Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

(Primera parte)

SENADORA MAKI ESTHER OTRIZ DOMÍNGUEZ: Doy la bienvenida a nuestros ponentes:

El maestro Raúl Martín del Campo Sánchez.

A la doctora María Elena Medina Mora, gracias por estar aquí, me da mucho gusto verte.

El doctor Rafael Camacho Solís.

Y también al maestro Raúl Martín del Campo Sánchez.

Doy también la bienvenida a los medios de comunicación, a mis compañeras y compañeros senadores y a todas las personas que están hoy en este tema de regulación del consumo, en relación con el tratamiento de adicciones.

Como bien sabemos, el objetivo primordial de las audiencias tiene que ver con analizar y valorar el status jurídico actual de la marihuana, sus usos médicos y las iniciativas que se tienen para dictaminar; todo ello para valorar si la regulación de esta sustancia es la alternativa idónea.

Sin embargo, el tema que hoy nos atañe es de suma importancia para nuestro país, ya que sabemos que generar perspectiva más amplia sobre cómo sería un posible panorama frente a la regulación del consumo de marihuana y sus consecuencias, ligadas a un tratamiento por posible adicción, es un tema muy importante.

Las principales causas de morbimortalidad que afectan actualmente a nuestra población, tienen que ver con enfermedades crónico degenerativas, como los padecimientos que conocen: cardiovasculares, respiratorios, renales, el cáncer, entre otros; y que se originan a partir de estilos de vida inadecuados en las personas, combinados con factores genéticos y ambientales.

También es cierto que esta realidad nos obliga, desde años atrás, tanto al Congreso de la Unión como a las autoridades sanitarias, a incluir las herramientas necesarias en la Ley General de Salud para promover y orientar todas y todos los mexicanos sobre estrategias y políticas públicas de atención médica preventiva, con lo que se busca disminuir este tipo de enfermedades.

Lo anterior, no sólo implica un menoscabo en la calidad de vida de los pacientes, sino también en la economía del país, ya que se trata por lo general de personas que enferman en edades productivas.

En nuestra nación, las adicciones representan un problema de salud pública ante el cual desde hace tiempo, se ha emprendido una lucha constante. Por ejemplo, contra el tabaco, con la finalidad de reducir su consumo a través de estrategias de inclusión, de pictogramas y advertencias en los empaquetados; la prohibición de la publicidad y en muchos estados, cada vez más, los espacios cien por ciento libres de humo, entre otras cosas.

Sumado a lo anterior, los menores experimentan con el alcohol, marihuana y los inhalantes a edades cada vez más tempranas; lo que se asocia a graves consecuencias en la salud y cuyo tratamiento y rehabilitación implica altos costos, tanto a la familia como al sistema sanitario.

Además, de enfatizar otra consecuencia como el abandono escolar, las prácticas sexuales de alto riesgo, embarazos no planeados, violencia, lesiones, entre otras.

Lamentablemente y a pesar de los esfuerzos realizados, sabemos que aunque la venta de tabaco y alcohol se encuentra prohibida en menores de 18 años, éstos logran conseguirlas a través de otros adultos o de la delincuencia organizada o bien de pequeños comercios que no respetan el límite de edad.

En el caso particular de la marihuana, de acuerdo con datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones 2013, que recaba información de presentas en tratamiento, el porcentaje de pacientes que reportó a la marihuana como droga de inicio, fue de 16 por ciento, de los cuales 83.9 por ciento continúa con una segunda droga como el alcohol; y 72.9 por ciento continúa con una tercera, donde la más común es la cocaína.

Evidentemente el grupo más vulnerable es el de las niñas, niños y adolescentes.

Aunado a ello y debido al proceso de desarrollo en el que se encuentran, el consumo de marihuana en menores daña su salud, afectando al Sistema Nervioso Central, el Sistema Respiratorio y cardiovascular, su desarrollo cognitivo en cuestiones de aprendizaje, memorias y los procesos de atención selectiva.

Asimismo, el consumo de esta sustancia incrementa el riesgo de lesiones relacionadas con el abuso, tales como accidentes y violencia.

En esta mesa se expondrán ampliamente estas y otras consecuencias que no sólo tienen que ver con la salud de las personas sino con aspectos como la limitada infraestructura y personal especializado existente para el tratamiento de adicciones.

Los programas de prevención, el impacto económico debido a las muertes prematuras y el incremento de enfermedades crónico-degenerativas asociadas al consumo de sustancias psicoactivas.

Las ponencias de hoy, al igual que las de días pasados, estamos seguros que aportarán conocimiento fundamental para todos, para la formación de un criterio.

Pero lo más importante: para tener las bases esenciales que impliquen hacer decisiones certeras para todos los mexicanos.

Es también una deficiencia y debo de volverla a recalcar, el problema que tenemos de la limitada inversión en investigación sobre este tema.

Muchas gracias.

A continuación, le voy a pedir a nuestra senadora María Elena Barrera, quien va a ser la coordinadora de esta mesa, que pueda por favor proceder.

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias. Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.

Efectivamente, el día de hoy estamos convocados para llevar a cabo la séptima mesa de trabajo que hoy se enfoca específicamente en la regulación del consumo en relación al tratamiento de las adicciones.

Ya le hemos dado la bienvenida a nuestro Consejo Técnico, a mis compañeras senadoras y a todos quienes nos escuchan y nos ven por el Canal del Congreso y a los medios de comunicación.

Pues bien, el tema, seguiremos trabajando en ello, y solamente para abrir de boca y como lo ha hecho la senadora Maki Ortiz, solamente adicionar algunas cifras, datos duros de referencia específica de México.

Y me refiero a que, de acuerdo a Conadic, el 60 por ciento de los pacientes que llegan a tratamiento por consumo de marihuana son menores de edad.

Asimismo, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, drogas ilícitas, sobre todo aquellas que tienen prevalencia en el consumo en la población de 12 a 65 años de edad es del 1.5 por ciento. La marihuana es la droga con mayor prevalencia con 1.2 por ciento.

De 2008 a 2011 el consumo en hombres pasó de 1.7 a 2.2 y el número de dependientes pasó de 450 mil en 2008 a 550 mil en 2011.

Diversos estudios demuestran que por cada dólar invertido en prevención, se pueden ahorrar hasta 10 dólares en gastos futuros.

Se estima que sólo uno de cada seis consumidores con problema recibe hoy el tratamiento que necesitan.

Y para poder extender y darnos mayor información están nuestros ponentes.

Primero le pediría la participación especial a nuestra senadora Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos para que hiciera su intervención, y posteriormente pasaríamos ya a la presentación de nuestros ponentes.

SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: Gracias, senadora Barrera.

Simplemente no me voy a extender. Creo que hay muchas preguntas que están en la discusión que tienen que empezar a encontrar cuáles son reales, en el sentido de que se pueden confirmar cuáles datos son verídicos, cuáles enunciados tienen un contexto científico.

Creo que esta séptima mesa va a seguir coadyuvando a darnos todos esos elementos que necesitamos para cuando nos sentemos a dictaminar las iniciativas diversas que presentan y que presentarán senadoras y senadores, si es que somos la cámara de origen en la materia.

Y ene se aspecto yo no quiero hablar de las cifras, porque oigo, leo y de repente algún artículo te dice unas cifras y luego tienes otras cifras. Por eso es muy pertinente que precisamente quienes están hoy en esta mesa van en el sentido de poder ayudarnos a contestar, a identificar con mayor pertinencia, a partir de su trabajo, cómo ven el problema del consumo de quienes tienen necesidad de un tratamiento a una adicción, cuando la tienen respecto a la marihuana, pero también los datos que nos reflejen y evidencien lo que yo estaba diciendo, también los mitos.

Porque parecería que toda la gente que se ha echado un toque alguna vez en su vida ya es un adicto y entonces mucho cuidado con eso o que lo haga de vez en cuando, entonces ya estás frente a un problema.


Los pacientes problemáticos, efectivamente vamos a tener aquí también alguna participación de alguna experiencia anónima que esté inscrito en ese sentido, pero me parece muy importante y relevante que escuchemos desde el Instituto Nacional de Psiquiatría a la doctora María Elena Medina Mora, que tiene una gran experiencia en esta materia, mucho tiempo trabajando.

Sin lugar a dudas el doctor Rafael Camacho Solís, que además conocemos su trabajo en la ciudad de México y por supuesto nos parece muy relevante también seguir, ahora ya de manera docta, como ponente, escuchar al doctor Martín del Campo.

No va a ser fácil, pero me parece que sí es necesario que identifiquemos y nos ayuden ustedes, quienes son las personas que están trabajando en esto, nos den la ruta con mayor claridad para insisto, lo repito, quitarnos mitos, quitarnos tabúes y sobre todo identificar la magnitud del problema, que va mucho más allá de otorgarle, de tener las condiciones de darle los medicamentos que requieren estas niñas y estos niños, como el caso de Grace, sino la complejidad del problema ahora relacionado con el consumo.

Simplemente dar la bienvenida a esta mesa del programa que va a ser, como tú misma decías, la senadora Maki decía, se van construyendo estas tres mesas, la de antier, la de ayer y la de hoy, van delineadas justamente a orientarnos con mayor precisión en la parte médica, en la parte de la salud y por lo tanto hoy terminaríamos esta fase aquí, en el Senado de la República, y por supuesto simplemente dar la bienvenida a quienes van a ser nuestros ponentes y por supuesto al Consejo Técnico y a quienes nos ven y han venido todos los días.

Vienen y vienen y quiere decir que tienen un interés. Bienvenidas y bienvenidos también quienes están allá, de aquél lado atentas y atentos a este debate que damos, histórico en México y que seguramente tendremos que también decidir de manera histórica los cambios que requiere la legislación.

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias querida senadora.

Tendremos pues entonces nuestra primera participación. Será del maestro Raúl Martín del Campo Sánchez.

El maestro Raúl Martín del Campo es Director General de Atención y Tratamiento de la Comisión Nacional contra Adicciones.

Es licenciado en psicología por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, con maestría en psicología de la salud, con residencia en adicciones en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Cuenta con 17 años de experiencia en prevención y tratamiento de adicciones.

Ha brindado tratamiento para la rehabilitación de farmacodependientes en instituciones públicas y privadas con modalidad residencial y ambulatoria.

Ha laborado en la Comisión Nacional contra las Adicciones en diferentes periodos.

Se ha desempeñado como Jefe de Departamento de Proyectos Especiales, Director de Coordinación de Programas, Coordinador de Observatorio Mexicano del Tabaco, Alcohol y Drogas, y Director General de Atención y Tratamiento de Acciones, cargo que actualmente ostenta en esta institución.

También participó en el desarrollo inicial del modelo de centros de atención primaria a las adicciones, y en la creación de 30 centros de atención primaria a las adicciones, así como proyectos innovadores que ahora se aplican a nivel nacional.

En el Estado de México, fundó y dirigió el Instituto Mexiquense contra las Adicciones, que efectivamente fue el primer organismo público autónomo en el país, encargado de la reducción de la demanda de alcohol, tabaco y drogas, y se desempeñó también como Coordinador Estatal de Salud Mental.

Participó en la Universidad de Texas y en la Universidad Johns Hopkins, en diversas investigaciones relacionadas con el diagnóstico epidemiológico del consumo de substancias adictivas en el Estado de México.

Muchas gracias.

Bienvenido maestro.

MAESTRO RAÚL MARTÍN DEL CAMPO SÁNCHEZ: Muchísimas gracias senadora.

Muchas gracias por el espacio que nos otorgan a Conadic para tratar este tema.

En primer lugar quisiera recordarles que la misión de la Comisión Nacional contra las Adicciones es promover la salud de los mexicanos a partir de implementar intervenciones que puedan proteger de los riesgos del consumo de substancias tanto legales como ilegales, a la población mexicana.

Y en ese sentido el Comisionado Manuel Mondragón y Kalb lo ha dicho ya en repetidas ocasiones: si alguna de estas substancias cambia su estatus de legal a ilegal, o de ilegal a legal, la misión de la Conadic sigue siendo la misma: es atender a las personas que lo necesiten por los riesgos asociados a este tipo de consumo.

Sí quiero partir yo de ciertas premisas respecto, en concreto, al consumo de marihuana.

La marihuana genera daños a la salud y tiene un potencial adictivo. Es un problema de salud pública por sus dimensiones y por el impacto que tiene en la población.

Se requiere fortalecer todos los medios y campañas que pueda haber para informar mejor a la población con información veraz sobre los riesgos que implica el consumo.

La movilización comunitaria es fundamental en este sentido. El trabajo que se tiene que hacer, se tiene que hacer junto con la ciudadanía y junto con los líderes en las comunidades, y un trabajo coordinado también con los sectores y los diferentes órdenes de gobierno.

Puede atenderse este consumo con estrategias que son diversas, e intervenciones que son variadas en diferentes niveles de acuerdo al nivel de problemática que presenten los usuarios y éstas pueden ir desde información, educación, intervenciones breves, hasta inclusive la reducción de riesgos en aquellos usuarios adultos que no quieren atenderse.

Por tanto, parte de la misión de la Conadic y que está establecida en el programa de acción específica para la atención de adicciones, habla de la posibilidad de ofrecer intervenciones con calidad, con el respeto a los derechos humanos y sobre todo también posicionar la promoción del respeto al derecho a la salud.

Algo que ya hemos platicado en diferentes foros es precisamente que el consumo en México está despenalizado.

Sin embargo, estamos totalmente de acuerdo en que es necesario revisar las cantidades permitidas para el consumo personal inmediato y el procedimiento de divulgación de los indiciados a los sistemas de prevención y tratamiento que existen en nuestro país.

Ya se habló en la semana, de los diferentes daños asociados al consumo de marihuana, aunque algunos ponentes el día de ayer hablaron de estudios excepcionales donde se cuestiona alguna metodología en los estudios; nosotros desde el principio del debate ofrecimos un estudio que nos pidió el Comisionado hacer, en donde ofrecimos 300 referencias bibliográficas científicas, donde se habla de estos daños asociados en diferentes estudios.

Algunos de estos datos tienen que ver con un cuerpo de varios estudios que coinciden en las mismas conclusiones sobre los daños asociados en estudios clínicos, estudios de laboratorio, revisiones sistemáticas y meta análisis, donde se revisa un cuerpo variado de diferentes estudios que llegan a conclusiones similares.

Y bueno, recordar pues los daños asociados que tienen que ver con diferentes aparatos y sistemas en el organismo, principalmente en el sistema nervioso central, en el cerebro; y asociado con algunos trastornos psiquiátricos, estudios donde se documentan los episodios psicóticos por la intoxicación y la mayor vulnerabilidad para el desarrollo de esquizofrenia en aquellos que tienen ya una vulnerabilidad presente.

Además del mayor riesgo de estar involucrado en accidentes de tránsito y en el empleo de maquinaria.

En los efectos específicos para los adolescentes, bueno, se habla de cómo se afecta la maduración cortical del cerebro, cómo se dañan algunas estructuras como el hipocampo y la amígdala, que tienen que ver con el manejo de emociones, el control de impulsos, la memoria y la cognición.

Y precisamente también que muchos de estos daños pueden ser reversibles, pero en muchos de los sujetos son daños que son irreversibles.

Se ha estimado la carga mundial de enfermedad respecto a las drogas ilícitas, esta carga de discapacidad ajustada a años de vida, ha aumentado un 52 por ciento entre 1990 y 2010; y la dependencia a la cannabis contribuye al 10 por ciento de esta carga de años vividos con discapacidad en sus usuarios.

Ya mencionaron, la marihuana es de las drogas ilegales, la más consumida y los diferentes estudios de la Encuesta Nacional de Adicciones nos marcan una tendencia a su incremento; y en la Encuesta Nacional de Estudiantes, que se realizó con el Instituto Nacional de Psiquiatría, donde se evalúa a estudiantes de Secundaria y Bachillerato y por primera vez se evalúa a estudiantes de Quinto y Sexto de Primaria, tenemos que la marihuana también es la sustancia más consumida.

Es la segunda línea de columnas que está en esa gráfica. Son 1 millón 100 mil alumnos los que han probado la marihuana y aquí siempre queremos ser muy claros, estamos hablando de algunos que han probado la marihuana, es decir, consumo alguna vez en la vida, no estamos hablando aquí de alumnos que sean adictos a la sustancia. Un millón 100 mil la han probado, eso es 1 de cada 10 estudiantes.

Y para aquellos que argumentan que el hecho de que sea una sustancia prohibida o no prohibida, no influye en que los jóvenes tengan acceso a ella; bueno, a la hora que comparamos las prevalencias del consumo de marihuana con las de alcohol y tabaco, nos damos cuenta que el alcohol se ha probado cinco veces más y el tabaco tres veces más que la marihuana, entonces el hecho de que tengamos barreras de accesibilidad hacia nuestros jóvenes, sí influye en que haya en general, una prevalencia menor de quienes las han probado.

Para el estudio de cuarto y quinto de Primaria, tenemos que cerca de 106 mil niños de cuarto y quinto de Primaria, es decir de 10-11 años, ya han probado también la marihuana.

Y aquí sí ya hablamos de las necesidades de intervención, estamos hablando aquí de que 700 mil alumnos requieren atención; de éstos, 580 mil requieren una intervención breve y 130 mil ya requerirían un tratamiento especializado por el consumo de todas las drogas ilegales.

Si ubican en esta gráfica las columnas que están en rosa, podremos ver que estas encuestas que se hicieron entre 1991 y 2014, antier alguien preguntaba si eran comparables: sí son comparables, sí tienen la misma metodología, sí son comparables.

Y lo que tenemos es que en el caso específico de la marihuana creció siete veces en los últimos 23 años, quienes la han probado; cinco veces en hombres y 16 veces en mujeres, quienes han probado la marihuana.

En el contexto del consumo dentro de nuestro continente la gráfica en oscuro es lo que representa a México.

Vemos que para lo que es América del Norte hay países que nos superan respecto a la prevalencia en último año, que son: Canadá, Estados Unidos, Belice y Costa Rica, y respecto a América del Sur nos supera por mucho Chile y Uruguay. Estamos más o menos al nivel de, nos supera también un poco, perdón, Argentina.

También vemos que algo que ha estimado la doctora Medina Mora y su equipo, el doctor Jorge Villatoro, tiene que ver con lo importante que es que está bajando la percepción de riesgo en los adolescentes. Es decir, nuestros adolescentes cada vez, digamos, conciben menos que la marihuana pueda tener daños a la salud, con que sea mucho más probable que la hayan probado.

Hay una relación muy importante entre percepción de riesgo y el haber probado la sustancia. Por lo mismo es que nosotros siempre estamos hablando de la importancia de las campañas preventivas y de todas las acciones para que nuestros adolescentes cuenten con una información veraz.

También lo que es la tolerancia social. Es decir, que el mejor amigo considere que no hace daño, que no genera problemas el consumo de marihuana, pues ahí está también la relación muy clara con la probabilidad de haber probado la sustancia.

Vemos que respecto a las sustancias ilegales el 30 por ciento el 18 por ciento de las mujeres de este estudio en estudiantes les han ofrecido, regalado o vendido alguna sustancia ilegal.

Y quiero nada más, por el contexto en el que estamos trabajando ahora, que se vea que en Estados Unidos precisamente haya una mayor exposición respecto a marihuana.

Ahí lo que se ve, lo que está apuntado con la flecha es: Los estudiantes en Estados Unidos que consumen marihuana y que refieren que esa marihuana se las regaló un adulto que la consume con fines médicos, marihuana fumada.

Tenemos que el 30 por ciento de estos alumnos dicen que se las venden o se las regalan a algún adulto al que le dan la marihuana con fines medicinales.

Ya hablando de las características de los estudios de tratamiento en nuestro país, el SISVEA reporta a los pacientes que llegan a los centros de tratamiento privados. Estos centros de tratamiento nos dice que es la segunda causa por la que llegan; la primera es el alcohol.

Pero lo que nos llama la atención de este dato es que todos estos centros de tratamiento son de tratamiento residencial. Tenemos como segunda causa por la cual se ingresan a los centros de tratamiento residenciales el consumo de marihuana.

En los centros de atención primaria a las adicciones, que son centros que originalmente su esencia es la detección temprana en escuelas y comunidades de niños y jóvenes en riesgo o que inician el consumo, también tenemos datos sobre las solicitudes de tratamiento de esta población, aunque –y creo que la doctora Medina Mora va a retomar ese tema– la verdad es que cada vez nos llegan casos más graves.

La razón de ser de los centros de atención primaria a las adicciones sí está migrando hacia ver la manera de atender o canalizar a los casos que están llegando cada vez más graves.

Y lo que vemos ahí en la línea café que va creciendo, es la tendencia en los últimos cuatro años de la marihuana como principal droga por la que las personas llegan a tratamiento en estos centros de atención primaria a las adicciones.

De hecho, la tercera parte de los casos que atendemos en estos CAPA es por consumo de marihuana.

Si pueden ver también las solicitudes de tratamiento de adolescentes, que es el primer grupo de columnas que tenemos ahí, han crecido de manera importante las solicitudes de tratamiento.

Este año atendimos casi 19 mil casos por consumo de marihuana y creo que es importante en ese sentido no trivializar las consecuencias negativas que puede tener para la vida de un usuario el consumo de marihuana.

Nosotros no estamos de acuerdo con lo que en el panel de ayer dijo, que es que los mandaban a tratamiento porque a sus mujeres no les gustaba a qué olía la marihuana. No, nos llegan con una problemática especial que tenemos que atender y vemos que está sustituyendo la población de 12 a 17 años a la población de adultos-jóvenes de 18 a 29 años.

En los últimos dos años se triplicaron los casos de adolescentes que llegan para tratarse por consumo de marihuana y, como ya lo comentaban, el 64 por ciento de los casos que tenemos son por marihuana.

En esta tabla lo que quiero hacerles ver es que de los 150 casos que tuvimos de niños de 5 a 11 años, que tratamos por consumo de alguna sustancia, 36 niños fueron atendidos por consumo de marihuana, de 5 a 11 años.

Entonces, la marihuana ya en nuestro país, digamos todos los estados que ustedes ven sombreados con verde, es en donde marihuana es la principal droga por la que la gente va a tratamiento en estos centros de atención primaria de las adicciones; en azul está el alcohol y tenemos el caso de Colima, que es por metanfetaminas y por cristal.

Tenemos 21 estados en los que las personas van a tratamiento por consumo de marihuana, 21 de los 32.

De nuestros amigos de centros de integración juvenil, pues tenemos también estos datos en donde vemos un importante aumento, es la línea verde, de los casos que ellos han atendido precisamente por consumo de marihuana a través de los años. Vemos que de 10 años para acá esta gráfica va creciendo de manera importante.

Lo que es el observatorio mexicano de tabaco, alcohol y drogas, que ya conjunta los tres sistemas, digamos, Centros de Integración Juvenil, los CAPA y los centros privados, lo que podemos ver aquí es que es la primera droga de inicio, viene aumentando como droga de inicio y lo que vemos en la siguiente gráfica es que es la segunda droga de impacto con casi 28 mil casos que fueron atendidos este año.

Vemos también cómo de los pacientes que iniciaron con marihuana, este es el universo de los pacientes que iniciaron con marihuana, uno de cada 10 pacientes iniciaron su consumo antes de los 11 años de edad y 9 de cada 10 de los pacientes iniciaron su consumo antes de los 18 años de edad, de marihuana.

Aquí hablamos de las diferentes opciones que hay para intervenir en el caso de consumo de marihuana o de cualquier otra droga. Tenemos en azul lo que se ubica principalmente como prevención, que es la universal, para toda la población; la selectiva para los casos que están en riesgo, o sea a los que ya les han ofrecido, los que están en comunidades especialmente complicadas, los que tienen consumo de sus pares o de sus parientes, los que ya presentan algún problema de salud mental, etcétera, y la indicada que tiene ya un pie también en el tratamiento, en donde están los usuarios que han iniciado su consumo.

Tenemos ya luego las etapas de tratamiento y las etapas de rehabilitación. Lo que la Conadic pretende tener respuestas para cada uno de esos niveles de atención requeridos.

Tenemos respecto a la infraestructura a nivel nacional, primero la infraestructura pública, son estos 340 capas en más de 250 municipios; tenemos 116 Centros de Integración Juvenil y ya a nivel privado o de ONG’s casi 2 mil establecimientos de tratamiento, principalmente residenciales.

Lo que trabajamos en los CAPA son programas de intervención breve y de tratamiento ambulatorio, que han sido desarrollados por la UNAM y por el Instituto Nacional de Psiquiatría, en donde tenemos diferentes programas, dependiendo del nivel de consumo, de problemática de la persona que llega a solicitar tratamiento.

Entonces, para los nos consumidores ya hablamos de las estrategias de prevención universal, sensibilización, información, talleres de desarrollo de habilidades, actividades deportivas y culturales.


Para las personas con uso experimental, la aplicación de tamizajes, consejos breves, psicoeducación sobre los factores de riesgo, para los adolescentes con abuso de marihuana ya hay un programa de intervención breve para la población mexicana, adultos con abuso de marihuana tenemos un programa de intervención breve para usuarios de marihuana y ya con niveles de dependencia de marihuana pero que pueden estar en tratamiento ambulatorio.

Tenemos un programa de satisfactores cotidianos para usuario con dependencia a las drogas.

Entonces la mayor parte de nuestros cerca de 2 mil psicólogos, trabajadores sociales y médicos que trabajan en los CAPA están capacitados con estos programas y 70 por ciento de ellos están ya, cuentan con su título de especialidad por la UNAM respecto a este tipo de programas.

En la infraestructura privada tenemos 2 mil centros residenciales. Sólo el 2 por ciento de éstos son del sector público; 12 de ellos son establecimientos de centros de integración juvenil.

El 88 por ciento del resto de los centros son de ayuda mutua y quiero –en la siguiente- hacerles ver que tenemos 10 estados de la República que no cuentan con un centro de tratamiento residencial profesional que sea del Estado.

Entonces parte de las prioridades que tiene Conadic es ver cómo podemos generar esa infraestructura para que estos estados puedan tener las opciones de tratamiento profesional y no necesariamente tengan que depender a 100 por ciento del tratamiento por parte de la sociedad civil.

Tenemos un proceso de reconocimiento de estos centros con la Norma Oficial Mexicana 028 y tenemos 399 establecimientos que están reconocidos. Siguiente.

Por primera vez en la historia de este país pudimos, junto con Cofepris el año pasado, ir y clausurar 28 de estos centros de tratamiento que no cumplían con los requerimientos de atención médica, saneamiento básico, alimentación y derechos humanos.

Y la idea es precisamente que con esta estrategia podamos nosotros acercarnos a estos centros y ver que puedan cumplir con la normatividad, y aquellos que no cumplan con la normatividad que ya dejen de operar. Siguiente.

También tenemos un programa de certificación de consejeros. Es decir, las personas que están superando un problema de adicciones y que quieren de alguna manera poder ayudar a otras personas que tienen problemas de adicciones, coloquialmente se llaman “padrinos”, pues tenemos un programa precisamente con la Organización de Estados Americanos para poder capacitarlos y certificarlos.

Tenemos mil 300 consejeros capacitados en 16 entidades federativas y el 80 por ciento de ellos ya presentaron sus exámenes con una norma de competencias nacional y han resultado que para la consejería, resultaron competentes. Esperamos poderles dar sus papeles pronto. Siguiente.

Ya se ha hablado mucho de si aumenta o no aumenta el consumo con el cambio de estatus de las substancias.

Hay diferentes experiencias. En todas ha habido cierto aumento, después se detiene o se frena.

Hay una serie de factores asociados a esto muy importantes que no debemos de olvidar si es que se le invirtió o no a campañas de tratamiento o de prevención.

Lo que es importante es que veamos --siguiente-- que en nuestro país tenemos que apostarle a los métodos de prevención y tratamiento que requiramos.

Esta es la experiencia de Colorado, donde ya se ha hablado de que han aumentado algunos de los indicadores de esta problemática. Siguiente.

Y la verdad es que para México no tenemos todavía un estudio donde podamos nosotros estimar si cambiaría el nivel de consumo o no.

Este es un ejemplo que les traigo de una propuesta que hace Colkings para California.

A mí me gusta porque habla de que necesitaríamos poder estimar qué tan disponibles estarían realmente las substancias para adolescentes, adultos y el turismo, cómo cambiarán los patrones de consumo, qué tanto se podría invertir en prevención y qué tan efectiva pudiera ser, qué tanto se pudiera invertir en tratamiento y qué tanto se podría hacer el tratamiento accesible para los usuarios. Siguiente.

Hay un estudio que se hizo con una metodología de la CICAD/OEA. Siguiente.

Éste lo que dice es que en un escenario de legalización de todas las drogas, de todas las drogas, los costos de atención a problemas de salud en México aumentaría en un 900 por ciento. O sea, casi se irían 10 veces más altos.

En cuanto a reducción de la demanda, es decir, prevención y tratamiento se duplicarían.

En cuanto a pérdidas de productividad se duplicarían los problemas.

Y en cuanto a daños a propiedad privada también se duplicarían los posibles costos. Siguiente.

Como ya hemos dicho, nosotros estamos totalmente abiertos a revisar la tabla que se propuso por consumo personal inmediato.

Quiero decirles que esta tabla de dosis máximas de consumo la presentó un panel de expertos.

Está una de las personas que contribuyó aquí, que fue el doctor Raúl Fernández Cofre, y sería cuestión de volvernos a sentar y ver cómo podríamos tener un instrumento que nos sirviera mejor.

Porque precisamente, con lo que cierro es con algunos datos que traigo para ustedes sobre las personas que nos llegan por tener conflicto con la ley por posesión de estas sustancias, y quiero decirles que ese es el corte de 2014, todavía no tenemos el corte 2015, pero nos llegaron 576 usuarios en conflicto con la ley para ser atendidos; 482 de ellos eran consumidores de marihuana; el 97 por ciento de ellos eran hombres; el 57 por ciento tenían entre 20 y 29 años; 54 por ciento de ellos consume diariamente la sustancia; 41 por ciento de ellos reportaba consumir un cigarro de marihuana y el 45 por ciento de dos a cinco cigarros; y el 33 por ciento consume desde hace un año, mientras que el 22 por ciento consume desde hace más de 10 años.

Es decir, nos están llegando adultos jóvenes consumidores, que consumen diario pocas cantidades, algunos que inician el consumo y otros que llevan ya varios años consumiendo.

El 18 por ciento proviene del Estado de México, el 45 por ciento ya había recibido tratamiento. Es decir, también nos están llegando personas que ya habían acudido a tratamiento antes, el 84 por ciento de ellos son primodelincuentes y el 9 por ciento de ellos son personas con dos detenciones y sólo el 7 por ciento de ellos tienen más de tres detenciones.

La presentación es más larga, se las dejo. Realmente lo que sigue son anexos a los datos que les estoy dando; pero el proceso de derivación de estas personas también ha sido complicado.

Es difícil el mecanismo de comunicación entre las procuradurías de justicia y las áreas de salud de los estados; algunas personas no llegan, algunas personas cuando las derivamos a tratamiento, no llegan al tratamiento y es difícil, es muy difícil también para nosotros poderle dar seguimiento a eso.

Nuestro personal está capacitado para dar atención a las personas, atención médica y psicológica y en ocasiones las autoridades de justicia nos solicitan que vayamos a buscarlos a sus domicilios; no tenemos infraestructura para eso.

Es decir, es importante que veamos la manera de poder salvar estas dificultades y también, obviamente, de posicionar con esas personas que el que las envíen a tratamiento no es un castigo, sino es precisamente, tenemos que posicionar el tema de que es para poder promover una estrategia de mejora de la salud y darles también la elección a estas personas de ir o no al tratamiento.

Es decir, hay varias aristas de cómo quedó la ley modificada en 2009, que en la operación no nos están funcionando y la verdad es que sí queremos acercarnos con ustedes para ver cómo pudiéramos mejorar esto en aras de ofrecerles estrategias de mejor salud a las personas que están en esta situación.

Muchísimas gracias.

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias, maestro Raúl Martín del Campo.

Solamente comentarles, para conocimiento de todos, que las conclusiones serán a cargo del diputado José Guadalupe Hernández Alcalá.

La dinámica que hemos estado desarrollando es que escuchamos a nuestros ponentes, posteriormente abrimos un espacio de preguntas y respuestas, y posteriormente se pasa a las conclusiones, y en esta ocasión que es la última mesa que se lleva a cabo aquí en el Senado de la República, habrá la declaratoria final y por supuesto de clausura.

Entonces, si me lo permiten, pasaríamos a la segunda presentación del día de hoy, que yo quisiera pedirle sobre todo a los medios de comunicación, que permitiéramos el que quienes van a dar hoy sus testimonios presenciales en relación a en algún momento haber tenido la adicción de la marihuana, que pudiéramos respetar su situación de anonimato y que no saliera en las cámaras de televisión. Ni fotografías ni cámaras de televisión, si fueran tan amables.

Para ello, si ustedes me lo permiten, tendríamos nuestra primera participación, para lo cual le pediría iniciáramos con ella, por favor.

TESTIMONIO: Hola. Buenas tardes.

Yo soy Ana y actualmente permanezco en Fundación Renace I.A.P., que es una institución que tiene tratamiento residencial para el uso de sustancias psicoactivas.

Ahora estaba escuchando, estaba poniendo atención a la parte de la presentación y hay algo muy importante dentro de esta parte.

Yo el uso de la sustancia en cuestión de marihuana lo veo como una droga de impacto porque de cierta manera fui consumidora, soy exconsumidora. Gracias a Dios el estar dentro de la fundación me ha llevado a tener un proceso de rehabilitación y una calidad de vida mejor.

Pero de cierta manera yo siempre vi a la marihuana como mi sustancia de impacto. No fue con la sustancia que yo inicié, porque realmente no fue con la sustancia que yo inicié, pero sí era con la sustancia que yo calmaba todos los estragos de las demás sustancias. Ese era mi mito.

Mi mito era que la marihuana me ayudaba a bajar de la supresión tanto de las pastillas, de la supresión de la cocaína, y de cierta manera me fui haciendo adicta a esta parte de la marihuana porque yo sentía que me calmaba.

Al paso del tiempo empecé a tener problemas, porque realmente empecé a vivir de una vida muy diferente. Yo desde el inicio que empecé a consumir no les puedo decir que tuve una manera moderada, escondida, situaciones así. Yo me dediqué a consumir desde la edad de los 11 años hasta la edad de los 20.

Fue estar mezclando una sustancia con otra, pero de cierta manera siempre está presente la parte del cannabis y de cierta manera ir ocasionando y generando cada vez más situaciones:

En cuestión de salud, dejé la escuela, ya no quise saber nada, simplemente era estar consumiendo y consumiendo.

Cuando yo llego por primera vez a rehabilitación, yo llego a un centro de rehabilitación pero realmente no por mi propia voluntad sino porque realmente yo ya tenía muchos problemas, ya mi familia realmente no sabía qué hacer de cierta manera en el caso de mi consumo.

Y cuando yo llego a ese centro de rehabilitación a lo mejor se me da la información, se me dan muchas situaciones pero yo no quise. O sea, realmente yo no quise tomar el tratamiento. Seguí consumiendo, tuve que actuar en situaciones, entrar en situaciones ilícitas, estuve detenida varias ocasiones por la misma situación dentro de esta parte.

Cuando yo decido entrar a tomar tratamiento es porque realmente ya no había otra alternativa, en su momento, ya no tenía yo otra alternativa y decido ir a tocar una puerta donde se me brinda la atención y la ayuda.

Yo recuerdo que el tiempo que yo estuve (falla de audio de origen)…Fundación Renace y empiezo a tomar tratamiento ahí con él.

El día de ahora yo les puedo decir que gracias a Dios voy para 17 años sin consumo de sustancias. He estado dentro de la fundación.

Ahora se me ha permitido estudiar, superarme, luchar contra esta parte.

Algo que sí les puedo decir es que de cierta manera muchas de las veces podemos decir es que es un adicto, es esto, pero no es cierto, también somos seres humanos, somos personas que también luchamos y que hay algo muy relevante: por ejemplo, las sustancias que son legales, están más a la manos, si así que son ilegales, nosotros las conseguimos, de una yd e otra manera siempre buscamos la forma de conseguirlas.


Pero a veces decimos que de cierta manera, legalmente, es más fácil y muchas de las veces pues no sabemos. Yo, gracias a Dios, el día de ahora cuento con un centro de rehabilitación para seguir en constante lucha, pero también dentro de esta parte pues a mí me ha ayudado toda esta parte que yo he estudiado, que se me ha preparado, para ir educando a mi hijo.

Tengo un hijo adolescente que de cierta manera es en la etapa donde más se quiere experimentar y muchas situaciones. Yo provengo de un lugar donde corre mucha sustancia, yo nací en el barrio de Tepito, entonces es muy fácil conseguir la sustancia de una y otra manera.

Entonces, algo así muy importante es en eta parte que no es nada fácil luchar y salir con una adicción, los estragos, independientemente de que ahorita yo tenga cierto tiempo de consumir, no quiere decir que en cierta manera no me dé ansiedad, que no me dé grading, pero sin embargo sé que tengo una contención, sé que puedo de cierta manera ver la vida de otra manera.

A lo mejor yo les puedo decir que muchas de las ocasiones no sabemos qué es lo que queremos aún al cien por ciento, pero sí sé dónde no quiero volver y donde no quiero volver es a estar dentro de la sustancia.

SENADORA MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ: Muchas gracias por su testimonio.

Pediríamos, si fuera tan amable a la señorita.

VANESSA: Soy Vanessa y tengo 14 años.

Inicié mi consumo cuando tenía 12, a punto de cumplir 13. Fue básicamente por curiosidad, de saber qué se siente, me sentiré mejor, pero me di cuenta que no.

Los amigos con los que me juntaba consumían y me decían: no lo hagas, vas a quedar como yo, pero no les hice caso y seguí con el consumo.

Al principio eran porciones demasiado pequeñas, luego ya no me satisfacía, ya no me hacía los mismos efectos y aumentaron y aumentaron y llegó un punto en el que ya no me sentía bien, ya no era yo.

Tenía sentimientos que no eran los míos, me sentía siempre enojada con todos y mi hermano que es mayor me decía, ya no lo hagas, pero termine llevándolo a que consumiera.

Es una sustancia que hizo sufrir a otra persona, perdí la confianza de mis papás, la amistad de muchos amigos, y cuando me llevaron a CAPA yo decía a ver qué me van a decir, con qué mentiras me van a salir. Iba con una mente muy cerrada.

Cuando me empezaron a explicar me di cuenta que sí es cierto, me estaba haciendo daño. En la autoestima que había perdido me di cuenta que lo tenía pero que no lo estaba respetando; que me estaba poniendo cosas que no eran.

Perdí dinero, pedía prestado y me quedé a veces hasta endeudada. Yo decía pues que me presten, pero cuando en verdad necesité el dinero ya nadie estaba ahí.

Los que se decían ser mis amigos simplemente me decían tú consume, tú síguele. Pero los que en verdad eran mis amigos se preocupaban más. Me decían que ya no, que fuera a buscar ayuda.

Tengo la ayuda de mis papás y de mis amigos y es un camino que deben seguir recorriendo porque si la legalizan va a ser un riesgo para muchos, como tanto para los que dejaron de consumir como para los que no consumen, porque van a decir: “bueno, si la legalizaron ha de ser porque no te hace nada. Dicen que hasta es buena”.

Pero lo que no saben es que es muy adictiva y nunca se puede salir. Sigo en el camino para no volver a caer y volver a ser yo.

Gracias.

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias.

Solamente hacer el comentario que, agradecerles también a tus papás por haberte permitido estar aquí y por supuesto a ti, por tu valentía y por darnos tu testimonio.

Muchas gracias.

Continuamos con nuestra mesa de trabajo.

Ahora tendremos la participación del doctor Rafael Camacho Solís, de la Dirección General de Promoción a la Salud.

El doctor Camacho Solís es médico cirujano por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Cuenta con estudios de extensión universitaria en los adolescentes, psicología y de la comunicación en la educación.

Ha fungido como Subsecretario de Regulación y Promoción de la Salud en la Secretaría de Salud.

Director General de Promoción de la Salud en la Secretaría de Salud.

Jefe de la Delegación de México en el Memorando de Canadá, México y Estados Unidos, Armonización en el Reglamento de la Salud Ottawa, Canadá.

Asimismo, ha sido jefe de la delegación de México para el control de medicamentos en América Latina para la región de Asia-Económica del Pacífico, Comunidad Tokio, Japón.

Representante de México para la promoción de la salud, equidad y la igualdad en Colombia.

Representante de México, también, para el diálogo global para campañas, para dejar de fumar, en Toronto, Canadá.

Presidente del Consejo de Normatividad y de Comité de Desregulación en la Secretaría de Salud.

Asimismo, también es miembro de la delegación mexicana en la negociación intergubernamental del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el control de tabaco, en Ginebra, Suiza.

Miembro Ejecutivo del Programa de Tabaco de la Comisión Nacional contra las Adicciones.

Consultor para la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer; fundador de la Alianza contra el Tabaco y el colaborador también de la Fundación Interamericana del Corazón México, y colaborador del Consejo Latinoamericano contra el Tabaquismo y la Alianza Nacional para el control del tabaco.

Por su presencia, muchas gracias.

DOCTOR RAFAEL CAMACHO SOLÍS: Muchas gracias y muchísimas gracias por la invitación y la oportunidad de poder participar en estas audiencias.

Aunque sé que el tema es fundamentalmente la regulación del tratamiento, me pareció que era importante también tener algunos otros comentarios y si ustedes me permiten sobre esto voy a empezar a platicar.

En 2013 se inició este debate sobre la legalización de la marihuana y había sido apenas en noviembre de 2012 que se había autorizado los usos lúdicos en los estados de Washington y de Colorado. Esto influyó en esta parte del debate.

Ahora hay tres estados más, que son Alaska, Oregón y la capital, Washington.

Pero ojo: hay 7 estados que tomarán su decisión en este año.

Y yo llamo la atención sobre California, por la interacción importante que se da.

Si estos 7 estados lo aprueban pues ya serán 12 los estados que tienen autorizado el uso lúdico de la marihuana en los Estados Unidos y representa 1 de cada 4 de los estados, ya no es despreciable.

Habría que destacar también que el estado de Ohio dijo no a la legalización. Ahí no estaban previamente autorizados los usos medicinales.

Ahora, los debates aquí en la Ciudad de México, desde mi punto de vista, fueron como diálogo de sordos, porque las personas iban y exponían posiciones polarizadas y la verdad es que no había ninguna disposición del cambio.

En 2015 dos amparos del Poder Judicial reviven la atención y marcan dos rutas:

Por un lado, los usos terapéuticos y por otro lado, los usos lúdicos. Y esto hace necesario reformas legales y normativas en un corto plazo, y obliga a revisar la posición de México ante la UNGASS, que es en abril de este año. O sea, estamos a escasos dos, tres meses para ya definir qué es lo que vamos a hacer.

Me parece que sería ilógico llegar en una posición de prohibición completa, cuando la Suprema Corte de Justicia la ha declarado inconstitucional por desproporcionada.

Ahora, hay un aparente consenso sobre usos medicinales, pero me parece que es importante precisar algunas cosas más, porque mientras que unos piensan en aislar principios básicos y registrarlo como medicamento; otros lo concebimos más como usos terapéuticos; y esto quiere decir: no forzosamente curan, alivian algunos síntomas; o como usos paliativos, en Canadá les llaman compasivos.

Incluido como remedios herbolarios, siempre advirtiendo el potencial adictivo.

Ahora, algunas de las sustancias están muy satanizadas, el THC por ejemplo, está satanizado, sin embargo cuando hacemos el análisis de los posibles usos terapéuticos el THC también tiene algunos papeles importantes. Pero por lo menos hay seis distintos cannabinoides a los que se identifican algunas acciones que pueden mejorar o influir en el cuerpo humano.

Nosotros siempre hemos dicho que hay que, primero que nada, mantener siempre la visión de salud pública y tratar de disminuir los consumos; independientemente de cuál sea el status legal, hay que mantener esa posición de salud pública y tratar de disminuir los consumos.

Y esto implica precisamente hacer mayor promoción de la salud, mejorar la prevención, dar un tratamiento más eficaz y tener un mayor control sobre las sustancias.

Luego, nosotros hemos insistido en permitir el consumo sólo por mayores de 21 años. Decimos que el cerebro madura de adentro hacia afuera y de atrás hacia adelante; entonces lo último que madura es precisamente la corteza prefrontal, en donde se toman todas las decisiones, la planeación, se prevén las consecuencias y demás.

El que seamos mayores de edad a partir de los 18 fue una decisión política, no fue una decisión sustentada en la maduración de nuestros cerebros.

Luego, se menciona mucho que el tabaco y el alcohol se venden, pero estamos creando regulaciones nuevas, y con regulaciones nuevas se puede iniciar desde el principio, ya construyendo las cosas. El tabaco y el alcohol se venían consumiendo y las regulaciones se han venido tratando de construir a posteriori.

Y entre otras cosas, por ejemplo, nosotros decimos “hay que separar la venta de la marihuana de cualquier otra sustancia psicoactiva”, incluyendo el alcohol; con eso eliminamos todos los antros y demás, ahí no se podría vender marihuana.

O el tabaco, eliminamos todo de los supermercados, tiendas y demás. O de los medicamentos, ya quitamos todas las farmacias. O de los psicoactivos volátiles, de los inhalables, eliminamos las tlapalerías y entonces eso permite acotar los puntos de venta para poder tener un mejor control de las cosas.

Luego, no hay que hacerlo con una visión de negocio, los negocios se hacen para obtener utilidades; y para obtener utilidades necesito vender más productos; y para vender más productos necesito tener más clientes; y entonces lo que se está generando es una industria promotora del consumo de la marihuana, no hay que visualizarlo como negocio, ni para los particulares ni para el Gobierno, porque para el gobierno es obtener más impuestos.

Entonces, creemos que es importante poder ante la UNGASS llevar una posición en términos de pedirle a los Estados Unidos que revise el modelo que siguió en la legalización de su producto.

Y bueno, ojalá que nos haga caso. Si no, esto es un riesgo para todo el mundo ¿eh? Las industrias tabacaleras, las industrias alcoholeras son precisamente ejemplos de cuando se visualiza con visiones de negocio estos tipos de productos.

Más bien concebirlo como una visión de servicio, como lo hizo Uruguay.

Que sea autosustentable, pues tampoco vamos a estar suministrando gratuitamente marihuana a personas con consumo no problemático y que aún no se interesan en dejarlo.

Miren, todos entendemos que una persona que fuma, hasta que no se decide a dejar de fumar no va a dejar de fumar. Y una persona que abusa del alcohol, hasta que no se decide a acudir, no se puede modificar.

Mientras esto ocurre, hay que visualizarlo con un enfoque diferente.

Y luego decimos que hay que establecer un control sanitario de todo el proceso, desde el cultivo y ahí tendría que intervenir el SENASICA de la Secretaría de Agricultura, de la parte del transporte con el apoyo de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte y toda la demás de la parte de la producción, de incluir advertencias sanitarias, incluso se le pueden incluir advertencias legales, por ejemplo, que proporcionar este producto a menores de edad es perversión o corrupción de menores y es un delito grave, y esto ya le tocaría a Cofepris.

Finalmente, que no se permita el consumo ni en los lugares cerrados ni en los lugares públicos.

Ahora, miren, a mí en lo personal me parece que hay que sentirnos muy gratificados con la Suprema Corte de Justicia porque lo que vino a hacer con el amparo que otorgó fue ratificar una victoria más de la libertad.

Porque lo que dices: Mientras no afecte a los demás cada quién tiene el derecho de decidir cómo quiere vivir su vida. Yo de veras que se lo agradezco a la Suprema Corte.

Y, bueno, el amparo que dio fue para cuatro personas. Pero ¡Ojo! Hay 217 solicitudes en Cofepris en este mismo sentido y esperando la respuesta.

Y bueno, es bastante fácil que se pueda generar jurisprudencia y si no hacemos las reformas legales con tiempo no vamos a tener formas de controlar las cosas.

Ahora. También a mí me parece que es insuficiente que se regule el cannabis exclusivamente con fines medicinales, porque ya la Suprema Corte planteó las necesidades de también regular los usos personales.

A mí me da mucho gusto que Cofepris encontró la forma de poder fácilmente y de manera pronta autorizar la importación de algunos medicamentos que se acaban de otorgar; creo que dos autorizaciones nuevas para importar productos con cannabidiol, que no está expresamente prohibido en la ley.

Miren, la Suprema Corte declaró inconstitucionales el último párrafo de los artículo 235 y 247. En esto señala, por un lado, que la cannabis, sus sales y derivados, y en el otro tetrahidrocannabinol y sus isómeros sólo pueden usarse con fines médicos y de investigación.

Si decimos: “Lo legalizamos para fines médicos”, no estamos resolviendo lo que la Suprema Corte dijo que era inconstitucional.

Tenemos que encontrar la forma de darle entrada a las posibilidades de usos personales. Y conste que yo no hablo de usos lúdicos o recreativos, porque me parece que por su connotación no son los mejores conceptos.

Podemos poner un párrafo de exclusión en términos de la cannabis en estos dos artículos y con eso resolver la inconstitucionalidad que planteó la Corte.

Si hacemos ese cambio, ya el artículo 248 no tiene que modificarse porque deriva precisamente de esos últimos.

Pero luego, al declarar inconstitucional el artículo 237 de la Ley de Salud por la inclusión de cannabis en el listado de estupefacientes la única alternativa es borrarlo, y si lo borramos de ahí lo que estamos haciendo es precisamente legalizar la marihuana en nuestro país.

Esta modificación nos permite visualizarlo, por un lado, como medicamento para usos médicos, ya la regulación de los medicamentos está muy claramente establecida, no hay que hacerle ningún cambio, simple y sencillamente aplicarla, pero sí, también como un producto terapéutico, incluso como remedio herbolario.

Y eso sí nos puede generar la necesidad de nuevas regulaciones, porque los remedios de herbolaria no tienen la obligación de demostrar eficacia, pero sí demostrar seguridad y, bueno, pues ya más o menos se conocen los daños que provoca, pero ahí también habría que darle cabida a las posibilidades del uso personal, con una normatividad nueva.

Ahora, a mí me parece que de forma temporal y en tanto se define la normatividad, es bueno poder importar, pero tenemos que tener la visión de que nuestro país pueda también regular las partes de cultivo, las partes de producción y las partes de comercialización, no quedarnos con que nada más vamos a hacer ahora importadores de productos de marihuana.

Y también quisiera yo destacar la liberación para los usos industriales del cáñamo. Hubo ya una propuesta de una iniciativa de cáñamo. El cáñamo no tiene efectos psicoactivos y se puede utilizar como fibra textil, pero principalmente para la elaboración de papel de manera ecológica, no tenemos que seguir destruyendo bosques para poder producir el papel.

Se puede utilizar en material de construcción e incluso con fines alimentarios, como suplementos alimentarios. Yo ahí me atrevo y nada más es especulativo, a la mejor hasta se podría firmar algún acuerdo con los campesinos que cultivan la marihuana, pero no armisticio con los narcotraficantes, para la utilización de todas las partes de la marihuana de donde se podría sacar el cáñamo.

Finalmente, al declarar inconstitucional el artículo 245, que clasifica al tallo canabinoide en la fracción uno, pues nos lleva a que la tenemos que reacomodar y hay dos opciones: o la mandamos a la fracción dos, que son problemas graves de salud pública, a mí me parece que no sería lo mejor y si no, mandarla a la fracción tres, en donde es un problema de salud pública, no necesariamente grave.

Esto facilitaría poder desarrollar experiencias, investigación científica y evidencias experimentales, para determinar si la cannabis de a de veras tiene efectos curativos, para qué fines es bueno, y por cuáles se hace administración.

Y yo siempre resalto: fumar no es una vía de administración saludable, no estamos hablando de fumar marihuana. Hay otras vías de administración que sí se pueden utilizar.

Ahora, algunos conceptos, por ejemplo el concepto de farmacodependiente que está en la Ley General de Salud, pues a mí me parece que es un concepto estigmatizante, discriminatorio y limitativo. Entonces, mejor usar, por ejemplo, persona con consumo problemático y definir el consumo problemático como el uso de sustancia psicoactiva que provoca trastornos o problemas a las personas en su salud biológica, psicológica, emocional, social, en la funcionalidad de su familia, en la escuela, en su trabajo, con la comunidad donde vive, en su economía o con la ley y cualquier uso, por menores de edad, se deberá configurar como un uso problemático.

También incorporar en la Ley General de Salud el concepto de reducción de daño, como un conjunto de políticas y programas no coercitivas incrementales orientadas a evitar o disminuir situaciones de riesgo, a mejorar o limitar condiciones de uso y a la gestión responsable del consumo a fin de reducir los daños asociados.

Lo que busca es mejorar la calidad de vida y sobrevida de las personas que usan drogas sin pretender necesariamente la abstinencia.

A ver, hay que separar claramente entre el adicto que sí requiere para dejar de consumir la abstinencia, a los usos no de adicción que no forzosamente requiere la abstinencia, como el alcohol, como casi todos nosotros lo bebemos sin problema.

Nosotros nos metimos con el cuadro y decimos; a ver, empecemos a quitarle la palabra dosis. Pues dosis es una palabra que se utiliza con los medicamentos, ¿no?; pongámosle cantidad.

Quitémoslo de usos personales e inmediatos. Oigan, pues a nadie le gusta consumir drogas solo, por lo menos acompañado. Entonces ya no es tan personal ni tiene que ser tan inmediato.

Y luego miren, porque decimos en la ley: se autorizan hasta 5 gramos de marihuana. Y qué, le vamos a dar a cada policía una báscula de precisión para decir este trae 5 gramos, o 4 gramos o 6. Pues no se puede.

Entonces nosotros lo que hicimos es hacer una propuesta muy simple de incorporarle medidas antropométricas que permitan a los policías identificar que está dentro de las dosis. Entonces 5 gramos de marihuana es lo que me cabe en la palma de mi mano; 5 gramos de marihuana es esto.

Si nosotros queremos, digo, no me voy a hacer un solo churro; si nosotros queremos aplicar criterios de tolerancia, nosotros decimos: a ver, sería muy fácil que los policías identificaran y si lo que trae de marihuana les cabe en el hueco de sus dos manos, ese no es un traficante; ese es un consumidor porque ojo, se insiste, está despenalizado el consumo pero yo digo, pero están criminalizados los usuarios.

Porque cuando a una persona la agarran con alguna droga recibe trato de criminal. Es detenido, es mandado al ministerio público, es encerrado en los separos, se tiene que esperar a que venga el perito. Perdón, pero todo eso es trato de criminal.

Y luego por pequeñas cantidades, creo que es 8.5 el promedio de cantidad de drogas que tenían mucha de la gente que está en la cárcel, es una verdadera tristeza para el país, para las instituciones y para todos, que por esas pequeñas diferencias esté la gente en la cárcel.

Y de todos modos sí le puedo dar orientación a las personas que agarre con substancias; sí le puedo decir: cuidado porque la marihuana te genera adicción y si quieres dejar de consumir acude a la instancia local correspondiente para que te orienten a tratamiento. Y si está decidido a dejar pues se le puede incuso dar apoyo para que vaya.

Otra es que en la Ley General de Salud ya deberían de aparecer los conceptos de medidas cautelares y de suspensión de condicional del proceso porque esas ya están incluidas en el Código Nacional de Procedimientos Penales como medidas de impartición para una justicia terapéutica.

A mí me gusta el concepto de justicia terapéutica, sé que a algunos no, como una justicia que alivia y es una justicia restitutiva.

Porque miren, cuando una persona que comete un delito bajo efectos de la substancia es tratada en relación con su adicción, disminuye de 40 a 60 por ciento las posibilidades de reincidencia delictiva.

Entonces esto nos permitiría de veras reducir grandes costos a las personas; una persona que es encerrada y que pasa algún tiempo en la cárcel nunca su vida será igual, nunca volverá a alcanzar el potencial de desarrollo que tuvo, tampoco el de sus familias, también a las instituciones y a toda la sociedad.

Es necesario fortalecer el respeto de los derechos humanos –la que sigue-.

Ya metiéndome a la parte de regulación de tratamiento. Miren: lo primero que yo diría como una parte como de principios:

La adicción a drogas no es un delito. Es una enfermedad; las enfermedades no se castigan, se previenen, se les da tratamiento a las personas y de ser necesario se rehabilitan.

La adicción es una enfermedad crónica, progresiva, frecuentemente mortal, de difícil tratamiento y con una muy alta frecuencia de recaídas.

Pero ojo, no todo consumo de sustancias psicoactivas es adicción. Es más, la mayoría de las y los usuarios, no son ni siquiera consumidores problemáticos; es un reducido número los que son consumidores problemáticos.

Las personas dejan de consumir drogas sólo cuando están decididas a dejar de usarlas, y reciben apoyo eficaz. No se puede obligar a nadie a dejarlas, si no es su voluntad hacerlo. Lo mejor es prevenir el inicio del consumo con niñas, niños y adolescentes; detectar temprano, intervenir en las bases de experimentación o de consumo ocasional, intentar evitar el consumo excesivo, frecuente o compulsivo y muy prolongado, que son los que de a de veras causan daños, y procurar impedir que se desarrolle la dependencia.

Todas las intervenciones, todas las formas de atender se tienen que ir dando en cada una de estas fases.

Y finalmente también digo, es obligación del Estado ofrecer a toda persona que quiera dejar de consumir, la oportunidad de recibir tratamiento con equidad, y un tratamiento de calidad y con calidez.

Nosotros definíamos como posturas públicas en relación con las drogas, la cobertura universal en prevención de las adicciones para las y los adolescentes. Y entiendo por adolescentes, de acuerdo con las cartillas nacionales de salud, desde los 10 y hasta los 19 años; ahí estamos incluyendo también ya los últimos grados de Primaria, que es precisamente en donde ahora ya se levantó la encuesta de estudiantes.

Y aquí hay que darles información, pero información veraz en relación con el consumo de sustancias psicoactivas, los riesgos y daños a los que se exponen, que participen en talleres de desarrollo de habilidades para la vida. Una buena parte de los problemas de salud se pueden resolver si tenemos competencias socioafectivas adecuadas.

Y también involucrar a los padres y madres de familia, en términos de talleres de crianza positiva, no es infrecuente que sean los padres de familia quienes arrojan a sus propios hijos al consumo de drogas, por los malos tratos que les dan.

Y la siguiente sería acceso universal a servicios de tratamiento de calidad, con calidez y equidad. Y esto implicaría la necesidad de dar subsidios a aquellas personas que no disponen de apoyo familiar o institucional que quieran dejar de consumir drogas.

El tercero es incorporar las políticas de reducción de daños con personas que consumen drogas, pero que aún, y siempre señalo y destaco el aún, porque tiene ese carácter de temporalidad, no están decididas a dejar de consumirlos y tener una mejora regulatoria y mayor cumplimiento de las leyes, reglamentos y normas.

La verdad es que en México tenemos buenas leyes y normas, pero no vigilamos mucho su cumplimiento.

A ver, los servicios de tratamiento, en términos de modalidad siempre señalo primero y me da mucho gusto que esté aquí el doctor Cofre, los servicios de atención de urgencias toxicológicas. Esos servicios son para salvar la vida de aquellas personas que están severamente intoxicadas, y hay muy pocas entidades que tengan servicios de atención de urgencias toxicológicas.

Y hay pocos servicios de los propios hospitales que sepan atender a las personas que van severamente intoxicadas con sustancias. Entonces se tiene que hacer en ese doble sentido, generar servicios de atención de urgencias toxicológicas y capacitar a los servicios de urgencia, en cómo resolver las intoxicaciones graves de sustancias psicoactivas.

Luego tenemos los centros residenciales. Son aquellos en donde los usuarios permanecen, pernoctan y demás; y los centros ambulatorios, y éstos tienen como dos alternativas: unos que son de larga instancia y que pueden hasta llamarse centros de día, porque permanecen las personas durante prácticamente todo el día; hasta unos muy breves, por ejemplo los grupos de Alcohólicos Anónimos, se reúnen durante 45 minutos.

Luego, según los modelos hay los de ayuda mutua, o sea, se ayudan entre sí y para sí mismos; de ayuda profesional, cuando quienes los atienden son profesionales; los mixtos, que es cuando se dan las dos acciones, tanto técnicas de ayuda mutua como atención profesional; y finalmente las modalidades de alternativas.

Y luego, de acuerdo con su organización: los públicos, del Gobierno. Y aquí yo quisiera destacar una cosa, el gran surgimiento de las instituciones de asistencia o de atención de las adicciones de la sociedad civil y me da mucho gusto ver a varios de los responsables que conocemos; surgen del abandono que el gobierno deja a las adicciones.

Vaya, no es sino hasta 2009, 2010 cuando con el dinero de (…) se generan los primeros, entonces llamados “Centros nueva vida”. ¿Pero antes qué centros de atención tenía el gobierno para atender a las adicciones?

O sea, de veras nosotros debemos estar agradecidos a la sociedad civil por haber atendido un problema de saludo que es un derecho constitucional y que nosotros como gobierno dejamos en el abandono.

Luego, estos sociales que pueden ser Instituciones de Asistencia Privada o Asociaciones Civiles, grupos de ayuda mutual, y privada, porque también hay algunos centros que son lucrativos.

Los centros de atención de las adicciones deben tener respeto irrestricto de los derechos humanos. Brindar trato digno, mantener la higiene y la sanidad, o sea, que de estar internado no provoque daños a la salud, tener un plan de protección civil. Esto de la Guardería ABC no debe repetirse nunca más en nuestro país en ningún espacio y aplicar los programas de tratamiento y reinserción social.

La mayor parte del personal que atiende los centros son personas con adicción en abstinencia, generalmente con más de un año de esto.

Y es básica la capacitación y la formación en derechos humanos, en equidad de género, en espiritualidad; incluso el ABC de las adicciones porque las personas conocen con base en su propia experiencia la adicción, pero no conocen el contexto general de las adicciones.

Orientarlos en términos de consejería, incluso de terapia, porque brindan de alguna forma terapia individual, familiar y de grupo; sobre aseo e higiene, sobre la alimentación correcta, la salud bucal, sobre VIH-SIDA.

Hay que llevar un expediente clínico, desde la hoja de ingreso, una hoja firmada de consentimiento informado. Sobre todo por lo menos hay que decirles cuánto les va a costar, cuánto tiempo van a permanecer, cuáles son las medidas que van a tener que estar tomando, los exámenes médicos y de laboratorio, llevar una hoja de control de medicamentos de quienes consumen los medicamentos, porque no son personas que forzosamente sean sanas. Si una persona es diabética, bueno, tiene que seguir tomando sus medicamentos de la diabetes y hay que llevar hojas de control en ese sentido.

Hojas de evaluación y de ingresos.

Y luego, como la terapia es larga, por lo menos nosotros aquí en la Ciudad de México lo que hicimos fue buscar programas complementarios, porque miren, muchas de las personas que empiezan a consumir sustancias cuando son pequeños no concluyen su educación básica.

Y entonces, a través del apoyo con el INEA se puede hacer que durante el tiempo de permanencia también avancen en su educación básica.

Con la Secretaría del Trabajo y puede ser con la local y con la federal se pueden dar cursos de capacitación para que sea más fácil su reincorporación social. También en la Ciudad de México tuvimos varios de estos.

Y algunas otras acciones. Por ejemplo, sobre meditación, sobre el ejercicio físico, sobre yoga, sobre la masoterapia y otras cosas.

Finalmente, en la certificación de las competencias laborales de los consejeros.

Miren, a mí me da mucho gusto porque la Ciudad de México fue como país la que certificó el mayor número de consejeros en adicciones a nivel de toda América Latina. Nosotros estábamos por dos días, uno con el apoyo del Conadic a través de CONOCER, que tiene reconocimiento nacional, y otro con la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas que tiene reconocimiento internacional.

Y miren, la verdad es que ya está normado el tratamiento. La Norma Oficial Mexicana 028 norma precisamente la prevención, tratamiento y control de las adicciones.

Esta norma debió haber sido revisada en 2014, porque las normas tienen de vigencia cinco y es versión de 2009. Pero no hemos ni siquiera recibido convocatoria para la revisión de la norma.

Ahora, en esta norma que, pues sí se necesita actualizar normas de referencia, ajustar definiciones, incluir nuevas definiciones; por ejemplo lo de alimentación correcta, consejero y consejería, control, cuidados paliativos, personas adultas mayores, personas con discapacidad, tratamiento, prevención, recaídas, bueno, son varias adicciones.

Pero también agregar algunos requisitos. Por ejemplo, respetar componentes culturales y creencias religiosas, ser incluyentes, que todo procedimiento aplicado preserve la integridad física, mental y emocional y la dignidad; guardar estricto apego a los derechos humanos, dar seguimiento durante un año por lo menos, cuando las personas egresan y con algunas actividades de refuerzo para prevenir las recaídas a los tres, seis y nueve meses, por ejemplo.

Luego, cosas tan simples como tener gavetas que permitan higiene y orden y que también resguarden las pertenencias de las personas o la separación entre camas y hamacas, pues dependiendo de las normativas de cada entidad.

Valorar y esta sería una cosa importante que estoy diciendo, creo que es la primera vez que lo menciono, el poder incluir dentro de estos centros de tratamiento también algunas cosas de los cuidados paliativos.

Y entendemos cuidados paliativos como los cuidados activos e integrales que se brindan a personas en fase terminal, de una enfermedad y que se orientan a mantener o mejorar la calidad de vida, tanto de los ámbitos individual, familiar, social, con apoyo de un equipo interdisciplinario.

Los servicios paliativos en instituciones hospitalarias son altamente costosos y no pueden mantenerse durante el tiempo que puede requerir este tipo de cuidados y luego, poner en algún lugar visible los teléfonos a los que se puede acudir cuando hay alguna queja.

Decimos, hay que cambiar varias palabras, o sea, en lugar de decir adictos, pues decir personas con adicción; en lugar de decir usuarios, personas usuarias; en lugar de decir reclusos, personas en reclusión y otros ya pues están en desuso, menores infractores ya no se habla de ellos, se habla de adolescentes en conflicto con la ley; incluso a los centros como establecimientos, llamarlos centros de atención en adicciones.

Tenemos que dejar claro que los ingresos obligatorios únicamente pueden ser por el mandato judicial, no hay otra forma de poder hacerlo obligatorio.

Y luego, pues que si va a haber ingresos para menores de edad o para mujeres o para mujeres embarazadas, pues tiene que haber precisamente separación de las áreas comunes.

Tenemos que empezar a empujar en nuestro país y esto es en general, en los centros de atención de adicciones en especial, documentar experiencias. Siempre somos anecdóticos, hablamos de que tan negativo fue mi tratamiento con equis, pero nunca documentamos experiencias.

Apoyar la investigación y finalmente aclarar la concurrencia entre la federación y las entidades federativas. Por ejemplo, que las autoridades federales notifiquen a las autoridades locales de los incumplimientos que tengan conocimiento.

Miren, nosotros decimos que hay que incluir los derechos de las personas usuarias y bueno, ya no me voy a poner a ver, porque ya me queda muy poco tiempo, pero ahí están en la presentación y ahí están a su disposición, finalmente nosotros decimos algunos desafíos.


Tenemos que reforzar el componente de tratamiento con calidad y con calidez. Yo traía unas 325, ya dijo Raúl que ya son 340, me da gusto, ya son más, UNEMES, CAPAS, porque tienen un carácter fundamentalmente preventivo, está bien, deben hacer prevención, pero también tienen que dar tratamiento y ese tratamiento debe ser un tratamiento con calidad y con calidez.

Y también en los Centros de Integración Juvenil, si nosotros leemos las cifras se previene con millones, pero se tratan apenas miles y necesitamos fortalecer ese componente.

Fortalecer la vinculación y apoyo de los servicios de salud mental con los centros de atención de adicciones para la atención profesional de personas con consumo problemático de substancias psicoactivas y padecimientos mentales, lo que se conoce como la patología dual, que es bastante frecuente.

Contar por lo menos con un centro residencial público, no vi en la Ciudad de México y no tenemos un centro público residencial, profesional. Tenemos uno mixto pero no profesional para las personas con adicciones en cada entidad federativa.

Y por lo menos algún centro ambulatorio también público en cada una de las 100 ciudades principales y ayuntamientos de la Ciudad de México.

Varias de las delegaciones, alrededor de 10, ya crearon lo que se llama centro de atención integral de las adicciones.

Promover la apertura y operación con calidad y calidez de centro de atención de adicciones especializadas en tratamiento profesional para los adolescentes.

Hay muy pocos centros en los que se pueda atender a los adolescentes y se requiere atención especial.

Incorporar también algunos otros trastornos emocionales o de problemas de violencia para que puedan también ellos recibir los apoyos.

Y otra desproporción: promover la apertura y operación con calidad y calidez de centros de atención en adicciones, especializados en tratamiento de mujeres.

Porque hay muy pocos. Ya el consumo de entre hombres y mujeres muestran diferencia en muy pocos centros especializados en atención de mujeres y de ser posible pues con la atención de sus hijas y sus hijos pequeños, o sea como servicio de guardería.

Creo que eso es todo.

Muchas gracias por su atención y estoy a sus órdenes.

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias al doctor Rafael Camacho Solís.

Le damos la bienvenida a la senadora Hilda Estela Flores, Secretaria de la Mesa Directiva.

Bienvenida senadora, al igual que a la senadora María Cristina Díaz Salazar, Presidenta de la Comisión de Gobernación.

Pasaremos a nuestra última ponencia, también de lujo, con la doctora María Elena Medina Mora, Directora del Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente”.

La doctora María Elena Medina Mora, es licenciada y maestra en psicología por la Universidad Iberoamericana y doctora en psicología social por la UNAM.

Los campos de interés de la doctora Medina Mora son la epidemiología, la metodología y los factores psicosociales, relacionados con las adicciones y la salud mental.

Actualmente ocupa el puesto de Directora del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.

Tiene nombramiento de la Comisión Dictaminadora de los Institutos Nacionales de Salud como Investigador F -ustedes saben, es el más alto posible, lo cual nos enorgullece doctora- en Ciencias Médicas.

Forma parte de la Academia Mexicana de Ciencias, de la Academia Nacional de Medicina y del Colegio Nacional de Psicólogos.

Es vocal de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Salud Pública y miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM.

Es miembro del Comité Editorial de la Revista Salud Mental, Revista de Psicología Social y Personalidad; Revista Mexicana de Psicología y Salud Pública; de Hispanic Journal, de Estados Unidos y de Adicciones, también, y Psiquiatría en España.

Ha sido miembro temporal de comités de asesores de la Organización Mundial de la Salud desde 1976, y desde 1988 es miembro del panel de expertos de expertos asesores de la OMS en áreas de dependencia de drogas y problemas relacionados con el consumo de alcohol.

Ha participado en los programas coordinados por la OEA, por la ONU, por la OMS, por la OPS, por la OIT, por el NIDA, por el NLAAA en el campo de adicciones.

También es miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes en los periodos 2000-2005 y 2007-2009.

Muchísimas gracias por su presencia y por su participación doctora.

DOCTORA MARÍA ELENA MEDINA MORA: Muchísimas gracias por la invitación y por la oportunidad de estar aquí con ustedes y también por esta espléndida mesa que comparto con compañeros de hace mucho tiempo y por esta oportunidad también de esta voz humana que nos recuerda de qué estamos hablando y mi reconocimiento a las personas que nos acompañaron porque sé muy bien por lo que han pasado y por lo que están aquí.

Les agradecemos mucho.

Voy a hablar nada más brevemente.

Decir, bueno, sí hay consecuencias a la salud definitivas de la marihuana. Creo que se ha visto esto bastante.

Pero finalmente yo creo que lo que tendríamos que ver es cómo podemos buscar estas alternativas que nos ayuden a disminuir los costos, todas las políticas tienen costos. Tenemos que pensar entonces cómo podemos hacer estas alternativas de disminuir los costos y al mismo tiempo proteger a la población.

Pienso que un modelo de salud pública nos lo permite, y ese es el que he tomado para hacer esta presentación. Y sí pienso que hay entre estos dos extremos de una prohibición punitiva y un libre mercado, tener estas alternativas y que el diálogo que se establece en América es muy diferente al diálogo que se establece en el mundo; y este diálogo tiene que ver con la violencia, con esta otra parte del tema que está ahí y que tenemos que reconocer y que tenemos que ver cómo establecer ese diálogo para poder establecer realmente mejores alternativas de bienestar en las comunidades.

Cuando yo digo tenemos este otro problema del cual se dialoga desde otra perspectiva, también creo que las experiencias internacionales no tienen esa dimensión y entonces también tendremos que buscar cuáles son las que necesitamos para nuestro país.

Me parece que el papel de la ciencia tendría que ser mucho más sobresaliente y creo que hay muchas barreras para que esta evidencia esté ahí, y por una parte tenemos estas posiciones en los dos extremos que hemos visto, pero que también en estas discusiones de todo o nada, en el caso del alcohol vemos muy clara esa regulación, o sea Ley Seca o hay total libertad para que se consume y se compre alcohol aun por los menores de edad, todo el día y toda la noche.

Entonces, tenemos esa poca tendencia a buscar estos equilibrios. Me parece que eso es algo importante y es algo que la ciencia nos tiene que ilustrar.

Ahora, hay una información que se utiliza para un lado o para el otro. ¿Por qué pasa esto?

Creo que pasa porque tradicionalmente en la investigación, la marihuana había estado oculta entre todas las drogas. Si nosotros vemos mucha de la literatura, incluso la que nosotros producimos, se habla de uso de drogas, se habla por trastornos, se habla por abusos de sustancias y se ha sacado poco la marihuana de las otras drogas. Me parece que tenemos que trabajar mucho más en este enfoque.

También otra de las barreras importantes es que la marihuana ha cambiado en su potencia, de tal manera que las investigaciones primeras que se hicieron hablaban de una droga diferente, y que tendríamos que estar pensando en la nueva evidencia, que es la que nos habla de la marihuana de ahora con este incremento tan importante en su potencia.

Y también entender qué es la ciencia. La ciencia va y viene, saca una evidencia, se cuestiona, se hace investigación mejor, se vuelve a cuestionar y bueno, Raúl Martín del Campo ha sido como muy enfático en que esto lo tenemos que entender; estoy de acuerdo con él. Y también tenemos que entender que los estudios que informarán mejor nuestras decisiones están en curso, pero que ahora tenemos que tomar las decisiones basadas en la mejor evidencia que tenemos ahora.

Se ha hablado mucho, desde la introducción, estoy totalmente de acuerdo con las senadoras: es muy diferente el uso a la dependencia; las líneas más o menos representan la proporción que en las encuestas tienen estas… o sea, la mayor parte de la población no usa. Hay una parte que está expuesta a la oportunidad, está creciendo, son principalmente los jóvenes lo que nos preocupa; unos de ellos experimentarán, sobre todo si se les ofrece cuando son menores de edad; otros pasarán al uso regular y una pequeña parte tendrá uso dependencia, y me parece muy importante esta situación de no confundir la palabra uso con dependencia.

Y eso no nada más nosotros, pero me parece que cuando se está hablando de la intervención en la calle, de la intervención con los policías, siempre es: “traigo drogas, eres dependiente”, y me parece que tendríamos que estar haciendo esa diferenciación, que me parece realmente muy importante.

Ahora, el riesgo definitivamente está definido por patrón de consumo. Lo que tenemos aquí son los datos de las encuetas, cuál es la proporción de la población que tiene tres o más síntomas en función de su historia de consumo, y aquí está cuantificado como un proxi el número de veces que han usado marihuana, y vemos que mientras más uso, hay más probabilidades de desarrollar dependencia; pero que son probabilidades, no estamos hablando de que a todas las personas les pasa lo mismo.

Si tenemos personas que consumen muchas veces, poquitas, pero no desarrollan dependencia, y también otras que consumen poquito y desarrollan dependencia. Pero la tendencia es muy definitiva.

Ahora, esta misma distribución la vemos para la cocaína, por ejemplo.

¿Cuál sería el papel del tratamiento en esta situación?

Tendríamos que proteger especialmente a poblaciones en condiciones de vulnerabilidad. Tener mejores opciones de prevención y tratamiento basadas en la evidencia, y no nada más pensar en cuál es el modelo que mejor funciona sino cómo podemos reestructurar la atención dentro del Sistema de Salud, porque se ha hablado mucho aquí de esta comorbilidad.

Si pensamos, por ejemplo, en la comorbilidad psiquiátrica, que es la que me toca a mí, sí vemos que por ejemplo en los estudios de población general, si estamos hablando de alcohol hay un 30 por ciento, si estamos hablando de drogas hay un 50 por ciento; pero si estamos hablando de personas que tienen trastornos graves puede llegar al 85 por ciento.

Hoy por hoy, este modelo de atención que está basado en enfermedades y no necesariamente necesidades de las personas, van a un lado para el tratamiento a adicciones; por otra lado al tratamiento de enfermedad mental. Y sabemos que la mejor protección para el desarrollo de dependencia es atender la enfermedad mental cuando es temprana.

El riesgo atribuible, por ejemplo, de un trastorno de ansiedad para desarrollar un problema de dependencia es altísimo y esto sería hasta casi la mitad en el caso de las mujeres y la tercera parte en el caso de los hombres.

Poder atender eso de una manera oportuna nos daría esta prevención y me parece que tenemos que pensar más en personas que en enfermedades.

Y, desde luego, proteger a la población en condición de vulnerabilidad.

Me parece que en esta discusión, y lo entiendo, estamos hablando de la marihuana; pero realmente el impacto de la marihuana es la colaboración o la combinación entre la marihuana, la persona y su contexto.

Y tenemos que hablar de la marihuana porque se está discutiendo cómo se regula, pero en realidad nosotros por ejemplo vemos esta relación con la esquizofrenia, sí hay una asociación pero aparentemente la evidencia lo que nos señala es que había una vulnerabilidad que es exacerbada por el consumo. No sabemos si se hubiera presentado o no, pero se presenta sólo en las personas vulnerables.

Y cuando vemos el impacto en la carga global de enfermedad tiene un impacto pequeño, porque son pocas las personas, pero nos poca proteger a las personas que tienen estos trastornos. Me parece que sí tendríamos que pensar en protección a estas personas vulnerables.

¿Cuál sería esta agenda para la prevención y tratamiento pensando en que tenemos siempre que estar pensando en esta combinación? Es lo que se ha repetido aquí: los problemas del desarrollo prenatal, la exposición durante el embarazo; tiene que protegerse, me parece, durante la adolescencia la protección para que los chicos puedan tener un mejor desempeño escolar, me parece que eso es algo muy importante.

Creo que tenemos muchas carencias como país de desnutrición, de falta de estimulación, y me parece que el que además tenga un impacto en el aprendizaje me parece que es grave, tenemos que protegerlo.

Es algo que no se ve fácilmente porque cuando una persona bebe mucho alcohol se nota, se da cuenta la persona y se dan cuenta los demás. Es muy difícil que haya este reconocimiento de lo que le está pasando a los chicos cuando estudian, reprueban, y es algo que tenemos que enseñarles, me parece que esto es muy importante que lo sepan.

La relación con accidentes, bueno se ha discutido ampliamente.

Ahora, como carga global de enfermedad vemos aquí que el alcohol es la que más carga, después vienen todas estas drogas, tanto la heroína como las drogas semisintéticas y sintéticas que se usan fuera de prescripción y que causan dependencia, pero estamos viendo cómo la marihuana o la cannabis, en este caso, viene en la gráfica, tiene más peso por ejemplo que la cocaína.

Cuando hicimos el estudio de la carga global de enfermedad no encontramos evidencia de moralidad asociada con la cannabis. En parte porque estaba diluida; yo pienso que sí vamos a encontrar más relación con accidentes, porque los ejemplos en laboratorio nos dice que sí hay disminución en capacidades pero en ese momento no teníamos la evidencia, pero de todas maneras no es la carga mayor; realmente la carga está derivada de dependencia.

Pero vemos que es más que la cocaína, porque está definida por la cantidad de usuarios y la cantidad de usuarios es México es como el 76 ó 79 por ciento del consumo de drogas es cannabis; en el mundo está como entre 80, 85, depende del país.

Entonces, es por la cantidad de gente, en proporción menos desarrollan dependencia, pero como son muchos los que usan, acaba siendo el peso sobre la carga global de enfermedades y lo que le cuesta Salud atender mayor, por ejemplo, en este caso que la cocaína. Yo creo que esto es algo también que tenemos que ver, no es nada más qué proporción desarrolla dependencia, sino al final cuántos desarrollan dependencia por número, que eso lo que le cuesta a Salud.

¿Cuáles son los pilares para controlar el problema?

La prevención, el tratamiento, la reducción de daño y el control de la oferta, que es lo que hemos estado viendo. Sabemos que la disponibilidad es lo que nos predice en mayor medida el consumo, pero está mediado por las características de la persona.

Pero también sabemos que el control del problema es mucho mejor cuando podemos integrar todas las medidas en un programa global y por eso creo que tender estos puentes de diálogo es especialmente importante.

Ahora, tenemos pocas personas que requieren tratamiento, que llegan a tratamiento, especialmente el alcohol, que es la enfermedad, los trastornos que más brecha de atención hay, se estima que más o menos 75 por ciento de las personas que enferman nunca llegan a tratamiento.

Y en el caso de las drogas tenemos una proporción importante que no va a tratamiento y bueno, ya Raúl puso los casos y los lugares donde no tenemos tratamiento y ahorita les voy a enseñar otros estudios que hemos estado realizando, pero finalmente cuál tendría que ser, hacia dónde vemos, si es el modelo de atención suficiente o tenemos que modificar este modelo de atención y me parece que es una de las medidas, el presupuesto para crear todos los centros que se requieren es inmenso.

No toda la gente quiere ir a tratamiento, entonces podemos crear centros, si la población no al principio, siempre hay una negación, y después las personas tienen muchas barreras, porque creo que nosotros no ofrecemos lo que ellos necesitan y me parece que ese es el gran éxito de las organizaciones de la sociedad civil que son capaces de entender las necesidades y ofrecer esto, por ejemplo, que esté disponible cuando lo requieren, cuando hay esa tentación, que haya un padrino que esté atrás.

Entonces, sí me parece que en estos casos de atención a la enfermedad cuando es grave, tenemos que trabajar mejor en un mejor sistema de salud, no nada más centros de tratamiento y esto también porque, bueno, ya había dicho tanto Rafa como Raúl, hay muchísima comorbilidad, tenemos diabetes, tenemos lesiones, tenemos muchísimas enfermedades, del alcohol son nada más 74 enfermedades asociadas, de tal manera que sí se requiere que se atiendan no nada más las consecuencias, atendemos la cirrosis, atendemos todas esas complicaciones, pero no estamos atendiendo la adicción dentro del sistema de salud y entonces me parece que tendríamos que empezar a trabajar mucho más sobre eso.

Hay unas excepciones importantes en algunas instancias que sí se hace y entonces esto es como que me parece que tendríamos que pensar más hacia acá.

Este es un estudio que hicimos sobre el acceso a tratamiento, porque veíamos en la gráfica anterior que en la mayor parte de las personas con dependencia grave han sido tratadas por la sociedad civil.

Realmente el mejor tratamiento que podríamos ofrecer es que lo ofreciéramos juntos, porque tanto ellos requieren de nuestros servicios para el tratamiento de las enfermedades porque hay un tratamiento profesional que se requiere para realmente lograr que la persona recupere su buen funcionamiento cerebral y pueda vencer la enfermedad pero también necesitamos de ellos que nos ayuden en todo lo que es este apoyo continuo y en todo lo que es este conocimiento que tienen sobre el problema y su capacidad de atenderlo.

Entonces lo que hicimos fue hacer una comparación tomando los datos de INEGI de cuánto le tocaba a una persona que tenía necesidad de tratamiento en llegar a tratamiento.

Estamos comparando los tratamientos formales y los informales y me parece que los mapas hablan sobre sí mismos de cuál es la disponibilidad.

Me parece que para la enfermedad grave tenemos que voltear hacia acá.

Si nosotros quitamos el alcohol, el uso de drogas, era más de usuarios experimentadores; eran mercados más incipientes pero sí estamos transitando hacia hogares, hacia trastornos más maduros, hacia mercados más maduros que requieren un tratamiento y entonces tendríamos que pensar cómo tendríamos que asegurar este tratamiento.

Entonces qué tendríamos que ver: pues tendríamos que ver cómo poder establecer estas intervenciones breves.

Nosotros sabemos que en el sistema de salud un consejo breve dado por un médico a una persona que está empezando a tener problemas pero que no tiene un trastorno grave en una intervención de 5 a 10 minutos puede reducir 22 por ciento la carga de la enfermedad.

Entonces son altamente costo-efectivas, son fáciles de integrar dentro de la manera como se da la atención.

Ahorita vamos a ver cuáles son las barreras para que esto no suceda, a pesar de que tenemos la evidencia de que funcionan.

Teneos para los siguientes casos intervenciones, como ya mencionó Raúl, que se establecen en los UNEMES-CAPA, que son efectivas, que tenemos toda la evidencia para México y desde luego necesitamos un tratamiento prolongado para quien lo necesita.

Pero me parece que ahorita estamos en un momento en que está segmentado y necesitaríamos establecer estos mecanismos de navegación entre los sistemas para que una vez que salen de un tratamiento especializado regresen al primer nivel de atención y puedan trabajar sobre estas condiciones y desde luego atender a estas personas que requieren intervenciones especiales.

Hay muchas razones para la brecha en el sistema de salud. Una de ellas es que no sea una política definida porque el primer nivel de atención está sobre saturado y me parece que yo hablo ahorita y digo necesitamos intervenciones ahí pero las personas que hablan de diabetes también piensan que lo necesitan. Hay mucha competencia.

Entonces sí creo que tenemos que ver cómo le hacemos pero cómo darle esa prioridad porque de otra manera no se atiende, porque normalmente no se reconoce, no se busca y no se atiende.

Ahora, hay muchas implicaciones de las políticas para el tratamiento.

Creo que sí tenemos todos consenso que la cárcel no es una manera de atender un problema de salud.

Que tenemos que reducir el riesgo de cárcel. Creo que los estudios del CIDE y otros que se habían realizado antes nos hablan de esta, o sea, nos abren los ojos a esta situación y creo que sí tenemos un consenso.

Obviamente hablar de las dosis, aunque Rafa bien nos dice que no debemos de hablar de dosis sino de cantidades, y que no debemos de hablar tampoco de uso personal, sí, nada más no inmediato. Pero bueno.

Finalmente creo que sí tenemos que esas cantidades, creo que sí se tendría que aumentar.

Pero si la ley establece que si después de 3 veces, que son detectados se les da la cuestión de tratamiento, pero si no tenemos tratamiento disponible ahí se vuelve un problema.

Claro, esto no se ve tanto para la marihuana pero nuestros estudios en los casos de personas que están con dependencia de heroína en la frontera norte nos habla claramente cómo tenemos ese problema.

Pero sí tendríamos que establecer, ofrecer el tratamiento. Me parece que para marihuana tenemos mucha más oferta disponible, pero sí tenemos que revisar esto.

Ya habló Rafa sobre esto, no voy a hablar mucho más, pero desde luego, este tratamiento alternativo a la cárcel es importante. Me parece que para las cortes de drogas nos está faltando una investigación que es importantísima, y que es hacer una evaluación de la gente que es detenida; cuál sería su condición de salud y su condición sobre todo de delito, para ver si realmente son…

Es decir, si nosotros –por ejemplo– en una ciudad fronteriza, en la cárcel, con muestras de orina a personas que estaban detenidas y que tenían seis meses de estar en la cárcel, nos sale positivo 23 por ciento de las muestras de heroína.

SENADORA ANGÉLICA DE LA PEÑA GÓMEZ: (Fuera de micrófono).

DOCTORA MARÍA ELENA MEDINA MORA: Bueno, sí. Pero también creo que ahí tenemos que pensar en qué pasa con una persona que tiene esa dependencia si no hay tratamiento en la cárcel.

Me parece que tenemos que entender que es una dependencia, una dependencia grave, como esa, cuando no hay tratamiento en la cárcel, me parece que el tratamiento en la cárcel es muy importante.

Pero luego vemos que no tenemos tantos casos que están siendo susceptibles a entrar a este tratamiento, que está muy bien llevado donde lo están llevando, me parece que sí tendríamos que pensar si el tipo de delito que está haciendo posible que sean atendidos de esta manera, es lo que necesitamos, si están llegando en ese lugar.

Hay personas que hablan sobre otras maneras de tratamiento, ahora creo que tendríamos que probarlas.

¿Cuáles serían los grupos que requieren protección?

Los adolescentes. Las mujeres embarazadas. Las personas con enfermedad mental, porque aunque nosotros sepamos que el impacto no es tan grande sobre la carga global de enfermedad y que hay una condición personal que media entre el consumo de la marihuana y la esquizofrenia, por ejemplo; las personas que tienen una enfermedad mental les va muy mal si consumen marihuana. Entonces necesitamos protegerlas, tenemos que garantizar ese tratamiento y ver cómo las podemos proteger.

Las personas que desarrollan dependencia y las personas que transitan a otras drogas. Si bien sabemos que son menos en cantidad, sí son personas que tenemos que proteger y desde luego a terceras personas que están expuestas a accidentes y a problemas familiares también es nuestro deber protegerlos; independientemente de cuál sería la evaluación de qué tan grave es la marihuana con los demás.

Estas son personas que tienen derecho a la protección a la salud y me parece que también son sus derechos humanos que atendamos.

Sabemos que hay modelos efectivos para la marihuana, el tratamiento psicosocial; desde luego la ayuda mutua para algunos casos graves; las intervenciones breves en escenarios de salud y el tratamiento en el sistema de salud; y tendríamos que estar trabajando como decía, en la navegación entre todo este sistema para realmente hacer efectivo el tratamiento y poder establecer este diálogo con estos servicios de salud especializados, que son el modelo que ha seguido México y que me parece que era muy adaptado a las condiciones anteriores, y que ahora tenemos que evolucionar hacia lo que sigue.

¿Qué necesitamos?

Creo que coincidimos, nada más hacer esta llamada, combatir al estigma y no a la criminalización, sobre todo a los jóvenes. Eso aleja a las poblaciones de tratamiento y me parece que tenemos que poner todo nuestro esfuerzo en que esto no se dé.

Y finalmente, hay muchas políticas de reducción de daños que también tienen su impacto en tratamiento y estas regulaciones se han probado en otros países, y me parece que es muy importante trabajar en lograr la evidencia para nosotros, qué evidencia hay, por ejemplo, si se modifican las penas relacionadas por ejemplo con la marihuana.

Se ve que en los países donde se ha modificado no ha habido mucho impacto sobre la marihuana y sí reduce consecuencias para el usuario.

Cambiar el nivel de las penas. Es muy difícil, porque la literatura no es muy clara, no es muy clara la diferencia entre la primera y la segunda opción, porque tiene que ver con los modelos reguladores o cómo está la regulación dentro de estos países. Pero bueno, los estudios que se han hecho nos dan también esta evidencia.

El tratamiento obligatorio sí reduce costos. Hay evidencia de que puede ser efectivo, pero también no se ve que tenga un efecto o no se ha visto que tenga un efecto importante para la marihuana y sí hay riesgo de violencia.

Pero también sabemos que hay modelos de intervención que nos ayudan a que las personas estén listas para el tratamiento antes de que lleguen a tener estados de gravedad en donde ya ellos mismos quieren ir a tratamiento.

Y estos modelos que se han probado en, bueno, Raúl y su grupo han hecho mucha investigación en este sentido, sí nos dicen que vale la pena intentar que las personas estén listas para el tratamiento y luego darles el tratamiento, pero sí tratar de que esto ocurra antes de que tengan problemas graves; creo creo tar de que esto ocurra antes de que tengan problemas graves.

sde gravedad en donde ya ellos mismos quieren ir a tratamientoque estaríamos ahorrando mucho sufrimiento.

También si se separa el mercado de marihuana de otras drogas, no hay muchos estudios controlados. Y se habla también de esta alternativa de si tenemos que dejar llegar a la persona a que tenga una historia de delito para poder tener un tratamiento alternativo a la cárcel, o desde el primer contacto tendríamos que estar pensando en hacer los cambios.

Me parece que tendríamos que probar esto; en realidad no hay mucha evidencia de que eso funcione. Sí tenemos mucha evidencia de que no hay suficiente información en las personas que están encargadas de los policías, por ejemplo, de que conocen la ley y de que conocen la manera, de que entienden lo que es la dependencia y que realmente puedan ayudarnos a trabajar en esto. Me parece que ahí hay una necesidad de capacitación inmensa y que valdría la pena revisarlo.

Tendríamos que estar pensando en si nosotros vamos a hacer cambios ¿quién va a definir quién es un dependiente para ver a qué tratamiento debe de ir?

Y me parece que eso tendría que cambiar no estar en parte de la ley sino estar en parte de salud. Entonces, ¿quién tendría que ir a salud? ¿A dónde tendrían que ir? ¿Cómo ver cuáles son sus necesidades y canalizar a tratamiento?

Sí vemos, para el caso sobre todo de otras sustancias que el que estén en tratamiento reduce la violencia en las calles. Me parece que esa es una decisión importante, modificar –se me quedó en las conclusiones, no sé qué le hice– pero modificar no nada más reforzar el tratamiento sino también modificar la manera que damos tratamiento con mejores puentes y con navegación entre el sistema de salud y los sistemas especializados.

Y avanzar del tratamiento de las enfermedades para atender la necesidad de las personas, tanto en el concepto de salud como la parte preventiva, como salud reproductiva.

Pero también con estas carencias que el haber estado metido en drogas durante estas etapas tan difíciles de la vida hace que necesiten orientación ocupacional, terminar la escuela, muchos otros conceptos que desde luego se pueden manejar, como bien dice Rafa, trabajando con muchas instituciones, pero esos programas tendrían que estar mucho más conectados. Todos lo reconocemos en papel, pero tenemos que encontrar el mecanismo que lo haga posible.

Muchas gracias.

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias a la doctora María Elena Medina Mora. Vamos a abrir una sesión de preguntas.

Si fueran tan amables de señalar con su mano para saber cuántas intervenciones vamos a tener. Son una, dos, tres, cuatro, cinco intervenciones.

Si les parece bien, vamos a dar pie primero a tres y después a dos para que se dé respuesta por parte de nuestros ponentes y de esa manera poder llevarlo a cabo.

Si son tan amables de presentarse.

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