Senadores del PRI, PAN, PRD, Partido Verde Ecologista de México y del Partido del Trabajo fijaron posiciones en torno a la Séptima Cumbre de Líderes de América del Norte, que se realizó ayer en la ciudad de Toluca, Estado de México, y a la que acudieron los presidentes Enrique Peña Nieto, Barack Obama y el Primer Ministro Stephen Harper.
La senadora del PRI, Marcela Guerra Castillo, aseguró que este encuentro tuvo un espíritu de cordialidad, amistad y respeto que permitió lograr acuerdos para trabajar trilateralmente para hacer de América del Norte la región más competitiva del mundo.
Guerra Castillo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, destacó la ampliación de compromisos trilaterales en materia de derechos humanos, medio ambiente, laboral, visas, apoyos tecnológicos y educativos.
Asimismo, expuso que con el trabajo entre los tres países se dará a la región un espacio de intercambio y ampliación de lo concretado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para dar a esta zona competitividad en el mercado global.
A nombre del Partido Acción Nacional, el senador Juan Carlos Romero Hicks lamentó que en esta Cumbre no se hayan atendido los retos comunes de la región, como lo es el tráfico de armas, el lavado de dinero, la necesidad de que en Estados Unidos se reduzca el consumo de drogas o los actos de espionaje que atentan contra la soberanía mexicana.
Aseguró que la posición del PAN será la de apoyar la atención de los retos pendientes que no formaron parte de la agenda trilateral. Agregó que tampoco fue del interés de esta reunión abordar de fondo con el gobierno canadiense la eliminación de la visa, “que ha causado mucha incomodad para el turismo y los negocios de los mexicanos”.
Señaló que durante el encuentro entre los presidentes de México, EU y Canadá se hicieron acuerdos valiosos en áreas como innovación, educación, energía y cambio climático, los cuales son estratégicos para la región.
En su turno, la senadora del PRD, Dolores Padierna Luna, aseguró que sólo se trató de una “breve reunión insustancial” que incluso fue bautizada por algunos medios de comunicación como “la Cumbre del Chorizo”, derivado de la expresión del presidente Barack Obama cuando afirmó que sólo acudió por asuntos de negocios y no le dio tiempo ni de probar el chorizo mexiquense.
“Desde el principio la cumbre fue anticlimática para el gobierno mexicano: la primera declaración de Obama fue sobre la grave situación interna de Ucrania. No hubo nada en concreto sobre seguridad y combate al narcotráfico, sólo dijeron que se mantendrá diálogo al respecto”, señaló.
La vicecoordinadora de los senadores del PRD lamentó que tampoco haya habido compromiso de los mandatarios sobre el tráfico de armas o el espionaje.
Por el Partido Verde Ecologista de México, la senadora María Elena Barrera Tapia, calificó el encuentro como “un día histórico para la región de América del Norte”, porque esta región se ha consolidado como el bloque económico más grande del mundo, que genera cerca del 30 por ciento del PIB mundial y tiene un mercado de más de 450 millones de personas.
En opinión de la senadora Barrera Tapia, los acuerdos alcanzados entre los tres mandatarios potencializarán la asociación económica, el desarrollo y la generación de empleo de los países miembros.
Aseguró que esta Cumbre de Líderes de América del Norte “generará los resultados a corto plazo que necesitamos para llevar a México a nivel de competitividad mundial para tener crecimiento económico sostenido”.
Para el senador Manuel Bartlett Díaz, del PT “no hubo nada” concreto en esta Cumbre, sólo el agradecimiento del presidente Obama a México “por la entrega del petróleo que va a permitir que las empresas trasnacionales americanas exploten” este recurso natural.
Dijo que no se abordaron temas trascendentales, “el asunto migratorio es un escándalo, Obama es el presidente que más mexicanos ha expulsado, después de haber engañado a millones de que iba a aprobarse la reforma migratoria”.
Reiteró que en la Séptima Cumbre “no se trató absolutamente nada. Obama vino a tratar el problema de Venezuela y vino a darle las gracias a Peña Nieto por lo que han deseado los americanos desde 1938: explotar el petróleo mexicano”.
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