Senado de la República

VERSIÓN DEL DISCURSO DEL SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE, PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA, DURANTE EL SEMINARIO “LIBERTAD DE EXPRESIÓN, DISIDENCIA Y DEMOCRACIA”, REALIZADO EN EL MARCO DEL CENTENARIO DE LA MUERTE DE BELISARIO DOMÍNGUEZ, EN LA VIEJA CASONA DE XICOTÉNCATL.
Buenos días a todos y a todas, sean ustedes bienvenidos a la casa del Federalismo mexicano.
Yo sí creo que en cualquier estado y por lo menos de una manera muy marcada en el país, los símbolos tienen que ver con la historia temprana, antigua, pero el presente y el futuro sin duda se van.
Estamos en el patio de una de las propiedades del Estado que tiene el Senado de la República, donde están todos y cada uno de los nombres de las entidades federativas y está la escultura del hoy mártir de la nación, el senador Belisario Domínguez.
¿Por qué lo menciono? Hoy en México en la Ciudad de México están pasando cosas muy importantes y no pueden ser por casualidad. Más bien son porque tienen una actividad constante los ciudadanos de toda la República en el interés supremo de la aplicación exacta y precisa de los derechos humanos.
Está sesionando la Corte Interamericana de Derechos Humanos, hay un seminario internacional de los defensores del pueblo, los ombudsman -nosotros decidimos que el nuestro fuera autónomo constitucional-, a 20 años y que se generan los famosos principios de París y su cumplimiento exacto y que hoy el Instituto Belisario Domínguez con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la UNAM, el Senado de la República, preocupados en un tema concreto que también es de derechos humanos.
Si pensáramos que fuera una casualidad, no entenderíamos la pujante sociedad que tenemos con respecto a este tema. No podríamos entender la discusión que ha pasado las últimas semanas en el Pleno de la Suprema Corte en relación al derecho convencional y la reforma constitucional.
Yo no entendería la libertad de expresión si no se cumpliera con los cuatro principios del marco jurídico que nos pusimos: la universalidad, la progresividad, la interdependencia y la indivisibilidad. Sin estos cuatro principios, no sólo de la libertad de expresión sino, el conjunto de integralidad de un sistema de derechos humanos que tenemos que llevar siempre a mejor estadio constitucional, legal y en la realidad de la sociedad mexicana.
La democracia sin derechos humanos no se entiende, más bien la democracia sin derechos humanos no existe. La democracia dentro de ella misma, tiene que ser siempre en el cumplimiento de un Estado vigilante, en general el debido cuidado de que todos y cada uno de los derechos humanos en las instituciones del Estado, en los niveles de gobierno, en la división de poderes, en nosotros, en los órganos autónomos constitucionales se le dé cabal cumplimiento.
Pero también es cierto que hay una enorme – y debe haber - cultura de derechos humanos por parte de la sociedad, que todos y cada uno de los mexicanos y, en este caso, en todos y cada uno de nuestros connacionales y de nuestros vecinos latinoamericanos se dé ese cumplimiento.
Ayer, en el seminario internacional, hacía una referencia en mi visión: que sólo ha habido dos derechos que se construyen de arriba hacia abajo y no nacen de abajo hacia arriba. Y me explico, todo derecho nace de las vivencias nacionales y después de un intercambio internacional a través de tratados que se fueron generando; pero en la materia de derechos humanos y en el tema ambiental sólo se pudo construir un sistema integral cuando se construyó una visión internacional y los Estados empezaron a adherirse, a generar este derecho convencional y a obligar, en el mejor de los sentidos, a los Estados a transformar su marco jurídico, a reconocer jurisdicción internacional, a compartir criterios y a hacer un sistema de integralidad sobre el tema de los derechos humanos.
No es casualidad, los dos van en el camino directo del ser humano y del lugar que habita el ser humano. Lo que estamos tratando de hacer es una mejor sociedad con un camino que puede avanzar de mejores maneras.
El Senado de la República no sólo abre este tipo de foros, de seminarios internacionales. Lo que nos favorece mucho siendo representantes de todas y cada una de las entidades federativas es que el bagaje internacional, la cultura internacional de éstos y otros temas que le importan al Senado lo llevemos a las Comisiones, abramos el debate.
Sin duda, en México tenemos mucho que hacer en los temas que van a tratar, tenemos que reflexionar, estar abiertos al diálogo y transformar siempre nuestro marco jurídico en beneficio de nuestra sociedad.
Les deseo y me deseo mucho éxito en este seminario, le agradezco mucho al senador Barbosa su invitación y doy por inaugurado los trabajos el día de hoy, martes 8 de octubre del 2013.
Gracias, sean ustedes bienvenidos.
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