Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

INTERVENCIÓN DE ARDELIO VARGAS FOSADO, COMISIONADO DEL INSTITUTO NACIONAL DE MIGRACIÓN, AL PARTICIPAR EN LA “SEMANA DEL MIGRANTE”

Muchas gracias senador, senadoras, muchas gracias de verdad por el trabajo que realizan en beneficio de la migración.

También reconozco de manear muy importante el trabajo que las organizaciones de la sociedad civil realizan todos los días, en beneficio del migrante y en defensa, fundamentalmente, de sus derechos.

Efectivamente, cuando yo fui invitado a participar en esta administración como Comisionado del Instituto Nacional de Migración, sabía que nos enfrentábamos a un gran reto.

El reto de atender, ordenar y sobre todo entender cómo respetar los derechos humanos de todos los hermanos que se mueven, por razones económicas básicamente, buscando una mejor forma de vida a un país distinto al suyo, cómo trabajar para defender los derechos humanos y fundamentalmente respetar los derechos humanos.

Decían en mi pueblo, y decía mi abuelo, que era un viejo indígena Totonaca, decía que no es lo mismo ser borracho que ser cantinero.
 

Entonces ya a mí me tocó cumplir y hacer cumplir ahora los derechos humanos, a favor de toda la gente que necesita transitar por México.

El tema de la migración tiene muchas aristas, como ustedes lo saben y como lo viven a diario, es un tema que requiere la atención permanente.

Por nuestro país calculamos que transitan entre 300 y 350 mil migrantes que van fundamentalmente del sur, buscando el norte y transitando por México. Esto hace que nuestro país, sea un país de tránsito de origen, inclusive destino y de retorno, que también es fundamental.

Agradezco la invitación para participar en este evento de la Semana del Migrante, organizada por este Senado.

De verdad que reconocemos los trabajos y creo que vamos a sacar provecho de los mismos.

Nosotros partimos de aceptar que no son suficientes las acciones gubernamentales y los cambios a nuestro marco legal y los recursos para estar a la altura que las circunstancias nos exigen en este tiempo, porque queremos hacer mucho más y es la instrucción que nosotros tenemos.

Y a pesar de las dudas que subsisten en muchos sectores, la tragedia producida por la migración. Pero elemental humanidad, estamos obligados a actuar con mayor responsabilidad para transformar el actual estado de cosas:

La violación de los derechos humanos de los migrantes, tiene hoy muchas expresiones, dentro de las cuales la violencia extrema es, sin lugar a dudas, la de mayor preocupación y ocupación gubernamental.

No sólo en nuestras fronteras sur y norte, sino en prácticamente todas las rutas del migrante, la delincuencia organizada y las pandillas, lograron, durante los últimos años, un posicionamiento y control territorial, desde donde se hacen todavía la incorporación forzada a actividades delincuenciales, secuestro, extorsión, desapariciones, asesinato, tráfico y trata de personas.

Aprovecho este espacio para agradecer a las organizaciones de la sociedad civil, a quienes por obvias razones de seguridad no podemos mencionar, que contribuyeron con información para la detención y desarticulación de algunos de estos grupos criminales.

La corrupción también es una expresión que se enquistó en prácticamente todo el aparato burocrático, responsable de la cuestión migratoria y a pesar de las constantes denuncias, poco se hizo para combatirla

Equivocadamente se trató de replicar un modelo de atención a los migrantes indocumentados asegurados y deportados a sus países de origen y que dio motivo a permanentes quejas de maltrato y violación a derechos humanos.

Poca sensibilidad existió para la atención a los grupos vulnerables, y en especial para los menores de edad, mujeres víctimas de trata, adultos mayores y personas con discapacidad.

Hacia nuestros connacionales residentes en la unión americana, sólo volteábamos cuando se trataba de saber cuántos miles de millones de dólares enviaban al país. Aún, esta semana muchos celebran que las cifras no vayan a la baja.

Sin embargo, continuamos recibiendo a cientos de miles de ellos cada año, desde la frontera norte, en condiciones de total indefensión y de escasa atención.

La estructura para la atención migratoria, sufre un anquilosamiento que provocó enormes deficiencias en la atención a demandantes del servicio.
 

Nuestras relaciones con los países expulsores de migrantes, se acortaron a lo mínimo indispensable.

Escasas y deficientes fueron las acciones para atender el rubro de recurso humano, especialmente en lo referente a su evaluación, capacitación y profesionalización.

En el marco legal, se propiciaron cambios de fondo al incluirse la obligatoriedad del respeto a los derechos humanos para la atención a niñas, niños y adolescentes.

El reconocimiento a los derechos adquiridos por los migrantes, el interés superior de los menores de edad, el derecho al asilo y la unidad familiar, como criterios fundamentales de internación y de estancia en el territorio mexicano.

Por ello, la autoridad migratoria sólo puede actuar con pleno apego a lo que el Poder Legislativo ha dictado, y debe seguir atento a todas las modificaciones de que sean objeto nuestras leyes en materia migratoria.

Aún con ello, las deficiencias persistieron y con justa razón se produjo la reacción social que conocemos y reconocemos.
 

Estos problemas y muchos más, obligaron a la toma de decisiones y ejecución de acciones, que permitirán en lo sucesivo una transformación de la institución responsable del control y regulación migratoria.

Somos realistas y es claro que no se puede cambiar de manera inmediata un estado de cosas que se produjo y acumuló durante décadas. Y para transformarlo, requiere de la participación, cooperación y colaboración de todos los sectores.
La participación de la sociedad civil, que concurre en el apoyo a los migrantes, es un ejemplo real de la solidaridad y reciprocidad que pregonamos en nuestras leyes.

Por ello, lo mínimo que podemos hacer es reconocer la noble labor de los albergues y asociaciones, que brindan con todo y sus limitaciones, múltiples apoyos a quienes sólo aspiran a mejores condiciones de vida.

Los organismos de Derechos Humanos y en especial la CNDH, ha presentado ante el INM permanentemente las quejas de los migrantes y se atiende al rezago recibido. Igual, agradecemos a quienes nos han apoyado con información.

En el futuro, tenemos que considerar que las circunstancias para los migrantes, tanto mexicanos como extranjeros, serán más difíciles, si se considera que el Gobierno de los Estados Unidos incrementará sus medidas de seguridad en la frontera norte.

Lo importante en este momento, es que se ha propiciado una concurrencia amplia de voces e iniciativas, que pugnan por la construcción de una nueva política migratoria, de leyes, programas y mecanismos, que propicien en el futuro una movilidad humana bajo nuevas condiciones.

El daño causado a los migrantes es irreparable porque ha habido muertos, desaparecidos, mutilados, heridos, familias extorsionadas, incorporaciones forzadas a la delincuencia, mujeres, niños y niñas esclavizados en las redes de prostitución global, pero lo que no es permisible es que el estado de cosas continúe en esta forma.

Ciertamente no es suficiente lo que se hace. Se requiere mucho más para garantizar el respeto a los derechos humanos y la seguridad a los migrantes.
 

En un marco legal, México ha sido muy claro: No deseamos para los migrantes extranjeros, lo que tampoco deseamos para nuestros connacionales.
 

El principio de reciprocidad y congruencia, debe entonces traducirse en hechos que muestren la reducción de la violencia en el combate total a quienes la propician.

Superar la tragedia, implica construir una alternativa con la suma de todas las partes. Incluye a los gobiernos de origen de los migrantes, principalmente los de Centroamérica, que posibilite una movilidad humana, legal y segura.

El respeto a los derechos humanos y los riesgos para los migrantes, podrán garantizarse plenamente cuando las circunstancias actuales se modifiquen. Es decir, cuando encuentren en sus países de origen oportunidades de empleo, ingresos y una vida digna.
 

Que logramos implantar la cultura de la legalidad migratoria y los migrantes ingresen al país de manera documentada, al igual que lo hacen anualmente 25 millones de extranjeros y nacionales.

Cuando los propios migrantes eviten ser trasladados por traficantes de personas. Cuando eviten el uso del ferrocarril como medio de transporte y las rutas de alto riesgo. Y cuando tengamos una institución Migratoria confiable y respetable para la sociedad.

En el Instituto Nacional de Migración estamos trabajando día a día por lograr estas condiciones de mejora para los seres humanos que transitan por México.
 

Ese es el rollito que traigo de inicio. Y ahora les voy a platicar la realidad:

El tema de la migración es un tema, como ustedes lo saben, muy complicado. Tenemos contrastes entre la frontera norte y la frontera sur.
 

México tiene que atender ambos problemas. Pero el compromiso de atender a los migrantes extranjeros que vienen básicamente de Centroamérica, buscando llegar al norte, respetarles los derechos humanos y cumplir con lo que estrictamente dice nuestra ley.

De verdad, conceptualmente la Ley de Migración es una Ley, que tiene como eje fundamental el respeto a los derechos humanos. Cuando pasamos al reglamento ya es una situación diferentes y a los lineamientos, es una situación totalmente distinta.

Para este próximo año, que ya es un año ya de desarrollo en el Instituto Nacional de Migración, como primera tarea nos hemos propuesto, junto con grupos de expertos y fundamentalmente la consideración de la sociedad civil, revisar el Marco Legal sobre el que estamos tratando una migración y adecuando a las condiciones actuales de la misma.

O sea, no es posible seguir cometiendo los mismos errores a costa de la seguridad de los miles de migrantes que transitan por México. El problema de la vulnerabilidad de los migrantes cada vez es mayor. A diario recibimos los reportes de que han sido víctimas, en la ruta del migrante, los hechos son totalmente lamentables.

Cada vez observamos una mayor cantidad de niños que vienen dentro de los grupos de movilidad humana, acompañados y no acompañados.
 

Quiero comentarles que a finales de septiembre hemos superado ya el número de niños recuperados que tuvimos el año pasado. Llevamos más de 7 mil niños recuperados este año.

El año pasado también recibimos, de los Estados Unidos, 12 mil niños mexicanos que también los recibimos en condición de vulnerabilidad. Para nosotros es todo un reto.

Afortunadamente se ha desarrollado una figura dentro del Instituto Nacional de Migración, que nos permite darle atención muy puntual a este grupo vulnerable, que son los oficiales de Protección a la Infancia, que son agentes federales especializados en la atención a este grupo.
 

¿Qué hacemos? Bueno, cuando recibimos niños de la frontera norte, buscamos ponerlos en condición de albergue, en albergues de la sociedad civil o en albergues del DIF, del Desarrollo Integral de la Familia de los estados, que también hacen una tarea muy importante.

Ahí lo que buscamos de inmediato es tener el contacto con sus familias y atender un protocolo que tenemos establecido para este efecto. Nosotros le llamamos un procedimiento sistemático de operar. Entonces es lo que procuramos hacer.

La frontera sur se nos complica un poco más porque tenemos que involucrar el trabajo consular.

De repente el tema de estar apurando inclusive a los representantes consulares para que nos ayuden a buscar la familia de los menores en el extranjero nos complica el tema y para nosotros tener un niño cada día es de verdad una gran responsabilidad. Entonces es uno de los temas fundamentales que traemos para este año.

Otro de los problemas graves que hemos estado atendiendo desde que llegamos al Instituto Nacional de Migración y que nosotros lo ubicamos como un punto central en el trabajo migratorio, es el tema de la corrupción.

¡Sí! Una vergüenza reconocerlo. Sin embargo, es un tema de muchas décadas. Es un cáncer que ha corroído las estructuras de las instituciones.

Yo me atrevería a decir no sólo del Instituto Nacional de Migración, sino que es uno de los grandes males que tenemos en el Estado Mexicano. Sin embargo, la parte que nos toca es el Instituto Nacional de Migración.

Hemos estado trabajando en el tema de la limpieza institucional. Hemos separado más de mil malos funcionarios por su vinculación a actividades irregulares dentro del tema migratorio.

La semana pasada tuvimos que separar a dos delegados. ¡Sí!, dos delegados de los nuevos que llegaron. Sin embargo, la instrucción es precisa.
 

O sea, el tema de cero tolerancia dentro del Instituto Nacional de Migración, en el caso de corrupción, es en serio. Yo no tengo compromiso con nadie y eso me permite actuar de manera libre y separar al funcionario del nivel que sea.

Yo le pido a ustedes, sociedad civil, que me ayuden a identificar estos malos funcionarios. Y de verdad garantizar que vamos a tener un Instituto cercano a la migración y que va a servir pues, que nos va a apoyar en esta delicada tarea de atender a los migrantes.

Que sea un Instituto Nacional de Migración en serio, que más allá de cumplir con lo que marca la Ley, cumpla en los hechos con atender a los seres humanos que están entro de esta gran, gran movilidad. Entonces les pediría yo ahí su apoyo para poder ir avanzando.

Les daría yo algunas cifras de los menores: En el año 2007, recibimos de los Estados Unidos 37 mil niños en repatriación. En 2008, bajó a 34 mil.
 

Y así sucesivamente, y llegamos hasta el 2012, el año anterior, recibimos 17 mil niños en repatriación. Este año llevamos 14 mil niños en repatriación.
 

Viendo las estadísticas pareciera que el fenómeno va disminuyendo gradualmente. Sentimos que con el tema de la Reforma Migratoria y el ingresamiento de la frontera y el trabajo de las agencias de los Estados Unidos, el problema, este próximo año se nos va a disparar y tenemos que estar preparados para atender no solamente la repatriación de menores, sino la repatriación de mexicanos adultos.

El tema de repatriados que México regresa a sus países, les hablaría yo, en 2007 fueron 7 mil niños en números cerrados. En 2008 fueron 6 mil. En 2009, cuatro mil. En 2010, casi 5 mil. En 2011 vuelve a bajar a 4 mil. En 2012 son casi 6 mil. Lo que llevamos de 2013, son 7 mil 627.
O sea, esto es al revés. Aquí va incrementándose el fenómeno. Entonces, bueno, tenemos también que estar preparados para atender el tema de los niños, niñas y adolescentes migrantes.

Nuestra función con los OPIS es salvaguardar la integridad física y mental de estos menores, brindar de manera inmediata los servicios básicos de salud, alimento, vestido y descanso, facilitar el contacto con sus familiares a través de llamadas telefónicas gratuitas, mantener informados a los menores a través de un lenguaje amable y de acuerdo a la edad del menor, y acompañar a los menores migrantes en el proceso de repatriación.

Tenemos convenios suscritos, Memorandos suscritos con los estados, fundamentalmente los centroamericanos, donde los menores de edad, por ser población vulnerable, el retorno lo tenemos que hacer vía aérea, a cargo del Estado Mexicano y así lo hemos estado haciendo.

En los eventos de repatriación, hemos tenido también mucha complicación, fundamentalmente en atención a nuestros paisanos devueltos por los Estados Unidos.
 

De verdad que para nosotros es un grave problema el tema de los mexicanos repatriados.

Recibimos, tan sólo el año pasado, en números cerrados, 370 mil mexicanos. Y el Instituto Nacional de Migración no tuvo la capacidad de poderles apoyar en lo indispensable para regresarlos a sus poblaciones de origen, lo cual está generando un problema muy serio a las grandes ciudades de la frontera de México.

Entonces es un tema que nosotros traemos como uno de los programas fundamentales hacia el año próximo, donde queremos darle una atención integral a nuestros paisanos repatriados, con el propósito de llevarlos hasta sus comunidades de origen.

Y un tema de preocupación que ha sido motivo de muchas horas de conversación y de preocupación, es el tema de los extranjeros que vienen por frontera sur.
 

Nosotros nos hemos esmerado en procurar cumplir con lo que la ley nos señala. Al migrante que logramos rescatar, procuramos tenerlos en condición de estancia digna, darles un lugar dónde descansar, dónde asearse, darles sus tres alimentos, darles atención médica, hasta concluir con el proceso de retorno a su país, en condiciones de dignidad.

¿Es complejo? ¡Sí! De repente revertir, como lo hablábamos, es muy complicado. La primera agresión que tiene el migrante es enfrentarse a la corrupción de las propias autoridades, tanto locales como federales, incluso del propio Instituto Nacional de Migración, como lo hemos reconocido ya.
 

¿Cómo darles seguridad a todos estos grandes grupos de migrantes que transitan por México? Desde que llegamos al Instituto, empezamos a analizar el tema y a procurar un mecanismo que nos pudiera darles seguridad a los miles de migrantes que transitan por la frontera sur.

Entonces, hicimos un esquema de coordinación inter institucional, que no es otra cosa más que la suma de esfuerzos en un solo sentido del Ejército Mexicano, de la Armada de México, de la Policía Federal, de la Procuraduría General de la República, del CISEN, inclusive; del Instituto Nacional de Migración, por supuesto, de los gobiernos de los Estados.

Y empezamos a recuperar información para ubicar los lugares donde había recurrencia de acciones violentas en contra de migrantes. Y hemos tratado de ir integrando líneas de investigación que nos permitan ir poniéndole nombre y apellido a los grupos que atacan a los migrantes.

Les puedo decir que se ha logrado eficientar las fiscalías especializadas en Chiapas, en Veracruz. En Tabasco estamos trabajando mucho para terminar de consolidarla. En Oaxaca se está trabajando también.

Y junto con ellos hemos logrado la detención de más de 250 presuntos responsables, que de alguna manera han afectado con sus acciones delictivas, a los migrantes. Entonces, estamos trabajando en ese sentido.

Este año, prácticamente este mes, va a ser un mes de acercamiento a las organizaciones no gubernamentales, a las asociaciones de sociedad civil, para junto con ellos empezar a trabajar en lo que será el apoyo a la red de atención al migrante y que queremos de verdad sumarnos a ese gran esfuerzo y compartir la preocupación que ustedes tienen y asumir la responsabilidad que le toca al Estado Mexicano.

Finalmente, yo les pediría que si se puede, si se vale, en la retroalimentación de preguntas y respuestas, yo creo que yo podría atender mejor el tema.
Finalmente, yo les diría, compartirles, los proyectos que tenemos hacia este próximo año:

Tenemos el programa, que probablemente se llame “Somos Mexicanos”, que es el Programa de Atención a Repatriados en la frontera norte. Ya tenemos un programa de repatriación al interior de México, un programa piloto, donde lo que estamos haciendo es recibir al repatriado, atenderlo médicamente en principio, posteriormente darle condición de albergue, darle información de los programas, los más de 80 programas institucionales que hay en las diferentes instituciones y acompañarlo en su retorno, no a su estado de origen, sino hasta su comunidad, hasta su comunidad de origen.

Queremos llegar más allá. A través de una encuesta conocer las habilidades que traen, conocer los problemas familiares, o los problemas personales que ellos tienen y poder apoyarles en la solución de los mismos.

Queremos iniciar un programa muy agresivo de regulación migratoria, que se va a llamar “México como País de destino”. En México hay miles de extranjeros que han decidido radicar aquí en el país, en diferentes entidades inclusive, y que bueno, su condición de estancia no ha sido regularizada.
 

Entonces en este programa, la intención de la propuesta sería de alguna manera abrir una exención de pago de derechos, con el propósito de poder avanzar y hacer una realidad este programa.

De verdad que yo creo que es uno de los temas de preocupación que traen muchas organizaciones y que nosotros hemos recogido en los foros.

El tema de los niños migrantes ya lo hemos platicado. Yo creo que tenemos que eficientar el tema de los oficiales de protección a la infancia, revisar los protocolos inclusive de atención a los niños, tanto a los mexicanos en repatriación como a los niños extranjeros en repatriación también. Y, bueno, yo creo que podemos eficientarnos y compartir la experiencia con Centroamérica.

De repente cuando nosotros buscamos regresar a un menor de edad a algún país de Centroamérica, no encontramos la institución par para entregárselos y que puedan custodiar al menor.

A veces no hay esta figura que tenemos aquí como el DIF, o no hay la figura del oficial de protección a la infancia. Entonces hemos tratado de ir multiplicando esta figura.

Tenemos, en los puntos de repatriación, sobre todo en el norte del país, junto con RENAPO, instalar los módulos para la expedición del CURP. De verdad que es muy importante para el repatriado contar con un documento como éste y nos lo demandan de manera importante.

Ya hablamos de la revisión integral de la Reforma del Marco Legal. Yo creo que va a ser fundamental que juntos trabajemos en este tema.
 

Hablamos ya también de los esquemas de coordinación, de los marcos de seguridad. Yo creo que tenemos que ir eficientando. Y tomando, las autoridades que participamos en la seguridad, tomando la parte de responsabilidad que nos corresponde.

Aquí no se vale decir: “es competencia federal, o es competencia local, o es competencia municipal”. En ese tono de competencias, ninguno atiende al migrante.

Entonces en el esquema de coordinación, la obligación será solidaria de todas las instituciones, tanto federales como locales, para poder atender el tema de seguridad.

Impulsaremos también la creación de fiscalías especializadas para poder atender mejor y hacer mejor las investigaciones.

Procuraremos tener un programa integral de frontera sur. De verdad que nos ayudó mucho la plática anterior que tuvimos con los señores senadores, y la preocupación de tener un recurso inclusive para empujar el desarrollo de los 23 municipios fronterizos. Y tener un área de desarrollo, que permita inclusive tener un área de oportunidad tanto para los mexicanos como para los migrantes que decidan venir a México en esta zona de la frontera.

La atención directa a las organizaciones de la sociedad civil, es un compromiso que yo, de verdad, que reafirmo en este momento. Yo quiero ponerme a sus órdenes.

Dejaré mis teléfonos celulares, inclusive en mis tarjetas vienen los teléfonos celulares, mis correos, para cualquier situación que ustedes estiman que el Comisionado del Instituto Nacional de Migración deba de atender a cualquier hora, ¿eh?
Yo me alquilé para trabajar todos los días del año y a todas horas. Entonces yo puedo recibir sus llamadas y atender su preocupación.

Nosotros queremos tener mucha cercanía con el cuerpo consular que está principalmente en la frontera sur. De verdad que es muy importante trabajar con ellos.
 

De repente los hacinamientos que se nos hacen en las estaciones migratorias es un poco la obligación en el reconocimiento de algún extranjero para hacer la repatriación a su país. Entonces, eficientaremos también ese trabajo con los cónsules.

Hoy, nos estamos reuniendo cada 15 días con ellos. Tenemos un desayuno con el Cónsul de Guatemala, de Honduras, de El Salvador, de Nicaragua y eventualmente se nos suman algunos otros cónsules, preocupados por la situación de la migración.

Entonces, eso es lo que nosotros pretendemos hacer hacia el año próximo y seguramente de este foro, y de los foros regionales que se están realizando, vamos a tener muchas preocupaciones, muchas propuestas que nosotros queremos sumar también a lo que es el programa particular que se está construyendo en el Instituto Nacional de Migración, el programa especial.

Les agradezco mucho y estoy a sus órdenes. Muchas gracias.

 

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