Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión Estenográfica del Foro “Promoción del voto latino en la elección presidencial de Estados Unidos”, convocado por la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, la senadora Gabriela Cuevas Barrón.

PRESENTADORA: Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

 

La Sexagésima Tercera Legislatura del Senado de la República, agradece su presencia y les da la más cordial bienvenida a la inauguración del Foro “La promoción del voto latino en la elección presidencial de Estados Unidos”; evento organizado por la senadora Gabriel Cuevas Barrón.

 

Para inaugurar este evento saludamos, en primer término, al presídium que nos acompaña.

 

Senadora Gabriela Cuevas Barrón.

 

Senador Juan Gerardo Flores Ramírez.

 

También está con nosotros el senador Héctor David Flores Dávalos.

 

El senador Armando Ríos Píter.

 

La diputada Mariana Benítez.

 

Esta mañana también nos acompaña el exalcalde de la ciudad de Los Ángeles, California, Antonio Villaraigosa.

 

También está con nosotros el doctor Roberto Trad.

 

Damos la bienvenida al maestro Roy Campos.

 

Y por supuesto también a la doctora Lorena Becerra.

 

Agradecemos la presencia de todas y todos ustedes y por supuesto a quienes nos siguen a través de la señal del Canal del Congreso.

 

A continuación escucharemos las palabras de la senadora Gabriela Cuevas, quien dará un mensaje de bienvenida a este Foro.

 

SENADORA GABRIELA CUEVAS BARRÓN: Muy buenos días a todas, a todos. Bienvenidos a este Senado de la República y en especial, quiero dar la más cordial bienvenida a nuestro presídium.

 

Al alcalde Antonio Villaraigosa, quien durante muchísimo tiempo nos llenó de buenas noticias, sabiendo que un México-americano estaba gobernando la ciudad de Los Ángeles, una de las economías más importantes de los Estados Unidos y que además, hay que decirlo, lo hizo con los ciudadanos, lo hizo con la gente y con extraordinarios resultados.

 

También quiero darle la más cordial bienvenida a mis compañeros senadores que están involucrados además en esta causa tan importante: al senador Gerardo Flores, al senador Armando Ríos Píter, al senador Héctor Flores, a la diputada Mariana Benítez.

 

Por supuesto al maestro Roberto Trad, quien ha sido en gran parte culpable de que hoy estemos aquí.

 

Al maestro Roy Campos, quien siempre nos puede ilustrar, a veces con buenas o malas noticias, dependiendo de en dónde se ubique uno; pero que siempre tiene datos muy puntuales que compartirnos.

 

La doctora Lorena Becerra, destacada encuestadora que también ha hecho importantes publicaciones sobre el voto latino en las últimas semanas.

 

Muchas gracias a todas, a todos por estar aquí. Muchas gracias a quienes nos acompañan.

 

El día de hoy tenemos la oportunidad de dialogar y de compartir sobre el voto en los Estados Unidos; pero lo más importante, sobre el voto latino en los Estados Unidos. Esta es la primera ocasión en la que México ha estado en el centro del debate; es la primera ocasión en la que México no es algo en lo que Estados Unidos se pueda obviar o pueda pasar desapercibido.

 

Hoy se habla de México en los debates, en las primarias. Se habla de México en los debates ya entre los candidatos para la presidencia de los Estados Unidos. Pero no hemos logrado que se hable de México, hablando bien de México; y no hemos logrado tampoco que a través de tener a México en el debate podamos encontrar mejores condiciones y mejores propuestas para los connacionales que viven en los Estados Unidos.

 

Y en gran parte tiene esto que ver por lo difícil que resulta aglutinar a la diáspora más grande que existe en el mundo. Hay diásporas que si bien no son tan numerosas, han logrado ser mucho más influyentes y poderosas. Hay diásporas con las que ningún candidato se atrevería a meterse o a criticar, porque han logrado organizarse, porque políticamente pesan, porque votan, porque opinan, porque participan activamente en la política estadounidense. Y eso es justamente lo que hoy nos tiene el día de hoy aquí.

 

Movimiento “Diles que voten”, lo que pretende es motivar a millones de latinos, y particularmente en nuestro caso, a mexicanos para que voten, para que se registren y voten en la elección del 8 de noviembre.

 

Actualmente, hay más de 55 millones de latinos en los Estados Unidos, de los cuales 25 millones son los registrados para votar en las próximas elecciones.

 

Esto representa el 11.3 por ciento del Padrón Electoral; sin embargo, me quedo con la primera diferencia, es decir, los 30 millones de latinos que no se están registrando y que no están votando, y que una cifra de esta magnitud pudiera ser crucial para la elección del próximo 8 de noviembre; ya no digamos para definir lo que pudiera suceder en muchos estados de la Unión Americana.

 

En México, nos encanta hablar de lo que sucede del otro lado de la frontera norte. Nos encanta exigir y reclamar derechos humanos. Nos encanta también decir cómo se deberían hacer las cosas e incluso probar nuevas normas para que los mexicanos que viven en los Estados Unidos saquen su credencial del INE y quieran votar en las elecciones de nuestro país.

 

Y ni con estos enormes esfuerzos logramos que nuestros connacionales quieran votar en las elecciones de México.

 

Pero qué resulta hoy más importante, y se lo escuchaba a Antonio en una plática que tuvo con cónsules en enero de este año. Resulta mucho más importante que cada mexicano, que cada latino que vive en los Estados Unidos tenga efectivamente las herramientas necesarias para defender sus derechos dentro de la Unión Americana.

 

La defensa que pueda llevarse a cabo a través de los consulados sí es importante, pero no será tan determinante como la importancia de que nuestros connacionales aprendan inglés; saquen toda su documentación, incluyendo en muchos casos hasta su acta de nacimiento de los que muchos carecen, se registren y vayan a votar.

 

Eso es lo que realmente puede hacer la diferencia entre una diáspora desorganizada y a la que hoy se le ha tratado como piñata electoral, a una diáspora que esté mucho más empoderada, que conozca sus derechos, que sepa defenderlos en el idioma del país en el que vive; y, aún más importante, que tenga la capacidad de votar y de ser votado, de incidir verdaderamente en las decisiones de su comunidad.

 

Hay algunos datos que, sin duda, los compartirán de mejor manera quienes se encuentran en la mesa el día de hoy, pero antes de darles el uso de la palabra me parece que es muy importante que encontremos cuáles son los mecanismos, cuál es el trabajo que tenemos que realizar de aquí al 8 de noviembre para decirle a los mexicanos, decirle a los latinos que voten en los Estados Unidos.

 

Decirles que se registren. Decirles que vale la pena votar; que vale la pena tomar esas decisiones, porque justamente así es como se podrá construir un mejor futuro para ellos, pero también por la naturaleza que tiene esta elección, un mejor futuro para la relación entre México y los Estados Unidos. Y, hay que decirlo también, incluso para tener un mundo mucho más seguro.

 

No es una elección fácil. Lo hemos visto en los distintos debates; lo hemos visto en los distintos posicionamientos de los candidatos.

 

Hoy más que nunca, lo que  mejor puede hablar de México son los mexicanos, y son aquellos millones de connacionales que viven en los Estados Unidos a los que México les falló porque no tuvieron aquí las condiciones para crecer, para desarrollarse, para encontrar el empleo con el que soñaban, o incluso para encontrar las mínimas condiciones de subsistencia.

 

Ya les fallamos una vez. No les fallemos otra.

 

Sean ustedes bienvenidos a este Senado de la República. Muchas gracias por estar el día de hoy aquí.

 

La conducción de nuestra mesa la llevará el senador Gerardo Flores, a quien cedo el uso de la palabra.

 

SENADOR GERARDO FLORES RAMÍREZ: Muchas gracias senadora.

 

Yo sin mayor preámbulo, lo único que quiero comentar es que es un privilegio para nosotros en el Senado de la República, tener el día de hoy la presencia, la distinguida presencia de don Antonio Villaraigosa, ex Alcalde de Los Ángeles.

 

Desde luego también a las personas que nos acompañan en el presídium, que ya los mencionó mi compañera senadora Gabriela Cuevas.

 

Creo que lo que corresponde para no aburrirlos es darle el uso de la palabra a don Antonio Villaraigosa, para que nos presente sus reflexiones en torno a ese importante tema, que es el de promover que nuestros compatriotas y las demás comunidades latinas se involucren más, que participen en la política de los Estados Unidos, que participen en los procesos electorales y creo que quién mejor para ello, que usted señor Villaraigosa.

 

Por favor.

 

EX ALCALDE ANTONIO VILLARAIGOSA: Gracias a mi amiga, colega, la senadora Cuevas, presidente del Comité de Relaciones Exteriores.

 

Gracias por auspiciar este evento, este foro, pero más que todo por entender muy bien, por mucho tiempo, la importancia del voto latino en los Estados Unidos, la importancia de crear lazos mucho más fuertes aquí en México con los paisanos y los familiares.

 

Y gracias a los senadores y los congresistas, los diputados que están aquí también, por el hecho de que con su presencia están manifestando el entendimiento que tenemos que hacer mucho más.

 

Creo que esta es la quinta visita a México durante los últimos meses.

 

Y como dijo la senadora, he dicho no nada más en este viaje sino desde 15 años de la importancia del voto latino de involucrar el latino, especialmente el mexicano en lo que es el cuerpo político, lo que son los organismos democráticos.

 

Y en esta elección, como todos ustedes entienden muy bien, nunca, nunca hemos tenido una elección tan importante, tan significante, no nada más para el mexicano y latino allá, no nada más para los estadounidenses, y no nada más para los mexicanos acá.

 

Esta elección, cuando entendemos la política de Trump, va a tener un impacto grande mundialmente.

 

Y en ese sentido quería venir y afiliarme a los consultorios de México y América Latina que se han formado un grupo: “diles que voten”.

 

Y esa no es coincidencia que mi colega y amiga senadora Cuevas y yo casi al mismo tiempo vimos los videos de esta campaña y decimos: “quiero afiliarme”.

 

Quiero afiliarme a un grupo que entiende la importancia de crear esos lazos, de promover el voto latino allá.

 

No te tengo que decir que el mexicano es el grupo que menos se hace ciudadano, el mexicano, de todas las etnias en los Estados Unidos, el grupo que menos registra votar, el grupo que menos vote.

 

Como dijo la senadora Cuevas, hay dentro 27 a 30 millones de latinos elegible a votar y eso no es hablar de los que son legibles ser ciudadanos y no lo han hecho.

 

Hace 4 años solamente 10 millones fueron a las urnas; voten menos que cualquier otro grupo. Entonces si vayan a las urnas, si voten por, las encuestas dicen que más de 80 por ciento de ellos van a votar por Hillary Clinton, vamos a derrotar el peligro de esta candidatura.

 

Al terminar quiero decir cuando hablo del peligro, ningún candidato para la presidencia, sea Republicano ni Demócrata, ha planteado la deportación forzada de 11 millones de personas.

 

¿Qué indica eso?

 

Va a costar más de medio trillón de dólares hacerlo, van a tener que ir, entrar en casas, sitios de trabajo, comunidades donde van a causar un terror que nunca hemos visto. Yo recuerdo las deportaciones, las redadas de los 70’s, de los 80’s; nunca lo hemos visto de este tamaño.

 

Entonces, este es un peligro, cuando dice que va a rechazar el Tratado de Libre, que va a tener un impacto de millones de trabajos en los dos lados de la frontera, que va a tratar de interrumpir con las remesas, que creo que es el número dos aquí en México.

 

Las consecuencias de esta elección son consecuencias muy fuertes y quiero dar las gracias otra vez al Senado por invitarme, por dejarnos discutir este asunto muy importante.

 

Gracias.

 

SENADOR JUAN GERARDO FLORES RAMÍREZ: Muchas gracias por estas importantes reflexiones, señor Villaraigosa.

 

Antes de dar el uso de la palabra a los compañeros del presídium, quiero dar la bienvenida también a nuestro colega, al senador Mario Delgado, que nos acompaña esta mañana aquí en el salón de la Permanente. Le vamos a dar también el uso de la palabra más adelante, senador, al igual que a todos los colegas.

 

Ahora vamos a escuchar al maestro Roy Campos, que desde luego es un sesudo analista, con amplia experiencia que nos va a compartir también algunas reflexiones desde su ámbito profesional.

 

MAESTRO ROY CAMPOS: Gracias.

 

Yo no me voy a quedar en simplemente voten por tal o darles estadísticas de cómo vienen los estados que yo creo que ya más o menos todos venimos entrados cuáles estados están cerrados, cuáles estados están ya definidos: California, parece que ya está definido, y dónde se está definiendo la elección ni cómo se comporta en el debate, ni siquiera voy a decir Hillary es mejor que Trump o algo así, porque aquí de alguna manera, el hecho de que aquí se haga el foro y el hecho de que haya un sesgo aquí pro Hillary, significa simplemente lo que está pasando en Estados Unidos y el discurso de odio que Trump nos está lanzando. El hecho de que aquí se haya decidido hacer esto tiene mucho significado, a unas semanas de la elección de Estados Unidos.

 

Voy a leer un texto en donde voy más allá de decir “voten por Hillary”, sino quiero advertir que la corriente que está generando Trump y el peligro más que para Estados Unidos o para México, para el mundo entero lo que puede significar el triunfo de esa corriente, más que de la persona.

 

Para que no quede duda, primero quiero alejarme de los intereses electorales, no comulgo con los Demócratas ni con los Republicanos, si durante años he evitado comprometerme en México, cuantimás en Estados Unidos, donde voy de vez en vez y sólo de paseo.

 

Para muchos, la próxima elección en ese país es solamente un plebiscito sobre si eligen a una persona como Trump, con sus incoherencias, sus groserías y sus verdades; porque muchas de las críticas dan en el centro de un sistema anquilosado y con corrupciones o deciden decirle que no y prefieren a Hillary Clinton, que sería no sólo la primera mujer presidenta, sino que lograría que por primera vez su partido, el Demócrata, gobernara tres periodos consecutivos, porque nunca lo ha hecho.

 

Aunque Clinton parece tener ventaja y eso a muchos los tranquiliza, a mí no, porque la historia no acaba en noviembre de 2016: esto apenas empieza.

 

Creo que ver la elección de Estados Unidos como una simple decisión de quién encabezará el próximo gobierno, es simplificar mucho las cosas. Estamos viendo el nacimiento de una corriente de pensamiento que puede cambiar al mundo; una corriente basada en el odio antes que en la paz; una corriente que cosecha, revuelve, alimenta y aprovecha todos los corajes acumulados y todos los deseos reprimidos; pero que no lo hace para todos los ciudadanos, como sería normal en cualquier campaña política tradicional de oposición: agarrar a los enojados y decir “vota contra el que gobierna”, esa es una campaña tradicional.

 

Aquí no, no va para todos: está centrada en un discurso de un nacionalismo, sólo para los de esta raza, sólo para estas personas, excluyendo a los demás, un nacionalismo muy peligroso.

 

La victoria o la derrota de Trump no acabarán con esa corriente, que él inicia en su país, él la inicia.

 

No es cualquier país. No estamos diciendo: “Es en un país cualquiera, perdido en algún continente”. No, son los Estados Unidos de Norteamérica. En ese país se está iniciando esa corriente.

 

Incluso ya su presencia podría no ser necesaria. El punto es el que el racismo latente, el machismo que ahí ha estado oculto, la discriminación que los que discriminan llaman “políticamente incorrecta”, ahora es aceptada como una forma de hacer política. Ahora discriminar es forma de hacer política.

 

La política que debería estar concentrada en tender puentes de entendimiento y que ahora es aplicada para destruir esos puentes y sustituirlos por muros. No el muro absurdo que propone Trump, eso es lo de menos, ese es un símbolo de su discurso; no, está construyendo muros de separación de gente, eso es lo que está haciendo. Está separando formas de pensar; está separando razas; está separando religiones.

 

Conozco muchos y muchas, tengo amigos, así de amigos que, incluso compañeros de lucha y marcharon y que hoy defienden a Trump. O sea, defienden a Trump latinos, mexicanos que defienden a Trump.

 

Argumentan razones más de hartazgo al sistema que del futuro que él representa. Les importa muy poco su nula preparación para ser presidente o su ausencia de propuestas reales para dirigir un país.

 

Les urge una señal de venganza y él se las está dando. Alguien que se atreva a decirle sus verdades a un sistema ineficiente y a políticos aburridos, tradicionales, sin chispa y sin imaginación.

 

Para esos defensores de Trump, el ser como es, justo el ser como es lo hace merecedor del voto. O sea, no es su propuesta, es que él es así, él le dice sus verdades y eso lo hace merecedor del voto.

 

A mí me importa muy poco, la verdad, si quieren que voten por quien quieran. Ni siquiera trato de convencerlos si quieren seguir pensando así.

 

No tengo muchas ilusiones sobre el futuro de los millones de mexicanos en Estados Unidos con cualquiera de las dos opciones que gane.

 

Lo que me preocupa es que más de 4 de cada 10 norteamericanos prefieran que los dirija ese discurso de odio. Me preocupa que ahí están, 4 de cada 10 estadounidenses están dispuestos a aceptar que un discurso basado en el odio sea en el que predomine en sus dirigentes.

 

Que son la raza destinada a cuidar al mundo, ellos creen eso, que son los destinados a cuidar el mundo. Que perdieron su grandeza y que deben recuperarla, eso dice Trump, eso está vendiendo Trump.

 

Que los migrantes han traído más prejuicios que beneficios, según ellos. Que quienes tienen otras religiones son peligrosos, porque hay terroristas que la profesan, pues ese discurso hay.

 

Pero justo esos cuatro discursos, ni modo, cuando les digo, no puedo evitar pensar que los decía Hitler.

 

Justo, no puedo olvidar la analogía con el pasado, con el discurso del peor dictador en la historia del mundo, con las promesas de grandeza y de pureza que Hitler hacía en la Alemania de la décadas de los 30’s del siglo pasado y que lo hizo ganar, eso sí, democráticamente las elecciones. Y después instaurar un régimen de terror que tenía cegados a sus gobernados y oprimidos a quienes no eran de su raza, de su religión o que no le gustaban.

 

No sé hasta dónde llegue; no sé si gane o pierda Trump, pero creo que si el mundo hubiera visto a tiempo el nacimiento del nacional socialismo, se hubieran podido evitar muchas tragedias. Hoy lo estamos viendo.

 

Por lo pronto, espero que no gane. Deseo que no gane.

 

Para eso, es necesario que invitemos a cuantos conozcamos a votar en esta ocasión por Hilary Clinton.

 

Después, en cada elección que hagan lo que quieran, pero en esta coyuntura son necesarios los votos de los latinos en muchos estados. En los competidos, como: Nevada, Florida, Colorado y hasta Texas, por ejemplo.

 

Pero no sólo a latinos; hay que invitar a todos los que puedan votar. No importa si son o no latinos, a que puedan votar para evitar que en esta ocasión triunfe Trump.

 

Ahora bien, si gana Hilary y el sistema no cambia, esta nefasta corriente persistirá y la veo venir de nuevo en cuatro años con más fuerza.

 

Por ello, en caso de ganar la presidencia, ella debe modificar muchas cosas. Asumir como ciertas muchas de las críticas que han servido a Trump para subir. Asumirlas como ciertas, no negarlas.

 

Por ejemplo, tiene que ayudar a los países latinoamericanos a desarrollarse como única forma de parar la migración. La manera de parar la migración no es poner un muro, la manera de parar la migración es que haya oportunidades en los países latinos.

 

Para quien dice que Trump sólo es un hablador inofensivo, les recuerdo un concepto de Freud: “las palabras son capaces de despertar las emociones más poderosas, incitar todas las acciones del hombre”. Eso es lo que está haciendo Trump: incitando el racismo y la violencia.

 

Con Trump o sin Trump estamos ante el surgimiento de un discurso destructivo para toda la humanidad. Ojalá la buena política se imponga a la intolerancia.

 

Gracias.

 

SENADOR GERARDO FLORES RAMÍREZ: Ahora cedemos el uso de la palabra a la doctora Lorena Becerra.

 

DOCTORA LORENA BECERRA: Trataré de ser breve.

 

Antes que nada quiero agradecer al Senado de la República y a la senadora Gabriela Cuevas por esta invitación.

 

Creo que es una gran iniciativa porque efectivamente como han estado reiterando, esta elección es muy definitiva y muy peligrosa, sobre todo para los latinos y para los mexicanos.

 

Antes de empezar a decirles, voy a dar unas cifras en este caso que considero que son importantes.

 

Antes de empezar, quisiera decirles: hay tres cosas que yo quisiera que se lleven de mi aportación el día de hoy.

 

La primera es que el segmento latino del electorado americano sí ha crecido significativamente en los últimos años.

 

La segunda es que tenemos buenas y malas noticias para ese segmento latino del electorado pero que por lo menos desde mi perspectiva la balanza de esas noticias va a ser positiva.

 

Y la tercera es que sí, efectivamente los latinos pueden jugar un papel clave el 8 de noviembre en esta elección.

 

Como sabemos cada 4 años los latinos se vuelven un tema muy sexy en Estados Unidos, es el tema, es la nota.

 

Las cifras que nos habían dado, hay 56 millones de latinos en Estados Unidos, de los cuales se calcula alrededor de 27.3 millones que podrían votar en esta elección.

 

Son 12 por ciento del electorado registrado para votar en esta elección.

 

Y de estos 27.3 millones, el 59 por ciento son de origen mexicano, cosa que es muy importante.

 

La evolución del voto latino nos ha demostrado que consistentemente han apoyado a candidatos demócratas, obviamente por sus políticas.

 

Sólo en la elección de 2000, el 40 por ciento apoyó a George W. Bush, pero en 2008, 67 por ciento votó por Obama, y en 2012, 71 por ciento votó por Obama.

 

Lo que estamos viendo actualmente es que Clinton tiene una ventaja de al menos 3 a 1, si no es que 4 a 1 sobre Trump, entre el electorado latino, dependiendo de qué encuesta veamos, pero sí es predominantemente favorable la opinión hacia Hillary.

 

¿Cuál es el problema principal? Efectivamente, como decía Antonio: los latinos salen a votar menos, menos que el resto de la población.

 

Y ahorita que estamos viendo que el 50 por ciento de los latinos en encuestas te dicen que están seguros de salir a votar, comparado con 69 por ciento de la población afroamericana y 80 por ciento de blancos.

 

Entonces esto todavía es un tema alarmante, a pesar de que pueden salir a votar no están en esa disposición todavía.

 

¿Por qué no salen a votar? En primer lugar, porque la población latina es muy joven.

 

Una tercera parte es menor de 18 años y una cuarta parte son entre 18 y 35, lo que le llaman Millennials.

 

Entonces alrededor del 60 por ciento de los latinos son menores de 35 y como sabemos la población joven tiende a votar menos.

 

Otra estadística de la edad media de los latinos es 28, compara con 43 para los blancos.

 

Entonces por eso están saliendo menos a votar.

 

No obstante, Hillary tiene una brecha contra Trump aún mayor entre la población joven, entre los Millennials latinos y entre las mujeres.

 

Entonces esta es una población que tiene una gran herramienta en este momento en Estados Unidos.

 

En segundo lugar, también salen a votar menos porque la población latina tiene menores niveles educativos y por lo tanto menores niveles de ingreso.

 

De entrada empezamos en Estados Unidos con una desventaja, digamos.

 

Pero esta es una de las buenas noticias que les quería dar. Esto va a mejorar los niveles de deserción escolar en la población latina han caído radicalmente de 32 a 14 por ciento en los últimos 14 años. Y también hay más latinos inscritos en las universidades.

 

Entonces, lo que podemos esperar a futuro es que los niveles de educación y por lo tanto los niveles de ingreso entre los latinos, aumenten.

 

Hace algunos años la población latina fue la principal afectada de la gran recesión, pero en las cifras que acaba de liberar el Buró Estadístico de Economía en Estados Unidos, nos señala que el segmento latino en la población es el único para el que la pobreza se redujo de manera estadísticamente significativa. Entonces, estas son buenas noticias porque podemos esperar que las condiciones de los latinos mejoren y por lo tanto, su comportamiento electoral se vaya más a una participación.

 

En tercer lugar tenemos barreras institucionales muy importantes. Como ustedes saben, en Estados Unidos los requisitos para votar varían de estado en estados y hay estados que han impuesto requisitos que hacen cada vez más difícil que los latinos puedan salir a votar. En general las minorías, pero eso está afectando muchísimo a los latinos en esta elección.

 

Ahora, aquí una cosa que tiene que ver con lo que decía Roy, creo que esto es una buena noticia: el enojo. En esta elección la población latina ha sido mencionada, pero no de buena manera: violadores, narcotraficantes, asesinos, Miss Piggy, Miss Housekeeping; ¿y esto qué puede generar?

 

Un gran enojo en la población latina y esto es algo positivo. Y les voy a dar nada más un par de ejemplos de lo que ha pasado en ocasiones anteriores:

 

En el estado de California, en 1994, en una boleta electoral se puso una medida que se llamaba “Proposition 187”, que eso lo que hacía era prohibir a cualquier persona indocumentada acceso a servicios públicos, desde acceso a las salas de emergencia en hospitales, hasta la educación básica. Esta fue una propuesta que apoyó el Partido Republicano y sí pasó; pero después fue frenada en las cortes.

 

¿Qué pasó después?

 

Los latinos que no eran ciudadanos y podían serlo, empezaron a naturalizarse. Los que no estaban empadronados, se empadronaron. Los que estaban empadronados pero no salían a votar, empezaron a salir a votar.

 

En 1992, 38 por ciento de los latinos de California se identificaban con el Partido Demócrata. Una década después esta cifra ascendió a 63 por ciento. Hasta mil 1994 California era considerado un estado, un swing state, un estado de los que definían la contienda; ahora ya es un estado claramente demócrata.

 

Otro ejemplo, en 2010 en Arizona, pasó la propuesta, una similar a la que les acabo de comentar, que se llamaba SB-170, y lo que empezó a pasar es que los latinos se empezaron a movilizar. En los últimos seis años los latinos empadronados en una lista que se llama “la lista de votantes matutinos”, se triplicó y en 2012 el 77 por ciento de latinos en Arizona votaron por Obama.

 

Actualmente, se le otorga un 53 por ciento de probabilidad a Arizona de convertirse en un estado Demócrata, en un estado azul. Entonces, ¿qué es lo que puede pasar?

 

Que los latinos se enojen, que los latinos se movilicen y que los latinos ante esta elección, en donde como dice Roy y como dice Antonio, como también nos dijo la senadora Cuevas; hemos sido insultados, ofendidos y sin fundamento, puedan hacer una diferencia.

 

Los que son los estados claves, los swings states, empezando por Florida, Nevada, Nuevo México y Arizona y Colorado, los latinos son, le llaman un voto de latinos, el bloque latino de votantes. Incluso ahora muchas encuestas ya le están dando una ventaja a Hillary en Florida, que es un estado que requiere Trump para ganar.

 

Y en estados más pequeños, donde la población latina es más pequeña, como Carolina del Norte, Virginia y Ohio, ese margen de latinos que existe, que puede salir a votar cuatro, cinco por ciento, seis por ciento del electorado, pueden hacer una diferencia porque son estados en donde la elección va a ser sumamente cerrada.

 

Entonces, ¿qué puede pasar?

 

Que los latinos hagan una gran diferencia en esos estados claves, que son los que van a definir la elección, por eso es muy importante que salgan a votar.

 

Muchas gracias.

 

SENADOR JUAN GERARDO FLORES RAMÍREZ: Bueno, ya hemos escuchado tres distintas reflexiones desde distintos ángulos, que me parece que aportan mucho a nuestro entendimiento sobre lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir, lo que podemos esperar en las elecciones de noviembre.

 

Ahora nos hemos a permitir escuchar al doctor Roberto Trad, para que también nos exponga sus reflexiones sobre este tema.

 

MAESTRO ROBERTO TRAD: Muchas gracias, senadora; y diputada Lorena; senadores; Roy; Mario, senador. Gracias por invitarnos.

 

Soy maestro, no soy doctor, por ahí digo, para que no vayan a decir que somos fraudulentos de este lado.

 

Quiero arrancar reflexionando qué es lo que está en juego, y complementando un poco lo que dijeron Roy y Lorena, y proponiendo qué podemos hacer de este lado, porque hay varias tareas pendientes que podemos hacer.

 

Primero, lo que está en juego es el proyecto de la modernidad, y lo vemos alrededor del mundo. Yo leí ayer un editorial que publicó Antonio Villaraigosa en el periódico Excélsior, que arrancaba diciendo que hoy existen dos grandes visiones del mundo.

 

Se refería un poco a, poco más a la elección de Estados Unidos, pero me parece que son dos visiones del mundo que recorren Europa con el BREXIT, que recorren Colombia, que recorren todos los ejercicios electorales que, a la luz de quienes creemos en la democracia y, a la luz de quienes creemos que los derechos humanos tienen que ser universales, que las libertades son universales, se vuelven preocupantes.

 

Estas dos visiones del mundo son muy sencillas: Que avance el proyecto de la modernidad, un mundo sin fronteras, un mundo donde los valores democráticos no reconocen muros, no reconocen fronteras, donde los derechos son para todos y para todas, indistintamente del lugar donde estemos, de la nacionalidad de que procedamos; o un mundo en donde se vive el miedo, un mundo como el que describía Roy, que quiere Donald Trump. Un mundo de miedo, un mundo de racismo.

 

Yo, que soy un tipo sensible y romántico, pienso que las dos visiones del mundo se resumen en dos palabras: Un mundo de miedo y un mundo de confianza; un mundo de odio y un mundo de amor.

 

El miedo y el odio están de un lado del discurso, y la confianza y el amor están del otro lado del discurso, como valores sentimentales. De ahí podemos hablar de muchos otros valores que se traducen a políticas públicas.

 

Eso es lo que está en juego. En juego está el retroceder en el proyecto de la modernidad.

 

Y los electores, en Austria, en Gran Bretaña y en Colombia, el pasado domingo, a quienes creemos que debemos seguir avanzando hacia la modernidad nos decepcionaron.

 

La razón por la que nos decepcionaron esos electores es porque no salieron a votar.

 

Yo no creo que, Roy me conoce, Lorena me conoce, yo creo que los encuestadores siempre publican la intención de voto como les salió.

 

En Colombia los encuestadores publicaron la intención de voto 70 por ciento a favor del sí; 30 por ciento a favor del no.

 

¿Qué pasó? Pues que los que decían que iban a votar a favor del sí, no salieron a votar. Lo mismo pasó en Gran Bretaña.

 

Quienes conocen profundamente el tema del BREXIT saben que quienes no querían salirse de la Unión Europea eran los jóvenes, los Millennials, quienes tenían más que perder con respecto a la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea eran los que querían quedarse y ellos fueron los que no salieron a votar.

 

Quienes más tenemos que perder en esta ocasión somos la comunidad latina en Estados Unidos, y el riesgo es que no salgamos a votar.

 

Históricamente el Partido Demócrata y el Partido Republicano tienen una gran deuda con la comunidad latina.

 

El Partido Demócrata nos toma por sentados; el Partido Demócrata no hace un esfuerzo por conquistar al electorado latino. No hay un esfuerzo sistemático del Partido Demócrata por conquistar al electorado latino.

 

Hoy, el electorado latino se inclina mayoritariamente por el Partido Demócrata gracias a Trump, no gracias a Hilary, y hay que decirlo como es.

 

El Partido Demócrata nos ha ignorado históricamente, y el Partido Republicano nos ha golpeado históricamente.

 

Evidentemente hay estados, hay lugares en Estados Unidos donde esto no es cierto: California, Texas, en algunos momentos, digamos, en la política local las cosas cambian.

 

Pero en las elecciones presidenciales, el voto latino no ha tenido el peso suficiente como para –perdón-. La agenda latina no ha llegado a la voz de los candidatos presidenciales, históricamente.

 

Y en esta ocasión no es la excepción, no está el Partido Demócrata abanderando todas las causas de la comunidad latina y el Partido Republicano claramente está golpeando las causas de la comunidad latina.

 

¿Por qué se da esto? Porque los latinos no se han integrado al modelo electoral estadounidense, porque los latinos no definen elecciones.

 

Esta ocasión, como bien decía Lorena, puede ser la diferencia. Esta ocasión sí puede hacer la diferencia. En esta ocasión el voto latino sí puede definir quién va a ser la próxima Presidenta o el próximo Presidente de los Estados Unidos. Y esa es la gran oportunidad que tenemos.

 

El riesgo, en el corto plazo, es que los latinos no salgan a votar y entonces pase lo que pasa en Gran Bretaña, pase lo que pasa en Austria, pase lo que pasa en Colombia, etcétera.

 

Pero hay un riesgo mayor que yo sí quiero dejar en la Mesa, y Antonio lo ha dicho, lo ha reafirmado en las entrevistas que ha tenido en los últimos días, el riesgo mayor no es que los latinos no salgan a votar en esta ocasión sino que después de salir a votar las cosas sigan igual.

 

El riesgo mayor es que salgan a votar, le den el triunfo a Hillary y se vuelva a dormir el gigante.

 

Al voto latino, los analistas norteamericanos le llaman “el gigante dormido”. ¿Por qué? Porque ese es el que puede balancear, el que puede inclinar la balanza hacia uno u otro lado pero está dormido, no está votando.

 

Lo peor que nos puede pasar es que el gigante después de despertar se vuelva a dormir, y eso es lo que no podemos permitir.

 

Yo quiero agregar un par de cosas a las razones que decía Lorena sobre por qué no votan los latinos.

 

Efectivamente hay variables sociodemográficas como ser joven, ser pobre, ser menos educado, que ha venido también diciendo Antonio en los últimos días.

 

Pero hay otra variable más por la cual no votan los latinos y es porque no estamos, no terminamos de construir un vínculo emocional los latinos en Estados Unidos con la nueva Patria a la que pertenecen.

 

¿Qué quiero decir? No termina de sentirse en familia en Estados Unidos, no termina de sentir la importancia de la participación ciudadana.

 

Vienen de una experiencia política previa muy negativa. Lo que te dicen los grupos de enfoque, los latinos, sobre todo los mexicanos en Estados Unidos, es: “mi gobierno del que vengo, el gobierno, el Estado al que renuncié me robaba, y el Estado al que llego me persigue”.

 

Entonces mi relación con el Estado como votante, como elector es cero, es menos que cero, es incluso negativa y ese es un problema gravísimo. Y eso se puede romper, descubrimos, a través de los lazos familiares.

 

Y esa es la importancia de que desde México mandemos el mensaje a los que están allá para decirles que voten, porque nuestros lazos familiares, uno de cada 3 –quisiera hacer el ejercicio-, cuántos de aquí tienen un amigo o conocido en capacidad de votar en las próximas elecciones en los Estados Unidos, levanten la mano, cuántos.

 

Ustedes pueden hacer que esa persona cambie su actitud, ustedes son los que pueden hacer que esas personas entiendan el valor del voto porque ustedes son más importantes para ellos que cualquier educación que les pueda dar, o cualquier campaña que pueda hacer Univisión, el propio Partido Demócrata, las redes de movilización latina, que está en Estados Unidos.

 

Los vínculos familiares de los mexicanos en Estados Unidos son los informantes más importantes para la toma de decisiones políticas y eso es lo que tenemos que aprovechar de este lado de la frontera.

 

Aquí hay mucho que podemos hacer por los que están allá y es muy sencillo: llamarles por teléfono, mandarles un WhatsApp y decirles que voten.

 

Esa es la manera de cambiar la cultura y esa es la manera de cambiar la vinculación que tienen nuestros paisanos, nuestros amigos, nuestros conocidos, en su relación con el Estado y con la idea de la democracia.

 

No podemos permitir que frente a esta grave amenaza al proyecto de la modernidad y al proyecto de la democracia en el que todos en esta Mesa creemos, podemos; Antonio, lo decíamos ayer en esta Mesa, no nos ponemos de acuerdo en cómo queremos cambiar el mundo, pues difícil. De ahí Armando tiene unas ideas, Gerardo otras.

 

Pero lo que sí nos podemos poner de acuerdo es cómo salvarlo, y lo podemos salvar sacando a todos nuestros paisanos a votar en los Estados Unidos el próximo 8 de noviembre. Quedan 3 tareas pendientes.

 

Yo sí quisiera dejarlo como una tarea para todos. Primero, agradecer a los senadores, a las senadoras, a todos los líderes políticos y a todos los líderes empresariales que se han venido sumando a esta campaña.

 

Esta campaña la empezamos a crear hace un año con el apoyo de las redes de movilización de votantes en Estados Unidos y hoy es una campaña open source, hoy es una campaña para quien quiera tomar, yo ya ni twitteo de la campaña, ya twitteen quienes sí tienen liderazgo, quienes sí tienen seguidores, tómenla ustedes, háganla suya y salvemos a México, salvemos al mundo no necesariamente de Trump: salvemos al mundo de la apatía, salvemos al mundo del no voto, que ese es el verdadero riesgo.

 

Puede ganar Trump, puede ganar Hillary, pero si los mexicanos en Estados Unidos renunciamos a presionar políticamente, nuestras agencias nunca van a avanzar. Tres tareas por hacer:

 

Primero, que todo mundo se registre, hay en Colorado es el último estado donde el registro se termina, es el 31 de octubre, la mayor parte de los estados termina el registro las próximas dos o tres semanas; la mayor parte de los estados donde importa el voto.

 

Dos, es muy importante no sólo que se registren y que voten, sino contar la historia, después del 8 de noviembre hay una tarea muy importante: tenemos que contar la historia de cómo los mexicanos y cómo los latinos definieron quién es la presidenta o el presidente de los Estados Unidos. Si no cacareamos el huevo, a qué hora lo recogen, ¿no?

 

Entonces hay que cacarear el huevo, hay que salir a decir: después del 8 de noviembre, que fue el voto latino quien le dio el triunfo a Hillary o quien le dio el triunfo a Trump.

 

Y tercero, mantener un esfuerzo permanente para construir una cultura de participación ciudadana, una cultura democrática con nuestros connacionales allá. La apatía, en el caso de nuestros connacionales y en el caso del voto latino, es el gran enemigo y es lo que está poniendo en riesgo el proyecto de la modernidad, del que todos coincidimos que tenemos que defender.

 

Y muchas gracias una vez más, Antonio, por tu visita, por sumarte, diles que voten.

 

Y a todos ustedes: senadora, diputada, senadores, Roy, Lorena, por apoyarnos. Esto para nosotros es muy importante.

 

Muchas gracias.

 

SENADOR JUAN GERARDO FLORES RAMÍREZ: Muchas gracias, Roberto. Créeme que no era la intención de adjudicarte títulos que no has obtenido. Agradecemos la aclaración.

 

Le vamos a dar el uso de la palabra ahora a mi colega, el senador Héctor David Flores, que me dice que es doctor en la vida.

 

SENADOR HÉCTOR DAVID FLORES: Muchas gracias, querido senador.

 

Yo quisiera partir de tomar algunas de las reflexiones que se han hecho anteriormente para expresarles mi punto de vista a los panelistas y a los asistentes.

 

Me parece que sí es enormemente trascendente desde luego el resultado de la elección en Estados Unidos para México, para los mexicanos que viven en Estados Unidos de manera ilegal, para los que viven de manera legal, para México como país en su conjunto, para su frontera. En fin, me parece que nuestro país y Estados Unidos han tenido desde el inicio de su historia en estas relaciones comunes, una influencia mutua, muy determinante.

 

Y creo que el resultado en la elección de Estados Unidos, decía yo, es enormemente trascedente y sí hay una gran diferencia entre los dos candidatos. Yo creo que el destino de los mexicanos en Estados Unidos sobre todo me refiero por ejemplo a los mexicanos ilegales, es un destino que se vislumbra negro frente a un discurso de odio, que además es un discurso que se apalanca en el miedo de la sociedad estadounidense a distintas cosas, una situación económica que quizás no es boyante en este momento, una pérdida del empleo que desde luego preocupa a la sociedad americana y distintos factores que convergen y que son caldo de cultivo para el apalancamiento de un discurso de miedo en ese sentido.

 

También creo que trasciende enormemente para los mexicanos que están en ese país trabajando de manera legal; para los que son inmigrantes ya legalizados o para quienes, de alguna manera, en su estatus migratorio no tienen el problema de la ilegalidad.

 

Y lo es porque este discurso que se ha puesto sobre la mesa, fundamentalmente por el candidato republicano, es un discurso que lamentablemente ha generado un daño que es de difícil reversión. Es decir, ya está en la agenda del debate en Estados Unidos el tema.

 

Y la candidata demócrata y, en fin los círculos de opinión en ese sentido, ya el tema de la migración y de la relación con México es un asunto que es ineludible y que marca, desde luego, una agenda de trabajo en el futuro, que yo creo que sí puede condicionar la estadía o la tranquilidad de los mexicanos inmigrantes ilegales, me refiero.

 

Lo es, desde luego, trascendente para México como país, porque la relación con Estados Unidos es fundamental en distintos sentidos.

 

Y yo aquí sí quisiera hacer una, digamos, detenernos y hacer una reflexión, y preguntarnos si nuestro gobierno, no nada más nuestro gobierno federal sino también nosotros como Senado de la República, estamos haciendo lo necesario para poder responder a los intereses de los mexicanos fuera del país y dentro de México.

 

No me refiero al episodio de la visita del candidato republicano que, bueno, ya es conocida por todos, sino me refiero a qué es lo que necesitamos ver de la cancillería y qué es lo que necesitamos nosotros como gobierno, y la parte que le corresponde al Senado de la República hacer en este sentido.

 

Yo veo sinceramente muy poca actividad. Y veo que se está perdiendo una enorme oportunidad de que el Estado mexicano fije una posición efectiva que le permita destacar frente a la sociedad en Estados Unidos de una manera distinta de lo que es una defensa del nacionalismo a ultranza, porque no es lo que se está esperando en Estados Unidos, sino un apuntalamiento de los valores de México en esa sociedad.

 

Yo creo que hay de dónde, hay de dónde rescatar eso. Y, desde luego, sí sería muy conveniente que el gobierno de México pusiera cartas en el asunto.

 

Sobre lo demás, digo, creo que coincido fundamentalmente con lo que se ha dicho.

 

Yo creo que este es un momento muy importante para la sociedad de México en relación con el futuro que está teniendo la elección en Estados Unidos y lo que esto puede marcar en nuestra agenda.

 

Y todos estos números que se dan respecto de la importancia de la población latina en ese país, la configuración que se tiene en la edad de las personas que están en ese país y que tienen esa capacidad de transformar la elección, yo creo que sí nos llama a reflexionar sobre la posibilidad de comunicar mejor en este momento.

 

Senador.

 

SENADOR JUAN GERARDO FLORES RAMÍREZ: Muchas gracias, senador Flores.

 

Si me permiten mis colegas senadores, le daría el uso de la palabra a la diputada Mariana Benítez, para que nos comparta también algunas reflexiones sobre este importante tema.

 

DIPUTADA MARIANA BENÍTEZ TIBURCIO: Muchas gracias. Muy buenos días, buenas tardes ya, a todos. 

 

Antes que nada, quiero agradecer la convocatoria que se nos ha hecho, la invitación, y agradecer la presencia de Antonio Villaraigosa, es un honor que estés aquí, Antonio, en el Senado, teniendo esta mesa con mexicanos de distintas trincheras, llamémoslo así. Hay gente de la sociedad civil, hay profesionistas, hay políticos.

 

Y creo que esto demuestra tu interés, al que nos sumamos, por hacer un esfuerzo colectivo en este momento, de manera oportuna, para poder invitar al voto de los latinos en estas importantes elecciones en Estados Unidos.

 

Cifras ya las dijeron muchas. Me parece que es, bueno, muy contundentes los datos que han dado Roberto, Roy y todos los que me precedieron en el uso de la palabra.

 

Yo quisiera agregar, además de esto, algo que quizá no se dijo, pero bueno, sé que lo tienen claroNosotros en este caso, como diputada, yo provengo de uno de los estados, ya lo chequé bien, es el séptimo Estado con un mayor número de inmigrantes en Estados Unidos, le antecede Veracruz y después Puebla, que es el quinto.

 

Y Oaxaca, me parece que Oaxaca, Jalisco, Guanajuato, que es el número uno, son estados muy importantes, son con un gran atraso social. Ello es muestra, o es la razón por la cual miles de mexicanos tienen que emigrar a Estados Unidos.

 

Y nos corresponde también, como legisladores, como representantes populares de estos estados, concientizar. Nosotros que tenemos lazos con muchos oaxaqueños, por ejemplo que viven aquí, que han emigrado también al D. F., pero muchos también que están en Estados Unidos, a través de nuestras redes sociales, a través de las organizaciones civiles que trabajan con migrantes, tenemos esa función también, o debemos hacerla, activar a que vayan, se registren.

 

Pero también como dijo Roberto: cuántos no tenemos amigos, familiares que están allá, que están en capacidad de votar, que pueden registrarse y también hacer una labor de concientizar, de sumarnos a este esfuerzo, como dice también Roberto, de crear una conciencia de participación ciudadana, cívica allá en Estados Unidos.

 

Ayer lo comentábamos en un encuentro privado y decíamos que es importantísimo que se escuche la voz de los latinos, se escuche la voz de los mexicanos en estas elecciones.

 

Primero no sólo porque vamos a incidir en las elecciones, en el rumbo de las elecciones de este 8 de noviembre, sino que también vamos a ser considerados seriamente, verdaderamente en la agenda de ambos partidos.

 

En la medida en que crezcamos en número de votantes, en número de potenciales votantes registrados en estas elecciones y en las futuras, en esa medida se va a ver reflejada en la agenda de ambos partidos los latinos, cuáles son las propuestas, las condiciones que se plantean para este grupo importantísimo de ciudadanos en Estados Unidos.

 

Así que el reto no es menor pero estos esfuerzos, como el de aquí, el que ha iniciado y al que me he sumado con mucho gusto, con mucho orgullo, con mucha voluntad, este esfuerzo que desde aquí en México estamos haciendo y que actores como Antonio se están sumando, este esfuerzo puede hacer la diferencia porque junto con otros esfuerzos que se estén dando en la Unión Americana y que también aquí se puedan dar y México y en Latinoamérica, eso puede hacer la diferencia.

 

Así que creo que no es ocioso que estemos aquí hablando quienes han hablado, sino que tendrá un efecto significativo.

 

Porque como lo han dicho aquí: ¿qué está en juego? Pues está en juego nuestro futuro, como mexicanos está en juego nuestra relación con Estados Unidos, nuestro socio comercial más importante, pero también está en juego el futuro, la calidad de vida, las expectativas de nuestros paisanos en Estados Unidos, sus derechos.

 

Así que me parece que es un buen momento para sumarnos a esta iniciativa y también subrayaría en que como representantes de estados, y aquí los hay, de estados con un número de importante de ciudadanos en Estados Unidos, tenemos una labor extra que hacer de contactar, de socializar y de sensibilizar.

 

Muchísimas gracias.

 

SENADOR GERARDO FLORES RAMÍREZ: Gracias diputada Benítez.

 

Ahora le pedimos a don Armando Ríos Píter nos comparta también algunas reflexiones. Lo veo que ha estado tomando nota con mucha dedicación.

 

SENADOR ARMANDO RÍOS PÍTER: Con especial atención.

 

Yo me siento muy contento de la convocatoria a esta reunión.

 

Bienvenido Antonio, ex Alcalde.

 

Estar aquí en el Senado, o tu presencia nos ayuda a tener una reflexión que desde mi punto de vista no debiera quedarse exclusivamente en el proceso electoral; yo creo que caer en esa dinámica es ver muy chiquita la dimensión de lo que estamos enfrentando o lo que se vive en este momento.

 

Asumir posiciones sobre los demócratas o los republicanos, me parece también igualmente equivocado. Los partidos políticos y sus representantes en la historia, en la relación con México, han sido buena onda o han sido mala onda, dependiendo de sus intereses, no de que les guste México o que nos tengan un extraordinario cariño. Obama ha sido la persona que más deportados ha tenido; fue Bill Clinton un presidente demócrata que extendió una línea de crédito de 20 mil millones de dólares para que México no fracasara. Fueron los republicanos los que firmaron el Tratado de Libre Comercio.

 

Es decir, no es un asunto de buenas actitudes o de malas actitudes, sino de intereses. Y creo, estoy convencido, de que esta es la primera vez que los mexicanos tenemos la obligación de entender que así funciona esa relación bilateral; tenemos esta tara mental los mexicanos después de la relación difícil que hemos tenido después de que perdimos el territorio, en la que no logramos entender que los Estados Unidos es una nación que lo que busca es eso: intereses, y que de este lado también hay actores que deben de representar intereses, pero no de ellos, sino de este lado de la frontera de los mexicanos y las mexicanas.

 

Y por estoy convencido de que esta elección es un gran parteaguas, es la primera vez que con conmoción, con dificultades, con preocupación, con indignación vemos que hay un americano que dice las cosas como las ven por lo menos una parte importante de ellos; ¿qué ven?

Mexicanos que son, bueno el discurso, violadores, gente mala, etcétera. Pero que al mismo tiempo, en esa propia dinámica, en ese discurso empiezan a salir mexicanos que suben un video y que dicen: “yo estoy trabajando, llevo tantos años aquí, soy de tercera generación y he construido un mejor país”. Bueno, ese discurso es el que hoy estamos viviendo, que es el discurso de la realidad cotidiana de muchos millones de mexicanos, de muchos millones de latinos y obviamente que identifica cuál es una realidad bilateral, hemisférica que me parece que hemos dejado por dada y creo que ese es el verdadero parteaguas que hoy tenemos que entender.

 

A mí me gusta mucho de la participación de Trad y todo el esfuerzo que ha estado haciendo Roberto de “diles que voten”, porque creo que se inauguró ya la etapa de las próximas décadas de la relación con los Estados Unidos. Las campañas norteamericanas se van a hacer aquí, se van a hacer para ganar Chicago, Illinois; se van a hacer en la zona norte en la parte de Iguala, Taxco, la parte de Teloloapan; en mi estado, en Guerrero o en Michoacán, donde tenemos más o menos juntos 1 millón de votantes o potenciales votantes, gente que podría eventualmente votar. Inclusive estoy sacando a los que son inmigrantes ilegales.

 

O si quieres ganar Nevada, tienes que ir a hacer campaña a Acapulco. Yo soy senador por el estado de Guerrero, estoy hablando de comunidades mías.

 

Si quieres tener posibilidades de triunfo en Nueva York, en Manhattan, en Queens, en el Bronx, pues tienes que ir a hacerte campaña en la montaña y seguramente aliarte con los poblanos.

 

O si quieres ganar Los Ángeles, seguramente tienes que hablar con los zacatecanos, con los oaxaqueños, con las comunidades de la costa grande de Guerrero; que son quienes no están en este momento nada más de dos años para acá, sino que llevan ya generaciones enteras que tienen una masa demográfica que sigue teniendo una liga cultural por lo pronto con México.

 

¿Cómo hace mucha gente campaña en México?

 

De la misma manera. Si hay gente que quiere ganar en estas regiones, les puedo asegurar que un zacatecano no puede ausentarse de ir a hacer campaña en California. Si alguien quiere ganar Fresnillo, si quiere ganar Jerez o si quiere ganar la capital de Zacatecas o Guadalupe, tiene que ir a hacer campaña a Los Ángeles o a California.

 

Entonces, ¿qué es lo que nos está enseñando este proceso electoral?

 

Que la dinámica de interacción con los Estados Unidos es totalmente distinta a la que muchas veces los políticos creemos. O creemos que esa dinámica solamente tiene que ver con el momento del voto.

 

¿Qué es lo que nosotros queremos hacer?

 

Bueno, yo por lo menos que me he manifestado clara y contundente en contra de Trump, no porque sea fan de Hillary, sino porque me parece que el discurso de odio del que aquí se ha hablado, nos dirige hacia una senda peligrosa, incorrecta; hay que ir a hablar con la gente de Iowa; “oye, pero no hay gente migrante en Iowa. Iowa, que tiene seis votos en el congreso electoral, no se define por tener una gran cantidad de migrantes".

 

No, nada más que la gente de Iowa vende el 35 por ciento del maíz que produce, se lo vende a México; y Donald Trump está diciendo que va a acabar con el Tratado de Libre Comercio, del cual depende ese 35 por ciento y que es una masa importante de dólares y una masa importante de recursos.

 

Hay que ir a hablar con ellos, con aquellos que tal vez ven que México es distante, que México no aporta mucho. No, sí, si tú les dices que el 35 por ciento del país se lo venden a México, sin duda alguna alguien o algunos se van a dar cuenta de que está en riesgo una importante masa monetaria.

 

Que en ese ejemplo estoy poniendo el contexto, pero que en la relación hay 500 mil millones de dólares de ida y vuelta en beneficio.

 

¿Qué es lo que quiero reflexionar? Que esta elección yo creo que es el parteaguas que pone en juego, y me gustó mucho la frase de Trad, de que el gigante no se vaya a echar una siesta, no vaya a despertar de repente y después: “Ay, pues una siestecita”.

 

No, yo creo que esta dinámica de interacción, a través de nuestros connacionales o quienes tienen ascendencia latina, 55 millones de personas con ascendencia latina, me parece que pueden encontrar un nuevo momento en la interacción, en la dinámica, en la construcción de –hablo por México– de dos países que se pueden beneficiar proactivamente de una relación bilateral.

 

Y hay que dejarle claro a los Estados Unidos, frente al discurso de alguien como Trump, que pone en el escenario cuáles son algunos de los temas que hay que arraigar y que hay que aprovechar, pues el tema de la relación bilateral en materia de seguridad.

 

Yo lo dije, y le entregué una iniciativa que presentamos, cuando Donald Trump dice: “Hay que acabar con el Tratado de Libre Comercio, porque los mexicanos se aprovechan, sacan raja, se agandallan de manera, digamos, lastimosa hacia los Estados Unidos”. Hay que dejarle claro también, no solamente a Trump, sino a los propios estadounidenses que en esa relación for garanted que hay, México en 20 años ha construido una dinámica y un espacio de mucha seguridad para los Estados Unidos.

 

México es un vecino que trabaja bien, que colabora, que trae cosas a la mesa, como la seguridad hemisférica.

 

Nos sirve, sin duda alguna, nada más que hay dos terceras partes del mundo que están enojados con los Estados Unidos y que perfectamente les gustaría meter a un terrorista por la frontera mexicana.

 

No ha ocurrido. No ha ocurrido desde el 9-11 no ha ocurrido eso.

 

La única ocasión en la que hay un ejemplo de un terrorista tratando de pasar hacia el territorio norteamericano ha ocurrido del lado de Canadá.

 

México pone cosas sobre la mesa. México, porque quiere y le tiene un profundo cariño a los Estados Unidos trae cosas a la mesa en esa relación de amistad, de buen vecino, de construcción compartida. Cosas tan importantes para los Estados Unidos, como la seguridad hemisférica.

 

Me parece que en este parteaguas, hay que decirlo así: Cómo construimos un ganar-ganar, una lógica proactiva que vaya en contra del discurso del odio, sin duda alguna, pero sobre todo le deje muy claro a quien gane –espero que gane Hilary, hago mi planteamiento personal– pero si esa candidata o ese candidato ganan, que quede muy claro lo que México trae, aporta a la mesa, porque sólo en esa ruta podremos tener un futuro común, compartido, grande, como el que creo que estamos convencidos todos que merecemos.

 

Muchas gracias.

 

SENADOR JUAN GERARDO FLORES RAMÍREZ: Gracias, Armando.

 

Ahora le cedemos la palabra a don Mario Delgado.

 

SENADOR MARIO DELGADO CARRILLO: Muchas gracias.

 

Darle la bienvenida a Antonio Villaraigosa. Felicitar a la Comisión de Relaciones Exteriores y a todos quienes nos visitan el día de hoy.

 

Hace creo que tres años, me tocó asistir a la Reunión Interparlamentaria en Washington, y esa noche nos invitaron a una cena del Caucos Latino.

 

Y ahí estuvo Salma Hayek y nos contó una historia muy bonita, que ella recién llegada a Estados Unidos, buscando incursionar en Hollywood, por allá, la invitaron del Ejército Americano a que pasara el thanksgiving day con el Ejército Americano en Irak.

 

Ella estaba muy intrigada por qué el Ejército Americano en Irak, por qué las tropas en Irak la habían elegido a ella.

 

Pues total que se va en el avión de la Fuerza Aérea, vuela a un país cercano; la suben a un helicóptero, y cuenta cómo, llegando a la base que tenía por allá el Ejército Americano ve cómo hay banderas de Estados Unidos y banderas mexicanas.

 

La gran mayoría de soldados que estaban en la guerra por Irak, cuando menos en esa base, eran mexicanos.

 

Y ella ponía como ejemplo cómo los mexicanos, los latinos incluso van a la guerra por los Estados Unidos.

 

 

Y parece increíble, o algo que debería cambiar es que los mexicanos van a la guerra pero no van a las urnas.

 

Y parece que hay una falta de conciencia en ellos en el poder que tienen en los Estados Unidos, porque son 11.7, casi 12 millones de inmigrantes, pero la diáspora alcanza más de 35 millones y el poder económico de esa diáspora cada vez es mayor.

 

Pero se ha hablado mucho del impacto que puede tener en ellos en su vida en los Estados Unidos.

 

Yo quisiera referirme un poco a lo que tiene que ver directamente con nosotros. Y lo que digamos valida o justifica, que lo que podamos hacer de este lado por influir lo hagamos, y son razones económicas.

 

Ayer el Banco de México daba la estadística: de enero a agosto, entraron por remesas 17 mil 600 millones de dólares. Es la principal fuente de ingresos.

 

Tenemos más remesas que inversión extranjera directa, tenemos más remesas que los ingresos por la exportación, por ejemplo, de automóviles.

 

Si no tuviéramos estas remesas tendríamos un déficit mucho mayor en la cuenta corriente, o sea el dólar estaría muy por encima de lo que vemos ahora.

 

Entonces tiene que ver mucho con la economía mexicana, pues todos estos migrantes que mandan estas remesas, cuántas familias mexicanas dependen de las remesas, cuántos pueblos, cuántos municipios en México dependen exclusivamente de los ingresos que llegan por esta vía a nuestro país. Son muchas.

 

Y a ellas, a esas familias justamente de esos pueblos hay que decirles que motiven a sus familiares en Estados Unidos a que voten.

 

Ellos son la vía más poderosa para despertar al gigante dormido, y esos están en México, y esos son nuestros compatriotas, y a esos sí podemos decirles y explicarles el impacto que tendrían del supuesto de que ganara Trump y aplicara la política migratoria que está diciendo.

 

Entonces tiene que ver directamente no sólo con el bienestar de los inmigrantes en Estados Unidos, tiene que ver con el bienestar de muchas familias en México y para nuestra economía pues todavía más.

 

Y la segunda variable, también económica: el Tratado de Libre Comercio.

 

La frontera con Estados Unidos es la más dinámica del mundo, más de un millón de personas la cruzan por día, es una de las zonas comerciales más dinámicas también, ya dieron los datos aquí, más de 534 mil millones de dólares.

 

Y está claro que ha habido una evolución, después del Tratado de Libre Comercio a nuestros días, hay una evolución del comercio internacional y sin duda va a haber que renegociar o tendremos que aplicar nuevas reglas a nuestra relación con los Estados Unidos.

 

En qué condiciones las queremos hacer: en un lado hay un candidato que plantea esta relación comercial como un agravio, que los Estados Unidos han sido agraviados, que ha sido uno de los peores tratados de Libre Comercio.

 

Es decir, si ellos plantean una apertura pues ya sabemos a lo que van: obtener muchos más beneficios para Estados Unidos en deterioro de lo que se gana de este lado, o ir a una negociación que sea producto de reconocer de que hay una evolución del comercio internacional en estos últimos 15 años y que tendrían que proponerse nuevas reglas, ya sea por TPP o simplemente por tener una mejor, o fortalecer la relación que tenemos a partir de NAFTA.

 

Entonces sí nos compete, sí tiene que ver mucho con nosotros la elección en los Estados Unidos.

 

Y si el voto latino va a ser definitivo, yo creo que nosotros deberíamos involucrarnos en lo que podamos en tratar de convencer a las familias mexicanas que tienen parientes en los Estados Unidos a que efectivamente se movilicen a que voten, a que se vuelva el voto definitivo.

 

Y no van a enfrentar, como lo decían aquí, a un enemigo mayor. Van a enfrentar la ola del voto antisistema, que es un voto irracional, es un voto visceral, es un voto enojado, es un voto que no entiende razones, pero que moviliza a mucha más gente que quienes están votando por defender algo distinto y esa es la lección de Colombia y esa es la lección de Brexit; pero también lo vemos en los seguidores de Trump. Quienes están a favor de Trump son mucho más activos, son mucho más, digamos, se mueven más que los otros.

 

Entonces, curiosamente el destino le ha puesto al voto latino uno de los retos más grandes, que es lograr derrotar el voto antisistema. Pero si logra el voto latino ser definitivo en esta elección, estoy seguro de que a partir de ahí van a tener una movilización permanente y una consciencia que no tendrá retorno en hacer valer el peso de esta diáspora latina y mexicana en los Estados Unidos.

 

Me parece una gran idea a los promotores de “Diles que voten”, creo que estamos dentro del margen de la ley, se vale, hay que plantear en México las consecuencias que tendría que, en caso de que ganara Donald Trump para los mexicanos y hacerles saber a los parientes de las familias mexicanas que están y trabajan en Estados Unidos, incluso van a la guerra, que tienen que votar por Hillary por el bien de los Estados Unidos y por el bien también de México.

 

Muchas gracias.

 

Felicidades al señor Villaraigosa por estar aquí. Bienvenido otra vez.

 

SENADOR JUAN GERARDO FLORES RAMÍREZ: Muchas gracias, Mario.

 

Le voy a ceder el uso de la palabra a la senadora Gabriela Cuevas. Antes de eso, me gustaría también hacer unos muy breves comentarios sobre lo que se ha expresado aquí esta mañana en esta mesa.

 

Empezaría de manera fundamental por el objetivo central, que es el de apoyar o apuntalar este esfuerzo promovido por Roberto Trad y otros compañeros de lucha, yo diría, con él, que es el tema de esta campaña de “Diles que voten”. Me parece que es fundamental, entre otras razones, por lo que por ejemplo nos decía Lorena Becerra hace un momento sobre el tema del perfil del votante o del perfil de los latinos en Estados Unidos en el sentido de que el promedio de edad es de 28 años, que es más de la mitad, si no me equivoco, el electorado latino es menor de 35 años; 60 por ciento de los latinos es menor de 35 años.

 

En general, estamos hablando de un perfil de votantes que espera otro tipo de información, me parece que ya no es el votante que recibe información a través de los spots de televisión; es un votante que se allega de información por otros medios, sobre todo ahora los medios digitales, como son las redes sociales. Y sin duda, me parece que, como decía mi colega Héctor Flores, al Senado creo que le hace falta tener una mayor actividad para promover los intereses de los mexicanos en Estados Unidos, sobre todo por la comunidad tan grande de mexicanos que hay en Estados Unidos.

 

Y nada más para terminar, yo retomaría un concepto en el que coincido plenamente con Roberto, sobre el tema de este riesgo de permanencia o proyecto a la modernidad. Hace alrededor de dos meses la senadora Cuevas, me parece que el senador Héctor Flores también nos acompañaba en unas reuniones con legisladores polacos. Nos manifestaban su preocupación sobre cómo, por ejemplo, el tema de los migrantes o los inmigrantes polacos en el Reino Unido fue utilizado por los promotores de la campaña a favor del Brexit; de cómo se polarizó también la sociedad en el Reino Unido, cómo se eligió un enemigo común, en ese caso eran los trabajadores polacos que estaban aportando a la economía del Reino Unido.

 

Y es un fenómeno que desafortunadamente estamos viendo hoy en día en varios países. Me parece que nuestro papel como legisladores, como gente que se dedica a la cuestión pública, es atajar por cualquier medio ese tipo de discurso, de dar elementos, de aportar información como decía Armando hace un momento. Por ejemplo, es necesario que difundamos mayor información sobre el impacto económico por ejemplo, de lo que se está proponiendo.

 

Me parece que vamos bien, pero me parece que tenemos que intensificar las cosas y yo celebro por supuesto esta iniciativa de “diles que voten”. Por mi parte estoy aportando mi granito de arena.

 

Pero sí también de lo que decía Mario sobre este voto antisistema, me parece que hay que echarle muchos kilos en las próximas dos semanas, porque ese es un enemigo muy fuerte.

 

Yo lo he detectado con gente latina con la que he platicado de este tema, que efectivamente están desencantados de lo que esta administración les entregó, y creo que ahí hay un dato importante.

 

Son mis reflexiones.

 

Y, finalmente, por favor, senadora Cuevas.

 

SENADORA GABRIELA CUEVAS BARRON: Muchas gracias, senador Flores, por su extraordinaria conducción de esta sesión. Lo vamos a promover para que conduzca las de la Comisión de Relaciones Exteriores también.

 

Nada más antes de concluir, quisiera hacer un par de reflexiones.

 

La primera es que aquí se ha hecho un gran énfasis en el voto latino, también el voto de los Millennials. Pero si lo vemos también en lo que hoy significa, y como lo decía Roberto, en ese gigante que hoy queremos que despierte pero que no se vuelva a dormir; si lo pensamos a futuro, es una campaña “Diles que voten”, que debe llegar para quedarse. Y que debe tener compromisos desde hoy y hacia adelante muy importantes.

 

Cada año 800 mil latinos cumplen 18 años de edad en los Estados Unidos. Y esta cifra seguirá por supuesto creciendo, y tan es así que se calcula que hacia el año 2050 la población hispana crecerá en un 85 por ciento.

 

Es por ello que, y aquí seguramente varios coincidimos con la editorial que tuvo el diario The New York Times, donde tal cual lo titulaba “A votar” en español. Y donde el llamado fue precisamente a estas comunidades que hoy han permanecido silenciosas, al margen.

 

Un poco lo decía también Roberto, pasar de un gobierno que de aquí los expulsó a uno que los persigue; bueno, de uno que te roba y el otro que te persigue. Pero al final que tu esperanza sea estar mejor donde te persiguen, tampoco es una esperanza que nosotros debamos resignarnos para nuestros connacionales.

 

Lo que los mexicanos aportan a los Estados Unidos, y yo aquí no me atrevería a llamarlos ilegales. Lo que los mexicanos indocumentados aportan nada más en impuestos en los Estados Unidos al año, es de 1.7 billones de dólares, y no reciben absolutamente nada a cambio, porque como no tienen documentación, no existen para ese gobierno.

 

Y si de ahí lo traducimos a la ciencia, a las artes, a la cultura, incluso al espectáculo; o lo vemos incluso en temas tan estratégicos como la agricultura, la presencia y el poder de los hispanos resulta innegable y resulta extremadamente necesario para los Estados Unidos.

 

Sin embargo, y a pesar de todo lo que hemos platicado aquí, de ser la diáspora más grande que existe en el mundo hoy, insisto, es utilizada como piñata electoral a la población mexicana y a todos los migrantes.

 

Es por ello que el día de hoy yo quisiera nada más cerrar esta reunión con una petición para mis compañeros senadores, ya que aquí hay senadores de distintos partidos políticos. Me parece que, si bien el Senado tiene ahora una campaña muy importante resaltando la necesidad y la importancia del concepto de Norteamérica, creo que podríamos pedirle al Senado de la República, a nuestra Mesa Directiva, que los espacios destinados en medios para el Senado sean destinados a esta campaña.

 

Que podamos pedir que, habría que buscar una muy rápida producción, pero ya todos sabemos que Norteamérica es importante y es algo que no nos queda mucha duda a los mexicanos. Pero parece que lo que no sabemos es el poder que tenemos para llamar a votar en los Estados Unidos.

 

Así que quisiera pedir aquí el apoyo de mis compañeros y que podamos armar esta estrategia y esta campaña lo antes posible, dados los tiempos que nos comentaba Roberto Trad, de que son dos o tres semanas para que puedan registrarse para votar.

 

Si pudiéramos tener más información sobre esas fechas, sería mucho más sencillo presionar incluso aquí al Senado de la República a que esa campaña suceda, y que suceda también de manera permanente.

 

No es una campaña, insisto, que deba ser de una coyuntura, sino que llegue para quedarse.

 

Originalmente, debo decirlo, estaba planeado que tuviéramos una sesión de preguntas y respuestas, pero muchos de nuestros panelistas tienen tiempos restringidos y todavía debemos acompañar al Alcalde Villaraigosa a una rueda de prensa en la que seguirá promoviendo esta campaña “Diles que Voten”.

 

Antes de dar por concluida la reunión, quisiera pedirles a todos que nos ayuden, que estén “twitteando”, que lo estén metiendo a Facebook, a Instagram, a todo lo que puedan, “Diles que Voten”, tanto pues en las campañas, pero también muy importante hace rato, cuando Roberto nos pedía que levantáramos la mano, había muchas manos aquí levantadas.

 

Hagamos ese ejercicio y digámosle a todos nuestros amigos, familiares, conocidos en los Estados Unidos: “digámosles que voten”.

 

Muchas gracias a todos por estar aquí.

 

Muchas gracias por esta buena convocatoria Roberto.

 

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