Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión estenográfica del mensaje del senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la clausura de la presentación de la colección “Los Mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales”, Inventario de México en 2015.

SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Muy buenas tardes tengan todos ustedes, bienvenidos al Senado de la República.

Quiero dar la más cordial bienvenida y nuestro agradecimiento por participar en esta ceremonia de clausura, al doctor Lorenzo Córdova Vianello, en su doble condición: en su condición de académico, de destacado académico, pensador de la política, pensador de la democracia, de los derechos humanos, de las instituciones de la República; su aporte no solamente como presentador de uno de los estudios de esta importantísima colección, sino sobre todo por las reflexiones que ha hecho en este recinto a propósito de su intervención. Y en su condición de presidente del consejo general del Instituto Nacional Electoral.

El agradecimiento del Senado por la enorme cercanía que hemos tenido en distintos momentos, como dos instituciones de la República, en esa relación republicana; en la relación de colaboración y de cooperación, lo decía con muchísima sobriedad, pero creo que cuando hemos construido las reformas electorales, cuando hemos discutido las políticas públicas que tienen que ver con el fortalecimiento de nuestra democracia; siempre hemos tenido el acompañamiento del INE, el acompañamiento técnico del INE, de sus consejeros, de sus áreas y eso es invaluable para quienes tenemos la responsabilidad de legislar.

 

Quiero aprovechar también la oportunidad para reconocer el trabajo del Instituto Nacional Electoral en las pasadas elecciones.

 

Como él bien decía, en todos los procesos electorales hay elecciones, y en todos los procesos electorales la autoridad se pone a prueba. Y a medida en la que las pruebas sean resueltas con institucionalidad, con capacidad, y derivemos de cada prueba lecciones, lograremos el cometido del fortalecimiento progresivo en nuestras instituciones.

 

Yo estoy seguro que el Instituto Nacional Electoral tiene apuntadas las lecciones de este proceso electoral. Debiéramos tener nuestra propia lista los actores políticos, los contendientes, los partidos políticos, las instituciones que nos encargamos de resolver los problemas sociales, pero no podemos demeritar bajo ninguna razón el desempeño ejemplar del Instituto Nacional Electoral.

 

Cada proceso electoral tenemos en nuestras manos la certeza, la institucionalidad, la autonomía, la imparcialidad del INE.

 

No exento de problemas, dilemas y dificultades. Pero gracias a un esfuerzo de muchas décadas de fortalecimiento institucional hoy tenemos un árbitro que interviene, un árbitro que da certeza de los resultados, un árbitro que ha ido asumiendo funciones, atribuciones y responsabilidades en buena medida como reconocimiento de sus propias fortalezas.

 

De nueva cuenta, Consejero Presidente, transmítale a nombre del Senado de la República a los consejeros, a las áreas técnicas del INE y a las miles de personas que participan organizando elecciones nuestro reconocimiento y nuestro aliento a seguir en la construcción de mejores instituciones para nuestro país.

 

Quiero agradecer a la Universidad Nacional Autónoma de México, al Instituto de Investigaciones Jurídicas esta actividad que se enmarca en nuestro calendario de celebraciones por el Centenario de la Constitución.

 

Una de las celebraciones de las actividades más gratas es justamente esta: la presentación en 26 conferencias de una aproximación metodológica absolutamente novedosa en las culturas jurídicas del mundo.

 

Decía la maestra Julia Flores, a la cual le agradecemos todo su empeño y todo su esfuerzo, su presencia en estas actividades, decía que éste es el primer ejercicio en el que se ha podido medir cuantitativamente los sentimientos y los resentimientos de la nación mexicana con respecto a sus instituciones.

 

Y la frase es verdaderamente una perla, porque, en efecto, de ese se trata esta colección.

 

Se trata, por un lado, de analizar el sentido constitucional de nuestros ciudadanos. Cómo entienden las instituciones de la República, cómo entienden las nuevas constituciones, cómo entienden a la propia Constitución, cómo entienden la función que tienen las normas constitucionales en la ordenación de nuestras convivencias.

 

Pero al mismo tiempo es un estudio que nos permite revisar, estudiar, medir el patriotismo constitucional; es decir, el apego de los ciudadanos a los principios, a los valores y a las instituciones que por mucho tiempo hemos configurado.

 

Uno abre la Constitución y piensa que esas instituciones fueron una suerte de revelación actual, cuando en realidad hay una larguísima y muy profunda historia en la confección de esas instituciones.

 

Historia que nos trasciende como generación, de la cuál somos herederos, y sin lugar a dudas también heredaremos a las próximas generaciones el aparato institucional que con empeño, aprendizajes y decisión política podemos ir construyendo a lo largo del tiempo.

 

De verdad que es una de las colecciones más ambiciosas, porque siempre nos habíamos aproximado al estudio de la Constitución desde la perspectiva de la dogmática: la reconstrucción histórica, la reconstrucción interpretativa, proponiendo formas de entender a la Constitución y sus instituciones, pero nunca habíamos aproximado, no nos habíamos aproximado a la Constitución desde el propio entendimiento –permítanme decirlo así– cotidiano y común de la propia Constitución. Y creo que eso es lo verdaderamente revelador de estas colecciones.

 

Pudimos medir cómo se siente el ciudadano con respecto a las instituciones en el marco federal, cómo ve sus propios derechos, cómo ve a sus autoridades electorales, qué le preocupa sobre la cultura política, sobre el avance democrático, cómo ve incluso la propia democracia, cómo ve al Estado, dónde están las principales demandas de los ciudadanos, qué tanto grado de apego existe sobre las instituciones en nuestro país. Y creo que eso es verdaderamente invaluable, no solamente para poder confeccionar mejor las instituciones sino también para renovarlas, reformarlas, actualizarlas cuando sea necesario precisamente para que nuestras constituciones puedan responder precisamente a la realidad cambiante de nuestro país.

 

Quiero también hacerme cargo de una afirmación del doctor Lorenzo Córdova: ¿Cuál es el aprendizaje social de esta elección?

 

Y si uno revisa la evolución de nuestras elecciones y los procesos posteriores de reforma o de cambio normativo a las nuevas elecciones, siempre hay un aprendizaje que motiva un conjunto de decisiones, insisto, de reforma, pero también de cambio normativo que no necesariamente son de reformas legislativas.

 

Durante una buena parte del Siglo XX la gran preocupación era canalizar la pluralidad a los espacios de visión política y se hicieron reformas precisamente para que nuestras instancias representativas también incorporaran la pluralidad social existente viva y que, en consecuencia, en los asientos de representación política estuviera reflejada la sociedad viva y actuante.

 

Después la preocupación fue por el fortalecimiento del sistema de partidos como un canal precisamente de esa pluralidad. Después vino la preocupación por la imparcialidad y la autonomía de los órganos electorales.


Posteriormente la preocupación por la equidad, que todos los contendientes tuvieran las mismas condiciones para poder acceder al poder.

 

Luego vino una reflexión sobre la equidad en el acceso a los medios de comunicación, que nos llevó a una reforma profundísima en el modelo de comunicación política.


Luego vino una reflexión sobre nuestro federalismo político a dos velocidades, es decir, una institucionalidad muy fuerte y muy robusta a nivel federal para organizar procesos político-electorales y por el otro lado una institucionalidad muy débil a nivel local, que hacía diferencia fundamentalmente dónde un ciudadano nacía o vivía, sociedades mucho más avanzadas en nuestro propio país, en términos políticos y democráticos y sociedades todavía que vivían bajo ciertos resabios de modelos autoritarios.

 

Y ahí nos quedamos en la última reforma, en crear un estándar de calidad nacional a nuestros procesos políticos y por eso le dimos al INE atribuciones de alcance nacional, no solamente organizar las elecciones federales.

 

¿Cuál es, a mi juicio, el principal aprendizaje de esta elección?

 

Lo voy a frasear de esta manera: creo que la calidad del debate público ha tocado fondo. Estamos en un verdadero déficit de debate público.

 

Yo afirmé hace unos días en alguna columna, que la ociosidad comunicacional de los contendientes es la madre de todos los vicios y en consecuencia, cuando no hay espacios, canales de debate, para contrastar ideas, ejercicios para poder revelar la musculatura racional, las fortalezas personales de los contendientes, cuando no hay esos espacios, surgen los anonimatos, las calumnias, la legión de anónimos, las filtraciones, las intervenciones en la vida privada.


Creo que cuando una sociedad tiene una cultura fuerte de debate público, estas distorsiones tienden a inhibirse o por lo menos a desplazarse.

 

Cuando una sociedad debate profundamente sus problemas y cuando hacemos de cada episodio electoral un debate sobre nuestra realidad y sobre los destinos de nuestra propia realidad, creo que se apagan, se apaciguan muchos de estos incentivos a hacer de las campañas electorales, ejercicios de publicidad en la que todo se vale.

 

Y creo que lo que podemos hacer como aprendizaje inicial de este proceso electoral, por supuesto cada partido, cada organización política, la propia autoridad, el congreso, tendrá que hacer reflexiones en la parte que le toca.


Pero como sociedad, creo que la principal y más importante reflexión es qué tipo de debate público queremos en nuestra sociedad y cuántos canales, cuántos conductos, cuántas plataformas y espacios queremos para debatir nuestros problemas, para elegir a las personas que van a enfrentar esos problemas, pero también para construir juntos las decisiones a esos problemas, porque de eso trata en una democracia, de deliberar para encontrar juntos las soluciones a nuestros problemas.

 

Creo que ahí está la principal reflexión en estas primeras horas después del proceso electoral.

 

Cómo sustituir el incentivo a la calumnia, la mentira, la injuria, a la denigración, a los anonimatos por una fuerte cultura política, democrática, en la cual todos nos haremos responsables de lo que decimos y de las consecuencias de lo que decimos.

 

En consecuencia, creo que esta colección, esos 26 tomos, 26 estudios sobre aspectos muy concretos de nuestra institucionalidad, nos puede dar cuenta y nos puede generar un espacio de una mejor comprensión de nuestras instituciones pero siempre viendo que nuestra realidad nos va revelando nuevos desafíos, y que nuestra realidad es al final de cuentas el principal derrotero que tenemos que atender desde la actividad política.

 

Quiero agradecer al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional.

 

Quiero agradecer a todos los académicos que participaron en este ejercicio.

 

Por supuesto al Presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, al senador Burgos, por el acompañamiento y el decisivo empeño por llevar a cabo nuestro calendario de 100 Actividades por los 100 años de la Constitución.

 

Al doctor Lorenzo Córdova, por la doble condición en la que hoy nos visita.

 

Y sobre a todos los que asiduamente participaron en el Senado de la República, en las reflexiones sobre nuestra cultura constitucional, sobre nuestro constitucionalismo y sobre todo sobre el futuro de nuestro patriotismo constitucional.

 

Me toca hacer el momento ceremonial de la clausura. Les ruego ponerse de pie para no obviar ese momento que finaliza nuestras actividades y que finaliza también este encuentro.

 

Y siendo las 13 horas con 16 minutos, del miércoles 8 de junio de 2016, el Senado de la República y la Universidad Nacional Autónoma de México, damos por concluidos estos seminarios de presentación de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos”, en una colaboración estrecha y en el ámbito de nuestra conmemoración del Centenario de la Constitución.

 

Muchísimas gracias a todos.

 

Enhorabuena y buenas tardes.

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