Senado de la República

Versión de la participación de la senadora Maki Esther Ortiz Domínguez durante la inauguración del “Foro Ciudadano sobre enfermedades cardiovasculares: riesgos, costos e implicaciones en la sociedad y en la familia mexicana”
Muchas gracias. Bienvenidos sean todos ustedes.
Agradezco la invitación a la senadora María del Rocío Pineda Gochi a este foro --tan importante-- ciudadano sobre enfermedades cardiovasculares.
Le doy la bienvenida también a la Licenciada Ivonne García Richaud al Senado de la República; a muy querido amigo, el Doctor Marco Antonio Martínez Ríos, Director del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez; a la Licenciada Guadalupe Díaz Estrada, Directora General de Transversalización de la Perspectiva de Género del Instituto Nacional de las Mujeres; y a la Doctora Ana Cecilia Polanco de Astra Zéneca, sean bienvenidas al Senado de la República.
Como ya hemos escuchado, de acuerdo al a Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo, la segunda causa de muerte en México, según el Programa Nacional 2007-2012.
Es importante señalar que éstas pueden ser un grupo amplio de padecimientos entre los que están la falta de irrigación del músculo cardiaco, del cerebro, de los miembros superiores e inferiores y otras pueden ser ocasionadas por bacterias, malformaciones de  nacimiento o coágulos de sangre que se forman en las piernas y que pueden afectar el corazón y los pulmones.
Una gran parte de estos padecimientos tiene que ver con una dieta malsana, la inactividad física, el consumo de tabaco, el consumo nocivo del alcohol, el abuso en el consumo de las drogas ilegales y se manifiestan por aumentos de la tensión arterial, del azúcar y las grasas de la sangre, sobrepeso u obesidad.
Además, está demostrado que el cese del consumo del tabaco, la reducción de la sal de la dieta, el consumo de frutas y verduras, la actividad física regular y evitar el consumo nocivo del alcohol reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Algunos de los síntomas, como ustedes conocen, son la dificultad de respirar, las náuseas, el vómito, el dolor en la mandíbula, la espalda, el pecho, los brazos, el hombro izquierdo, los mareos, los desmayos, los sudores fríos, la palidez, aunque en ocasiones la primer manifestación puede ser un ataque al corazón.
Sin embargo, el riesgo cardiovascular médicamente diagnosticado se puede disminuir mediante la prevención o el tratamiento de la hipertensión, la diabetes y la hiperlipidemia, que son el exceso de grasas en la sangre.
Aunado a lo anterior, la evolución del ser humano ha obligado a las personas a adoptar diversos estilos de vida, dentro de los cuales se puede ver envuelto el estrés, que puede ser generado por los cambios sociales, económicos, culturales y laborales y la alimentación deficiente y prácticamente nula actividad física, que son causas de enfermedades subyacentes de los vasos sanguíneos.
No obstante el gran riesgo que se vive día a día de ser víctima de alguno de estos padecimientos cardiovasculares, en México, de acuerdo con cifras del INEGI, arrojaron que la hipertensión esencial o primaria, contrario a lo que se podría pensar, se presenta más en el género femenino que en el género masculino.
Por ejemplo, de las personas de entre 40 y 49 años mueren 26.53 hombres y 33.62 mujeres por cada 100 mil de su género. En las personas de 50 a 59 años, mueren 64 hombres y 79.14 mujeres por cada 100 mil de su género. De las personas de 60 a 64 años mueren 105 hombres y 132 mujeres por cada 100 mil de su género.
Aunado a ello, las mujeres embarazadas de 20 a 24 años presentaron la taza de morbilidad hospitalaria más alta por preeclampsia durante el 2010 con 188 casos de cada 100 mil mujeres en 2010 y para 2011 dicho padecimiento fue la causa de muerte de 23 de cada 100 mujeres fallecidas, además de otros trastornos como la hipertensión gestacional y la eclampsia.
En la Comisión de Salud estamos por aprobar un punto de acuerdo en materia de hipertensión enfocado a exhortar al sector salud a nivel federal y estatal a seguir trabajando, y en su caso,  reforzar la política nacional de salud.
Lo anterior porque estamos convencidos deque es necesario continuar promoviendo la toma de conciencia sobre las causas y las consecuencias de la hipertensión, promover sobre todo las políticas públicas que animen a la población a modificar los comportamientos de la salud, que además de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, reducirán el riesgo de enfermedades renales, del hígado, diabetes, sobrepeso y obesidad, entre otras, si se incrementa la cultura de realizar mayor actividad física y el mejor aprovechamiento de los alimentos para una nutrición adecuada.
Finalmente, creo que debemos de seguir trabajando en vigilar la adecuada atención en centros de salud de primer nivel, donde se puedan descubrir los indicios de las enfermedades cardiovasculares.
Vamos a trabajar en el Senado para hacer iniciativas que abonen a la enfermedad cardioavascular no tan sólo en lo general, sino en las que tiene perspectiva de género.
Muchísimas gracias.
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