadores fijaron sus posiciones respecto a esta conmemoración
El senador David Penchyna Grub, del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, aseguró que en este 76 aniversario de la expropiación petrolera se celebra a los trabajadores de Petróleos Mexicanos, quienes le dieron pertenencia y unidad al país.
76 años después, el paradigma energético en el mundo cambió, por lo que aislar a México de los cambios de la globalización y del cambio energético mundial, es no tener visión de lo que requiere nuestro país, aseguró.
“Tengamos la capacidad de generar los acuerdos para volver a la industria energética nacional la palanca de desarrollo, no con discursos, diatribas y descalificaciones; no con medias verdades que acaban por ser mentiras completas, sino con la responsabilidad de legislar en nuestro tiempo, que es el mandato que nos ha dado el pueblo de México”, enfatizó.
La reforma constitucional en la materia mantiene la propiedad de los recursos petroleros en manos del pueblo de México, “eso no se tocó en la Constitución”, añadió.
Por su parte, el senador Jorge Luis Lavalle Maury, del Grupo Parlamentario del PAN, resaltó que la independencia de México estará irremisiblemente acotada si no cuenta con un marco jurídico adecuado que le brinde la capacidad de generar hidrocarburos y sus derivados, a fin de satisfacer sus necesidades energéticas.
“¿Cómo podemos llamarnos soberanos a una nación que, hoy por hoy, importa el 50 por ciento de sus gasolinas, importa 34 por ciento de gas natural que consumimos, importa el 65 por ciento de los petroquímicos que utilizamos en nuestro país?,” cuestionó.
No obstante, indicó que el Estado debe conservar en todo momento la rectoría sobre sus energéticos, que significa dirigir y planear la explotación de los recursos mediante los instrumentos constitucionales e institucionales con los que cuenta el Estado mexicano.
“El petróleo seguirá dotando de ventajas competitivas a nuestro país así como de los recursos para satisfacer las necesidades de todas y todos los mexicanos”, subrayó.
En su turno la senadora Dolores Padierna Luna, del Grupo Parlamentario del PRD, señaló: en estos 76 años, Petróleos Mexicanos se ha consolidado como la columna vertebral del desarrollo nacional y como una de las empresas petroleras más importantes del mundo.
Sin embargo, destacó que la contrarreforma energética del presidente Peña Nieto “es la ruta al despeñadero del país”; una regresión de gran calado, de corte conservador, privatizador y liquidación de uno de los principales legados del proceso revolucionario de 1910 y de la Constitución de 1917. “Es la negación total de la Expropiación Petrolera de 1938 y del legado del Cardenismo”.
Reconoció que el PRD tiene propuestas viables y soberanas para rescatar y reformar a Pemex, con respeto al espíritu y letra de la Constitución, así como la historia y legado de la expropiación de 1938. Esto, con el impulso de la consulta popular con relación a las reformas constitucionales, ya que “el grueso de las y los mexicanos rechazamos los cambios a la Constitución para privatizar nuestro petróleo y entregar la renta petrolera al extranjero”.
El senador Juan Gerardo Flores Ramírez, del grupo parlamentario del PVEM, destacó que las tendencias energéticas de los últimos años han puesto en evidencia nuevos retos muy distintos a los de 1938, de tal manera que “pretender que el petróleo continúe siendo la única fuente de energía y al mismo tiempo sostenga las finanzas públicas de México no sólo es ingenuo, sino materialmente imposible”.
Señaló que la transformación de la industria debe darse bajo un régimen jurídico que elimine la existencia de una empresa monopólica, costosa e ineficiente y dé paso a una apertura responsable que permita al sector adaptarse a las exigencias de un mundo globalizado, caracterizado por la integración económica y la libre competencia.
No obstante, recalcó que los senadores y senadoras del PVEM están convencidos que el nuevo modelo debe respetar los principios que dieron cauce a esta industria hace 76 años: la defensa de los recursos, que son propiedad de la nación, y el impulso del sector energético nacional con miras a ser una verdadera palanca de desarrollo con claros beneficios para los mexicanos.
El senador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, Manuel Bartlett Díaz, expuso que la reforma energética perjudica los intereses de la nación y beneficia sólo a la clase política y empresarial, contraria a los intereses de la soberanía del país.
Todo el proceso de aprobación de la reforma, tanto en las cámaras del Congreso como en las estatales fue fraudulento, por lo que informó que presentó un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que revise el procedimiento y declare que no hubo una aprobación constitucional sino un proceso viciado.
En caso contrario, apuntó que aún no hay leyes secundarias, “sigue la misma manipulación de que ya mero, que son muy importantes”. Nuevamente no es el Congreso de la Unión quien analiza las leyes secundarias de la reforma “inconstitucional” sino que es afuera, advirtió.
La senadora Layda Sansores San Román resaltó que por causas de utilidad pública y de beneficio para la nación, el 18 de marzo de 1938 Lázaro Cárdenas expropió el petróleo, mientras que hoy, por causas de intereses privados y para beneficiar a otras naciones se expropia el petróleo de México, su principal patrimonio.
Peña Nieto -agregó- confunde modernidad con populismo económico. La apertura del sector petrolero la quieren ver como cheque en blanco y hace un alarde a una gran inversión en Pemex, pero no dice que creció la deuda en dos por ciento del Producto Interno Bruto y que en esta Cámara se aprobó hasta por 700 mil millones de pesos un nuevo endeudamiento.
A un mes de aprobarse las leyes secundarias, “son un misterio”. No hay motivo de celebración, vivimos acontecimientos muy graves para el desarrollo de la vida del país, nada qué celebrar, los actos de traición a la patria de un mandatario no se festejan, se repudian.
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